Antes advertimos sobre el evidente plan de reconocimiento gradual de la FSSPX por parte de Roma: "mediante carta de 1° de septiembre de 2015, Francisco concedió jurisdicción ordinaria a todos los Sacerdotes FSSPX para conferir el Sacramento de la Penitencia. Luego se precisó que esa concesión también comprende el Sacramento de la Extremaunción. Van dos Sacramentos... Y continuando con esta estrategia de avance gradual, ahora es el turno de un tercer Sacramento: el Sacramento del Orden."
Mons. de Galarreta había revelado la existencia de una carta por la que Roma eutorizó las ordenaciones de la FSSPX. Ahora el mismo Mons. Fellay se refiere a esa autorización.
Fuente (Nota: se trata de una grabación de audio. Traducimos lo dicho por Mons. Fellay desde el minuto 9:48)
« Y
es muy interesante, este es uno de los argumentos más importantes que Roma usa
en contra nuestra, decir que nosotros [estamos] y los futuros sacerdotes están
suspendidos. Ellos afirman: “ustedes no están incardinados, por lo que su
ordenación es ilegítima”. Esto viene del tiempo en el que ellos pretendieron
suspender a la Fraternidad.
Ahora,
esto es muy interesante, y ustedes comprenderán la importancia de nuestras
discusiones con Roma, discusiones que no tratan de hacer un acuerdo con Roma, o
hacer concesiones con Roma. No. Estas discusiones tienen como propósito que
solicitamos a estas autoridades que todavía reconocemos como legítimas, que
ellas reconozcan que nuestra acción es auténticamente católica, es legítima. Y
uno de los, digamos, últimos pasos que Roma ha dado es precisamente acerca de
las ordenaciones dadas por nosotros.
De
hecho, es aproximadamente hace dos años que esto ya es un hecho, pero como está
hecho con la sutil política de Roma, ni siquiera me di cuenta. Y hace apenas un
par de meses recibí una carta escrita en blanco y negro, por parte de Roma, que
declara: “ustedes pueden libremente ordenar los sacerdotes de la Fraternidad -y por supuesto que también implica a las comunidades que están con nosotros- sin
pedir el permiso del ordinario local".
Entonces
Roma declara que nosotros podemos ordenar libremente a nuestros candidatos.
Esto significa que Roma reconoce como legítima la acción que nosotros hacemos
hoy. Podemos ver qué tan lejos estamos de la condenación del ordinario local.
Pero, sí, es cierto, es muy complicado, es una situación muy complicada en la
que estamos y no es por nosotros, es por la situación de la Iglesia, la cual es, disculpen la palabra, un verdadero desorden.
Nosotros
decimos que en esta situación hay una tremenda confusión y esta es la
consecuencia del Concilio Vaticano II, son los gérmenes de la confusión que ha
sido inoculados en la Iglesia. Y precisamente porque luchamos contra esto,
luchamos contra este desorden, es que hemos sido castigados. Claro que decimos que
no es justo, pero esta es la situación, y por eso mismo continuamos haciendo lo que
la Iglesia siempre ha hecho, pero es interesante ver que de poco a poco, en los
hechos. Roma reconoce que existimos y que lo que hacemos es correcto. »
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