jueves, 31 de enero de 2013

BAGATELAS...





Este es un pasaje del sermón de Mons. Fellay en la reciente ordenación del Padre Lundi (27 de enero de 2013):

Vivimos en una época en que esta fe es maltratada, atacada, despedazada en todas partes, tanto fuera como dentro de la Iglesia. Esta será una de sus funciones, después de la Misa, dar esta fe, comunicarla a las almas a fin de elevarlas sobre las realidades humanas, para conducirlas hacia la realidad de Dios. Y esta fe, hay que defenderla.
Esa es nuestra historia, la de la Fraternidad, la de nuestro fundador. Y esta historia, mis queridos hermanos, continúa. Diría también que, ante esta realidad sublime, hablar de acuerdos o no con Roma es una bagatela. Defender la fe, conservar la fe, morir en la fe, eso es lo esencial. Se tiene la impresión de que las autoridades romanas no nos comprenden, porque ellas no han comprendido que, para conservar esta fe católica, estamos dispuestos a perderlo todo. Nosotros no queremos abandonar la fe. Pero, por desgracia, es un hecho que vemos todos los días, con el Concilio, por el Concilio, y en el Concilio, se introdujeron venenos que son perjudiciales para la fe, que conducen las almas al error, que ya no las defienden, que ya no las protegen en su fe. Nosotros denunciamos eso, y por eso se nos condena. Todavía hoy, la condición que quieren imponernos para reconocernos el título de católicos es aceptar esas cosas que justamente demuelen la fe. Pero nosotros no podemos, es todo, es simple. En ningún caso estaremos de acuerdo en disminuir lo que es absolutamente esencial para ir al Cielo, la fe, con todas sus consecuencias. Es por eso que este combate es necesario, un combate de todos los días”.

Veamos:

“Diría también que, ante esta realidad sublime, hablar de acuerdos o no con Roma es una bagatela”.

¿O sea que el obispo expulsado y todos los sacerdotes y fieles que se perdieron, se perdieron por una bagatela? ¿El trastorno de la Fraternidad, la discusión entre los obispos, la división de los fieles, fue por una nadería? ¿O sea que decidir el colocarse o no bajo el mando de un jefe modernista (el Papa), es una bagatela, es decir, una cosa baladí o de poca sustancia? ¿Es un temita menor? ¡Con que liviandad se dicen algunas cosas para evadir todo el peso de la realidad!

“Defender la fe, conservar la fe, morir en la fe, eso es lo esencial”.

Bien, ¿pero se trata de la fe católica o de la fe del Vaticano II? Los masones también tienen una fe, pero es una falsa fe. Por otra parte, ¿cómo se podrá defender la fe, conservar la fe, la verdadera fe católica, cuando los superiores de Roma han abdicado de ella, han renunciado a defenderla, y hacen todo por destruirla, como se ve constantemente en el Papa y los cardenales y obispos? ¿Cómo se pretende acudir a ellos para mejor defender la fe?

“Se tiene la impresiónde que las autoridades romanas no nos comprenden”.

¿Es sólo una impresión, o es la absoluta realidad? ¿No quedó en claro, tras las extensas “discusiones doctrinales”, que no había ningún acuerdo con Roma, ni siquiera interés de aquellos por la doctrina, como aseguró el mismo Mons. Fellay?

“las autoridades romanas no nos comprenden, porque ellas no han comprendido que, para conservar esta fe católica, estamos dispuestos a perderlo todo”

Podría interpretarse así: “perder el acuerdo en comparación con perder la fe es para nosotros como perder una bagatela, para nosotros el acuerdo es nada, una bagatelleen comparación con la Fe, con perder la Fe, y por eso es ridículo creer que vamos a firmar un acuerdo que ponga en peligro nuestra Fe”. Sin embargo...Monseñor Fellay el 15 o 18 de abril del 2012 firmó una declaración doctrinal que era un compromiso con el error, por la cual aceptaba prácticamente la hermenéutica de la continuidad del V2 con la Tradición.
*
“con el Concilio, por el Concilio, y en el Concilio, se introdujeron venenos que son perjudiciales para la fe”.

Mons. Fellay ya no descarta el Concilio completamente, no dice que el Concilio sea un veneno, “una sopa que debe ser descartada” por completo, como dijera hace unos años atrás. ¿Será que esos venenos son sólo el 5% del Concilio y sólo eso es lo que quiere “eliminar”? Recordemos: “Da la impresión de que rechazamos todo el Vaticano II. Sin embargo, conservamos el 95%. Es más a un espíritu que nos oponemos, a una actitud ante el cambio presentado como premisa.” (Mons. Fellay en el periódico Suizo “La Liberté”, 11 de Mayo de 2001).

Es interesante ver que en el sitio liberal Vatican Insider del 31-1-2013 se toman sin ninguna alarma el sermón de Mons. Fellay, y se concluye diciendo lo siguiente:

No hay que dar a las palabras de Fellay la importancia que no tienen, y sería erróneo sacar conclusiones sobre la respuesta que el Vaticano espera a la propuesta que hizo el pasado 14 de junio. Pero no hay duda de que se trata de una serie de declaraciones que puede dar algunos indicios”.
Cerremos con estas palabras de Monseñor Lefebvre, verdaderamente dignas de un General que no habla de batallas sin asumir completamente las consecuencias de sus palabras y actos, indicando a los soldados de Cristo el camino hacia la victoria:

“Debemos ser conscientes de este combate dramático, apocalíptico en que vivimos y no minimizarlo. En la medida que lo minimizamos, nuestro ardor en el combate disminuye: nos debilitamos y no osamos más proclamar la verdad”.
Mons. Lefebvre, 29 de junio de 1987.

Gracias a SYLLABUS por su aportación.

martes, 29 de enero de 2013

DEL NUMERO DE COMBATIENTES.- ADRIEN LOUBIER

Artículo del señor Adrien Loubier tomado de la revista "Sous la Bannière N° 164 Noviembre-Diciembre de 2012.
Visto en Un évêque s'est levé



Los libros del antiguo testamento contienen numerosas lecciones apropiadas para aclarar el presente y el futuro, discerniéndose el dedo de Dios en la conducta de los sucesos actuales.
Algunas de estas lecciones, por su sentido místico o por su sentido alegórico, ¿no parecen escritas para nosotros en estos días de abandono, de pérdida de la fe, de enfriamiento de la caridad, de traición?

Siete mil hombres en Israel

Ante el estado en que está la piedad, ¿cuántos entre nuestros obispos, nuestros sacerdotes, nuestros religiosos, nuestras religiosas, nuestros fieles… Cuántos estarán tentados por el desaliento que hirió al profeta Elías quien sentándose bajo un enebro exclamó: “Básteme ya, Señor, de vivir, llévate mi alma pues no soy de mejor condición que mis padres”.   Y tenía razones para su desaliento, ¡incluso para un gigante entre los profetas como lo es Elías!

Elías responde a Yahvé: “Me abraso de celo, ¡Oh Señor, Dios de los ejércitos! Porque los hijos de Israel han abandonado tu Alianza, han destruido tus altares, han pasado a cuchillo tus profetas; he quedado yo solo y me buscan para quitarme la vida”.
A continuación Yahvé expresa a Elías el castigo que le ha reservado a Israel y sin embargo, en plena apostasía generalizada, en pleno abandono de la Alianza con su Dios, mientras el pueblo le da la espalda a Yahvé para adorar los ídolos de los paganos (¡creeríamos estar en el 2012!), al punto que Yahvé debe hablar directamente a Elías para darle el valor de actuar:

¿Qué dijo Yahvé?
“Mas Yo me reservaré en Israel siete mil hombres que nunca doblaron su rodilla ante Baal, ninguno de los cuales ha besado su mano”.

Por lo tanto todavía tenía siete mil hombres.
Siete mil que no habían doblado la rodilla ante Baal.

¿Tendrá esos siete mil en el 2012?

Hiere al pastor. Vela sobre las ovejas.

El Buen Pastor ha sido entregado por “los pobres de mi grey” por los 30 denarios de plata arrojados al suelo. Así profetiza el libro de Zacarías. Pero también está el mal pastor, aquél que suscitará la indocilidad de la grey.

