Yo
acuso a un Obispo
(Por: Raúl Del Rosal Montalvo)
“OS HE TRASMITIDO LO QUE RECIBÍ”, ¿qué fue lo que recibió? el “DEPÓSITO DE LA FE”, sin
remiendos, integro, intacto. (Mons. Marcel Lefebvre)
El Santo Concilio Vaticano I enseña que “la doctrina de Fe que
Dios ha revelado, no ha sido propuesta como un hallazgo filosófico que deba ser
perfeccionado por los ingenios humanos, sino entregado a la Esposa de Cristo
como un depósito divino, para ser fielmente guardada e infaliblemente
declarada. De ahí que también haya que mantener perpetuamente aquel sentido de
los sagrados dogmas que una vez declaró la Santa Madre Iglesia y jamás hay que
apartarse de ese sentido so pretexto y nombre de una más alta inteligencia”
(Constitución dogmática Dei Filius, Dz.1800)
Ya en vida el fundador de la FSSPX Mons.
Marcel Lefebvre había escrito un libro “Yo acuso al Concilio” en el prólogo de
dicho libro Mons. Lefebvre daba los pormenores de las intenciones del Concilio
Vaticano II y de su influencia en la autodestrucción de la Iglesia.
“Constituye un gran servicio a la Iglesia
de Nuestro Señor Jesucristo y a la salvación de las almas denunciar
públicamente la maniobras de los hombres de la Iglesia que han deseado hacer de
este Concilio la paz de Yalta de la Iglesia con sus peores enemigos, es decir,
en realidad, convertirlo en renovada traición a Nuestro Señor Jesucristo y a su
Iglesia” (Libro ¡Yo Acuso al
Concilio! Pág. 22 + Marcel Lefebvre Econe, a 18 de agosto de 1976)
La Revolución Liberal se había fraguado
en el Concilio Vaticano II, y a decir de Paulo VI, el humo de Satanás se había
infiltrado por una grieta, ¡cómo no si el mismo Concilio Vaticano II le abrió
las puertas! De igual forma hoy en el seno de la Fraternidad Sacerdotal San Pío
X, nuestro superior Mons. Fellay ha abierto una grieta por donde se ha
infiltrado el humo de Satanás. Y más aún si ya en vida Mons. Marcel Lefebvre,
lamentaba la infiltración en el seño de la FSSPX. Comentario de Don Max Barret:
¡Monseñor estaba lúcido! Él no escribió “todos
nuestros sacerdotes…” sino “la mayoría de nuestros sacerdotes”. El gusano ya
estaba en la fruta. Él lo sabía y sufría terriblemente. (Tomado de Non
Possumus)
EL PASTOR INSENSATO
El rompimiento de la Unidad de los
obispos de la FSSPX, llevada a cabo por el Superior General Mons. Bernard Fellay,
al expulsar de la FSSPX a Mons. Richard Williamson y a varios sacerdotes que se
oponen a su línea falaz. La línea
trazada por el fundador de la FSSPX Mons. Lefebvre no fue en sentido de un
acuerdo práctico, sino de la conversión previa de Roma. En ese sentido se
dispuso y así quedo de manifiesto en el capítulo del 2006 que definió la
postura del fundador. No al acuerdo practico, sin una conversión previa de
Roma.
Si
hemos resistido a los papas del Posconcilio, ¿Por qué no hemos de resistir a un
obispo infiel? Tal vez estas palabras
suenen fuertes para los fieles de la tradición que no tienen el conocimiento de
lo que sucede en el seno de la FSSPX. Pero recordando lo que decía San Gregorio Magno que “Es preferible que ocurra un escándalo antes
que esconder la verdad. Escándalo doble sería tolerar el error, cubrir un
crimen con su disculpa por no decir por su complicidad. “
¿Que acaso no puso un ejemplo Mons.
Marcel Lefebvre y Mons. De Castro Mayer?
Otro ejemplo más fue dado por Mons. Salvador Lazo de San Fernando de la
Unión, Filipinas (In. Memoriam 11 de abril del 2000) El cual en su carta
dirigida al papa Juan Pablo II hace referencia a la única arca de salvación: Soy
partidario de la Roma eterna, la Roma de San Pedro y San Pablo. No quiero
seguir a la Roma masónica. El Papa León XIII condenó a la masonería en su
encíclica “Humanun genus” en 1884. No aceptó tampoco a la Roma modernista. El
Papa San Pío X condenó El modernismo en su encíclica “Pascendi Dominici Gregis”
en 1907. No sirvo a la Roma controlada por los masones, que son los agentes de
Lucifer, el Príncipe de los demonios”.
