Voz de Fátima, Voz de Dios N° 8
25 de marzo de 2017
“Vox
túrturis audita est in terra nostra”
(Cant.
II, 12)
En Fátima Nuestra Señora habló de la II Guerra
Mundial. Para evitarla, Ella pidió la Consagración de Rusia a su Inmaculado
Corazón. ¿Y Alemania? Nuestra Señora no habló de Alemania. ¿Cómo hablar de la
II Guerra Mundial sin hablar de Alemania?
El mal causado por Rusia fue mayor que el mal
causado por Alemania. El mal causado por Alemania es mucho menor, comparado con
el mal causado por Rusia, durante y después de la II Guerra.
Muchos
en Francia fueron condenados a muerte, bajo acusación de colaborar con
Alemania. Hasta ahora los que cooperaron con Rusia están exentos de cualquier
acusación. Sin embargo, Nuestra Señora habló de Rusia y no
habló de Alemania. Grave error de parte de los Aliados, que vieron el error del
nazismo, que es real y que fue condenado por Pío XI, pero no vieron el error
del comunismo, que es peor y que fue igualmente condenado por Pío XI como
"intrínsecamente perverso". Las consecuencias
fueron que Rusia extendió sus errores por todo el mundo, provocando guerras y
persecuciones contra la Iglesia.
Mientras el Papa no consagre Rusia al Inmaculado Corazón y Rusia no se convierta,
los libros de Historia continuarán callando el error de los Aliados al
colaborar con el comunismo, con el que, dice Pío XI, no se permite ninguna
especie de colaboración.
Recemos
para que el Papa, con todos los obispos, consagre a Rusia al Inmaculado Corazón
y que así Rusia se convierta y el mundo tenga un tiempo de paz, paz que el
mundo no tiene y no tendrá mientras no se someta al dulce yugo de Cristo Rey.
+ Tomás de Aquino OSB
U.I.O.G.D