Dice Yahvé: “Porque he aquí que yo levantaré en la tierra un pastor que no visitará las ovejas abandonadas, ni buscará a las descarriadas, no sanará a las enfermas...”
“¡Ay del pastor inútil que abandona el rebaño!”

¿No hemos visto ya de esos pastores inútiles antes, durante y después del concilio que hicieron para dispersar el rebaño?

¡Su juicio pertenece a Dios! Pero a nosotros, los pequeños, el rebaño, se dirige indudablemente este oráculo: ¡Oh espada! Desenváinate contra mi pastor y contra el varón unido conmigo, dice el Señor de los Ejércitos, hiere al pastor y serán dispersadas las ovejas; y extenderé mi mano sobre los pequeños (…) Y yo los purificaré como se purifica el oro. Ellos invocarán mi nombre y Yo los escucharé propicio”.

¿Ha llegado ese tiempo de “los pequeños”?

En Menzingen, ¿están preocupados por el “rebaño que se pierde” en los acuerdos que están preparando? ¿Buscan reunir a los que han sido “dispersados”?, ¿a curar a los que están “heridos”?

O bien, ¿dividen aún más al pequeño rebaño reunido en la obra de Monseñor Lefebvre?

Pero Dios extenderá su mano sobre los pequeños. Si le somos fieles, si no doblamos la rodilla ante los Baals del mundo pagano (y Dios sabe que son legiones), y si consentimos con todo nuestro corazón a ser “purificados” en el fuego de la prueba “como se purifica el oro”.

Este pueblo es todavía muy numeroso

En mi juventud, en la Ciudad Católica, escuché muchas veces a Jean Ousset profesar la teoría de los “mil”. El esperaba constituir una élite de  mil personas fuertemente preparadas por la oración, los retiros, la doctrina, en el combate de la Contrarrevolución. ¿Podría esperar en Francia y en la Europa Católica, restaurar el Reino Social y Político de Cristo Rey?

Pero el concilio, y miles de malos pastores infiltrados por las sociedades judeo-masónicas, pasaron sobre estas esperanzas como un tsunami devastador.

Esta gente es demasiado numerosa” dijo el Señor a Gedeón, juez de Israel frente al incontable ejército de los madianitas.

“Mucha gente tienes contigo: no será Madián entregado a manos de ella para que no se gloríe contra mí Israel y diga: Mi valor me ha libertado.

Y Gedeón, por órdenes de Yahvé, hizo pregonar: El que sea medroso y cobarde que se vuelva.

22,000 se fueron, y no quedaron mas que 10,000.

Y Yahvé dijo a Gedeón: Esta gente aún es muy numerosa, guíalos al agua que allí los seleccionaré.´

Y de esta selección, Yahvé no escogió mas que 300.
Y es con esta tropa, humanamente insignificante, que Gedeón, obedeciendo a Dios, dispersó el inmenso ejército de Madián.

En nuestros días funestos ¿Quiénes serán los 300 combatientes prestos a resistir contra el mundo y contra la apostasía de Roma, en la fidelidad de la fe de siempre y servir hasta el final a Nuestro Señor Jesucristo contra los poderes de las tinieblas, que sólo Dios puede vencer?

Que Cristo Rey nos dé la fuerza. Y que la Santísima Virgen, terrible como un ejército ordenado en batalla nos asista en las horas terribles que vienen. Y si es necesario, a la hora del martirio…

Buitres y águilas

¿Qué nos dice el Nuevo Testamento?
Las traducciones propuestas es los misales de los fieles ¿son susceptibles de iluminarlos?

Por ejemplo, si yo leo en el Misal de dom Gaspard Lefebvre traducido por el canónigo Osty en su edición de 1953, recomendado por el cardenal Lienart, padre de los padres conciliares 10 años más tarde y quien fue masón de alto grado.

Pues bien, en este Misal, en el Evangelio del domingo 24 y último después de Pentecostés (Mt. 24, 15-35) leemos:

En tal tiempo, si alguno os dice: El Cristo está aquí o allí, no le creáis. Porque surgirán falsos Cristos y falsos profetas

“Así, aunque os digan: Está en el desierto, no vayáis allá, o bien: Mirad que esté en la parte más interior de la casa, no lo creáis. Porque como el relámpago sale del Oriente… y conocemos bien lo que sigue.

Pero algunas líneas más abajo encontramos esta frase sorprendente:

Y allí donde se encontrare el cadáver, allí se juntarán los buitres”

Es normal que los buitres, que son carroñeros, se junten alrededor de un cadáver. .. ¿Pero qué hacen los buitres y el cadáver en el texto que precede?

“Ubicumque fuerit corpus, illic congregabuntur et aquilae”.

Esto cambia todo, y me obliga a decir que por lo menos esta traducción del canónigo Osty es por lo menos viciosa e impropia, ya  que cualquier latinista dirá que:
Aquilae no se traduce como buitre sino como águila. La cual no es carroñera, sino una poderosa ave de presa que caza animales vivos y los mata antes de comerlos.
En cuanto a corpus no se traduce como cadáver, sino como cuerpo: “Hoc est enim Corpus meum” dice el sacerdote en la consagración. No dice “este es mi cadáver”.
Ubicumque no se traduce como “allí” sino “donde quiera”.

Por lo tanto, la verdadera traducción es esta:
“Y donde quiera que se hallare el cuerpo, allí se juntarán las águilas”.

Esta simple frase tiene un sentido que concuerda maravillosamente al texto de San Mateo que le precede, también está llena de simbolismo que esclarece su sentido místico.

Porque el águila, la más grande de las aves, que puede volar muy alto y está dotada de una vista particularmente penetrante. Ella es, si le creemos a los antiguos, especialmente a los griegos, el único ser vivo cuya vista puede mirar al sol directamente. Y esto ¿no es justamente un símbolo de Cristo?

Los antiguos decían también que el joven aguilucho es obligado por sus padres a mirar de frente al sol. Y que si el aguilucho no lo lograba, sus padres lo mataban.
¿Realidad o leyenda? No tengo yo capacidad de juzgar, pero sin duda tiene un simbolismo muy interesante.

Porque antes de que el Cristo aparezca como el relámpago que sale del Oriente y se deja ver en el Occidente, debe creerse que los desiertos o en los lugares más interiores de la casa rebozarán de falsos profetas y de falsos Cristos, y que, en la confusión que precederá (en la cual estamos ya probablemente) se necesitarán buenos ojos, una buena vista, un juicio justo y esclarecido para saber donde estará el “Corpus Christi”…
Entonces nosotros, los pequeños, los polluelos que no volamos muy alto y no vemos muy lejos, aprendamos a localizar a las águilas, y sigámoslas a donde ellas se junten.
¡Pero no tomemos a los buitres por águilas!

Y oremos a la Divina Providencia para que, una vez que caiga el pastor, “extienda su mano sobre los pequeños”, sobre nosotros los pequeños y que nos otorgue las gracias necesarias para soportar las pruebas que nos reserva.

¿Osaré avanzar a otra cuestión?

Porque el texto dice “Ubicumque fuerit corpus”: “Donde quiera que se encuentre el cuerpo.

¿Y dónde se encontrará? ¿No es en dónde todavía se celebra el Santo Sacrificio de la Misa, celebrada por sacerdotes fieles?” “Hoc est enim corpus meum”.

Y aquéllos que se junten (se congreguen) si no son todos águilas, sacerdotes y fieles, son por lo menos de esos “pequeños” sobre los cuales Dios “extiende su Mano”. Ellos se han congregado en donde está realmente presente el Cuerpo de Cristo, su Dios y su Rey…

“Ubicumque” Donde quiera que él esté, allí se congregarán los fieles… no solamente en un solo lugar, sino donde quiera que Él se encuentre.

El combate de los buitres y las águilas

¿No vemos la “abominación de la desolación anunciada por el profeta Daniel establecida en el lugar Santo”? (Mat. XXIV-15)

La misma Roma está ocupada. Según dijo el exorcista del Vaticano, en el interior de sus edificios se llevan a cabo ceremonias satanistas. Y por pequeño que sea este estado, es un hervidero de logias masónicas.

Roma está ocupada por los falsos profetas y los falsos cristos de la iglesia salidos del funesto concilio Vaticano II, que reúne a la asamblea de buitres sobre un cadáver, el cuerpo de la Iglesia bimilenaria, pero moribunda por las múltiples herejías que el “modernismo hizo correr por sus venas” según la expresión de San Pio X; moribunda también por la peste del liberalismo que ha invadido las mentalidades.

