Mons. Viganò, Mons. Lefebvre y/o el sedevacantismo
Mons. Viganò se comportó como un verdadero héroe desde el momento en que comprendió o empezó a comprender la descomposición moral y doctrinal de la Iglesia Conciliar. Desafortunadamente, parece inclinarse hacia la posición sedevacantista. El tiempo dirá mejor cuál es su verdadera posición.
En cuanto a Mpns. Lefebvre, había iniciado esta lucha contra la Iglesia conciliar en circuntancias más decisivas que las actuales. Se había ganado la confianza de los fieles de todo el mundo, por la solidez de su formación y la superioridad de su prudencia. Su prudencia le hizo evitar tanto el railliement de las comunidades Ecclesia Dei como el error del sedevacantismo. Con precisión, mostró cómo Dom Gérard y otros se suicidaron colocándose bajo las autoridades de los modernistas, y cómo los sedevacantistas, a su vez, se colocaron en una posición tan incierta como peligrosa, afirmando más de lo que las enseñanzas de la Iglesia permiten afirmar.
Algunos piensan que Mons. Lefebvre sería hoy sedevacantista. No creo que ese sea el caso. De hecho creo lo contrario. Creo que los argumentos que dio durante su vida conservan su fuerza y actualidad hoy. Sus argumentos son simples. ¿Cómo quedaría la Iglesia si los Papas, desde Juan XXIII hasta Francisco, no son Papas? ¿Los cardenales que nominaron no son cardenales? ¿Quién elegirá entonces al Papa? ¿Cómo podemos tener un Papa otra vez? Esto parece poner en peligro la existencia misma de la Iglesia. Lo mejor es esperar la sentencia que algún día dé la Iglesia, definiendo y resolviendo esta cuestión.
Frente a la divergencia de ideas y de procedimientos dentro de la Tradición, no veo más que una conducta sensata a seguir: conservar y transmitir lo que hemos recibido de Mons. Lefebvre, tanto desde el punto de vista doctrinal como prudencial. Pero muchos dirán: la prudencia tiene en cuenta el cambio de situación entre el estado de crisis en tiempos de Mons. Lefebvre y el actual. Sí, hay algunos cambios, pero no son esenciales. La esencia de la crisis sigue siendo la misma.
Como en la crisis arriana, que duró alrededor de 60 años, esta crisis continúa sin que cambien los puntos esenciales. Por eso el ejemplo de Mons. Lefebvre sigue estando vigente.
Que Nuestra Señora, que venció todas las herejías, nos obtenga la gracia de vencer los ataques del diablo y de los modernistas.
+Tomás de Aquino, OSB