lunes, 12 de octubre de 2015

COMENTARIO ELEISON Número CDXXX (430) 10 de octubre de 2015


Consejos Positivos


No es que hoy quedemos sin nada que podamos hacer.
Basta buscar para descubrir de Dios el buen placer.


Los Norteamericanos tienen una expresión, “Pensar fuera de la caja”. Significa pensar fuera del modo usual propio de pensar. Si alguna vez hubo un tiempo para “pensar fuera de la caja”, ese tiempo es ahora. Desde seis o siete cientos de años, la humanidad se ha apartado de Dios en un proceso libremente por ella elegido, el cual Dios no interviene para parar, como fácilmente podría hacerlo, porque Él no nos da el libre albedrío para arrebatárnoslo de nuevo. También, si Él está ahora permitiendo que este proceso esté alcanzando en nuestro propio tiempo su conclusión lógica, Él debe tener esperanzas de que, como la crisis se profundiza y las presiones aumentan, así habrá siempre más almas llevadas a pensar fuera de la caja del materialismo, de manera que retornan al camino del Cielo.

Ahora bien, cómo se desplegarán los años que vienen permanece el secreto de Dios, especialmente el calendario. Sin embargo, parece altamente probable que las áreas suburbanas y urbanas donde la mayoría de nosotros vivimos serán seriamente desestabilizadas, en primer lugar porque estas áreas están mayormente inmersas en materialismo y viviendo felizmente sin Dios, lo cual debe invocar Su Ira, y en segundo lugar porque estas áreas son tan intrínsecamente inestables tanto como lo están amputadas de la naturaleza y son artificiales. Efectivamente dependen siempre más en el frágil sistema de supermercados para sustento y supervivencia, en las insuficientes fuerzas humanas policiales para cualquier paz y orden, en los vulnerables satélites de Internet para su información y comunicaciones, en los villanos bancos para techo como guarida.

De hecho, solamente cuando la crisis golpee realmente, nos daremos verdaderamente cuenta de cuan frágil era nuestro ambiente que parecía tan natural como la naturaleza misma. Por consiguiente, para subsistencia y supervivencia seguramente tiene sentido proveerse de una existencia de alimento y agua; para información y guía proveerse de una radio operada con baterías (con las baterías); para ley y orden proveerse de algunos medios físicos de auto-defensa y contactarse con los vecinos inmediatos de uno, a pesar de lo poco que uno los hubiera elegido, porque los amigos en la necesidad son amigos de verdad; y para techo como guarida, salir, tanto como uno pueda tan pronto como uno pueda, fuera de deuda y fuera de las garras de los banqueros delinquentes, aunque sea muy tarde para eso.

Un lector católico va más allá, sugiriendo que los Católicos en un misma área se junten para establecer refugios católicos, tanto materiales como espirituales, invisibles como tales desde afuera, pero donde adentro reinará la alegría de la Fe. Ese parece un pensamiento extraño. Ciertamente es “fuera de la caja”. Exigiría unos Católicos que vivieran cerca, los unos de los otros, y que comportaran el mismo sentido de urgencia hacia los eventos inminentes. Sin embargo es una idea cuyo tiempo puede venir. Además algún ‘estudiante’ haría buen uso de su tiempo en una ‘universidad’ si hiciera una tesis sobre como los Católicos mantuvieron la Fe bajo la brutal represión Comunista. El Globalismo no es aún físicamente brutal, pero eso puede hacerlo todo lo más peligroso para las almas.

Y, finalmente, un Sacerdote hace unas pocas sugerencias clásicas de medios espirituales para cumplir con las necesidades espirituales de hoy en día, las cuales son suficientemente urgentes aún sin la amenaza de eventos aún más graves. El Rosario completo de 15 Misterios cada día tiene la garantía del Cielo para su eficacia. Un ayuno de 24 horas a pan y agua puede obtener hasta milagros. Una obra de misericordia corporal, por ejemplo limosnas reales a un mendigo real (más difícil que escribir un cheque) hace descender la gracia. Así también hace una obra de misericordia espiritual, como darles un panfleto católico o una Medalla Milagrosa a no-Católicos. Abstinencia total del Internet por uno o varios días puede frenar los hábitos de pérdida de tiempo, y puede liberar una media hora para meditar en su lugar sobre la Pasión de Nuestro Señor quien no hace otra cosa que esperarnos y anhelar que saquemos provecho de todo lo que Él sufrió.

Kyrie eleison.