NO ESTUVIERON DISPUESTOS A SOPORTAR POR MÁS TIEMPO EL MATONAJE Y LOS ABUSOS DE LA NEO-FSSPX
Declaración del 22° Capítulo General
La Orden y la Fraternidad San Pio X
Durante
un par de años atrás, los superiores de la FSSPX han tratado sin éxito que
nuestra Orden se adhiera a la nueva política Romana subrayada en la Declaración
Doctrinal del 15 de Abril de 2012, y en la Declaración del Capítulo General del
14 de julio de 2012. Esta última contempla una “normalización canónica” bajo
seis condiciones, sin esperar un acuerdo doctrinal o a la conversión de Roma,
lo cual Monseñor Lefebvre consideró como un pre-requisito: “Es pues un deber estricto para todo sacerdote que quiere permanecer
católico, el separarse de esta Iglesia Conciliar, mientras ella no reencuentre
la Tradición del Magisterio de la Iglesia y de la Fe católica”. (Itinerario Espiritual)
Nuestra
Regla declara que el Caballero “sirve a la Fe hasta sus últimas consecuencias,
y sus aplicaciones más rigurosas”, y que él “defiende a la Santa Iglesia hasta
la muerte”, mientras que nuestras Constituciones añaden: “esperando, con santa
esperanza, ese bendito día cuando [la Orden] podrá someterse completamente […]
a Roma finalmente libre de la perniciosa influencia de las herejías
modernistas”, como en su Declaración de 1974, Monseñor Lefebvre insistió: “Esto
haremos hasta el tiempo en que la verdadera luz de la Tradición disipe las
tinieblas que oscurecen el cielo de la Roma Eterna”.
Más
aún, ninguna de las condiciones establecidas por el Capítulo de 2012 excluye
específicamente el Juramento & Profesión de Fe del Cardenal Ratzinger, el
cual fue aceptado implícitamente por el Superior General en una nota de su
Declaración Doctrinal, el cual, por los últimos quince años, el Vaticano ha
exigido como una condición no negociable para cualquier reconocimiento
canónico. Ahora bien, los Caballeros de Nuestra Señora, que han prometido la
Profesión de Fe Tridentina y el Juramento Antimodernista ante el Santo Altar,
junto con Monseñor Lefebvre[1], estiman
que para ellos es moralmente imposible aceptar este juramento posconciliar, y
por consecuencia, atarse a clérigos que consideran prometerlo.
Nuestra
fidelidad a los principios ha molestado a algunos, y varios intentos de
chantaje y sanciones han sido llevados a cabo para lograr que nos rindamos. El
13 de Octubre, luego el 29 de noviembre de 2012, se nos pidió cambiar nuestras
Constituciones, las cuales respaldan completamente la Declaración de Monseñor
Lefebvre de 1974 ya que, se nos dijo, ya no habría necesidad de esperar a la
conversión de Roma.
Luego,
el 15 de Julio de 2013, los representantes del Superior General nos informaron,
en la Casa de Distrito de Francia, que en lugar de tener un Obispo Protector -cargo
que aceptó Mons. de Galarreta desde 1996- tendríamos un Superior Eclesiástico,
que podría anular las decisiones tomadas por la jerarquía de la Orden. Esto es
totalmente opuesto a aquello en lo que Mons. Lefebvre insistía, esto es, que
los obispos que consagró no tenían jurisdicción directa, y que era facultad de
los laicos llamar a sacerdotes fieles en caso de necesidad[2].
Nosotros amablemente declinamos su proposición.
El
2 de septiembre de 2013, el Prior de Manila propuso a nuestro Visitador para
Filipinas no obedecer al Magisterio de la Orden, y reportar directamente al Distrito
de Asia. El visitador valientemente respondió que no sería él quien introdujera
la división en la Orden. Después que nos negamos a tomarlo como nuestro
“superior eclesiástico” local, y escuchando las acusaciones de Menzingen, el
Superior de Distrito de Asia nos pidió que ya no nos reuniéramos en sus
prioratos y capillas[3].
Finalmente,
el 18 de septiembre de 2014, el Superior de Distrito de Francia, el P. Christian
Bouchacourt, escribió al Maestre: “Dada las posiciones públicas que usted ha
tomado como Maestre de la Orden de los Caballeros de Nuestra Señora, apoyando a
esos sacerdotes disidentes de la Fraternidad que han seguido a Monseñor
Williamson, la Casa General, con mucha razón, me pide informarles que ningún
Caballero tendrá permitido participar en esta peregrinación con uniforme”. Se
refería a la peregrinación de Lourdes, a la cual nuestros Caballeros habían
sido invitados oficialmente para servir durante dieciséis años. En cuanto a las
supuestas “posiciones públicas” tomadas “como Maestre de la Orden de los
Caballeros de Nuestra Señora”, ni el Superior de Distrito de Francia, ni el
Superior General en su correspondencia subsecuente, fueron capaces de
corroborar.
