domingo, 5 de abril de 2015

"UNA LOCA PRECIPITACIÓN"

SYLLABUS

Español - Français - English 


“¿A qué adular al pobre? No, deja que la melosa lengua lama la pompa estúpida, y que los goznes de la servil rodilla se doblen allí donde el lucro pueda seguir a la lisonja” (William Shakespeare, Hamlet, Esc. II, Act. III)

La nueva declaración de Menzingen sobre la consagración episcopal de Mons. Faure se propone convencer a los fieles de la FSSPX de que, mientras que las consagraciones episcopales de 1988 fueron un acto de prudencia, la del 2015 es un acto de imprudencia. Que aquella fue meditada y esta es precipitada. Que aquella fue madurada y esta es impulsiva. Que aquella se basó en certezas y esta se basa en dudas. En definitiva, que aquella se justificaba y esta no.

En fin, el argumento esgrimido se aplica mal y falsamente, porque hay un doble criterio: se juzga las consagraciones de 1988 con respecto a Roma, y la consagración del 2015 con respecto a la propia FSSPX. Aquella fue favorable a la FSSPX y por lo tanto también a la Iglesia. Esta de ahora es “contraria” a la FSSPX y por lo tanto contraria a la Iglesia. La inconsistencia de la argumentación de Menzingen es notable, como se indica en el artículo de Non Possumus sobre la misma.

Menzingen actúa contradictoriamente. Veamos lo siguiente: si en 1988 había estado de necesidad por la situación desastrosa de la Iglesia debido a sus destructoras autoridades modernistas, la realidad de la Iglesia en 2015 lejos de haber mejorado, es notoriamente peor. Por lo tanto el estado de necesidad no ha cesado. La misma Neo-FSSPX admite que existe un estado de necesidad, en su primer comunicado contra la reciente consagración, de otro modo no podría justificar su accionar fuera de la estructura romana conciliar.

Pero, si persiste el estado de necesidad en la Iglesia, ¿por qué entonces no pueden consagrarse nuevos obispos enteramente católicos? Ah, la respuesta de Menzingen es: porque estamos nosotros, que somos quienes representamos la Tradición y ya la aseguramos frente al estado de necesidad. La Iglesia en 1988 tenía sólo dos obispos íntegramente católicos y ancianos (Mons. Lefebvre y Mons. de Castro Mayer), la Iglesia hoy tiene tres obispos íntegramente católicos y no ancianos (Mons. Fellay, Mons. De Galarreta y Mons. Tissier). Este podría ser el argumento final de Menzingen. Ahora bien, suponiendo que los obispos de la Fraternidad no estuvieren inclinados hacia el liberalismo y en busca del acuerdo con Roma, suponiendo que fueran entera y perfectamente católicos, ¿sería esto suficiente para la situación de crisis catastrófica que se vive hoy? Si la respuesta es sí, entonces nos están diciendo que las cosas están mejor hoy que entonces, porque en 1991 también obispos de la FSSPX hicieron una consagración episcopal. Si la respuesta es no, entonces se justifica plenamente la reciente consagración episcopal.

Si, como se ha podido comprobar, los tres obispos actuales de la FSSPX son claudicantes, entonces eso torna las cosas más oscuras.

Pero, ¿acaso la renuncia de Benedicto, el pontificado de Francisco, el reciente sínodo de la familia, entre otras cosas, no demuestran que las cosas se van poniendo de peor en peor? ¿Y los ruidos de guerra que se escuchan, los conflictos que amenazan con despedazar Occidente, la persecución masiva de cristianos en el mundo, el avance de la impiedad y la idolatría diabólicas, todo eso no cuenta? Entonces, si la FSSPX creyó necesario consagrar un obispo en 1991 (y entonces quedaron cinco), ¿por qué en 2015, cuando las cosas empeoran precipitadamente, les parece innecesario consagrar obispos, y es suficiente con tres?

Pero además, si Menzingen quisiera el bien de la Iglesia católica, ¿por qué habría de molestarle que haya más obispos católicos? ¿No debería eso más bien alegrarle? Ah no, para la Neo-FSSPX, los dos obispos de la Resistencia son “sedevacantistas”, y por lo tanto probablemente “cismáticos”. Desde luego, con eso pretende mantener pulcra su “imagen” ante Roma.

