lunes, 8 de agosto de 2022

CANTO DE VICTORIA. POR GIL DE PISA

 


El “Poder Supremo ‘sin rostro’”  anuncia ya una victoria: “Cisma en la Iglesia Católica”;  y lo hace en uno de sus medios de comunicación con estas palabras: “Como no podía ser de otra manera, la Iglesia tiene que seguir ‘aggiornándose’, adaptándose al mundo a toda velocidad, empezando por permitir el matrimonio a los sacerdotes, en la creencia de que el celibato es la causa última de los abusos sexuales clericales. Es decir los Amos del mundo ya dan por consumado el “Cisma” en la Iglesia... lo que equivale a  poder marcar una muesca más en su tabla de éxitos.

Sin duda las cosas que pasan en Alemania son preocupantes. Llevamos décadas con el nuevo Protestantismo que  se está gestando en la tierra de Lutero, pero aún no se ha consumado  el cisma.  Y los que amamos a nuestra Madre la Iglesia, pedimos a Dios  incesantemente que le impida “cuajar en realidad” 

Es sorprendente que  la Jerarquía se dedique a pedir perdón por  posibles errores de hace medio milenio y se olvida de hacer lo mismo por los fallos y errores de los últimos sesenta años. Siendo ellos, en este caso, los responsables de la crisis actual de la Iglesia;   no hace examen de conciencia para comprender por qué vivimos en una crisis de Fe...  Nadie pide perdón por los  errores garrafales cometidos  con la deformación de los dogmas, de la moral y el culto,  cuyas consecuencias vivimos en la Iglesia de hoy: Templos vacíos,  olvido de los sacramentos fundamentales,  como la confesión, la comunión y el matrimonio religioso. Incluso el Bautismo está pasando de moda  y un tercio de los nuevos españoles  se quedan “moros” –como decían nuestros antepasados de los no bautizados- (· El que no tiene padrino se queda moro”...

El tiempo nos ha dado la razón a quienes avisamos de las consecuencias previsibles e inevitables, que tendría para la FE y la Moral, no combatir con toda la fuerza e inteligencia el Modernismo desde el momento que estaba claro su objetivo final: adueñarse de las riendas en la barca de Pedro.

Nos consideran unos retrógrados  incapaces de leer el “avance de los tiempos” y,  --menos aún--  de actuar  en consecuencia. Olvidaban los modernistas que no hay nada más vivo que la “Tradición perenne” de la Iglesia, porque ella misma lleva dentro la capacidad de adaptación a cada momento, --pero dentro de la Verdad de la que es cimiento y  manantial--.

Viví intensamente las discusiones del Aula Conciliar y fue para mí un tormento  insoportable. Leer las “asnadas” que se decían allí. Y, las llamo asnadas,  copiando al Padre Ángel --mi profesor de griego en la Universidad Católica--  que, como he referido ya alguna vez cuando un compañero le vino a dar la noticia de que un compañero de Promoción “era un hereje” le respondió con una carcajada y esta frase: «No te preocupes, para ser hereje hay que ser muy inteligente y “ése, es un asno”; yo llegué a esa conclusión sobre lo que se decía en la basílica de San Pedro, en el Concilio: No eran tanto herejías, cuanto “asnadas”; enorme burradas dichas con un aplomo impresionante.. Lo triste del caso es que  contribuyeron  a normalizar los errores  y que la Fe  padeciera las consecuencias.

Desgraciadamente  lo que allí se vivía no era “por casualidad”... o sea,  fruto de la debilidad de la mente humana, ¡no!, quienes lo hicieron posible habían preparado a conciencia el escenario Durante años,  los obispos de Centro Europa,  prepararon el Concilio,   con una organización perfecta.  Se cumplía una vez más  la conocida ley de las dos ciudades... Mientras los obispos de buena fe, --españoles, hispanoamericanos--  habían ido al Vaticano con la mejor de las “cándidas inocencias”,  de todos y cada uno de los conciliares amantes de la Iglesia, los obispos que tenían estudiado “cambiar” la Fe, la Moral y el Culto de la Iglesia Católica habían montado toda una serie de organizaciones con reuniones periódicas para estudiar sus proyectos. Cuando la “buena gente» abrieron los ojos y quisieron organizarse les faltó tiempo para contrarrestarlos... aunque algo hicieron Monseñor Lefèbvre y  los que se le unieron.

Me llevaría muy lejos entrar en profundidades, me limito a señalar con unas simples pinceladas, que todo se ajusta a lo que tantas veces he comentado  sobre la forma de trabajar  de la Sinagoga de Satanás y los que la sirven.

Conviene destacar también que la organización  modernista del Vaticano II, no se disolvió. Al contrario,  el Vaticano II sirvió para perfeccionar y fortalecer su estructura. Y siguen provocando desastres,

Gracias A Dios, la última palabra siempre la tiene el Creador e inspiró el nacimiento de la Fraternidad San Pío X, que ha sido  un obstáculo  y una referencia  en  estos sesenta años postconciliares. Pero no solo ella, han surgido otros movimientos en la misma línea aunque no tan conocidos.

Existe una reacción de cierta Jerarquía frente  --digamos-- a la “línea oficial” que permite cierto optimismo como reacción frente al poder modernista en la Iglesia. Nosotros luchamos “a lo humano”,  pero pensamos “a lo divino”,  es decir: Confianza absoluta en el triunfo final  y paz en el alma porque  sabemos que lo único verdaderamente eficaz es la oración a la que hemos de  entregarnos siempre y cada día. No  lo vamos a recordar constantemente pero conviene hacerlo de cuando en cuando. Sobre todo si el cielo se pone muy negro, como es el momento actual.

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