El Obispo Angelelli fue uno de los adalides más radicalizados de la lucha revolucionaria que llevó el marxismo dentro de la Iglesia en la Argentina. Era conocido como el obispo Satanelli. El Papa y la recua de apóstatas que lo secundan no ignoran que el trabajo de estos criminales obedeció a un plan subversivo de inspiración marxista. Ni Angelelli ni sus curas trabajaron por los pobres; se aprovecharon de ellos por su poca instrucción. Vieron en ellos el caldo de cultivo apto para hacer la revolución. Y su prédica sembró odio, violencia, terror y muerte. Envenenaron de rencor y odio el corazón de muchos al punto de transformarlos en asesinos. Lucharon para que la Iglesia fuese antropocéntrica, temporalista, naturalista, materialista, secularizante y que estuviese embarcada al servicio del marxismo. Angelelli no murió en odio a la fe, pero su pelea fue para cambiar la Fe.