Si hay estado de necesidad, tal estado demanda medidas tendientes a suplir lo que las autoridades no realizan en orden a la salvación de las almas. ¿Por qué tal estado de necesidad no debería permitir la consagración de obispos católicos y sí debería permitir la acción de la FSSPX? ¿Entonces el estado de necesidad es mitigado? Sin embargo el mismo comunicado de DICI afirma: En una carta de fecha 8 de julio de 1987, Mons. Lefebvre escribió al cardenal Ratzinger: “Una voluntad permanente de destrucción de la Tradición es una voluntad suicida que autoriza, por su mismo hecho, a los verdaderos y fieles católicos a tomar todas las iniciativas necesarias para la supervivencia y salvación de las almas” Y dice también que “todo obispo debe usar su episcopado para la salvación de las almas y del bien común de la Iglesia, lo que puede implicar la transmisión del sacerdocio y del episcopado, incluso cuando la autoridad suprema de la Iglesia se oponga a ello de manera injusta”. Siendo esto así, volvemos a preguntar: ¿por qué Menzingen condena la nueva consagración episcopal?

Su respuesta es: tal medida no era necesaria “para la supervivencia y salvación de las almas”. Pero entonces, esto querría decir que ya no es como decía Mons. Lefebvre que hay “una voluntad permanente de destrucción de la Tradición, que es una voluntad suicida” la cual justifica medidas extremas. Sin decirlo, Menzingen está afirmando que las cosas ya no son así, de lo contrario no debería censurar la consagración episcopal. De ningún modo hasta el presente ha dado una clara justificación de su condena, sino que se ha basado fundamentalmente en el “sedevacantismo” que sería consecuencia de un “espíritu cismático” de Mons. Williamson y Mons. Faure. Eso sí: sin prueba alguna.

En este segundo comunicado, además, dedicado a los fieles de la FSSPX, Menzingen, sin asomo de crítica a las actuales autoridades romanas, da a entender  que es la FSSPX quien da los medios de salvación, y por lo tanto es ella quien asegura la continuidad de la Tradición.

Pero aquí encontramos otra contradicción. La FSSPX ha hecho difusión de sus intenciones caritativas y apostólicas en muchas oportunidades, por ejemplo cuando aceptó que les levantaran unas excomuniones que consideraba nulas, con la intención de que más personas pudieran acercarse a sus capillas y obtener así la misa y sacramentos católicos. Ahora bien, si aceptó tal medida incoherente –que contradecía su postura de siempre y confundía a muchos- basada en ampliar el alcance de los medios de salvación para muchos más fieles, ¿por qué no acepta ahora una consagración que redundará en la ampliación del apostolado católico y los bienes espirituales de la Iglesia para más fieles? Ah, no, dice la Neo-FSSPX, lo que pasa es que la Resistencia no reconoce a Roma, es sedevacantista. Lo curioso es que todos los sedevacantistas del mundo critican furiosamente a los dos obispos de la Resistencia, por no ser sedevacantistas. ¿Enseña la Resistencia doctrinas heréticas? No. ¿Pretende formar una nueva Iglesia? No. Sólo hace lo que hacía Mons. Lefebvre, distinguir entre la Roma eterna y la Roma modernista que se opone a la primera. Y continuar el combate de la fe. Pero según Menzingen es sedevacantista. ¿En qué se basa para afirmar esto? En nada. Hasta aquí llega la argumentación de Menzingen, y en esto desemboca, en nada. Por eso a la acusación de sedevacantismo, ahora suma una nueva, también subjetiva: la de una “loca precipitación” por parte de Mons. Williamson para realizar la consagración. Parece que una mañana despertó con ganas de hacer un poco de ruido y entonces decidió consagrar al Padre Faure. ¿Quizás en un próximo comunicado acusen a Mons. Williamson de neo-nazi?

Pero veamos. Mons. Williamson siempre ha hablado claramente y con todo realismo tanto de la crisis de la Iglesia como de la crisis y peligros dentro de la FSSPX. Ya en una entrevista del año 2007 afirmaba estar dispuesto a consagrar obispos si era necesario. Y lo suyo no eran palabras de ocasión, pour la galerie. Aquí un fragmento de esa entrevista:

(Vaticano II es un pastel envenenado. Entrevista de Le Rivarol del 12 de enero de 2007. Reproducida en revista Tradición Católica N° 210)

¿Dónde ve Vd. a la Iglesia católica dentro de veinte o treinta años?

El Nuevo Orden Mundial, al que corresponde la apostasía blanda en la Iglesia, avanza a pasos de gigan­te. Pero la Iglesia es indestructible. Por lo tanto, una de dos: o en cinco, diez o veinte años Dios intervendrá con un castigo ejemplar para resta­blecer el orden, o la Iglesia estará gi­miendo en las catacumbas esperan­do esta intervención. De todos mo­dos, la situación actual es irrecupe­rable a través de esfuerzos pura­mente humanos.

Al prolongarse la crisis, ¿está Vd. dispuesto a consagrar obispos sin mandato pontificio?

