Algunas citas del Catecismo de San Pío X:
En la fiesta de la Ascensión se celebra el glorioso día en que Jesucristo, a vista de sus discípulos, subió por su propia virtud al cielo, cuarenta días después de su Resurrección.
Jesucristo subió al cielo: 1° para tomar posesión del reino eterno que conquistó con su muerte; 2° para prepararnos el lugar y servirnos de mediador y abogado ante el Padre; 3° para enviar el Espíritu Santo a sus Apóstoles.
El día de la Ascensión, Jesucristo no entró solo en el cielo, sino que entraron con Él las almas de los antiguos Padres que había sacado del limbo.
Jesucristo está en el cielo sentado a la diestra de Dios Padre, es decir: como Dios es igual al Padre en la gloria, y como hombre está elevado sobre todos los Ángeles y Santos y hecho Señor de todas las cosas.
Para celebrar dignamente la fiesta de la Ascensión hemos de hacer tres cosas: 1ª adorar a Jesucristo en el cielo como mediador y abogado nuestro; 2ª desapegar enteramente nuestro corazón de este mundo como de lugar de destierro y aspirar únicamente al cielo, nuestra verdadera patria; 3ª determinarnos a imitar a Jesucristo en la humildad, en la mortificación y en los padecimientos, para tener parte en su gloria.
De la fiesta de la Ascensión a Pentecostés, los fieles, a ejemplo de los Apóstoles, han de prepararse a recibir el Espíritu Santo con el retiro, con recogimiento interior y con perseverante y fervorosa oración.
El día de la Ascensión, leído el Evangelio de la Misa solemne, se apaga y después se quita el cirio pascual, para representar que Cristo se partió de junto a los Apóstoles.