Mi madre tiene 94 años. La edad ha debilitado su salud. Se ha declarado
una enfermedad. Fue al hospital. Se quedó allí durante varias semanas. Durante
este tiempo recibió muchas visitas. El personal del hospital no pudo evitar notarlo.
Sotanas, hábitos religiosos, comuniones llevadas al paciente, rosarios rezados en
la habitación, modestia en la vestimenta de las visitantes, todo esto no podía pasar
desapercibido. “¿Qué es la Tradición?” le preguntó una enfermera a mi madre.
Esa es una buena pregunta.
En un sentido general, la tradición es todo lo que se transmite, como la
ciencia médica, sin la cual no habría un hospital o una enfermera para atender a mi
madre y menos aún para preguntarle: “¿Qué es la Tradición?
En un sentido más particular y sobrenatural, y éste es el que probablemente
interesó a nuestra enfermera, aunque de manera confusa, la Tradición es todo lo
que Nuestro Señor Jesucristo confió a Pedro y a los apóstoles y que, a través de
sus sucesores, nos es comunicado. En este sentido, también la Sagrada Escritura
forma parte de la Tradición, aunque normalmente se distingue la Sagrada Escritura
de la Tradición como las dos fuentes de la Revelación, una escrita y otra oral.
La tradición también ha tomado el sentido de aquellos que guardan todo
lo que la Iglesia enseña y rechazan todo lo que ella condena. En este sentido, la
Tradición es Monseñor Lefebvre; es Monseñor de Castro Mayer; son todos los católicos fieles al verdadero Magisterio de la Iglesia, quienes rechazan la enseñanza
de la Iglesia conciliar. Siguiendo a Monseñor Lefebvre y a Monseñor de Castro
Mayer, se negaron a someterse a las autoridades que no mantenían la integridad
de la Tradición. No niegan a estas autoridades, pero se resisten a su modernismo.
“Resistite fortes in fide”. Es el combate de la fe.
Que la Virgen nos mantenga fieles en esta larga lucha. “Prepárense para
una batalla duradera”, dijo Mons. Lefebvre. Tenía toda la razón.
+ Tomás de Aquino OSB
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