Sí. Pero espero que no sin la pru­dencia requerida por todas las circunstancias.

Tratándose precisamente de su propio episcopado, ¿se considera Vd. miembro de la Iglesia docente y del colegio apostólico?

Yo no formo parte ni de la Iglesia docente conciliar ni del colegio apostólico conciliar, pero en cambio sí formo parte de la Iglesia docente católica y del colegio apostólico católico. Y al contrario, los obispos diocesanos conciliares forman un pastel envenenado en bloque, aunque no en todas sus partes.

Vemos entonces que Mons. Williamson es simplemente un obispo consecuente con sus palabras que, entendiendo que las circunstancias extremas lo justificaban, y tras una larga deliberación, realizó la consagración episcopal de Mons. Faure. Por lo tanto la acusación de realizar un acto de manera sorpresiva e irreflexivamente, sin la prudencia requerida, no tiene ningún sostén.

Pero quizás haya que buscar la causa de toda esta serie de comunicados de condena de la Neo-FSSPX hacia la consagración episcopal de Mons. Faure, en otro punto que nos parece clave. ¿Por qué esta censura persistente de parte de Menzingen?

La respuesta está en la afirmación del comunicado de que la Resistencia tiene la “necesidad de sustituir a la FSSPX”. Ahí creemos que aparece el meollo de este asunto. Es sin dudas el orgullo institucional que debe salir a mantener su imagen victoriosa, su prestigio como “campeona de la Tradición”, primero ante Roma y luego ante sus propios miembros y adherentes. Primero, dando cuenta de que la FSSPX no es sedevacantista o cismática como los rebeldes resistentes con los que ya no tiene ninguna relación ni vínculo. Segundo, dando cuenta a sus fieles de que la FSSPX no ha dejado de ser la misma de siempre, brindándoles la misa de siempre y oponiéndose a los errores modernistas de Roma. Para lo primero miente absolutamente. Para lo segundo miente parcialmente.

La Neo-FSSPX se siente como Esaú, que perdió la primogenitura de la Tradición por un plato de lentejas…prometido por Roma.

La Neo-FSSPX está en una gran apretura. Por un lado teme volver a ser estigmatizada si se los pone “en la misma bolsa” que los resistentes, alejándose así de la posibilidad de ser reconocidos por Roma. Por el otro, teme que el integrismo católico de la Resistencia provoque algún asomo de disidencia en sus propias filas, pues es claro que lo que ha ocurrido ha puesto más en evidencia a los traidores de Menzingen que cada vez se descubren más en público como lo que son.

Con todo lo cual se ve que no hay en Menzingen amor a la verdad y amor a la Iglesia, sino amor a sí misma. Por eso como una mujerzuela se pasea buscando aprobación, primero de Roma, y luego de sus fieles. Se vende como un politiquero en campaña electoral, con una sonrisa y un discurso acorde para cada cual. De allí entonces que no bastándole con perseguir a los antiliberales cuando estaban dentro de sus filas, continúa tal persecución y condena estando ellos afuera, sumándose así a la iglesia conciliar de la que dice no formar parte.

Con “loca precipitación”, Menzingen lanzó su comunicado de condena el mismo día de la consagración episcopal (¡antes aún que Roma!), pero no porque lo condujera a ello una “simple duda”, sino por el contrario, porque temían ser asociados públicamente con tal acto, lo cual saben que podría complicarles su “reconciliación plena” con Roma. El comunicado de condena ha sido el peor error que ha cometido Menzingen, porque es con él precisamente que termina de aventar todas las dudas que pudiera haber hasta entonces sobre su intención de complacer a Roma.

No habrá firmado un papel con membrete vaticano, pero el espíritu de la Neo-FSSPX ya le pertenece a la Roma modernista.  
_________________________________________________

"FOLLE PRÉCIPITATION"


«A quoi bon flatter le pauvre? Non. Qu'une langue mielleuse lèche la pompe stupide; que les charnières fécondes du genou se ploient là où il peut y avoir profit à flagorner».  (William Shakespeare, Hamlet, Scène. II, Acte III)

La nouvelle déclaration de Menzingen sur le sacre épiscopal de Mgr Faure se propose de convaincre les fidèles de la FSSPX qu'alors que les consécrations épiscopales de 1988 ont été un acte de prudence, celle de 2015 est un acte d'imprudence. Que celle-là a été méditée et celle-ci est précipitée. Que celle-là a été mûrie et celle-ci est impulsive. Que celle-là s'est basée sur des certitudes et celle-ci se base sur des doutes. En définitive, que celle-là se justifiait et celle-ci, non.