Antes del Vaticano II ¿no estaba todavía floreciente la Iglesia Católica? ¿No estaban llenas las iglesias? ¿no estaban llenos también los conventos y los seminarios?
“Pero esta gente era todavía muy numerosa”. Si hubieran restaurado la Cristiandad “se hubiera gloriado” diciendo: Mi valor me ha libertado.

Entonces pasó el tornado del Concilio y los falsos profetas, como buitres, se disputan los restos del cadáver, las tropas son desbandadas: las iglesias se vacían, los presbiterios y los conventos también.

Las águilas han volado

Pero un pequeño resto resistió (imagen, quizá de los 7000 hombres cuando Elías), que no doblaron la rodilla ante los Baals del modernismo y no besaron su mano.
Expulsados de sus propios presbiterios y de sus Iglesias, echados a la calle como perros, una pequeña falange de sacerdotes apoyados por dos obispos, sostenidos por numerosos fieles, pudieron reconstruir algo. Luego le entregaron sus hermosas almas a Dios dejándonos cuatro obispos y su milicia de sacerdotes todavía fieles.

En esta ocasión pudimos observar que es alrededor del Cuerpo de Nuestro Señor, realmente presente en el Santo Sacrificio de la Misa que se reunieron por donde quiera en todo el mundo las Águilas con su mirada sobrenatural penetrante y siguiéndolas nosotros los fieles, los polluelos.

Es en torno a la Santa Misa, la verdadera, en reacción contra los nuevos ritos  elaborados minuciosamente por los buitres del Vaticano II, que se cristalizó este movimiento al que llamamos Tradición.

Contra viento y marea, apoyados con la generosidad de los fieles, esta reacción contempló la apertura de seminarios, conventos, escuelas, iglesias; células de cristiandad en donde todavía se celebra el Santo Sacrificio en casi todas partes del mundo.
¡Pero cuidado con el orgullo! ¡No nos atribuyamos las gracias que la Divina Providencia nos ha otorgado! Porque podría decir de nuevo: Esta gente todavía es muy numerosa.

¿Y entonces? ¿No estamos viendo florecer las adhesiones de todas clases de las cuales hemos hecho ya el triste inventario?

Adhesión que el actual déspota de Menzingen se apresura a organizar haciendo una nueva selección en las filas de la Tradición traicionando la obra de Monseñor Lefebvre.
¡Por el honor (¿o el deshonor?) de una Prelatura Personal.

¿Será cómplice Monseñor Fellay de los buitres que participan en el macabro festín del concilio de los falsos profetas?

En cualquier caso, acaba de inaugurar la cacería de las Águilas cazando la obra de Monseñor Lefebvre, sus mejores sacerdotes, los anti-liberales y haciendo callar a dos de sus obispos bajo pretextos lamentables.

La selección del núcleo dirigente

Ahora, bajo la triste dirección de Monseñor Fellay asistido por el abogado Krah y sus finanzas internacionales, la FSSPX, bastión de la Tradición, se ha convertido en un “grupo reductor” cuyo motor se ha vuelto una falsa fraternidad cristalizada por una obediencia incondicional a quien ejerce el poder, en vez de cristalizarse en torno a la Fe, la Verdad, la Santa Misa donde se encuentra el Cuerpo de Cristo quien es el Camino, la Verdad y la Vida.

Y así se opera la selección.

He aquí que Monseñor Tissier, en ciclo de conferencias por América se vio reducido al silencio y reconducido a su avión por un simple sacerdote.

¡Qué escándalo!

Y he aquí como el déspota de Menzingen expulsa de la Fraternidad a Monseñor Williamson bajo pretextos que ocasionarían risa si no fueran tan trágicos.

Y así, nuestro déspota tiene la osadía de invocar el Derecho Canónico para esta expulsión. Él, que ejerce su despotismo sobre una congregación que no descansa sobre ningún estatuto canónico, que fue fundada por un Arzobispo excomulgado de la Iglesia conciliar: Monseñor Lefebvre, ¡cuya excomunión no ha sido levantada!
Además Monseñor Fellay omitió verificar el texto del derecho canónico que invoca.
Porque precisamente éste excluye de la obediencia a las órdenes de la Congregación, al obispo salido de ésta, siempre que actúe  en tanto que obispo.

Canon 705 (1983): El religioso elevado al episcopado sigue siendo miembro de su instituto, pero, por el voto de obediencia, está sometido exclusivamente al Romano Pontífice, y no le obligan aquellos deberes que él mismo juzgue prudentemente como incompatibles con su condición.

Pero Monseñor Fellay se burla del derecho canónico y actúa con total arbitrariedad.
Poco le importó echar a la calle a un Obispo, ya que esto le abrió de par en par las puertas que hasta entonces apenas estaban entreabiertas, para llegar al acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal con la Roma de Benedicto XVI.

1793-1970.- La historia se repite

La selección que se está llevando a cabo bajo el despotismo de Menzingen, no deja de recordarnos el terror de 1793 (sin las guillotinas), o el de los años después del concilio cuando se lanzaba a la calle a los sacerdotes refractarios a nueva misa.

En ese entonces había que aprender a tirar sobre los gendarmes, esconder a los sacerdotes en los graneros, vigilar durante la Misa en el bosque o en las granjas…

Y en los años 70, expulsados de las iglesias, organizar las Misas en el garaje, luego en capillas improvisadas, tratar de recuperar las iglesias desafectadas, a veces tomarlas por la fuerza, y por todas partes, hacer colecta de donaciones, legados, para alimentar a los sacerdotes fieles, para construir conventos, seminarios, escuelas.

Si el triste proyecto de Monseñor Fellay tiene éxito, todo esto regresará a las garras de la Roma apóstata… y todo empezará de nuevo

¿Todo? O casi…

Porque un buen número de células, de capillas privadas, de comunidades fieles, escaparon de las manos de los traidores y permanecen en una preciosa independencia. .. que hay que mantener a cualquier precio, como refugios , lugares de acogida, lugares fijos en la tormenta.

Y la necesidad de multiplicar estos nidos de los insurgentes ya es percibida por muchos de nosotros. Les ofrezco el extracto de una carta recibida entre otras muchas en estos tiempos que corren, cuyo remitente no lo publico para evitar la persecución de la KGB Menzingen:

Desde el pasado mes de mayo, no ponemos en la limosna mas que moneditas (para la electricidad) y la diferencia de lo que antes aportábamos la ponemos en una “alcancía”, y porque pronto nos echarán a la calle esos acuerdistas liberales, hay que buscar construir sobre bases sólidas para permanecer siempre fieles a la verdadera fe. Otros fieles de la tradición han tenido más olfato y han empezado su “alcancía” desde el levantamiento de las “excomuniones” que no incluyeron ni a Monseñor Lefebvre ni a Monseñor De Castro Mayer.

Desgraciadamente, la gran mayoría de fieles no responden todavía a esta sabia previsión sino que se encuentran en el caso de otra carta que cito a continuación:
Ciertamente son gente honesta, pero como dijo don Sardá y Salvani en “el liberalismo es un pecado”, ellos están manchados de liberalismo. O son simplemente liberales: Estilo: velero, convertible, y “tengo a mis hijos en escuela pública” o mejor: jefe de empresa que vota por Sarkozy “porque es mejor por los impuestos”, o en la propia familia, la Misa Dominical corta y tarde… además apoyamos a Monseñor Fellay. Es triste decirlo pero muchas de las personas que son fieles a la Tradición se han instalado en un pequeño confort con las capillas y los colegios y ya no estudian los buenos principios, sobre todo en política. Se dejan absorber, sin defensa, por la sociedad podrida y todos están prestos al acuerdo.

Recordemos nosotros, los pequeños, los polluelos, de seguir a la Águilas y sostenerlas. Con prudencia.

Porque, si por ejemplo Monseñor Williamson ahora está más libre en sus movimientos que cuando estaba metido en el clóset mas o menos confortable donde se le tenía encerrado (mientras espiaban su menor salida para encontrar un pretexto para expulsarlo para complacer a Benedicto XVI), la KGB-Menzingen no dejará de espiar asiduamente sus menores apariciones para continuar con la depuración de los opositores antiacuerdistas.

