domingo, 19 de enero de 2025

MONS. TOMÁS DE AQUINO OSB: SOBRE UNA DELARACIÓN DEL SUPERIOR DEL DISTRITO ALEMÁN DE LA FSSPX



Un artículo publicado en Info Católica sobre la declaración del padre Stefan Pfluger refleja la dirección que Mons. Fellay dio a la Fraternidad San Pío X durante sus veinticuatro años al frente de la Fraternidad.

El Padre Stefan Pfluger es el superior del Distrito de Alemania. Aunque su declaración no tiene el mismo peso que una declaración del Superior general, nos permite tener un cierto conocimiento de lo que piensa la Fraternidad, pensamiento que refleja, al menos en parte, las posiciones adoptadas anteriormente por Mons. Fellay.

Cuando Mons. Fellay intentó llegar a un acuerdo con Roma en 2012, hubo una viva reacción de varios sacerdotes y de tres obispos de la Fraternidad. Aunque estos acuerdos no se implementaron, todavía se pueden notar, hasta el día de hoy, algunos restos de las ideas de Mons. Fellay en la forma de pensar del padre Stefan Pfluger, entre otros.

El Padre Stefan Pfluger dice: “No queremos separarnos de Roma y pertenecemos a la Iglesia”. Mons. Lefebvre también, y más que nadie. Pero Mons. Lefebvre dijo lo que el Padre Pfluger no dice. Dijo que se adhería a la Roma eterna y que se nagaba a seguir a Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante, que se manifestó claramente en el Concilio Vaticano II y en las reformas que surgieron de él.

El padre Pfluger tiene razón al subrayar que no hay que separarse de Roma, pero ¿de qué Roma está hablando? Hace bien en afirmar que pertenece a la Iglesia. Pero la crisis actual nos obliga a preguntar: “¿qué Iglesia?”

Mons. Fellay forjó el término Iglesia concreta. Esta parece una forma de evitar el problema. Si esta distinción entre la Iglesia católica y la Iglesia conciliar es falsa, ¿por qué la utilizaba Mons. Lefebvre? ¿Por qué, entonces, decía: “Es, por tanto, un estricto deber, para todo sacerdote que quiera seguir siendo católico, separarse de esta Iglesia Conciliar, mientras no redescubra la tradición del Magisterio de la Iglesia y del Fe católica”. (La Vida Espiritual, página 31 – Editora Permanência).

Que esto es un misterio, no hay duda. ¿Cómo puede haber dos Iglesias? ¿Cómo puede la Iglesia católica estar ocupada por sus enemigos? No sé. Lo que sí sé es que está ocupada. Es un hecho. Está ocupada y es deber estricto de todo sacerdote que quiera seguir siendo católico separarse de esta Iglesia Conciliar, hasta que redescubra la tradición del Magisterio de la Iglesia y la fe católica. Es más fácil exponer un hecho que explicarlo, pero es una temeridad rechazar las conclusiones de Mons. Lefebvre. Hablar de Iglesia concreta es ya intentar acercarse a los enemigos que ocupan la Iglesia.

El padre Pfluger sugiere que la Fraternidad hará todo lo posible para obtener el consentimiento de Roma para nuevas consagraciones episcopales. En sí misma, esta petición, incluso hecha a la Roma ocupada por un Papa modernista, no implica esencialmente una falta, ya que, aun cuando esté ocupada, la Iglesia no trasladó su sede a ningún otro lugar. Sin embargo, el ejemplo de Mons. Lefebvre nos muestra que él no creía que esta petición fuera esencial. Anunció, en 1987, que consagraría obispos, probablemente, en la fiesta de Cristo Rey de ese año. Había, si no me equivoco, más de una fecha prevista. Roma se apresuró entonces a ofrecer a Mons. Lefebvre la posibilidad de un acuerdo y la concesión de obispos. En lugar de que Mons. Lefebvre preguntara, fue Roma quien ofreció. La secuencia de los acontecimientos es conocida y está en el libro de Mons. Tissier de Mallerais.

Mons. Lefebvre me dijo, en los años 1984-1985, que era muy reacio a consagrar obispos sin el permiso de Roma, pero que se preguntaba si Nuestro Señor no le diría, después de su muerte: “Tú podrías hacerlo. ¿Por qué no lo hiciste?

El tema del permiso es muy importante, pero no es imprescindible en el estado de necesidad en el que nos encontramos. Mons. Licinio fue consagrado en 1991 en São Fidelis, Estado de Río de Janeiro, por Mons. Tissier de Mallerais, asistido por Mons. Williamson y Mons. de Galarreta. Nunca he oído que se haya pedido permiso a Roma para esto.

Algunos sacerdotes de la Fraternidad parecen tener poca conciencia de la crisis actual. No todos. Algunos son fieles a Mons. Lefebvre. Algunos, tal vez, piensen que la Resistencia es sedevacantista. No. Resistencia es discípula de Mons. Lefebvre, que no era ni modernista, evidentemente, ni sedevacantista, ni acordista. Mons. Lefebvre es el santo Atanasio de la crisis del Vaticano II. Las soluciones que dio a la crisis actual, sus palabras y sus actitudes son una luz para todos los católicos que quieren permanecer fieles a las promesas de su bautismo.

Que Nuestra Señora nos obtenga la gracia de ser fieles a sus enseñanzas, que no son otras que las enseñanzas de la Iglesia Católica, consagradas en su Tradición bimilenaria. Son las enseñanzas de Nuestro Señor, confiadas a los santos apóstoles.


 

+ Tomás de Aquino OSB
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