Enfin, l'argument avancé s'applique mal et faussement, parce qu'il y a un double critère : les sacres de 1988 sont jugés à l'égard de Rome, et le sacre de 2015 est jugé à l'égard de la Fraternité Saint Pie X elle-même. Ceux-là ont été favorables à la FSSPX et par conséquent favorables à l'Église. Celui-ci est "contraire" à la FSSPX et donc contraire à l'Église. L'inconsistance de l'argumentation de Menzingen est remarquable, comme il est indiqué dans l'article de Non Possumus sur la même déclaration.

Menzingen agit contradictoirement. Considérez ce qui suit : si en 1988, il y avait état de nécessité par la situation désastreuse de l'Église en raison de ses autorités modernistes destructrices, la réalité de l'Eglise en 2015, loin d'être améliorée, est notoirement pire. Par conséquent, l'état de nécessité n'a pas cessé. La même néo-FSSPX admet qu'il y a un état de nécessité, dans son premier communiqué contre le sacre récent, autrement elle ne pourrait pas justifier ses actions hors de la structure romaine conciliaire.

Mais, si l'état de nécessité persiste dans l'Église, alors pourquoi de nouveaux évêques entièrement catholiques ne peuvent-ils être sacrés? Ah, la réponse de Menzingen est : parce que nous sommes là, nous sommes ceux qui représentent la Tradition et déjà nous l'assurons en face de l'état de nécessité. L'Église en 1988 n’avait que deux évêques complètement catholiques et vieux (Mgr Lefebvre et Mgr de Castro Mayer), aujourd'hui l’Eglise a trois évêques entièrement catholiques et pas vieux (Mgr Fellay, Mgr de Galarreta et Mgr Tissier). Cela pourrait être l'argument final de Menzingen. Or, en supposant que les évêques de la Fraternité ne soient pas inclinés vers le libéralisme et en recherche de l'accord avec Rome, en supposant qu'ils sont entièrement et parfaitement catholiques, cela suffit-il pour la situation de crise catastrophique qui est vécue aujourd'hui ? Si la réponse est oui, alors on dit que les choses vont mieux aujourd'hui qu'à l'époque, parce qu'en 1991 aussi des évêques de la FSSPX ont fait un sacre épiscopal. Si la réponse est non, alors le récent sacre épiscopal se justifie pleinement.

Si, comme on a pu le vérifier, les trois actuels évêques de la FSSPX sont claudicants, alors cela rend les choses plus obscures.

Mais l’abdication de Benoît XVI, le pontificat de François, le synode récent sur la famille, entre autres choses, ne prouvent–ils pas que les choses vont de mal en pis?  Et les bruits de guerre qui s'entendent, les conflits qui menacent de déchirer l'Occident, la persécution massive des chrétiens dans le monde, la progression de l'impiété et de l'idolâtrie diaboliques, tout cela ne compte-t-il pas? Alors, si la FSSPX a cru nécessaire de consacrer un évêque en 1991 (et alors il y en avait cinq), pourquoi en 2015, quand les choses empirent précipitamment, leur semble-t-il inutile de consacrer des évêques, et affirme-t-elle que trois sont suffisants ?

En outre, si Menzingen voulait le bien de l'Église catholique, pourquoi cela gêne-t-il qu'il y ait plus d'évêques catholiques ?  Ne devrait-on pas plutôt se réjouir? Ah non, pour la néo-FSSPX, les deux évêques de la Résistance sont "sédévacantistes" et donc probablement "schismatiques".  Bien sûr, avec cette déclaration, Menzingen entend maintenir son "image" devant Rome.

S’il y a un état de nécessité, cet état demande des mesures tendant à suppléer ce que les autorités ne réalisent pas quant au salut des âmes. Pourquoi un tel état de nécessité ne devrait-il pas permettre la consécration d'évêques catholiques alors qu’il devrait permettre l’action de la FSSPX?  Donc, l'état de nécessité est mitigé? Cependant le même communiqué de DICI affirme : Dans une lettre datée du 8 juillet 1987, Mgr Lefebvre écrivait au cardinal Ratzinger : « Une volonté permanente d’anéantissement de la Tradition est une volonté suicidaire qui autorise, par le fait même, les vrais et fidèles catholiques à prendre toutes les initiatives nécessaires à la survie et au salut des âmes ». Et il dit aussi que : Tout évêque est tenu d’user de son épiscopat en vue du salut des âmes et du bien commun de l’Eglise, ce qui peut impliquer la transmission du sacerdoce et de l’épiscopat, quand bien même l’autorité suprême de l’Eglise s’y opposerait de manière injuste. Cela étant, nous demandons à nouveau: pourquoi Menzingen condamne-t-il la nouvelle consécration épiscopale ?