En cuanto a Monseñor Tissier de Mallerais, él piensa demasiado para agradar a la KGB-Menzingen, mientras que todos saben lo que él piensa.

¿Se callará mucho tiempo antes de sufrir el mismo destino que Monseñor Williamson?
En cuanto a Monseñor de Galarreta, que parece haberse inclinado ante la KGB-Menzingen, ¿no actuará jamás?

Él que decía hace poco tiempo: “Lo que cuenta es la defensa de la fe”. ¿Firmará un “acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal”?

Otras voces se levantan

Terminando estas líneas, debo mencionar un artículo de Jerome Bourbon en el periódico Rivarol del 2 de noviembre de 2012.

Invito a todos mis lectores a procurarse este artículo y leerlo. Muy bien informado, bien escrito, manifiesta una lucidez que nos reconforta.

Además, un sacerdote del distrito (anónimo, por supuesto, por causa de la KGB) con fecha del 28 de octubre pasado, en la fecha de Cristo Rey, publicó un artículo bajo el título:

“Respuesta al Padre Schmidberger”. Merece ser citado aquí. No conozco a su autor por lo que no puedo pedirle su autorización para reproducirlo. Pero como es público y está disponible en internet, quisiera darlo a conocer a mis lectores que no son “internautas” (aunque son mucho más numerosos de lo que se cree).

“En un Comunicado a los amigos y benefactores del 26 de octubre de 2012, usted pretende que la expulsión de Monseñor Williamson es “el resultado de una evolución que dura ya algunos años”. Ella sería producto de una “antipatía” por el consejo general que se ha transformado en una “rebelión abierta”.Padre, ¡usted es deshonesto! El 13 de febrero de 2012, a un periodista de « Die Welt » que le preguntaba “El Papa ha declarado que el no hubiera aprobado el levantamiento de la excomunión de sus cuatro obispos, si él hubiera sido informado previamente de las declaraciones de Monseñor Williamson. ¿Cuál será el provenir de Monseñor Williamson después de una eventual reintegración de la Fraternidad?” Usted respondió: “Yo no soy profeta, pero en un contexto tan importante como el establecimiento de una estructura canónica para nuestra Fraternidad, yo pienso que las conversaciones se prolongarían muy probablemente en algunas sesiones y que se hablaría de Monseñor Williamson. Además, debemos también esperar que él  respete las decisiones del superior general.”Usted no es profeta pero usted está muy bien ubicado para saber lo que quiere Monseñor Fellay y usted mismo. Ustedes quieren un acuerdo con Roma y para eso ustedes están prestos a satisfacer las exigencias del sionismo internacional y las de la Iglesia Conciliar que le está sujeta. En la misma entrevista, usted dice: “Nosotros renunciamos a la relativa libertad a la que hasta ahora hemos recurrido para la proyección internacional de nuestra obra, y la ponemos entre las manos del papa.” Mientras que Monseñor Lefebvre pedía a nuestros obispos de “depositar la gracia de su episcopado” en “un sucesor de Pedro perfectamente católico” (Mgr. Lefebvre, 29 de agosto de 1987).¿Benedicto XVI es el « sucesor de Pedro perfectamente católico”? El que es también el jefe de la “Roma modernista y liberal, que continúa su obra destructiva del Reino de Nuestro Señor como lo probó en Asís (III), confirmando las tesis liberales del Vaticano II sobre la libertad religiosa”? (Mgr. Lefebvre, carta del 29 de agosto de 1987)
Como Monseñor Williamson estorbaba sus planes inicuos y la funesta propaganda sionista, usted, y Monseñor Fellay, pensaron que había que terminarlo: O Monseñor Williamson acepta enterrarse vivo o será expulsado bajo pretextos disciplinarios.Usted cita también una declaración privada de Monseñor Williamson que no estaba destinada a hacerse pública, donde el decano de los Obispos habló de “deshacerse de Monseñor Fellay” y “de su banda”. Como usted hace referencia a Monseñor Lefebvre cuando pidió a los futuros obispos “permanecer unidos bajo la dirección del Superior General”. Pero dentro de su ceguera o deshonestidad, usted omite citar el pasaje completo para calumniar mejor a Monseñor Williamson acusándolo de haber insultado al superior. Este es el pasaje en cuestión: “En fin, os conjuro a permanecer profundamente unidos a la Fraternidad de San Pío X, a permanecer profundamente unidos entre vosotros, sometidos a su Superior General, en la Fe Católica de siempre, acordándose de esta palabra de San Pablo a los Gálatas (c. I, vers. 8 y 9): “Aún si nosotros o un ángel del Cielo os anunciara un evangelio distinto del que os anunciamos, sea anatema. Como ya os lo dijimos, os lo volvemos a decir: si alguien os anunciara un evangelio distinto del que recibísteis, sea anatema”. (Mgr. Lefebvre, carta del 29 de agosto de 1987)
La sumisión al Superior General es « en la Fe católica de siempre”. Como usted y Monseñor Fellay quieren ponernos bajo la autoridad de un papa que peca gravemente contra la fe, entonces “anathema sit”! Lo que se puede traducir por: separémonos o “deshagámonos de Monseñor Fellay y su banda”. Eso no tiene nada de injurioso.A pesar de numerosos consejos, de exhortaciones amistosas y de advertencias, Monseñor Fellay y su banda no han querido modificar su comportamiento suicida. Monseñor Williamson tenía que hablar.Padre, usted es tan deshonesto que, en este año 2012, usted escribió a los tres obispos, alentado por Monseñor Fellay, una carta en donde usted justifica en doce puntos las “razones” para concluir un acuerdo con esas personas con las que estamos en desacuerdo. Las respuestas que usted recibió, las tres a su manera, destruyeron colmadamente el fondo de sus pseudo-argumentos acuerdistas. Publíquelas para que su terquedad sea patente a la cara del distrito de Alemania.Si Monseñor Williamson no es el único en oponerse de manera argumentada a sus proyectos peligrosos, si es el único que, valientemente,  apunta a la cabeza pensante de estos proyectos. Monseñor Tissier de Mallerais y Monseñor de Galarreta se han contentado al contradecir y refutar la política y las doctrinas erróneas de Menzingen pero sin nombrar a las personas responsables de esta revolución interna. Eso está bien pero es insuficiente. ¿La prueba? La entrevista reciente del padre Pfluger haciendo una profesión de fe « angelical” en cuanto a “la asistencia del Espíritu Santo para el papa y los Obispos”, ellos, para quienes la más grande tragedia de la historia de la Iglesia, a saber, el Vaticano II, después de haber sido una nueva pentecostés, se ha convertido en la brújula para la Iglesia del siglo XXI!Por lo tanto Monseñor Williamson era el único y verdadero obstáculo a sus maniobras de tal modo que fue el Contra-Notra aetate por excelencia.Monseñor Williamson continuará hablando. Monseñor Tissier de Mallerais lo hará cuando lo juzgue apropiado, y Monseñor de Galarreta lo volverá a hacer cuando haya regresado de sus ilusiones. Este último, espera poder salvar lo esencial por la primera, imperfecta y frágil condición sine que non del capítulo. El cree que eso le impedirá a la cabeza podrida de Menzingen concluir un mal acuerdo con Benedicto XVI. El no quiere resignarse todavía a ver que la unidad de la Fraternidad de Monseñor Lefebvre ya no existe. Hay dos campos irreductibles en ella, como en el Concilio: una minoría liberal, sentimental y conciliante, antes de ser conciliares; y otra minoría católica, doctrinal e intransigente. El groso de las tropas, estando muy ocupadas para darse cuenta de lo que está en juego, prefiere someterse a la autoridad. Porque hoy en día, el que gobierna la cabeza de la Fraternidad se parece más a Paulo VI lleno de contradicciones que a un Santo Pio X luminoso y firme en el combate de la fe.Padre, usted ha sido deshonesto. Deje de engañar a los sacerdotes y a los fieles. Comprenda su error, regrese a la sana política de nuestro fundador y deje de destruir la casa paterna.
Un Sacerdote del distrito, el 28 de octubre de 2012.En la fiesta de Cristo Rey.

Debo mencionar también otro artículo de prensa que aconsejo su lectura a todos los que buscas los ecos que suscita la crisis actual.

Este apareció en los “Escritos de París” en noviembre de 2012 bajo el título “el significado de la expulsión de Monseñor Williamson” firmado por Stepinac.
En sus 16 páginas, casi ha dicho todo y muy bien dicho.

Leo por ejemplo que “cuando se conoce la poderosa personalidad de este hombre de Dios que es Monseñor Williamson, quien debió extraer de los tesoros de gracia para soportar con tal humildad y por tanto tiempo la condición de recluso en la que fue confinado por Monseñor Fellay, provincial acomplejado, lenguaraz e intelectualmente mediocre pero dotado como todos los débiles de esta vindicta que hace las veces de fuerza y de autoridad”…

Y el autor concluye: “La FSSPX (…) ha traicionado su vocación (…) queda esperar que, a pesar de las humillaciones que ha sufrido, Monseñor Williamson se resuelva a tomar el relevo del fundador de su congregación”
El futuro nos dará sin duda las respuestas.












DON LUIGI VILLA: ANÁLISIS DEL ESCUDO DE ARMAS DEL PAPA BENEDICTO XVI.

En el número 452 de la Revista Chiesa Viva, Don Luigi Villa hace un análisis exhaustivo del simbolismo del escudo del Papa Benedicto XVI. En la página 5 se encuentra la descripción oficial del escudo y en la página 9 el análisis de don Villa. 

Como bien dicen en el blog hermano Avec l'Immaculée, no queremos ser muy severos respecto al joven padre Lundi. El es víctima del mal espíritu de su superior y se contenta en seguir el nuevo espíritu de la FSSPX. El Padre Lundi es un buen ejemplo de lo que dijo Monseñor Lefebvre (Fideliter n° 70, pág. 6): "No son los subordinados que forman a los superiores, sino los superiores que forman a los subordinados". Le pedimos a la Santísima Virgen para que le abra los ojos a este joven sacerdote para que sea un tan ferviente anti-liberal como es ahora ferviente a Benedicto XVI.

Ch. viva 452 S OK sp-1.pdf by Non_Possumus

lunes, 28 de enero de 2013

BENEDICTO XVI: ¿EL HÉROE TRADICIONALISTA DE LA FSSPX?

THE RECUSANT

Última parte de la evidencia sobre la forma preocupante en que ciertos sectores de la Fraternidad San Pío X parecen considerar a Benedicto XVI como una especie de Restaurador de la Tradición:




Esta es una foto tomada en la ordenación del Padre Lundi por Monseñor Fellay, en San Nicolás du Chardonnet, París, el 27 de enero de 2013 (ayer).

Por favor mire de cerca la insignia de la casulla del Padre Lundi.
¿Sabe usted de qué escudo de armas se trata?
Aquí le presentamos una versión ampliada del mismo. Ponga atención a la heráldica en el centro.






Así es, es el Escudo de Armas del Papa Benedicto XVI.
Lo que nos lleva a una interesante pregunta:
¿Por qué un sacerdote de la FSSPX recién ordenado usaría una casulla adornada con el escudo de armas de Benedicto XVI para su ordenación?
Cualquier sugerencia la recibimos con gratitud . Estoy seguro de que es una mera coincidencia, ¡por supuesto ...!

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"Pero no estamos solos trabajando para "defender la fe", dijo Monseñor Fellay. El mismo Papa lo hace, ese es su trabajo. Y si somos llamados para ayudar al Santo Padre en eso, sea".
-  Monseñor Fellay (CNS, 11/05/12)
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Si Roma ahora nos llama de vuelta desde el exilio ... entonces eso es un acto de justicia y sin duda también un acto de auténtica atención pastoral del Papa Benedicto XVI. Y por eso estamos agradecidos. "
-Padre Schmidberger, (Carta del Superior de Distrito, Mayo de 2012)

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Comentario de nuestros lectores:


Vivimos en tiempos tan inexplicables, que la pregunta que hasta parece ingenua, es acorde con esos tiempos: ¿qué religiosa ha hecho el bordado de semejante motivo en la casulla nada menos que de la ordenación de un sacerdote de la "Hermandad San Pío X"?; ¿fue ex-profeso que el sacerdote recién ordenado eligiera semejante motivo?; ¿y dónde está la Cruz que carga -aunque bordada-   a sus espaldas un sacerdote ordenado en la "Hermandad San Pío X", representando al Sacrificio Redentor? ... Según un sacerdote encargado de la Tercera Orden en Madrid, España, el 15 de diciembre del 2010 decía que: "...Y la Hermandad, desde hace 40 años, vive de las indicaciones que Monseñor (por Mons.Lefebvre) nos ha dado...."...pues parece que después de ver estas cosas, no solamente han perdido el espíritu de nuestro querido Monseñor Lefebvre, sino que vemos claramente el grado de contaminación de la pobre FSSPX. Por cierto, ¿hay algún sacerdote que se haya bordado en la casulla de su ordenación el escudo de armas de Monseñor Lefebvre? Monseñor Lefebvre es el fundador de la Hermandad. ¿Qué hubiera sido de la Tradición sin él? Prefirieron el escudo de armas de un destructor de la Iglesia…

Cristina Pallero.


COMENTARIO ELEISON Numéro CCLXXXIX (289) .- 26 ENERO DE 2013


LIBERALISMO - BLASFEMIA

El liberalismo, ¿será tan horrendo como se dice? Tal o cual persona está acusada de ser un “liberal”, y sin embargo muchos de los que se ven acusados de serlo, niegan rotundamente que la etiqueta pueda ser aplicada a ellos. ¿Quién tiene la razón? ¿Los acusadores o el acusado? Siendo el “liberalismo” una palabra que designa el error de los tiempos modernos que engloba todo, y que es responsable de arrastrar innumerables almas a las llamas del Infierno, merece ciertamente una atención suplementaria.

En realidad, la libertad designa lo de que yo estoy libre (de tal o cual impedimento; por ejemplo estoy libre de una cadena que me impediría caminar), o bien ella designa lo que yo estoy libre para hacer (eligiendo tal o cual meta, por ejemplo caminar hasta el pueblo o hasta el precipicio). De estos dos aspectos de la libertad, la libertad negativa de impedimento (por ejemplo, libre de una cadena que me impide caminar) viene, a la vez, antes de la meta positiva en cuanto al tiempo (caminar hasta el precipicio), pero después, en cuanto a la importancia (o a la gravedad). Pues estar libre de impedimento (sin cadena) viene antes en cuanto al tiempo dado que si estoy impedido de caminar (por la cadena) para alcanzar un objetivo (el pueblo o el precipicio), tal objetivo es evidentemente imposible de alcanzar. Por otro lado, en cuanto a la importancia (o a la gravedad), la libertad de impedimento (sin cadena) viene después de la libertad de elección porque el valor de una voluntad no impedida dependerá del valor de la meta (pueblo o precipicio) elegida, y por la cual habré utilizado esta libertad-de, que en si es solo negativa. Así, el tener un cuchillo me libera de encontrarme desarmado: si yo utilizo el estar armado para cortar la comida para comer, esta libertad es buena; en cambio si yo utilizo el estar armado para cortar en pedazos a mi abuela, esta libertad se hace mortífera.

Ahora bien, lo que hace el liberalismo es darle a la libertad de impedimento (sin cadena), un –o el- valor supremo en sí misma (a esa libertad), independientemente de la libertad para elegir, sea para la buena meta (pueblo) sea para la mala (precipicio). Así, los liberales independizan la libertad de impedimento (sin cadena) de la meta buena o mala, del bien y del mal. Pero la diferencia entre el bien y el mal es una parte esencial de la creación de Dios, prevista desde la fruta prohibida del Paraíso Terrenal hasta el fin del mundo, para que el hombre haga su elección entre el Cielo y el Infierno. Y, a causa de ello, anteponer la libertad de impedimento a la ley de Dios es anteponer el hombre a Dios.

Dado que el liberalismo implica así la negación implícita de la ley moral de Dios, del bien y del mal, el liberalismo hace implícitamente la guerra a Dios, colocando al “derecho” humano para elegir, antes del derecho divino a dar mandamientos. Ahora bien, tal como lo decía el Arzobispo Lefebvre, existen 36 variedades diferentes de liberales, y entre ellas sin duda no todas pretenden hacerle la guerra a Dios. Pero la guerra a Dios sigue siendo la conclusión lógica de los liberales que dan el valor supremo a la libertad, y es la razón por la cual para muchos de ellos, todo está permitido. Habiendo degradado y destronado a Dios y a sus reglas, entonces la adoración de la libertad viene a ser para los liberales su religión de sustitución, una religión sin reglas, a no ser su propia voluntad.

