Conferencia de Mons. Fellay a la Dominicas de Fanjeaux (2015).
Fuente (exttracto)
Con
ocasión de la fiesta de la escuela de Santa Catalina de Siena, de las
Hermanas Dominicas de Fanjeaux, los fieles se
sorprendieron al ver a un sacerdote de la Fraternidad de San Pedro asistiendo
a las festividades. El asombro de estos fieles pasó al punto de estupor y cólera
cuando vieron que todas las hermanas dominicas parecían alegres por hablar con
él y saludarlo.
Estos
fieles recordaron, en cambio, cómo un sacerdote de la Resistencia había sido
retirado del coro de la capilla de San Manvieu por estas mismas hermanas con
ocasión de un funeral de un fiel al que este sacerdote de la Resistencia había
acompañado y asistido durante años. Después
del entierro, las hermanas (al igual que el prior del lugar) huyeron de este
sacerdote como la peste y no le dirigieron una sola palabra.
Esta
congregación se ha inclinado hacia la mundanidad y la superficialidad desde
hace algún tiempo. Huyamos de esta atmósfera malsana.