Sa réponse est : cette mesure n'était pas nécessaire « à la survie et au salut des âmes ». Mais alors, cela signifie que la situation n’est plus ce qu’en disait Mgr Lefebvre, qu’il y a « une volonté permanente d’anéantissement de la Tradition qui est une volonté suicidaire », ce qui justifie des mesures extrêmes. Sans le dire, Menzingen affirme que les choses ne sont plus telles, dans le cas contraire elle ne devrait pas censurer le sacre épiscopal.  Jusqu’à présent, Menzingen n’a donné pas une claire justification de sa condamnation, mais elle a été fondamentalement basée sur le "sédévacantisme" qui serait conséquence d'un "esprit schismatique" de Mgr Williamson et Mgr Faure. Evidemment, sans aucune preuve.

Dans ce second communiqué, dédié aux fidèles de la FSSPX, Menzingen, sans ombre de critique aux autorités romaines actuelles, suggère que c’est la FSSPX qui donne les moyens de salut, et donc c’est elle qui assure la continuité de la Tradition.

Mais ici nous trouvons une autre contradiction.  La FSSPX a fait une diffusion de ses intentions charitables et apostoliques en beaucoup d’occasions, par exemple quand elle a accepté que Rome levât les excommunications qu'elle considérait nulles, avec l'intention que plus de gens puissent s'approcher de ses chapelles et obtenir ainsi la messe et les sacrements catholiques. Or, si elle a accepté une telle mesure incohérente -qui contredisait sa posture de toujours et que beaucoup ne comprenaient pas- basée sur l'expansion de la portée des moyens de salut pour beaucoup plus fidèles, pourquoi maintenant n'accepte-t-elle pas le sacre qui donnera lieu à l'extension de l'apostolat catholique et les biens spirituels de l'Église pour plus des fidèles ? Ah, non, dit le néo-FSSPX, ce qui se passe, c’est que la Résistance ne reconnaît pas Rome, elle est sédévacantiste. Le plus drôle, c’est que tous les sédévacantistes du monde critiquent furieusement les deux évêques de la Résistance, parce qu'ils ne sont pas sédévacantistes. La Résistance enseigne-t-elle des doctrines hérétiques ? Non. A-t-elle l'intention de former une nouvelle Eglise? Non. Elle fait seulement ce que faisait Mgr Lefebvre :   distinguer entre le Rome éternelle et le Rome moderniste qui s'oppose à la première, continuer le combat de la foi. Mais selon Menzingen, elle est sédévacantiste. Sur quoi s’est-elle basée pour affirmer cela? Rien. Jusqu’ici culmine l'argument de Menzingen, et ça ne débouche à rien. C'est pour ça qu’à l'accusation de sédévacantisme, maintenant elle additionne une nouvelle accusation, aussi subjective : celle d'une "folle précipitation" de la part de Mgr Williamson pour réaliser le sacre. Il semble qu'un matin, il s'est éveillé avec envie de faire un peu de bruit et alors il a décidé de sacrer l’Abbé Faure. Peut-être que dans un prochain communiqué ils accuseront Mgr Williamson de néo-nazisme ?

Mgr Williamson a toujours parlé clairement et de façon réaliste tant de la crise de l'Église que de la crise et des dangers à l'intérieur de la FSSPX. Déjà dans une interview en 2007, il affirmait être disposé à consacrer des évêques si c'était nécessaire. Et ce n'étaient pas des mots d'occasion, pour la galerie. Voici un extrait de cette interview:

(Mgr Richard Williamson : «Vatican II est un gâteau empoisonné» - Interview par Jérôme Bourbon Rivarol)

R. : Où voyez-vous l’Eglise catholique dans vingt ou trente ans ?
Mgr R. W. : Le Nouvel Ordre Mondial, auquel correspond l’apostasie molle dans l’Eglise, avance à pas de géant. Mais l’Eglise est indéfectible. Donc de deux choses l’une : ou bien dans cinq, dix, vingt ans Dieu intervient avec un châtiment exemplaire pour rétablir l’ordre, ou bien l’Eglise en sera à gémir dans les catacombes, en attendant cette intervention. De toute façon, la situation actuelle est irrécupérable par des efforts purement humains.

R. : La crise se prolongeant, êtes-vous prêt à sacrer des évêques sans mandat pontifical ?

Mgr R. W. : Oui. Mais pas sans la prudence requise par toutes les circonstances, j’espère.

R. : S’agissant précisément de votre épiscopat, vous considérez-vous membre de l’Eglise enseignante et du collège apostolique ?

Mgr R. W. : Je ne fais partie ni de l’Eglise enseignante conciliaire ni du collège apostolique conciliaire. En revanche, de l’Eglise enseignante catholique et du collège apostolique catholique, je fais bien partie. A l’inverse, les évêques diocésains conciliaires forment un gâteau empoisonné en bloc, mais pas dans toutes ses parties.

Nous voyons alors que Mgr Williamson est tout simplement un évêque cohérent dans ses paroles, ayant attendu que les circonstances extrêmes le justifient, et après une longue délibération, il a réalisé le sacre épiscopal de Mgr Faure. Donc l'accusation d'accomplir un acte par surprise et sans réfléchir, sans la prudence requise, n'a pas de justification.

Mais peut-être faut-il chercher la cause de toute cette série de communiqués de condamnation de la néo-FSSPX envers le sacre épiscopal de Mgr Faure, dans un autre point qui nous semble clef. Pourquoi cette censure persistante de Menzingen?
La réponse est dans l'affirmation du communiqué, que la Résistance a « la nécessité de se substituer à la Fraternité Saint-Pie X ». Là, nous croyons qu’apparaît le nœud de la question. Sans aucun doute, c’est l'orgueil institutionnel qui doit garder son image victorieuse, son prestige comme "Championne de la tradition", d'abord devant Rome, et puis devant ses propres membres et adhérents. Tout d'abord, en soulignant que la FSSPX n’est pas sédévacantiste ou schismatique comme les rebelles résistants, avec qui elle n'a pas de relation ou lien. Deuxièmement,  en soulignant à ses fidèles que la FSSPX n'a pas cessé d'être la même depuis toujours, en leur offrant la messe de toujours et en s'opposant aux erreurs modernistes de Rome. Pour le premier point, elle ment absolument. Pour le deuxième, elle ment partiellement.

La néo-FSSPX se sent comme Esaü, qui a perdu la primogéniture de la Tradition pour un plateau de lentilles … promis par Rome.

La néo-FSSPX est dans une grande gêne. D'un côté, elle a peur de recommencer à être stigmatisée si on les met "dans le même sac" que les résistants, éloignant ainsi la possibilité d'être reconnus par Rome. De l'autre côté, elle craint que l'intégrisme catholique de la Résistance provoque une ombre de dissidence dans ses propres rangs, puisqu'il est clair (ce qui est arrivé l’a mis en l’évidence) que les traîtres de Menzingen se découvrent chaque fois plus en public comme ce qu’ils sont.

Avec tout cela, on voit qu'il n'y a pas à Menzingen l'amour de la vérité et l'amour de l'Église, mais l'amour d’elle-même. Donc, comme une vagabonde, elle se promène en cherchant approbation, d'abord de Rome, et auprès de ses fidèles. Elle se vend comme un politicien en campagne électorale, avec un sourire et un discours en accord avec chacun. Alors, comme si ce n’était  pas suffisant de poursuive les antilibéraux quand ils étaient à l'intérieur de ses rangs, elle continue persécution et condamnation alors qu’ils sont dehors, en se joignant à l'église conciliaire dont elle dit ne pas faire de partie.

Avec une "folle précipitation", Menzingen a lancé son communiqué de condamnation le jour même de la consécration épiscopale (avant même celui de Rome !), non parce qu'un "simple doute" les conduisait à cela, mais plutôt parce qu'ils craignaient d'être publiquement associés à une telle action, ce qui pourrait compliquer leur "pleine réconciliation" avec Rome. Le communiqué de condamnation a été la pire erreur que Menzingen ait commise, car c’est précisément avec ça que s’effacent tous les doutes que l’on pouvait avoir jusqu'à présent de leur intention de plaire Rome.

Menzingen n'aura pas signé un papier avec un en-tête Vatican, mais l'esprit de la néo-FSSPX appartient déjà à la Rome moderniste.                                                      
INSANE RASHNESS
from Syllabus
translated by Michael Fuller

"Why should the poor be flatter'd
No, let the candied tongue lick absurb pomp,
And crook the pregnant hinges of the knee
Where thrift may follow fawning."
(William Shakespeare, Hamlet, Scene II, Act III)

The new statement from Menzingen regarding the episcopal consecration of Bishop Faure intends to convince the faithful of the SSPX that while the episcopal consecrations of 1988 were an act of prudence, the 2015 consecration was an act of imprudence, that the ones in '88 were reflected upon and that this one was rash, that the ones in '88 were a mature act and this one was an impulsive act, that the consecrations of '88 were based on certainties and that the 2015 one was based on doubts. In short, that the '88 consecrations were justified and the 2015 one is not.

Finally, the argument put forward is misapplied and falsely, because there is a double standard: the consecrations of 1988 are judged in respect to Rome, and the consecration of 2015 is judged in respect to the SSPX itself.  The '88 consecrations were favorable to the SSPX and therefore also to the Church.  The 2015 one is "contrary" to the SSPX and therefore contrary to the Church.  The inconsistency of the argument of Menzingen is remarkable, as indicated in the
article of Non Possumus about it.

Menzingen acts contradictorily. Consider this: if in 1988 it had been necessary because of the disastrous situation of the Church caused by its destructive modernist authorities, the reality of the Church in 2015, far from having improved, is notoriously worse.  Therefore, the state of necessity has not ceased to exist. The Neo-SSPX itself admits that there is a necessity in its first statement against the recent consecration, otherwise it would not be able to justify its operating outside of the conciliar Roman structure.

But, if the state of necessity persists in the Church, why then cannot new entirely Catholic bishops be consecrated?  Ah, Menzingen's response is: because it is we who represent Tradition and secure it on the bounds of the state of necessity. In 1988, the Church had only two integrally Catholic senior bishops (Archbishop Lefebvre and Bishop De Castro Mayer), the Church today has three integrally Catholic non-senior bishops (Bishop Fellay, Bishop De Galarreta and Bishop Tissier).  This could be the final argument of Menzingen.  Now, assuming that the bishops of the Society were not inclined towards liberalism and seeking an agreement with Rome, even if they were entirely and perfectly Catholic, would this be enough for the situation of the catastrophic crisis that exists today?  If the answer is yes, then we are saying that things are better today than then, because in 1991 the SSPX bishops also performed an episcopal consecration. [The reference is made to the consecration of the late Bishop Rangel. See the Archbishop's comments on this consecration
here.]  If the answer is no, then the recent episcopal consecration is completely justified.

If,
as has been seen, the current three bishops of the SSPX are lukewarm, then things become more obscured.

But doesn't the resignation of Benedict, the pontificate of Francis, and the recent synod of the family, among other things, prove that things are getting worse and worse? And all the commotion to be heard about war, conflicts that threaten to tear the West to pieces, mass persecution of Christians in the world, the growth of diabolic impiety and idolatry, does all of this not matter?  So if the SSPX believed it was necessary to consecrate a bishop in 1991 (and then there were five), in 2015, when things suddenly got worse, why does it seems unnecessary to consecrate bishops and to be sufficient with three?

In addition, if Menzingen wanted the good of the Catholic Church, why then does it bother them that there are more Catholic bishops?  Shouldn't it be a cause for joy?  Ah no, for the Neo-SSPX, the two bishops of the Resistance are "sedevacantists" and therefore probably "schismatics".  Of course, with that it intended to maintain a nice "image" for Rome.

If there is a state of necessity, such a state demands measures with the purposes of supplying what the authorities do not give in order to save souls.  Why should such a state of necessity not allow the consecration of Catholic bishops but allow the action of the SSPX?  Then is the state of necessity mitigated? Nevertheless, the communiqué from DICI itself says: In a letter dated July 8,1987, Archbishop Lefebvre wrote to Cardinal Ratzinger: "the permanent will to annihilate Tradition is a suicidal will, which justifies, by its very existence, true and faithful Catholics when they make the decisions necessary for the survival of the Church and salvation of souls." And he also says that" every bishop is obliged to exercise his episcopate with a view to the salvation of souls and the common good of the Church, which may involve the transmission of the priesthood and the episcopate, even if the supreme authority of the Church were to oppose it unjustly." This being so, we ask again: why does Menzingen condemn this new episcopal consecration?

Their answer is: this measure was not necessary "for the survival and salvation of souls".  But then, this would mean that it is not as Archbishop Lefebvre said that there is "a permanent will to annihilate Tradition, a suicidal will" which justifies extreme measures.  Without saying so, Menzingen is saying that it is no longer like that, otherwise it should not criticize the episcopal consecration.  In no way until the present date has there been a clear justification of their condemnation, but it has been based on the "sedevacantism" that would be the result of a "schismatic spirit" of Bishop Williamson and Bishop Faure. That's right: without a shred of proof.

Moreover, in this second communiqué dedicated to the faithful of the SSPX, without a hint of criticism of the current Roman authorities, Menzingen suggests that it is the SSPX who gives the means of salvation, and therefore it is the SSPX who ensures the continuity of Tradition.

But here we find another contradiction. The SSPX has spread its charitable and apostolic intentions on many occasions, for example when they agreed to the lifting of the excommunications which it considered invalid, with the intention that more people would be able to approach their chapels and obtain the mass and Catholic sacraments.  Now if the SSPX accepted such inconsistent measures -which contradicted its longtime position and confused many- based on expanding the scope of the means of salvation for many more faithful, why not now accept a consecration which will result in expanding the Catholic apostolate and spiritual goods of the Church for more faithful?  Ah, no, says the Neo-SSPX, what is going on is that the resistance does not recognize Rome. It is sedevacantist.  The funny thing is that all the sedevacantists in the world furiously criticize the two bishops of the Resistance for not being sedevacantists.  Does the Resistance teach heretical doctrines?  No.  Does it intend to form a new church? No.  It only does what Archbishop Lefebvre did: distinguish between eternal Rome and the modernist Rome which opposes the former and to continue the fight for the faith.  But according to Menzingen it is sedevacantist.  What is their basis for claiming this? Nothing.  This is where the Menzingen argument goes and it shows nothing.  Then the accusation of sedevacantism now adds a new argument, also subjective: that of an "insane rashness" of Bishop Williamson to perform the consecration.  It seems that one morning he woke up wanting to make some noise and then decided to consecrate Father Faure.  Perhaps in a future communiqué they will accuse Bishop Williamson of being a neo-Nazi?

But let's take a look. Bishop Williamson has always spoken clearly and realistically concerning both the crisis in the Church and the crisis and dangers within the SSPX. Already in an interview in 2007 he states he is willing to consecrate bishops if necessary.  And his words were not cheap, pour la galerie. Here is an excerpt from that interview:
(Vatican II is a poisoned cake. Interview of January 12, 2007 with Le Rivarol . Reproduced in the magazine Tradición Católica N ° 210)

Where do you see the Catholic Church in twenty or thirty years?
The New World Order, which accounts for the delicate apostasy in the Church, is advancing by leaps and bounds.  But the Church is indestructible.  Therefore, one of two things will occur: in either five, ten or twenty years God will intervene with an exemplary chastisement to restore order, or the Church will be groaning in the catacombs waiting for this intervention.  However, the current situation is irrecoverable through purely human effort. 

If the crisis is extended, will you be willing to consecrate bishops without a papal mandate?
Yes. But I hope not without the prudence required by the many circumstances. 

Concerning your own episcopate, do you consider yourself a member of the teaching Church and the apostolic college?
I'm not part of the conciliar teaching Church nor the conciliar apostolic college, but on the other hand I am part of the teaching Catholic Church and the apostolic college. Conversely, the conciliar diocesan bishops form a poisoned cake block, although not in all its parts.

We see then that Bishop Williamson is simply a consistent bishop with his words, understanding that the extreme circumstances justified it, and after a long deliberation, he performed the episcopal consecration of Bishop Faure. Therefore the charge of performing an act by surprise and thoughtlessly without reflection, without the required prudence is insupportable.

But perhaps one must look for another key-point of the cause of this whole series of statements from the Neo-SSPX condemning the episcopal consecration of Bishop Faure.  Why this persistent criticism from Menzingen?

The answer lies in the statement of the communiqué that the Resistance has the "need to replace the SSPX". Here we believe that the crux of the matter appears.  It is undoubtedly the institutional pride that comes out to maintain their victorious image, their reputation as a "champion of Tradition", first to Rome and then to their own members and supporters. First, to make them realize that the SSPX is not schismatic or sedevacantist or like resistant rebels who no longer have any relationship or link. Second, to make their faithful realize that the SSPX is still the same as ever, providing them with the Mass of all times and opposing the modernist errors of Rome. In the first communiqué they are lying completely. In the second communiqué they are lying partially.

The Neo-SSPX feels like Esau, who lost his birthright of Tradition for a mess of pottage... promised by Rome.

The Neo-SSPX is in great distress. On one side it fears returning again to be stigmatized if they are put "in the same category" of those that resist, thus moving away from the possibility of being recognized by Rome. On another, it fears that the Catholic fundamentalism of the Resistance will provoke some hint of dissent in its own ranks. It is clear that what has occurred has given more evidence of the traitors in Menzingen so that each time they may publicly be discovered as to what they are.

With all this it seems that there is not love of the Truth and love for the Church in Menzingen, but only love for itself. So like a tramp, they go about seeking approval, first in Rome, then from their faithful. Bought like a politician on the campaign trail, with a smile and a speech according to their listener. Not being enough to persecute the anti-liberal when they were within their ranks, they continue such persecution and condemn them when they are outside their ranks, joining with the conciliar church that it claims to not be a part of.

With "insane rashness" Menzingen released its communiqué condemning the episcopal consecration on the same day (even before Rome!), But not because it would lead to a "simple doubt", but rather, because they feared being associated publicly with such an act, which they know could complicate their "full reconciliation" with Rome. The statement of condemnation has been the worst mistake Menzingen has made, because it is precisely what ends up eliminating all the doubts that there may be hitherto of their intention to please Rome.

There will be no signed a paper with a Vatican letterhead, but the spirit of the Neo-SSPX already belongs to modernist Rome.