Aquí está la paciencia de los santos, aquellos que guardan los preceptos
de Dios y la Fe de Jesús. (Apocalipsis 14, 12)
Entonces ¿por qué hemos de sujetarnos a
la Roma modernista y liberal?, ¿Por qué nuestro Superior ha optado por un doble
discurso? Como lo hace con la declaración Doctrinal del 15 de abril del 2012: Nosotros
declaramos reconocer la validez del sacrificio de la Misa y de los Sacramentos
celebrados con la intención de hacer lo que hace la Iglesia según los ritos
indicados en las ediciones típicas del Misal romano y de los Rituales de los
Sacramentos legítimamente promulgados por los papas Paulo VI y Juan Pablo II.
Cuando
la FSSPX dice que: Siendo esto así, ¿debemos decir que la Nueva Misa es
inválida? Esto no ha sido demostrado, pero puede argüirse lo siguiente: por un
lado, la Nueva Misa no está cualificada como rito católico; por otro, el
celebrante debe querer hacer lo que hace la Iglesia; ahora bien, la Nueva Misa
ya no garantiza por sí misma que tiene esa intención, la cual dependerá de su
fe personal (generalmente desconocida para los presentes, pero más o menos
dudosa a medida que avanza la crisis en la Iglesia). Por tanto, puede
presumirse que estas misas son de validez dudosa, y más aún con el paso del
tiempo. (Tomado de Non Possumus)
Como vemos para Mons. Fellay, su sentir
ha cambiado y ahora le parece que la “nueva misa” es legítima, cuando siempre
se nos enseño lo que ya habían definido los Cardenales Ottaviani y Bacci con respecto de la “nueva misa”. Los
Cardenales Alfredo Ottaviani y Antonio Bacci, en su Breve Examen Crítico
(25-IX-1969) de la nueva misa, concluyeron que el “Novus Ordo Missae”, se
aparta impresionantemente de la Teología Católica.
Tan es así, que a nosotros que formamos parte de la
Tradición se nos ha enseñado que no debíamos de participar en estas misas por
la duda que quedaba en cuanto a la consagración.
Entonces si esa era la postura ¿Por qué erigir
Nuevas Iglesias para celebrar la Santa Misa de Siempre, Si la misa denominada
“Novus Ordo Missae” es “legítima”? ¿Por qué entonces no podemos recibir los
sacramentos en la Iglesia Oficial si son tan validos y no como lo expuso
nuestro fundador Mons. Marcel Lefebvre? Ahora bien, todos los sacramentos fueron
modificados en el sentido de una comunión humana, solamente humana –no más una
comunión sobrenatural. Una especie de colectivización. Han colectivizado los
sacramentos.
¿Se le olvidó a nuestro Superior que estamos viviendo en dos
Iglesias? Una del Preconcilio o de Siempre ó como los mismos modernistas
“definieron”, la Iglesia de Cristo subsiste en la Iglesia católica; cuando la
Iglesia siempre ha enseñado que la Iglesia de Cristo es la Iglesia Católica. Y
la otra la Nueva Iglesia para un Nuevo Orden Mundial o iglesia falsa ecuménica
y apóstata. La primera para dar
testimonio de la Verdad y declarar que es la Esposa del Verbo Encarnado. “La
única Iglesia de Cristo es visible para todos, y permanecerá, según es voluntad
de su Autor, exactamente tal como él la instituyó” (Pío XII, Mortalium
Animos, No. 15) Y la segunda para
hacer la guerra a los Santos. Pues está unida al mundo, a sus secuaces, y
al mismísimo demonio.
Habrá quien pueda argüir que Jesucristo
prometió que las puertas del infierno no prevalecerían contra ella. Dios hizo
la promesa de que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella (S.
Mateo 16,18) y aun estando los hombres de Iglesia errados como hoy en la más
grande crisis de Fe y Apostasía (2 Tes. 2-4)
la promesa seguirá ahí.