Durante
otra junta en la Casa de Distrito de Francia el 13 de enero de 2015, propusimos
que un sacerdote estuviera a cargo de los contactos con nuestra Orden con el Distrito de Francia, pero no fuimos escuchados, y el Superior de Distrito
nos informó: “Les enviaré una Declaración -que será mi texto- y ustedes
firmarán”. Por esta Declaración, nos comprometeríamos a nunca criticar las
nuevas orientaciones de Menzingen en nuestras juntas y correspondencia, y jamás
asistir, ni siquiera en privado, a las Misas celebradas por sacerdotes que él
no hubiera aprobado. Estos dos compromisos equivalen a modificar nuestras
Constituciones, las cuales, con la aprobación de la Comisión Canónica de la
FSSPX el 22 de septiembre de 1995, nos da el deber de esperar la conversión de
Roma y nos da la libertad de llamar a todos los “miembros fieles del Clero”.
Ya
que nos negamos a ceder ante este abuso de poder, el P. Bouchacourt nos
notificó, por una carta del 26 de mayo de 2015, que suspendía “el apoyo del
Distrito de Francia a los Caballeros de la Orden de Nuestra Señora”, y anunció
que había “pedido que algunos laicos se organizaran para formar una nueva
estructura”, lo que permitiría “seguir el mismo ideal” a aquellos Caballeros
que no estuvieran de acuerdo con sus superiores. El 4 de junio confirmó su
doble decisión en un fax a los prioratos de Francia y algunas comunidades
religiosas.
Siguiendo
a San Pio X, los Caballeros de Nuestra Señora saben que los peores enemigos de
la Iglesia están escondidos en su propio seno[4].
Por lo tanto, permanecerán fieles a sus Constituciones y a la Declaración de
1974 de Mons. Lefebvre, así como también a la Profesión de Fe Tridentina y al
Juramento Antimodernista, poniéndose del lado únicamente de la Tradición
Católica, continuando el buen combate de la Fe, oportuno, inoportuno, tal como
han luchado en los pasados 70 años, y con el apoyo de Mons. Lefebvre desde
1969. Además, desean expresar su gratitud a los muchos buenos sacerdotes que
continúan apoyándolos, y renuevan su determinación de permanecer a su servicio.
La junta de los Caballeros de Nuestra Señora en
Salérans, en el 22° Capítulo General y en el 70° aniversario de la fundación de
su Orden.
[1] Cf. Fideliter, n° 70,
p.13; n° 73, p.120; n° 76, p.11; n° 79, p.4-5; n° 222,
[2] Pág. 92. Durante los últimos años, muchos entre ustedes han
recurrido a Mons. Lefebvre como autoridad supletoria. Es un hecho que él era
más un Padre, consejero y amigo que una autoridad en el sentido legal del
término […] Es en este mismo espíritu de servicio que Mons. Fellay se hará
cargo, no como un miembro de la FSSPX, sino como un Obispo Católico. Todas y
cada una de sus comunidades son libres de llamarlo o no. Ni él, ni la Fraternidad
tienen intención de meter sus manos en las otras comunidades de ningún modo”
(P. Schmidberger, entonces Superior General, a los monasterios y conventos
tradicionales en una circular de fecha 27 de mayo de 1991, solo dos meses
después de la muerte de Mons. Lefebvre.
[3] De allí que una investidura solemne el 18 de octubre de 2014 se
llevó a cabo en el Santuario Nacional de Nuestra Señora la Naval de Manila,
erigida en recuerdo del “Lepanto” Filipino-Español contra los protestantes
alemanes en 1646. De hecho, la investidura de caballero del Hermano Antonio
Malaya Jr. fue negada en la capilla de la FSSPX, donde ocho armadas solemnes ya
habían tenido lugar en 2010. Sin embargo, una investidura como caballero fue la
que trajo de regreso a Mons. Lazo a la Tradición (quien después fue prelado de
nuestra Orden) y obtuvo la consagración pública de todas las Provincias y
Administraciones e incluso la Oficina de la Primera Dama de Filipinas por la
misma Primera Dama en esa iglesia de Nuestra Señora de las Victorias de Manila.
[4] Lo que sobre todo exige de
Nos que rompamos sin dilación el silencio, es que hoy no es menester ya ir a
buscar los fabricadores de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y
ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la
Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos
declarados.
***
¿Quiénes son los Caballeros de Nuestra Señora?
La Orden de los Caballeros de Nuestra Señora, o Militia Sanctae Mariae fue fundada en 1945. Por fidelidad a la Misa y al Magisterio infalible de la Iglesia, un grupo de Caballeros se separó de la Orden para formar en 1970 una Fraternidad Caballeresca y en 1989 una rama tradicional de la Orden, llamada de Observancia de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. La Orden fue erigida canónicamente en Chartres en 1965, luego en Alemania, en Suiza, en Portugal y en España. Los Caballeros fieles a la Tradición fueron alentados por Mons. Lefebvre, Mons. Tissier de Mallerais dio la aprobación canónica a las Constituciones de su Observancia.
Le texte de la Declaration en Francais: