Sedevacantismo,
Nuevamente – I
La
Iglesia Católica nunca puede totalmente fallar,
Pero parcialmente puede severamente enfermar.
Pero parcialmente puede severamente enfermar.
Puede
fastidiar a cierto número de lectores de estos “Comentarios” si éstos vuelven
con el tema de los Papas Conciliares no siendo Papas en lo absoluto, pero la
reciente traducción al francés de un artículo de 1991 en inglés, muestra cómo
los argumentos en favor del sedevacantismo necesitan repetidamente demostrarse
como no siendo tan concluyentes como aparentan. Los liberales no necesitan tal
demostración porque para ellos el sedevacantismo no es tentación. Sin embargo,
hay almas católicas selectas sacadas por la gracia de Dios fuera del
liberalismo y llevadas hacia la Tradición católica, para las cuales el
sedevacantismo se vuelve positivamente peligroso. Al Diablo no le importa si
perdemos nuestro balance hacia la derecha o hacia la izquierda, con tal que
perdamos nuestro balance.
Pues,
en verdad, el error del sedevacantismo puede ser en teoría un error no tan
profundo ni tan grave como el de la pudrición mental universal del liberalismo,
pero en la práctica, ¿cuán frecuentemente uno observa que las mentes se cierran
de golpe con el sedevacantismo? Y, que lo que comenzó como una opinión
aceptable (¿qué Católico puede decir que las palabras y hechos del Papa
Francisco son católicos?) tiende a volverse una certeza dogmática inaceptable
(¿qué Católico puede juzgar con certeza una cuestión tal?). Y, de allí, a
imponerse a sí mismo como el dogma de los dogmas, como si la
catolicidad de una persona fuera a ser juzgada de acuerdo a si cree o no que no
hemos tenido un Papa real desde, digamos, Pío XII.
Una
razón ofrecida en “Comentarios” previos para esta dinámica interna del
sedevacantismo frecuentemente observada, puede ser la simplicidad del nudo
Gordiano con la cual se zanja un problema agonizante y amenazante de la fe:
“¿Cómo pueden estos destructores de la Iglesia ser verdaderos Papas
Católicos?”. Respuesta, no son Papas en lo absoluto. “Oh, ¡qué alivio! No tengo
que agonizar más”. La mente se cierra de golpe, el sedevacantismo debe ser
compartido como si fuera el Evangelio con quienquiera que escuche (o no
escuche) y, en el peor de los casos, puede ser extendido desde los Papas a
todos los cardenales, obispos y sacerdotes, de manera que un Católico otrora
creyente se transforma en un “home aloner” que deja de asistir a Misa totalmente.
¿Será exitoso en mantener la Fe? ¿Y sus niños? Aquí está el peligro.
Por
consiguiente, para mantener nuestra Fe católica en balance y para evitar las
trampas tendidas hoy a su derecha y a su izquierda, miremos los argumentos de
MonsS en el artículo de 15 páginas arriba mencionado (“MonsS” es una
abreviatura que muchos lectores identificarán de inmediato pero que no necesita
ser deletreado aquí porque estamos más preocupados por sus argumentos que por
su persona). En su artículo al menos él sí piensa y él sí tiene una fe católica
en el Papado, de otra manera los Papas Conciliares no serían problema para él.
Esta lógica y fe son lo que es mejor en los sedevacantistas, pero ni MonsS ni
ellos están trabajando con la imagen completa: Dios no puede dejar ir a Su
Iglesia, pero Él puede dejar ir a Sus hombres de Iglesia.
He
aquí su argumento en pocas palabras – Mayor: la Iglesia es indefectible. Menor:
en el Vaticano II la Iglesia se volvió liberal, lo cual fue una defección
mayor. Conclusión: la Iglesia Conciliar no es la Iglesia real, lo cual
significa que los Papas Conciliares que dirigieron o siguieron al Vaticano II
no pueden haber sido Papas reales.
El
argumento parece bueno. Sin embargo, a partir de las mismas Mayor y Menor puede
venir una Conclusión liberal: la Iglesia es indefectible, la Iglesia se volvió
liberal, entonces yo también, como Católico, debo volverme liberal. Que el
sedevacantismo comparta de este modo sus raíces con el liberalismo, debería
hacer que cualquier sedevacantista lo piense d os veces . MonsS nota las raíces
comunes y las llama “irónicas”, pero son mucho más que eso. Apuntan a que los
liberales y sedevacantistas están cometiendo el mismo error, el cual debe estar
en la Mayor. De hecho ambos por igual malentienden la indefectibilidad de la
Iglesia, tanto como ellos se equivocan en la infalibilidad del Papa. Vean estos
“Comentarios” la próxima semana para un análisis más detallado del argumento de
MonsS.
Kyrie eleison.