Mas aún, siendo una religión de sustitución, debe desembarazarse de la verdadera religión que le bloquea el camino, de tal manera que los liberales se vuelven naturalmente “cruzados” en contra de la orden de Dios en todos los rincones de su creación: matrimonio libre de género, familia libre de hijos, Estados libres de autoridades, vidas libres de moral, y así sucesivamente. Tal guerra contra la realidad de Dios es una locura total y, sin embargo, los liberales, aparentemente tan buenos para los hombres que están “liberando”, pueden ser de hecho tremendamente crueles contra cualesquiera sea un obstáculo en medio del camino de su cruzada. Está en la lógica de su religión de sustitución que ellos no se sienten obligados a observar ningún miramiento en pisotear a los anti-liberales, porque estos no merecen ninguna piedad.

Durante 20 siglos, la Iglesia Católica ha condenado tamaña locura. Sin embargo, aprovechando el Vaticano II, la Iglesia oficial le ha abierto la puerta, declarando por ejemplo (“Dignitatis Humanæ”) que cada Estado debe proteger la “libertad-de” una coacción civil religiosa de sus ciudadanos en lugar de su “libertad-para” practicar la verdadera religión. Y ahora, los dirigentes de cierta Fraternidad católica quieren ponerla bajo la autoridad de los Romanos del Vaticano II. Para la verdadera religión, tal acción es, como el Arzobispo Lefebvre la llamó, la “Operación Suicidio”. Es normal, en este sentido que el liberalismo es intrínsecamente suicida.

Kyrie eleison. 

domingo, 27 de enero de 2013

"COMUNICADO OFICIAL" DE LA FSSPX RESPECTO A LA CARTA DE MONSEÑOR DI NOIA.- ANTIMODERNISME

FUENTE




Antimodernisme: Monseñor Di Noia acaba de dirigir algo así como una carta abierta llena de consideraciones místicas y caritativas a todos los sacerdotes de la FSSPX. Como Monseñor Lefebvre es eL fundador y el más sabio y el más ilustre de sus miembros, le permitimos de buen grado la posibilidad de hacer este comunicado oficial en respuesta a este prelado de la Roma modernista.


El problema se mantiene muy grave, no hay que minimizarlo. Esto es lo que hay que responder a todos los laicos que preguntan si la crisis terminará, si no habría otro medio de tener una autorización para nuestra liturgia, para nuestros sacramentos…
Ciertamente la cuestión de la liturgia y de los sacramentos es muy importante, pero es más importante todavía la cuestión de la fe. Para nosotros esta cuestión está resuelta porque nosotros tenemos la fe de siempre, la del concilio de Trento, la del catecismo de San Pio X, de todos los concilios y de todos los papas anteriores al Vaticano II; en una palabra, la fe de la Iglesia.
¿Y en Roma? La perseverancia y la pertinacia de las ideas falsas y de los graves errores del Vaticano II continúan. Esto está claro.

