domingo, 21 de octubre de 2012

CONFERENCIA DE MONSEÑOR DE GALARRETA EN VILLEPREUX, 13 DE OCTUBRE DE 2012.

Este extracto de la Conferencia de Monseñor de Galarreta la he tomado del foro Un évêque s'est levé! (pero la conferencia completa en audio la pueden encontrar en La Porte Latine)
Juzguen por ustedes mismos, pero creo que es evidente que Monseñor de Galarreta ya ha tomado posición:

Transcribo aquí toda la publicación de "Françoise Romaine", miembro de ese foro:



Monseñor de Galarreta nos lo anuncia: La Fraternidad admite ahora la idea de un acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal y no reconoce como indispensable la condición que ella consideraba como indispensables las últimas décadas: “no al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal”. Al menos tiene el mérito de reconocer públicamente que la Fraternidad ha cambiado de óptica y que ella ya no piensa como antes… Aquí les ofrezco algunos extractos transcritos y aparecidos en internet para que no dejen de escuchar esta conferencia tan esclarecedora.

 Citación:

« Lo que puedo decirles, es que la Divina Providencia nos ha asistido durante el capítulo de una manera clara y evidente. Transcurrió muy bien. Se los digo así simplemente. Nosotros hemos podido hablar tranquilamente, libremente, abiertamente. Nosotros pudimos abordar los problemas cruciales, inclusio si tuvimos que dejar los otros, los asuntos que estaban previstos. Nos tomamos todo el tiempo necesario para discutir, nos hemos escuchado, nos hemos confrontado, como conviene entre los miembros de una misma congregación y de una misma armada. No hay problema. La Fraternidad no es una escuela de jovencitas, ¿no es así? Entonces, si algunas veces hay discusiones entre nosotros, ya no debería suceder mas… (no estoy despreciando las escuelas de jovencitas) pero para las discusiones entre hombres, lean al cardenal Pie cuando defiende las discusiones públicas de los obispos en Francia en el siglo 19, ¡discusiones públicas de obispos! Y él lo justifica y explica el por qué. Es que este es un combate. No hay que hacer un drama. No hay que dramatizar ciertas cosas cuando menos. Un drama sería el abandonar la fe. Si. Pero  que haya discusiones de oportunidad, de prudencia, de esto o del otro. Hay diferentes aspectos. Hay diferentes temperamentos. Hay situaciones. Es complicado. Frecuentemente complicado. En este caso no podemos sacar la espada y cortar el nudo gordiano: ¡Oh, miren, yo resuelvo la cuestión de un solo golpe! ¡no! Entonces en el capítulo sucedió esto, bien, y hemos sacado lecciones útiles, las pruebas que hemos tenido, incluso si no fue perfecto. Otro aspecto que debe ser tenido en cuenta. En nuestra vida, todo lo que sucede en la imperfección, lean la historia de la Iglesia. Entonces no hay que pedir una perfección que no es de este mundo. Hay que tener por lo menos los ojos fijos en lo esencial que es lo que cuenta, y luego se puede pasar por muchas cosas, en mi opinión. ¡Ustedes no hacen eso en sus familias! Si no, nada en este mundo
 “Luego en las condiciones sine que non, está la garantía de al menos un obispo. Vean ustedes, se los dije, eso no es perfecto. Pero es un hecho que todos estamos de acuerdo en la Fraternidad, que hay que pedir varios obispos auxiliares, una prelatura, exención de los obispos. Todos estamos de acuerdo. Ese no es un problema. No era un problema antes, no lo es ahora. Entonces no hay que ser quisquillosos.
Nosotros no excluimos la posibilidad de que la vía escogida por la Providencia para el regreso de la Fe, si eso debe suceder, sea por la conversión previa, para el regreso a la doctrina, de un papa o de una parte de los cardenales. No lo excluimos. No está excluido del todo. Esto no es más difícil que lo otro, que la vía práctica. Pero simplemente nos hemos dicho: supongamos que no es así, que no hay primero un regreso por parte de Roma, por parte de un próximo papa, a la Tradición, a la teología, a los principios, a la Fe, a la enseñanza. En ese caso, supongamos que ese papa quiere permitir a la Tradición ¿cuáles son las condiciones que nos permitirían –en ese caso- hipotéticas, de aceptar o de llegar a la normalización canónica? En vista de los bienes que podemos hacer, que son enormes, eso no hay que negarlo. Y por lo tanto es, en mi opinión, es una mejoría en el mismo sentido. Hemos definido muy bien cuáles condiciones podrían protegernos totalmente en relación a la fe y en relación al combate integral por la fe.
Esta posibilidad de un papa que no tuviera la convicción, la fuerza o los medios para enderezar la situación actual de la Iglesia, la crisis de la Iglesia, la crisis de la fe, puede servirnos muy bien como punta de lanza. El podría muy bien darnos las condiciones requeridas para nosotros pudiéramos, nosotros, ser la punta de lanza contra éste absceso. Y además, si ustedes reflexionan bien, si un papa un día nos concede eso, es el quien le da el primer golpe al edificio del Concilio Vaticano II y de la Iglesia Conciliar porque él admitiría que contiene errores y que podemos rechazarlo y que hay que regresar a la Tradición.
¡Atención a la esperanza hoy en día! Porque nosotros ciertamente podemos caer por falta de fe, por falta de caridad pero también por falta de esperanza. Nos hacemos pesimistas o fatalistas. Esta es una forma de rendirse…  Cuando ya no hay esperanza, uno se deja ir. Estamos vencidos.”