SI FRANCISCO FUERA SOMETIDO A ALGUNA CLASE DE JUICIO, SU ABOGADO DEFENSOR NO DIRÍA ALGO MUY DIFERENTE DE LO QUE EN ESTA ENTREVISTA DICE EL P. PAGLIARANI.
COMO DE COSTUMBRE, EL NUEVO SUPERIOR GENERAL EVITA EL USO DE TÉRMINOS PRECISOS COMO "LIBERAL", "MODERNISTA", "REVOLUCIONARIO", ETC.
NO HACE NINGUNA MENCIÓN DE LO PRETERNATURAL, COMO SI FUERA LEGÍTIMO SOSLAYAR LA EVIDENTE RELACIÓN DIRECTA ENTRE EL DEMONIO Y EL VATICANO II, LOS PAPAS CONCILIARES Y LA OBRA DEMOLEDORA DE LA IGLESIA Y DE LA FE QUE ESTÁ LLEVANDO A CABO EL FATÍDICO BERGOGLIO.
MIENTRAS LA IGLESIA CATÓLICA SE HUNDE ACELERADAMENTE EN LA APOSTASÍA BAJO LA GUÍA DE "LOS ANTICRISTOS DE ROMA" (COMO DECÍA MONS. LEFEBVRE), EL ÚLTIMO BASTIÓN DE LA FE SIGUE CEDIENDO COBARDEMENTE ANTE EL ENEMIGO.
¿Está el Papa Francisco en
continuidad con los papas posconciliares?
Esta
misma pregunta se hace hoy en día en los círculos tradicionales y también fuera
de los círculos tradicionales. Creo que, por supuesto, este Papa tiene una
personalidad muy particular, una forma de comunicarse y expresarse que es
nueva, incluso en comparación con los pontífices posconciliares. Entonces
tenemos que admitirlo.
Pero
al mismo tiempo, está en continuidad con lo que vino antes que él. El Concilio
inició un proceso que sigue evolucionando, una forma de pensar, de repensar la
Fe y la Iglesia en todos los aspectos de su vida, que sigue avanzando, y dentro
de este proceso, por supuesto, tenemos papas conservadores que hablan un
lenguaje más tradicional y papas como el Papa Francisco que hablan más
libremente; depende de su personalidad, pero independientemente de su idioma y
forma de comunicación, el mismo proceso sigue avanzando.
Así
que creo que sí, tenemos que admitir que el Papa Francisco y su personalidad
presentan nuevos elementos, pero todo está en perfecta continuidad con sus
predecesores. Por eso, en mi humilde opinión, la inoportunidad de recurrir al
magisterio de Juan Pablo II, por ejemplo, para contrarrestar lo que el Papa
Francisco dice no es realmente lógico.
¿En qué consiste esta continuidad?
En
el corazón del magisterio conciliar y postconciliar, hay un enfoque en el
hombre. Por lo tanto, es una percepción de la fe, de la vida cristiana y de
toda la vida de la Iglesia la que es profundamente personalista. Este
personalismo fundamental produce resultados diferentes, pero todos se
complementan y van juntos.
Con
Juan Pablo II, por ejemplo, su personalismo alentaba el compromiso personal y,
por tanto, también los valores morales. Y Juan Pablo II recordó diferentes
principios morales con una perspectiva personal.
Con
el Papa Francisco, la misma percepción, por así decirlo, de la moralidad
conduce a resultados diferentes, pero están en continuidad con los mismos
principios básicos.
¿Qué vínculo ve usted entre las
enseñanzas del Papa Francisco y el mundo moderno?
Creo
que también aquí hay un principio que ya está contenido en el Concilio y en el
post-Concilio, que se ha vuelto cada vez más evidente con el pontificado del
Papa Francisco. La modernidad, en primer lugar, ¿qué significa? La modernidad
significa el conflicto entre lo sobrenatural, el orden espiritual, y el orden
temporal. El secularismo, el espíritu secular que caracterizó a la Revolución,
también caracteriza a la modernidad. Este espíritu, esta contradicción, esta
dicotomía específica de la modernidad, en cierto modo, ya fue superado por el
Concilio. El Concilio deseaba ir más allá de esta dificultad. Pero con el Papa
Francisco, hemos llegado a un punto en el que la misma Iglesia sacraliza, por
así decirlo, los grandes temas, las grandes preocupaciones, las grandes
preocupaciones que son propias del mundo secular y del mundo político, por
ejemplo. Por lo tanto, una atención particular (y casi diría religiosa) a temas
que son políticos o sociales, como el tema de los migrantes, el tema de la
contaminación, y diferentes ejemplos que podríamos dar en la misma línea.
Así
que paradójicamente, con estos pontificados, hemos llegado, por así decirlo, a
una epifanía del cristianismo de Maritain.
En otras palabras, ¿un cristianismo
humanista?
Un
cristianismo humanista en el que se confunden los grandes valores de la Iglesia
y los valores del mundo. Una dimensión que es a la vez profundamente secular y
profundamente religiosa, pero una religiosidad que permanece sujeta al orden
temporal. Estamos cara a cara con una Iglesia que ya no enseña al mundo una
verdad que viene de lo alto, una verdad trascendente, sino que tenemos una
Iglesia que escucha al mundo.
¿Cuál es el papel de la Sociedad de
San Pío X en este contexto?
El
lugar de la Fraternidad San Pío X es seguir amando a la Iglesia. Amar a la
Iglesia tanto más cuanto que está desfigurada, puesto que sufre de este estado
de cosas. El papel de la Fraternidad es continuar amando a la Iglesia, orar por
la Iglesia y orar por el triunfo de la verdad católica que es la verdad de la
Iglesia. El papel de la Fraternidad es seguir sirviendo a la Iglesia
denunciando con caridad, pero también con claridad, estos errores que hacen
sufrir a la Iglesia.