“Holocaustiandad”
Paciencia,
queridos amigos, la Verdad puede tomar su tiempo
Para refutar la Hueca Causa, un verdadero crimen de pensamiento.
Para refutar la Hueca Causa, un verdadero crimen de pensamiento.
Muchos
católicos parecen pensar que lo que se llama el “Holocausto” no tiene nada que
ver con la religión. Están muy equivocados. He aquí dos párrafos (ligeramente
editados) del hermoso homenaje al difunto profesor Robert Faurisson de Jérôme
Bourbon, valiente editor del excelente semanario parisino Rivarol:—
El
profesor Faurisson, con su investigación y su famosa frase de 60 palabras, no
sólo amenazó los fundamentos ideológicos del orden mundial que surgieron de la
Segunda Guerra Mundial, sino que también cuestionó la religión, o
contra-religión, de la “Holocaustiandad”. Esta es una verdadera religión que
exige respeto y sumisión. Su falso dios requiere un homenaje de adoración, una
constante quema de incienso ante él, una llama que se enciende como en el Yad
Vashem, flores que se ofrecen, y lamentos que suben al Cielo, como en las
peregrinaciones y procesiones a Auschwitz y a otros lugares, mientras que la
gente tiene que golpearse el pecho, gritando “Nunca más”.
La
“Holocaustiandad”, enseñada desde la escuela primaria hasta el final de
nuestras vidas, por la televisión, el cine y todo tipo de entretenimiento,
imita, de hecho, todos los rasgos de la religión católica. Tiene sus mártires
(los Seis Millones), sus santos (Elie Wiesel, Ana Frank), sus milagros (sobrevivientes
del “Holocausto”), sus estigmatizados (prisioneros tatuados en los campos de
concentración), sus peregrinaciones (a Auschwitz, etc), sus templos y
catedrales (museos y monumentos conmemorativos del “Holocausto”), sus limosnas
para obtener el indulto (interminables indemnizaciones a Israel y a los
supervivientes del “Holocausto”), sus reliquias (dientes, pelo, zapatos, etc.
de los prisioneros), sus vidas de santos (libros de Elie Wiesel, Ana Frank,
etc.), sus cámaras de tortura (cámaras de gas), su Evangelio (el veredicto del
tribunal militar de Nuremberg de la posguerra), sus Sumos Sacerdotes y
Pontífices (Simón Wiesenthal), su Inquisición (tribunales civiles
anti-Revisionistas), sus leyes contra la blasfemia (prohibiendo estrictamente
cualquier cuestionamiento del “Holocausto”), su Ciudad Santa (Jerusalén
moderna), sus predicadores y guardianes (instructores y asociaciones en
política, medios de comunicación, religión, sindicatos, deportes y economía),
sus congregaciones religiosas (Congreso Judío Mundial, B’nai B’rith, AIPAC,
etc., etc.), su Infierno (para todos los nacionalistas – ¡excepto los
israelíes! – todos los revisionistas, todos los creyentes en el deicidio y en
el Nuevo Testamento reemplazando al Antiguo, etc.), y sus fieles (casi toda la
humanidad).
Sin
embargo, la “Holocaustiandad” no sólo imita al cristianismo, sino que también
lo voltea al revés: en lugar de amor, odio; en lugar de verdad, mentiras; en
lugar de perdón, venganza talmúdica; en lugar de respeto por los ancianos, la caza
de los ancianos guardianes de los campos; en lugar del espíritu de pobreza, la
búsqueda de pagos de reparación; en lugar de la humildad, el afán de dominar;
en lugar de compartir, la búsqueda de beneficios personales, en lugar de la
caridad, el chantaje: en lugar de respeto a los demás, linchamiento: en lugar
de quietud y discreción, publicidad y acusaciones ruidosas en los medios de
comunicación; en lugar de la justicia sin límites de Dios, la descarada
injusticia de los conquistadores que se erigen en jueces de los conquistados,
etc.
Así
que aquí hay un soneto para honrar lo que el Prof. Faurisson hizo para sacar a
este mono de la espalda de la humanidad:—
“La
verdad es poderosa y prevalecerá”, dijeron.
“¡Oh, no!” contestó una raza, “la verdad la hacemos nosotros –
“Somos la Raza Maestra, de todos los hombres cabeza,
¡Nuestra verdad es lo que los inferiores tienen que aceptar!”
Y así toda una mitología surgió
Por cómo esta raza dos Guerras Mundiales remodeló.
A las mentes débiles les imponen cámaras de horror
Para fabricar un dios falso que todo el mundo adora.
Sin embargo, un frágil francés a las mentiras racistas desafió.
“Muéstrennos una de esas cámaras genuinas, ¡una sola!”
Pero no había fotos que mostrar. Con gritos
De rabia, los racistas sabían que la Verdad ganó.
En Dios, profesor, usted no creía,
Pero a usted lo usó, para aliviar a todas las razas.
“¡Oh, no!” contestó una raza, “la verdad la hacemos nosotros –
“Somos la Raza Maestra, de todos los hombres cabeza,
¡Nuestra verdad es lo que los inferiores tienen que aceptar!”
Y así toda una mitología surgió
Por cómo esta raza dos Guerras Mundiales remodeló.
A las mentes débiles les imponen cámaras de horror
Para fabricar un dios falso que todo el mundo adora.
Sin embargo, un frágil francés a las mentiras racistas desafió.
“Muéstrennos una de esas cámaras genuinas, ¡una sola!”
Pero no había fotos que mostrar. Con gritos
De rabia, los racistas sabían que la Verdad ganó.
En Dios, profesor, usted no creía,
Pero a usted lo usó, para aliviar a todas las razas.
Kyrie eleison.