Lo cierto es que esto se refiere a que,
aunque quedara un pequeño grupo de católicos fieles que custodien el Depósito de la Fe, estos serán
la verdadera Iglesia de Jesucristo “Yo estaré con vosotros todos los días hasta
el fin del mundo” (Mateo. 28, 20) “Ahora bien, lo que Cristo Señor, príncipe de
los pastores y gran pastor de las ovejas, instituyó en el bienaventurado Apóstol
Pedro para perpetua salud y bien perenne de la Iglesia, es menester dure
perpetuamente por obra del mismo Señor en la Iglesia que, fundada sobre la
piedra, tiene que permanecer firme hasta la consumación de los siglos” (Concilio
Vaticano I, Dz. No 1824)
Hasta
hace algunos años hice un artículo que titule “Cismáticos o Macabeos del Fin de
los Tiempos” este artículo lo difundía en todas las Iglesias conciliares para
que todos los fieles supieran que solo había un puñado de católicos fieles al
Magisterio de 2000 años, en el me refería a Mons. Lefebvre y a las
consagraciones episcopales llevadas a cabo por él para preservar el Depósito de
la Fe y el Sacerdocio. Y hacía hincapié en
los Obispos Fieles como lo hicieron en su momento los Macabeos de Matatías. Por entonces se levantó Matatías hijo de Juan, hijo de Simeón,
sacerdote de los Hijos de Joarib, de Jerusalén, que habitaba en Modín. Tenía
cinco hijos: Juan Caddis, Simón, Judas Macabeos, Eleazar y Jonatán. (1Mac. 2, 1
s)
Y
dije que nuestros obispos consagrados serían fieles a la Tradición como lo
fueron aquellos que en tiempos de Matatías se habían unido a él. Alzó luego el grito Matatías en la ciudad y dijo: “¡Todo el que sienta
celo por la Ley y sostenga la alianza, síganme!” (1 Mac. 2, 27)
Creo sinceramente que solo un Obispo ha
demostrado esa fidelidad a Dios y a su Iglesia: Mons. Richard Williamson. Mons. Tissier de Mallerais ha sido silenciado,
y Mons. De Galarreta en línea con Mons. Bernard Fellay.
¿Qué
acaso no es una traición a Nuestro Señor Jesucristo y a su Iglesia? ¿Qué acaso
no hemos dicho que la FSSPX, es una obra del mismísimo Dios? No empero nuestro
Superior General Mons. Bernard Fellay, se ha dejado arrastrar por el espejismo
de su osadía soberbia al querer combatir los errores de la Roma moderna y liberal
desde dentro. ¿Acaso no tenemos la advertencia? “Sal de ahí pueblo mío para que no participes de sus iniquidades”.
Para
él solo cuenta la ilusión y las promesas de los acuerdos que posiblemente ya hizo y que a decir de él, niega rotundamente.
Pero los hechos dicen otras cosas, así como el cambio de su postura y
ambigüedad en sus discursos y entrevistas, lo delatan.
Por
tal motivo he decidido acusar a un Obispo que juró lealtad en su consagración.
Y que ahora se convierte en infiel, con tal de agradar al mundo y a las autoridades
eclesiásticas modernas y liberales en apostasía. Y lleva a la destrucción a la
FSSPX. Si nuestras autoridades de la FSSPX quisieran refutar esto tendrían que
demostrar lo contrario, espero que lo puedan hacer, hay muchos elementos y
argumentos en contra de nuestro superior.
Cuando
los padres de la FSSPX escriben en contra de las autoridades eclesiásticas aquí
en México, quienes habían revisado lo que había escrito me dijeron: “a ellos hay
que darles duro” (se referían con los argumentos del Magisterio de la Iglesia,
de las encíclicas, Código de Derecho Canónico, etc.) “ellos sí saben lo que
están haciendo”. He aplicado la misma regla para nuestro superior. Me he
preguntado ¿sabrá nuestro superior lo que está haciendo? ¡Claro que sí sabe lo
que hace!
Nuestro
fundador Mons. Lefebvre en la nota acerca del título de su libro escribió:
¿Por qué el título de “Yo acuso al Concilio”? Porque tenemos
fundamentos para afirmar, en virtud de argumentos tanto de crítica interna como
externa, que el espíritu dominante en el Concilio e inspirador de tantos textos
ambiguos y equívocos, e incluso francamente erróneo, no es el Espíritu Santo,
sino el espíritu del mundo moderno, espíritu liberal, teilhardiano, modernista,
opuesto al reino de Nuestro Señor Jesucristo. (Del Libro “Yo acuso al Concilio Pág. 23 +Marcel Lefebvre París, a 27
de agosto de 1976)
Guardaos de prestar oídos a los engañosos
discursos de los filósofos del siglo que os conducirán a la muerte; alejad de vosotros a todos los usurpadores, bajo cualquier título que se
presenten, arzobispos, obispos, párrocos; no tengáis nada en común con ellos,
sobre todo en el ejercicio de la religión”. (Breve "Caritas”, del 13 abril de 1791, condenando la Constitución
civil del clero de 1790)
¡VIVA CRISTO REY!