martes, 25 de junio de 2024

UNA FRATERNIDAD CADA VEZ MENOS FRATERNAL, CADA VEZ MÁS FRATRICIDA

Caín y Abel, Mironov


UNA FRATERNIDAD CADA VEZ MENOS FRATERNAL,

CADA VEZ MÁS FRATRICIDA


Ahora que el Arzobispo Viganò ha sido reclamado por el “Dicasterio para la Doctrina de la Fe” (DDF) para ser juzgado por “cismático”, la Neo FSSPX, lejos de solidarizarse con un prelado que ha sido convocado por los peores enemigos de la Iglesia a través de una dependencia vaticana que, muy lejos de interesarse por defender la fe, defiende la herejía, la apostasía y la aberración sodomítica (¿alguien no sabe acaso que su responsable máximo, “Tucho Fernández”, es un notorio depravado promotor de la degeneración sexual?), ha sacado a relucir su altanero desdén respecto del arzobispo. ¿Es esto sorprendente? No para nosotros que sabemos bien la orientación desleal y suicida adoptada por los que ocuparon los puestos de mando, tras la muerte de Mons. Lefebvre.

En efecto, la Neo FSSPX, que ya no cuenta con articulistas destacados ni con opinadores responsables (si los hay sus escritos no trascienden de algún limitado boletín parroquial de algún rincón de Francia), sino sólo con un gris sitio informativo oficial desde donde, siempre en un estilo seco, pretendidamente irónico y acerado, mas siempre cuidadosamente amortiguado respecto de la Roma modernista, da a conocer su postura acerca de diversos temas. En este caso, a través de un texto breve de poco más de una página, refleja la candente noticia sin la menor muestra de solidaridad o comprensión hacia el arzobispo perseguido por los modernistas romanos. Más bien aprovecha para –una vez más- despegarse de Mons. Viganò, a quien nunca ha podido tragar por su lenguaje tan cercano al de Mons. Lefebvre, inoportuno por supuesto para cualquier tipo de componenda, aquiescencia o convivencia pacífica con la Iglesia conciliar de Francisco. Se acabó el tiempo de hablar “sí sí, no no”. Es peligroso. Sobre todo después del levantamiento de las “excomuniones”, mendigado por la Neo FSSPX para volverse potable a las autoridades romanas conciliares.

Pasemos al artículo mencionado (puede leerse aquí). Luego de dar una breve explicación sobre “¿Qué es un juicio penal extrajudicial?”, evidentemente oportuna, pasa a referir “Las acusaciones presentadas por el DDF”. Hasta aquí, en su asepsia informativa, la Neo FSSPX ha deslindado informar completamente al lector que la mencionada DDF está en manos de gente no sólo incompetente, sino que ellos mismos deberían ser juzgados y expulsados de donde se han aposentado, como usurpadores que son. La mención de que el organismo está presidido por “Tucho” Fernández –a quien Viganò se encarga bien de describir en algunos de sus nauseabundos antecedentes- brilla por su ausencia. Así, uno podría creer que las cosas están “normales” en la Iglesia, cuando de lo que se trata es de que unos delincuentes espirituales y doctrinales, agentes de la Contra-Iglesia y de la contra-natura, se aprestan a vengar en un arzobispo crítico el haber desafiado públicamente mediante sus denuncias el poder tiránico que encaramó a tales personajes en los puestos de poder en el Vaticano. Osadía que, claro está, no puede imputársele a la nueva y funámbula FSSPX, ya previamente atendida en el quirófano del cirujano plástico para quitarle sus cicatrices del combate. No puede entonces sino pretender conservarse sine macula. A eso apuntan también las advertencias que lanzó recientemente el P. de Jorna, con motivo de anunciar próximas neo consagraciones episcopales, abriendo el paraguas mucho antes de tiempo. O quizás queriendo dar la imagen de que van a hacer lo mismo que hizo Mons. Lefebvre, y por ello serán “perseguidos”, cuando en verdad son los únicos en la tradición que no han dejado de recibir favores de Francisco. Pero si se mira bien, el boletín donde aparece la carta del superior del distrito de Francia va acompañado de imágenes de los importantes proyectos en ejecución para construir costosas y grandes iglesias en Francia, amén de una larga lista de prestaciones. ¿Puede permitirse una congregación tan desarrollada perder a sus clientes, poniendo en riesgo su patrimonio? (Perdonen que hablemos así, pero no es un secreto que desde hace muchos años la FSSPX fue puesta a la consideración de una empresa de branding empresarial, para que la modelase y publicitase de acuerdo a como se hace con las grandes marcas comerciales, operación que ha resultado muy exitosa).