El Padre Tam nos ha enviado recortes del Osservatore Romano: discursos del Santo Padre, del cardenal Casaroli, del cardenal Ratzinger. Son documentos oficiales de la Iglesia de los cuales no se puede dudar de su autenticidad, y estamos estupefactos.
En este tiempo (ya que estoy un poco en descanso) he releído el libro que ustedes conocen bien, de Barbier, acerca del catolicismo liberal. Es asombroso ver que nuestro combate es exactamente el de los grandes católicos del siglo XIX desde la Revolución, y el combate de los papas Pio VI, Pio VIII, Gregorio XVI, Pio IX, León XIII, san Pio X hasta Pio XII. Ahora bien, ¿en qué se resume este combate? En Quanta Cura y el Syllabus de Pio IX, y Pascendi domini gregis de san Pio X. Son documentos sensacionales, que por otro lado causaron conmoción en su tiempo y que opusieron la doctrina de la Santa Sede a los errores modernos. Es la doctrina de la Iglesia que se ha opuesto a los errores que se han manifestado en el transcurso de la Revolución, particularmente en la Declaración de los derechos del hombre.
Este es el combate que libramos hoy en día: Existen los pro-Syllabus, los pro-Quanta Cura, los pro-Pascendi y existen aquellos que son contrarios. Esto es muy simple.
Los que están contra estos documentos adoptan los principios de la Revolución, los errores modernos. Los que están a favor permanecen en la verdadera fe católica.
Ahora bien, ustedes saben muy bien que el cardenal Ratzinger ha dicho oficialmente que para él el Vaticano II era el anti-Syllabus. Si él está claramente colocado contra el Syllabus, es porque él ha adoptado el principio de la Revolución. De allí que ha dicho claramente: “La Iglesia está abierta a las doctrinas que no son nuestras sino que vienen de la sociedad, etc.” Todo el mundo ha comprendido: los principios del 89, los derechos del hombre.
Nosotros estamos exactamente en la situación del cardenal Pie, de Mgr. Freppel, de Louis Veuillot, del diputado Keller en Alsacia, de Ketler en Alemania, del cardinal Mermillod en Suiza, quienes han combatido el buen combate con la gran mayoría de los obispos, porque en esa época ellos tenían la oportunidad de tener la gran mayoría de los obispos con ellos. Ciertos, Mgr. Dupanloup y algunos obispos franceses han sido la excepción. Igualmente algunos en Alemania y en Italia han estado abiertamente en contra del Syllabus y de Pio IX, pero éstos fueron casos extraordinarios.
Había esta fuerza revolucionaria de los herederos de la Revolución y, para tenderles la mano, los Dupanloup, Montalembert, Lamennais, que no quisieron jamás invocar los derechos de Dios en contra de los derechos del hombre.
« Nosotros pedimos el derecho común” es decir, lo que conviene a todos los hombres, a todas las religiones, a todo el mundo. El derecho común, no los derechos de Dios.
Nosotros nos encontramos en el presente en la misma situación, no hay que hacerse ilusiones: nosotros dirigimos un combate muy fuerte. Pero como está asegurado por toda una línea de papa, no debemos dudar o tener miedo.
Algunos quisieran cambiar esto o aquello, unirse a Roma, al Papa… Nosotros lo haríamos, por  supuesto, si ellos estuvieran en la Tradición y continuaran el trabajo de todos los papas del siglo XIX y de la primera mitad del XX. Pero ellos mismos reconocen que han tomado un camino nuevo, que el Concilio Vaticano II ha abierto una nueva era, y que la Iglesia recorre una nueva etapa.
Pienso que debemos inculcar esto a nuestros fieles, de tal manera que ellos se sientan solidarios de toda la historia de la Iglesia. Porque finalmente ella se remonta incluso hasta antes de la Revolución: es el combate de Satán contra la Ciudad de Dios. ¿Cómo va a resolverse? Este es un secreto de Dios, un misterio. Pero no hay que preocuparse, hay que tener confianza en la gracia del Buen Dios.
Que vayamos a combatir contra las ideas actualmente en boga en Roma, las que el Papa expresa, así como Ratzinger, Casaroli, Willebrands y tantos otros, es claro. Nosotros los combatimos porque ellos no hacen más que repetir lo contrario de los que los papas han dicho y afirmado solemnemente durante un siglo y medio.
Tenemos que escoger.
No dudaremos ni un minuto si no queremos encontrarnos con aquellos que nos están traicionando. Hay quien desea mirar del otro lado de la barrera. Ellos no miran del lado de los amigos, de los que se defienden en el mismo terreno de combate, ellos miran un poco del lado del enemigo.
Ellos dicen que hay que tener caridad, tener buenos sentimientos, que hay que evitar las divisiones. Después de todo, estas personas dicen cuando menos la misa buena, no son tan malos como se dice…
Pero ellos nos traicionan. Dan la mano a los que demuelen la Iglesia, a los que tienen ideas modernistas y liberales y por lo tanto condenadas por la Iglesia. Por lo tanto ahora, ellos hacen el trabajo del diablo, ellos que trabajan con nosotros por el reino de Nuestro Señor y por la salvación de las almas.
« Oh, siempre que se nos acuerde la buena misa, podemos dar la mano a Roma, no hay problema” ¡Mira cómo funciona! Ellos están en un callejón sin salida porque no se puede a la vez dar la mano a los modernistas y querer conservar la Tradición.
Que se tenga contacto con ellos para traerlos a la Tradición, para convertirlos, en último extremo. Este es el buen ecumenismo. Pero dar la impresión casi como si nos arrepintiéramos, y que después de todo estaría bien hablar con ellos, esto no es posible. ¿Cómo hablar con los que ahora nos dicen que estamos inmóviles como cadáveres? Según ellos, nosotros ya no somos la Tradición viva, somos gentes tristes “sin vida y sin alegría”. ¡Se creería que ellos jamás han formado parte de la Tradición! Es inverosímil. ¿Cómo quieren que se pueda tener relaciones con ellos?
Es lo que nos plantea a veces problemas con algunos muy buenos laicos, que nos son favorables y han aceptado las Consagraciones, pero que tienen un cierto pesar íntimo de no estar con los que estaban antes, con los que no aceptaron las Consagraciones y que ahora están en nuestra contra. “Es una lástima, quisiera irlos a encontrar, tomar una copa con ellos, tenderles la mano”. Esto es traición, porque a la menor ocasión se irán con ellos. Hay que saber lo que queremos.
Esto es lo que ha asesinado a la Cristiandad de Europa, no solamente a la Iglesia de Francia sino también a la de Alemania, de Suiza… Son los liberales que han permitido a la Revolución instalarse, precisamente porque les han tendido la mano a aquellos que no tenían sus mismos principios.
La pregunta es si queremos colaborar también a la destrucción de la Iglesia, a la ruina del reino social de Nuestro Señor, o si nos hemos comprometido a trabajar por el reinado de Nuestro Señor Jesucristo.
Todos los que quieran venir con nosotros, para trabajar con nosotros, Deo gratias, les damos la bienvenida, poco importa de dónde vienen,  pero que no nos pidan dejar nuestro camino para ir a colaborar con los otros. Esto no es posible.
A lo largo del siglo XIX, los católicos se han literalmente destrozado a propósito del documento del Syllabus, a favor, en contra, a favor, en contra…
Ustedes recordarán en particular al conde de Cambord que fue criticado de haber rehusado la realeza por una cuestión de bandera. Pero no fue solamente una cuestión de bandera, el conde de Chambord se rehusó ser sometido a los principios de la Revolución. El dijo: “No consentiría jamás ser el rey legítimo de la Revolución”. Y tenía razón, ya que hubiera sido plebiscitado pro el país y la Asamblea, pero a condición de aceptar el parlamentarismo, es decir, los principios de la Revolución. También dijo: “No, si yo debo ser rey, lo sería según mis ancestros de antes de la Revolución”.
Tenía razón. Hay que escoger.  Con el Papa, el escogió los principios anteriores a la Revolución, principios católicos y contrarrevolucionarios. Y nosotros también escogimos ser contrarrevolucionarios, con el Syllabus, contra los errores modernos, estar en la verdad católica y defenderla.
Este combate entre la Iglesia y los liberales modernistas es el del concilio Vaticano II. No hay que buscarle tres pies al gato. Y va más lejos. Entre más se analizan los documentos del Vaticano II y la interpretación que le han dado las autoridades de la Iglesia, más nos apercibimos que se trata no solamente de algunos errores, el ecumenismo, la libertad religiosa, la colegialidad, un cierto liberalismo, sino de una perversión del espíritu. Es toda una nueva filosofía basada en la filosofía moderna del subjetivismo. El libro que acaba de aparecer de un teólogo alemán y el cual espero que sea traducido al francés a fin de que lo puedan tener entre sus manos, es muy instructivo de este punto de vista. Comenta el pensamiento del Papa, especialmente un retiro que predicó en el Vaticano siendo simple Obispo. Demuestra que en el Papa todo es subjetivo. Cuando enseguida leemos su discurso, nos apercibimos que ése es su pensamiento. A pesar de las apariencias, no es católico. El pensamiento del Papa en cuanto a Dios, en cuanto a Nuestro Señor, viene del fondo de su conciencia y no de una Revelación objetiva a la cual se adhiere con su inteligencia. El construye la idea de Dios. Últimamente dijo en un documento inverosímil, que la idea de la Trinidad no ha podido llegar sino muy tarde, porque es necesario que la psicología del hombre interior pueda ser capaz de llegar a la Santísima Trinidad. Entonces la idea de la Trinidad no viene de una Revelación, sino del fondo de la conciencia.
Estos no son pequeños errores. Nos encontramos delante de toda una corriente filosófica que remonta a Descartes, a Kant, a toda la línea de filósofos modernos que han preparado la Revolución.
He aquí algunas citas del Papa sobre el ecumenismo publicadas en el Osservatore Romano del 2 de junio de 1989:
« Mi visita a los países nórdicos es una confirmación del interés de la Iglesia católica en la obra del ecumenismo que es el de promover la unidad entre todos los cristianos. Hace 25 años que el concilio Vaticano II ha insistido claramente en la urgencia de este desafío en la Iglesia. Mis predecesores han buscado alcanzar este objetivo con una perseverante atención a la gracia del Espíritu Santo quien es la fuente divina y el garante del movimiento ecuménico. Desde el inicio de mi pontificado, he hecho del ecumenismo la prioridad de mi solicitud para la acción pastoral”.
Está claro.
Y el papa, sin detenerse, hace discursos sobre el ecumenismo porque él recibe constantemente a delegaciones de ortodoxos, de todas las religiones, de todas las sectas.
Se podría decir que éste ecumenismo no hizo el mínimo progreso en la Iglesia. No condujo a nada sino a confortar a los demás en sus errores, sin buscar convertirlos. Todo lo que ha sido dicho son galimatías: la comunión, el acercamiento, desearíamos muy pronto estar en una comunidad perfecta, esperamos en poco tiempo poder comulgar en los sacramentos de la unidad… Y así sucesivamente. Pero ellos no avanzan, es imposible que avancen jamás.
Todavía en el Osservatore Romano, se encuentra un discurso de Casaroli dirigiéndose a la Comisión de los derechos del hombre de las Naciones Unidas:
« Respondiendo con mucho placer a la invitación que me ha sido dirigida de venir hasta ustedes aportándoles el apoyo de la Santa Sede, deseo centrarme un poco –y todos lo comprenderán- en un aspecto específico de la libertad de pensar y de actuar según su conciencia, luego la libertad religiosa”. (¡Escuchar cosas como éstas de boca de un arzobispo!). “Juan Pablo II no dudaba en afirmar el año pasado en un mensaje para la Jornada mundial de la paz, que la libertad religiosa constituye la piedra angular en el edificio de los derechos del hombre.
La Iglesia Católica y su Pastor supremo, que ha hecho de los derechos del hombre uno de los grandes temas de su predicación, no han dejado de recordar que en el mundo hecho por el hombre y para el hombre (dixit Casaroli!)”Toda organización de la sociedad no tiene sentido más que en la medida en que ella haga de la dimensión humana su preocupación central”. (Dios, no se habla más de la dimensión de Dios en el hombre, es horrible, es el paganismo). Entonces el continúa: “Todo hombre y todo el hombre, esa es la preocupación de la Santa Sede, tal es sin duda la vuestra también”.
No tenemos nada que ver con esta gente, porque no tenemos nada en común con ellos.
Entonces nuestro famoso Ratzinger se encuentra ahora molesto de haber dicho que el Vaticano era un contra-Syllabus, porque se lo reprochamos a menudo. Es por eso que él ha encontrado una explicación que ha dado el 27 de junio de 1990.
Ustedes saben que Roma ha publicado un río de documentos para explicar las relaciones entre el Magisterio y los teólogos. Como no saben cómo salir de los apuros que tienen en todas partes, tratan de recuperar a los teólogos sin condenarlos mucho. Hay páginas y páginas, es para perderse completamente.
Es en la presentación de este documento que el cardenal Ratzinger ofrece su opinión sobre la posibilidad de poder decir lo contrario de lo que los papas han siempre afirmado desde el siglo pasado.
« El documento, dice el Cardenal, afirma quizá por primera vez con claridad (en efecto, pienso que esto es cierto), que hay decisiones del Magisterio que no pueden ser la última palabra sobre un asunto como tal, sino que son un anclaje substancial en el problema (¡el maligno!) Y antes que todo una expresión de prudencia pastoral. Una especie de disposición provisoria. (¡Las decisiones oficiales de la Santa Sede, disposiciones provisorias!) El núcleo se mantiene estable pero los aspectos particulares sobre los que tienen una influencia las circunstancias del tiempo, pueden tener necesidad de rectificaciones ulteriores. A este respecto se pueden señalar las declaraciones de los papas del siglo pasado sobre la libertad religiosa (¡por favor!) como también las decisiones anti modernistas de principios de siglo. (¡Va fuerte!) Y sobre todo las decisiones de la Comisión bíblica de la misma época” (Entonces no puede digerirlas).
He aquí tres decisiones del Magisterio que se pueden dejar de lado. Pueden cambiar. A este respecto se puede señalar las declaraciones de los papas del siglo pasado que necesitan rectificaciones ulteriores “Las decisiones anti modernistas han hecho un gran servicio, pero después de haber rendido su servicio pastoral en su tiempo, en sus determinaciones particulares, actualmente son obsoletos”. (Ahora damos la vuelta a la página del modernismo. Se terminó, no hablemos más).

