sábado, 28 de julio de 2018

COMENTARIO ELEISON Número DLXXVI (576) - 28 de julio de 2018



Capítulo General – I

Los viejos líderes, habiendo fracasado, deben ser destituidos,
¡Y bajo ninguna condición ser de vuelta traídos!
El último Capítulo General de la Fraternidad San Pío X, el cuarto con elecciones (1982, 1994, 2006 y 2018), concluyó el pasado sábado en Écône, Suiza. El acontecimiento fue seguido con interés en muchos sectores, porque durante unos 40 años desde su fundación en 1970, la Fraternidad emergió como el bastión más importante de la fe católica tras el Concilio Vaticano II (1962–1965), que de hecho había socavado oficialmente esa fe. Sin embargo, en los últimos 20 años la Fraternidad ha dado cada vez más señales de un cambio de dirección, más en línea con los oficiales conciliares de la Iglesia, y menos en línea con su Fundador, Mons. Lefebvre. ¿Qué dirección mostraría el Capítulo General que la Fraternidad está para tomar ahora?
Los procedimientos detallados de un Capítulo deben normalmente permanecer privados, como los de la elección de un Papa, pero al final del Capítulo surgieron palabras y acciones públicas. Las palabras fueron la Declaración oficial del Capítulo sobre la política para el futuro, la cual se alineó con la famosa declaración, “en su totalidad”, de Monseñor Lefebvre de noviembre de 1974. Sin embargo, como el sitio web Non Possumus ha mostrado claramente al citar verdaderamente en su totalidad esa declaración de guerra contra la nueva religión del Vaticano II, el Capítulo ha optado deliberadamente por citar sólo sus partes más pacíficas. Esto no es prometedor para la continuación, por parte de la Fraternidad, de la guerra santa del Arzobispo contra la terrible apostasía del Vaticano II.
Por supuesto, el Arzobispo fue católico en primer lugar y sólo como consecuencia anti-Conciliar, por lo que su declaración de guerra contiene partes pacíficas. Pero, ¿cómo puede amarse la verdad sin odiar el error? El anticonciliarismo sigue inmediata y necesariamente al amor al catolicismo, razón por la cual multitudes de verdaderos católicos vinieron a seguir a la Fraternidad y a su Fundador, quienes clara y abiertamente denunciaron la apostasía de los oficiales de la Iglesia. Bajo su dirección, el seminario de Écône contaba con más de un centenar de seminaristas, y miles de personas asistían cada verano a la ordenación de una docena o más de nuevos sacerdotes. En junio de este año, una multitud estimada de 450 almas asistieron a la ordenación de tres nuevos sacerdotes de entre unos 40 seminaristas. Los católicos están votando con sus pies – y billeteras – en contra de la Neo-Fraternidad.
En cuanto a las acciones públicas del Capítulo, que siempre hablan más fuerte que las palabras, consistieron en la elección de un nuevo Superior General y dos nuevos Asistentes. Los participantes en el Capítulo deben ser felicitados por haber depuesto al anterior General y a sus Asistentes, porque estos se esforzaron durante 12 años por cambiar la dirección de la Fraternidad para co nseguir el reconocimiento oficial de los apóstatas romanos. El reconocimiento no se obtuvo, pero la Fraternidad se debilitó seriamente y sus mejores sacerdotes se desorientaron. Entonces, ¿a quién eligió el Capítulo como dirigentes en su lugar? Los dos nuevos Asistentes han sido fieles ejecutantes del anterior Superior General con su política de ganarse el favor de la Roma conciliar. ¿Por el bien común de la Fraternidad? Pero, ¿cuándo hubo un bien común católico opuesto a la fe? En cuanto al nuevo General, puede ser que él mismo no sepa lo que quiere hacer como General, porque sólo Dios sabe con seguridad lo que un hombre hará cuando sea puesto en el poder. Con frecuencia decepcionará, porque “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente” (Lord Acton) – pero él puede probar ser sorprendentemente bueno. El P. Pagliarani necesita ciertamente nuestras oraciones.
A este respecto, sin embargo, la última acción pública del Capítulo llegó como un rayo. Justo antes del cierre del Capítulo se votó añadir al Consejo General de gobierno de la Fraternidad y a dos Asistentes otros dos “Consejeros”, ¿y a quién eligieron? ¡ A los dos últimos Generales de la Fraternidad, el P. Schmidberger (1982–1994) y Mons. Fellay, que entre 1994, cuando fue elegido por primera vez, y 2018, cuando fue destronado por fin, fueron los principales artífices del debilitamiento y declive de la Fraternidad! ¿De quien fue la tarea de poner a Mons. Fellay de nuevo junto al trono, junto a su colaborador más cercano, el P. Schmidberger? ¿Qué sabio Superior quiere que su predecesor se quede otros 12 años? ¿Qué pensó el Capítulo que estaba haciendo? En todo caso, no es una buena señal si la Fraternidad ha de amar la verdad y odiar el error.
Kyrie eleison.