Hacia el final, el artículo del sitio de noticias de la FSSPX saca a relucir lo que sería el pecado de Viganò que lo separa de ellos mismos: “Monseñor Viganò hace una clara declaración de sedevacantismo en su texto. En otras palabras, según él, el Papa Francisco no es Papa. ¿Cómo explica esto? Debido a un "vicio de consentimiento" del cardenal Jorge Bergoglio, al acceder al poder supremo: considerando el papado como algo distinto de lo que realmente es, el elegido de 2013 aceptó el oficio pontificio sin consentir a ello plenamente, y este error derivó en la nulidad de su aceptación. Su pontificado sería, por tanto, una comparsa." Pero, como se explica muy bien en un artículo de Non Possumus, “esta acusación de la Fraternidad es falsa. El Arzobispo Viganò no hace eso en su declaración. En cambio, esto es lo que dice: "El defecto de consentimiento de Bergoglio (vitium consensus) al aceptar su elección, se fundamenta precisamente en la evidente alienación de su acción de gobierno y magisterio respecto de lo que cualquier católico de cualquier época espera del Vicario de Cristo y Sucesor del Príncipe de los Apóstoles." Y en la conferencia que explica detalladamente lo del posible vicio del consentimiento en la elección papal (vitium consensus), termina diciendo esto otro (min. 33:50): "Esta situación es humanamente incurable porque... la corrupción de la autoridad no puede ser remediada por quienes están sometidos a ella". O sea, el Arzobispo reconoce que los católicos están sometidos a la autoridad de Bergoglio. ¿Por qué? Porque -lamentablemente- él es el papa. Resulta, entonces, injusto y engañoso el artículo de la Neo-FSSPX. En el peor de los casos, las ideas sobre un posible vicio de consentimiento en la elección papal acercan a Mons. Viganò a la postura sedevacantista, pero es totalmente falso que "Monseñor Viganò hace una clara declaración de sedevacantismo en su texto."

Ahora bien, aunque no siempre Viganò pueda ser tan claro como Mons. Lefebvre, y sin tener que adoptar una posición sedevacantista, ¿no se está, sin embargo, en el deber de considerar con respeto la posición de quien ha demostrado ser serio y coherente en sus actos y declaraciones, cual es Monseñor Viganò? ¿No hay el derecho de permitir una gran duda, una perplejidad y una interrogación que el Arzobispo Viganò creyó poder resolver de la manera que lo ha hecho (“vicio de consentimiento”), para explicar la conducta no ya anómala, herética, escandalosa o disolvente de Bergoglio, sino su modus operandi que va mucho más allá que los anteriores papas conciliares? Como uno de los tantos ejemplos, recientemente el Dicasterio para la promoción de la Unidad de los Cristianos ha propuesto “reexaminar la forma del papado y su ejercicio de la autoridad al servicio de la comunión eclesial”, en una reflexión “hecha juntos”, entre todas las confesiones cristianas: “Ha llegado el momento de dar nuevos pasos en los diálogos ecuménicos”, y “ponerse de acuerdo sobre un ejercicio aceptable de un ministerio de unidad para toda la Iglesia”. De modo tal que Francisco está dando pasos acelerados para acabar tanto con la misa católica como con el papado, en vistas de instalar la versión superadora de la iglesia conciliar: la iglesia sinodal. Es cierto que, como termina su artículo la Neo FSSPX, “Ni Monseñor Lefebvre ni la Fraternidad que él fundó quisieron aventurarse en este punto” (cuestionamiento de la legitimidad de la autoridad del papa), pero también lo es que nunca ningún otro pontífice se aventuró tanto como lo hace ahora Francisco, en una serie de medidas, gestos y palabras que tienden a destruir completamente todo vestigio católico en la Iglesia.