Se libra de la acusación que se le hace de estar contra el Syllabus, contra decisiones pontificales y el Magisterio: queda el núcleo (¿qué núcleo? ¡No lo sabemos!) Pero los aspectos particulares sobre los cuales tienen una influencia particular las circunstancias del tiempo pueden necesitar rectificaciones posteriores. Voila! Está hecho, es increíble.
Cómo quieren que se les tenga confianza a personas como éstas, que justifican la negación de Quanta Cura, de Pascendi, de las decisiones de la Comisión Bíblica, etc…
O bien nosotros somos los herederos de la Iglesia Católica, es decir, de Quanta Cura, de Pascendi, con todos los papas hasta antes del concilio, y la gran mayoría de los obispos de entonces, por el reino de Nuestro Señor Jesucristo y la salud de las almas, o bien somos herederos de aquellos que se esfuerzan, incluso al precio de una ruptura con la Iglesia y su doctrina, de admitir los principios de los derechos del hombre, basados en una verdadera apostasía, con vista a obtener una presencia de servidores en el gobierno mundial revolucionario. Porque eso es el fondo: a fuerza de estar en pro de los derechos del hombre, de la libertad religiosa, la democracia y la igualdad de los hombres, tendrán un sitio en el gobierno mundial, pero será un sitio de servidores.
Si yo les digo estas cosas, es porque me parece que hay que retomar nuestro combate con quien lo ha precedido. Porque no ha comenzado con el Concilio, este combate tan duro, tan penoso en el cual la sangre se ha derramado. La separación de la Iglesia y el Estado, los religiosos y religiosas perseguidos, el dominio sobre todos los bienes de la Iglesia, han constituido una verdadera persecución, no solamente aquí sino en Suiza, en Alemania, en Italia. Fue desde el momento de la ocupación de los Estados Pontificios que el Papa se encontró relegado en el Vaticano, presa de cosas abominables. Entonces ¿estaremos con todo el mundo contra la doctrina de los papas sin ocuparnos de las protestas que ellos han elevado para defender los derechos de la Iglesia y de Nuestro Señor, para defender las almas?
Creo verdaderamente que tenemos unos cimientos y una fuerza que no provienen de nosotros. No es nuestro combate el que libramos, es el de Nuestro Señor, continuado por la Iglesia. No podemos dudar: O bien estamos con la Iglesia o contra ella, nosotros no estamos con esta Iglesia conciliar que cada vez es menos la Iglesia Católica, prácticamente no queda nada.
Antes, cuando el Papa hablaba de los derechos del hombre, frecuentemente hacía alusión a los deberes del hombre igualmente. Ahora ya no más: todo es por el hombre, para el hombre. Quise hacerles estas consideraciones para que ustedes se fortifiquen también, y que tengan conciencia de continuar el combate con la gracia del Buen Dios.
Porque es evidente que ya no existiríamos si el Buen Dios no estuviera con nosotros. Ha habido al menos cuatro o cinco ocasiones en el curso de las cuales la Fraternidad hubiera desaparecido. Y gracias a Dios, estamos aquí todavía para continuar. Ella debió desaparecer en particular en la ocasión de las consagraciones, ¡nos lo predijeron tanto! Todos los profetas de desgracias e incluso algunos cercanos nos dijeron: “Monseñor, no lo haga nunca, será el fin de la Fraternidad”. Pero no, el Buen Dios no quiere que su combate termine. Es todo.
Este combate ha tenido sus mártires: los mártires de la Revolución y todos aquellos que han sido martirizados moralmente en el curso de todas las persecuciones de los siglos XIX y XX. San Pio X ha sufrido el martirio a causa de tantos obispos perseguidos, de conventos expropiados, de religiosos cazados más allá de las fronteras entre otras cosas. ¿Y todo eso por nada? Este sería un falso combate, inútil, un combate que condenarían las víctimas y los mártires. Esto no es posible.
Nosotros estamos inmersos en esta corriente, en esta continuidad, agradezcamos al Buen Dios. Somos perseguidos, es evidente, nosotros somos los únicos excomulgados, los únicos perseguidos, pero no podemos no serlo.
¿Entonces qué pasará? No lo se. ¿Elías? Apenas esta mañana leía en la Escritura: “El regresará y pondrá todo en su lugar”, Omnia restituet. Que venga rápido!
Humanamente hablando, no veo la posibilidad de un acuerdo actualmente. Me decían ayer: “si Roma aceptara sus Obispos y que usted estuviera completamente exento de la jurisdicción de los obispos…” Por principio ellos están lejos de aceptar una como esa, además es necesario que ellos nos hagan la oferte y yo no pienso que estén listos porque la dificultad de fondo, que es el darnos un obispo tradicionalista. Ellos no quieren más que un obispo con el perfil de la Santa Sede. El perfil, ustedes comprenden lo que quiere decir. Ellos saben muy bien que dándonos un obispo tradicional, construirían una ciudadela tradicionalista. Ellos no lo quieren y tampoco se lo han dado a los otros. Cuando los otros dicen que han firmado el mismo protocolo que nosotros, no es verdad. Nuestro protocolo preveía un obispo y dos miembros en la Comisión romana. Pues bien, ellos no tienen ni el obispo ni los miembros en la Comisión romana. Roma ha retirado esto del protocolo, pues no lo quería a ningún precio.
El primero de noviembre próximo festejaremos el vigésimo aniversario de la Fraternidad, y yo estoy íntimamente convencido que es ella quien representa lo que el Buen Dios quiere para guardar y conservar la fe, la verdad de la Iglesia y lo que todavía pueda ser salvado de la Iglesia. Esto se hará gracias también a los obispos que rodean al Superior general, cumpliendo su rol indispensable de mantenedores de la fe, predicando, dando las gracias del sacerdocio y de la confirmación. Estas son cosas irremplazables de las cuales tenemos absoluta necesidad.
Todo esto es muy consolador, y pienso que nosotros podemos agradecer al Buen Dios, y obrar en la perseverancia, a fin de que un día se reconozca lo que hacemos. Aunque la visita del cardenal Gagnon no haya dado muchos resultados, cuando menos muestra que estamos presentes y que en la fraternidad se hace el bien. Aunque ellos no hayan querido  decirlo expresamente, están obligados de reconocer que la Fraternidad representa una fuerza espiritual irremplazable para la fe, donde ellos, espero, tendrán la alegría y la satisfacción de servirse cuando hayan regresado a la fe tradicional.
Roguemos a la Santísima Virgen, pidamos a Nuestra Señora de Fátima, en todas las peregrinaciones respectivas en todos los países, de venir en la ayuda de la Fraternidad para que tenga muchas vocaciones. Deberíamos tener un poco más de vocaciones, nuestros seminarios no están llenos. Pero pienso que con la gracia de Dios, eso vendrá. Gracias por haberme escuchado. Les pido orar para que yo tenga una buena y santa muerte, porque ahora es lo que me queda por hacer.

+ Monseñor Marcel LEFEBVRE

PD.- Por solicitud e Monseñor Lefebvre, el estilo hablado de esta conferencia ha sido ligeramente corregido para ser una publicación escrita (1990).