sábado, 11 de mayo de 2019

COMENTARIO ELEISON Número DCXVII (617), 11 de mayo de 2019

Comentarios Eleison por su Excelencia Richard Williamson


Brexit – II

Brexiteers, ¿realmente quieren ser bendecidos?
Busquen primero el Reino de Dios. Él añadirá el resto.

Hay un merecidamente famoso poema inglés del siglo XIX que arroja mucha luz sobre el enorme alboroto que ha provocado el intento del pueblo británico de escapar de los trasmallos de la Unión Europea. “Dover Beach” fue escrito probablemente en 1851 por Matthew Arnold (1822–1888), y presenta en cuatro versos desiguales su profunda melancolía mientras se para en la orilla del Canal de la Mancha y escucha el incesante ritmo de las olas en la playa frente a la casa donde se queda a pasar la noche con su amada, presumiblemente su esposa legítima.

El primer verso es una hermosa descripción de la orilla del mar iluminada por la luna y del oleaje, concluyendo con la “eterna nota de tristeza” que parece escuchar en el oleaje. Como erudito clásico consumado, recuerda una cita del dramaturgo griego Sófocles (496–406 a.C.), quien escuchó en los vaivenes del oleaje en una playa similar a miles de kilómetros de distancia, y hace más de dos mil años, “el turbio vaivén de la miseria humana”; y el espíritu de Arnold se vuelve a los profundos problemas de su propia época, la época de la era Victoriana. Arnold nunca fue católico, pero en el tercer verso remonta estos problemas a la pérdida de la fe en su siglo XIX, cuyo “rugido melancólico de lenta retirada” parece escuchar en el sonido de las olas que se desvanecen ante él.

En el cuarto y último verso presenta la única solución que tiene el al problema de la vida que desaparece de lo que una vez fue la cristiandad, y que es volverse a su amada a su lado y rogarle que permanezca fiel a él, porque todo lo que realmente tienen es el uno al otro. Así, en la oscura conclusión del poema, todo lo demás

No tiene realmente ni gozo, ni amor, ni luz,
Ni certeza, ni paz, ni ayuda para el dolor;
Y estamos aquí como en una llanura oscura
Arrastrados por confusas alarmas de lucha y huida,
Donde ejércitos ignorantes chocan de noche.

Así que Arnold tenía suficiente fe para ver que el problema esencial de su civilización era la pérdida de la fe religiosa, pero le faltaba la fe para creer en la alternativa real y existente a la oscuridad y confusión resultantes, a saber, la Iglesia Católica. Del mismo modo, a los partidarios del Brexit les quedan suficientes instintos sanos para sentir que la Unión Europea está yendo en la dirección equivocada, pero les queda aún menos religión que a Arnold, por lo que tienen incluso menos idea que él de cómo evitar la “llanura oscura”. De ahí que el debate de Brexit siga siendo un “choque de ejércitos ignorantes por la noche”, porque todo el mundo está enmarcando el debate en términos económicos, cuando en realidad el verdadero debate es religioso, entre los últimos vestigios de las naciones cristianas por un lado y el comienzo del Anticristo con su Nuevo Orden Mundial por otro lado. Es la dimensión religiosa la que da al debate su fuerza en ambos lados. Es la falta de religión en ambos lados lo que da al debate su confusión.

En efecto, Dios es el gran ausente de la “civilización” moderna, pero como dijo una vez el Cardenal Pie, si Él no gobierna con Su presencia, Él gobernará con Su ausencia. Sin Él, el debate de Brexit se está llevando a cabo en términos económicos, sobre la base de los cuales sus partidarios están destinados a perder. Pero, ¿están dispuestos a volverse hacia Dios? Esa es la cuestión.

Kyrie eleison.