Por cierto, Mons. Lefebvre no temió a las palabras duras, cuando las creyó necesarias y justas, y hoy no cejaría en decir si no todo, prácticamente lo mismo que Mons. Viganò. Así por ej., cuando Mons. Lefebvre escribió su carta a los cuatro futuros consagrados, el 29 de agosto de 1987, no dudó en decir que la Sede de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocu­pados por anticristos”, y que “la destrucción del Reinado de Nuestro Señor prosigue rápidamente dentro mismo de su Cuerpo Místico en esta tierra, especialmente por la corrupción de la Santa Misa, manifestación espléndida del triunfo de Nuestro Señor en la cruz”. Bergoglio va más allá de la corrupción de la Misa e intenta directamente hacerla desaparecer. ¿Hay una respuesta condigna de la FSSPX a todo eso? Oh, se nos dirá que va a consagrar nuevos obispos. ¿Acaso del estilo de Huonder? En 1987 -¡hace casi cuarenta años!- Mons. Lefebvre decía (en la carta citada) que “esta Roma, modernista y liberal, prosigue su obra destructora del Reinado de Nuestro Señor”. En cambio ahora, en los tenebrosos tiempos de “Fiducia suplicans”, tímidamente dice el superior de Francia P. de Jorna: “No habiendo mejorado la situación eclesial desde 1988, tenemos que pensar en darles ayudantes [a los actuales tres obispos], que un día se convertirán en sus sustitutos”. Con un lenguaje calculadamente inocuo, evita en su carta hacer referencia alguna al modernismo y liberalismo de las autoridades vaticanas, ni osa siquiera mencionar el concilio Vaticano II. ¿Cómo podía esperarse, entonces, alguna alusión al iscariotismo bergogliano? Nada de eso. Una vez que les levantaron las “excomuniones”, ¿iban a arriesgarse a ser de nuevo excomulgados?

Meditemos, para terminar, estas palabras de un santo: “San Crisóstomo pregunta: ¿Cuál es la causa para que en la primitiva Iglesia los cristianos fueran tan buenos y tan fervorosos, y el día de hoy son tan tibios y remisos? Y responde, que la causa es porque entonces salían a pelear con el demonio desnudos, despojándose de sus bienes y haciendas; pero ahora salen muy vestidos de beneficios, haciendas y honra: y esas vestiduras les estorban e impiden mucho. Pues para esto dejamos las riquezas, y nos deshicimos de todas las cosas del mundo, para que así libres y desembarazados podamos mejor pelear con el demonio, y seguir a Cristo. El luchador desnudo más fuertemente pelea: el nadador se despoja de su ropa para pasar el río; el caminante dejando la carga y hatillo camina más ligeramente.” (San Alonso Rodríguez, “Tratado de perfección y virtudes cristianas”).

F.M.

N.B.: Para reflexionar: “¿No diríamos que el buen Dios quiere hacernos expiar nuestra adhesión a los bienes de la tierra y forzarnos a practicar la pobreza, puesto que no lo queremos voluntariamente? Los mejores espíritus han pensado que el atroz cataclismo que barrió de Francia tantas congregaciones enseñantes era para muchos un castigo providencial de esta desgraciada manía de enterrar grandes sumas en inmensas construcciones que se habían multiplicado hasta el exceso durante los últimos vente años” (“Pourquoi notre ministère est stérile pu peu fructueux”, par un prêtre, 1905). Quizá convenga destacar que, v.gr. mientras la FSSPX en los EE.UU. realizaba grandes (“faraónicas”) y múltiples obras edilicias, y suntuosamente publicitaba su exponencial crecimiento, el superior de ese mismo distrito se dedicaba a depredar sexualmente a menores. Asunto éste último que él mismo confesó y por el cual acaba de ser condenado a dos años de prisión en Francia. ¿Ha terminado acaso el castigo para la Neo FSSPX, o más bien está por venir?