domingo, 22 de septiembre de 2019

COMENTARIO ELEISON Número DCXXXVI (636) - 21 de septiembre de 2019


Familia Bajo Ataque
El Rosario en familia es el arma principal
Para proteger a la familia de lamentables daños.
A medida que el mundo le da la espalda cada vez más a Dios, así Él se retira gentilmente por el momento – ¡Él regresará con fuerza, espérenlo! – pero mientras tanto con Él está desapareciendo progresivamente Su protección divina sobre Su propio semillero para los seres humanos, la familia. Lo más grave de todo es el abandono de la familia por parte de los eclesiásticos católicos, dejándola abierta a los ataques de Satanás por todas partes. Lo más doloroso debe ser cuando el ataque viene de dentro, de los miembros amados de la familia. A continuación se presenta un caso de este tipo, y tiene que ser típico de muchos hoy en día. El padre de familia escribe:—
Mi esposa me dio diez hijos, tres de los cuales ya son adultos, y pasamos por momentos difíciles y algunas tragedias, pero ahora ella me ha declarado la guerra. Hace unos 18 meses, con el pleno apoyo de su sacerdote del Novus Ordo y sus poderosos amigos, emprendió maniobras legales para sacarme de la casa y alejarme de los niños. Todo fue increíble, y terriblemente doloroso. Que la persecución era esencialmente religiosa fue confirmado cuando ella me ofreció quedarme en casa como un hombre separado, viviendo en el sótano, si tan sólo firmaba un acuerdo legal renunciando a cualquier derecho religioso sobre la educación y formación de mis hijos, e impidiéndonos a todos ir a cualquier capilla Tradicional y/o comunicarnos con los llamados Tradicionalistas. Por supuesto, no pude firmar eso, y su grupo nos pasó por encima a mí y a los niños con trucos legales . . . y perdí todo: esposa, casa, hijos, dinero, auto, seguro médico y casi todo mi negocio. Como mis hijos eran fuertes en la fe, y no cederían a la extraña y equivocada conducta de mamá y preferían estar con papá, entonces ella consiguió un equipo de “terapeutas” para “lavar” sus cerebros, y conseguir que volvieran a ser “normales”, y los llevó a las escuelas del Novus Ordo y los obligó a asistir con ella a la Misa Novus Ordo.
Ha pasado más de un año desde la última vez que vi a mis hijos pequeños. El más joven tiene ahora casi 3 años de edad, y el resto de los niños más pequeños tienen entre 18 y 24 meses de diferencia, hasta los 16 años. No tengo forma de saber qué está pasando con ellos, y si están manteniendo la fe, porque no se les permite ver u oír a nadie más que a los liberales del Novus Ordo. Los tres mayores, ya adultos, han podido comunicarse conmigo y permanecer lo más cerca posible. El mayor, que estaba en un seminario y había terminado filosofía, se salió, tal vez por la conmoción causada por la desintegración familiar, pero mantiene intacta su fe, asiste a misa casi todos los días y trabaja bien en el mundo. Lamentablemente, el #2 se tragó el veneno de que la universidad es la única manera de ganarse la vida en el futuro. El tercero está ahora debatiendo la idea de ir a la universidad, pero no ha perdido de vista la Voluntad de Dios.
Puedo ver que Dios tiene un plan, y que mis propias faltas y defectos han jugado su parte en la ruptura. Hace años un sacerdote Tradicional me dijo que teníamos una familia tan católica que el diablo seguramente nos odiaba. Este es seguramente un ataque furioso de Satanás para destruir la fe de mis hijos, y para llevarme a la desesperación, pero mi fe sigue siendo fuerte, y espero que a través de esta prueba algunos, muchos o todos nosotros nos salvemos. Aun así, hay más dolor que alegría en mi corazón. Solíamos ser un buen ejemplo para otras familias, pero ahora somos objeto de lástima y burla . . . y se me culpa por ser “fanático”, mentalmente enfermo, inflexible, etcétera. Si no hubiera conocido a muchas almas comprometidas con la fe verdadera, explicando y denunciando los males actuales en la Iglesia y en el mundo, habría estado de acuerdo con mi esposa y su séquito, y habría seguido con el estilo de vida fácil, cómodo y secular. Pero sigo siendo débil, y por eso a veces me pregunto si la Tradición no es una locura – ¿cómo puede tener razón un remanente tan pequeño de católicos? Sin embargo, sólo había 12 Apóstoles en el principio, y uno de ellos era un traidor.
Tal reacción de una madre de diez hijos no es normal, pero hoy en día ¿qué es normal? ¿ Entonces cómo puede un padre defender a su familia contra tal reacción? Prevenir es mejor que curar, dice el proverbio. Sea quien sea el miembro de la familia al que Satanás está apuntando, el Rosario familiar todos los días debe ser la primera línea de defensa. Más allá de eso, “lo que no puede ser curado, debe ser soportado”, como este padre católico se da cuenta. Debemos confiar en Dios.
Kyrie eleison.