Monseñor Fellay – III
Tres obispos dijeron la verdad, pero “no hay peor
ciego
que el que no quiere ver” – él su razón cerró.
Leyendo
los dos últimos números de estos “Comentarios” sobre la mentalidad que induce
al Superior General de la Fraternidad de San Pío X a perseguir implacablemente
un acuerdo meramente práctico con las autoridades de la Iglesia en Roma, un
buen amigo me recordó que las ideas que lo conducen fueron expuestas cuatro
años atrás en su Carta del 14 de Abril de 2012. En ella, él contestó a los
otros tres obispos de la Fraternidad, quienes le advertían seriamente contra
hacer un acuerdo meramente práctico con Roma. Hoy, muchos lectores de estos
“Comentarios” pueden haber olvidado, o nunca supieron, de esa advertencia o de
la réplica de Monseñor Fellay. En efecto, el intercambio de cartas nos da una
gran dosis de comprensión que vale la pena recordar. Aquí están, resumidas tan
cruelmente como siempre, con breves comentarios:—
La
principal objeción de los tres obispos al acuerdo práctico con Roma realizado
sin un acuerdo doctrinal, era la profundidad del precipicio doctrinal entre
Roma Conciliar y la Fraternidad Católica Tradicional. Medio año antes de su
muerte, Monseñor Lefebvre dijo que cuanto más uno analiza los documentos y
secuelas del Vaticano II, más uno se da cuenta de que el problema no es tanto
los errores clásicos en particular, incluso aquellos como libertad religiosa,
colegialidad y ecumenismo, sino “una total perversión de la mente” en general,
subyaciendo en todos los errores particulares y procediendo de “una completa
nueva filosofía fundada en el subjetivismo”. Además, a un argumento clave de
Monseñor Fellay de que los Romanos ya no son más hostiles sino benevolentes
hacia la Fraternidad, los tres obispos replicaron con otra cita de Monseñor
Lefebvre: tal benevolencia es simplemente una “maniobra” y nada puede ser más
peligroso para “nuestra gente” como “ponernos a nosotros mismos en las manos de
obispos Conciliares y Roma modernista”. Los tres obispos concluyeron que un
acuerdo meramente práctico iba a destrozar a la Fraternidad y destruirla.
A
esta profunda objeción, tan profunda como el abismo entre el subjetivismo y la
verdad objetiva, Monseñor Fellay replicó (google Monseñor Fellay, 14 de abril de 2012):— 1 que los obispos eran “demasiado humanos y fatalistas”. 2 La
Iglesia está guiada por el Espíritu Santo. 3 Atrás de la benevolencia real de
Roma hacia la FSPX está la Providencia de Dios. 4 Hacer de los errores del
Concilio una “súper-herejía” es una exageración inapropiada, 5 que lógicamente conducirá
a los Tradicionalistas al cisma. 6 No todos los Romanos son modernistas porque
cada vez menos de ellos creen en el Vaticano II, 7 al punto que si Monseñor
Lefebvre estuviera vivo hoy no hubiera dudado en aceptar lo que se le está
ofreciendo a la FSSPX. 8 En la Iglesia siempre habrá trigo y cizaña, así que la
cizaña Con ciliar no es razón para retroceder. 9 Cómo yo deseo haber podido
recurrir a ustedes tres para consejo, pero cada uno de ustedes en diferentes
maneras “fallaron fuerte y apasionadamente en comprenderme” y hasta me
amenazaron en público. 10 Oponer Fe a Autoridad es “contrario al espíritu
sacerdotal”.
Y,
finalmente, un brevísimo comentario sobre cada uno de los argumentos de
Monseñor Fellay:—
1
“¿Demasiado humanos”? Como dijo Monseñor Lefebvre, el gran abismo en cuestión
es filosófico (natural) más que teológico (sobrenatural). ¿“Demasiado
fatalistas”? Los tres obispos eran más realistas que fatalistas. 2 ¿Están los
hombres de iglesia Conciliares guiados por el Espíritu Santo cuando destruyen
la Iglesia? 3 Atrás de la malevolencia real de Roma está su firme resolución de
disolver la resistencia de la FSSPX a la nueva religión Conciliar – ¡tal cómo a
muchas Congregaciones Tradicionales antes que ella! 4 Solamente los mismos
subjetivistas no pueden ver la profundidad del abismo entre subjetivismo y
Verdad. 5 Los Católicos Objetivistas adheridos a la Verdad están lejos del
cisma. 6 Los masones tienen la manija en Roma. Cualquier no-modernista no tiene
poder importante allá. 7 Creer que Monseñor Lefebvre hubiera aceptado los
ofrecimientos presentes de Roma es equivocarse completamente. El problema
básico se volvió mucho peor desde sus tiempos. 8 La cuchara de Monseñor Fellay
es demasiado corta para cenar con los (objetivos) diablos Romanos. 9 Los tres
obispos comprendieron a Monseñor Fellay demasiado bien, es él que no quiso
escuchar lo que los tres tenían que decir. ¿Es que él se considera a sí mismo
como infalible? 10 San Pablo seguro imaginó que esa Autoridad podía oponerse a
la Fe – Gál. I, 8–9 y II, 11. ¿Careció San Pablo de “espíritu sacerdotal”?
Kyrie
eleison.