sábado, 29 de mayo de 2021
"LA GUERRA DE DIOS" - SERMÓN EN LA FIESTA DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD - P. Trincado
martes, 25 de mayo de 2021
EL OBISPO HUONDER EN EL SEMINARIO DE ALEMANIA DE LA FSSPX
La FSSPX ha publicado un video sobre la celebración de la Misa Pontifical en el seminario de Zaitzkofen este domingo. Este obispo liberal, autor del "Dies Iudaicus" (Día del Judaísmo) y amigo declarado del demoledor Francisco, vive desde el año 2019 en una casa de la FSSPX en Suiza. ¿Se imaginan cuál sería la respuesta si alguien como el valeroso Arzobispo Viganò pidiera residir en una de las casas de la Fraternidad?
"Nada ha cambiado en la FSSPX"
domingo, 23 de mayo de 2021
SERMÓN PARA EL DOMINGO DE PENTECOSTÉS - P. Trincado
domingo, 16 de mayo de 2021
SERMÓN PARA EL DOMINGO POSTERIOR A LA ASCENSIÓN - P. Trincado
Os he dicho estas cosas para que no os
escandalicéis. Os expulsarán de las sinagogas, y viene la hora en que
cualquiera que os mate pensará que sirve a Dios. Y os harán esto porque no
conocieron al Padre ni a Mí. San Juan Crisóstomo comenta que Nuestro Señor intenta consolar a los
Apóstoles con estas palabras, como si dijera: basta para vuestro consuelo el
saber que padecéis esto por Mí y por mi Padre. Nos dice Cristo: Me persiguieron a Mí y os perseguirán
también a vosotros. La persecución es para nosotros católicos el pan nuestro de
cada día; esta es la señal de que somos discípulos verdaderos de Jesucristo (P. B. Martín
Sánchez en “El Reino de los Cielos Padece Violencia"). Así que la
verdadera señal o marca de los auténticos discípulos de Cristo es sufrir
persecuciones.
Os he dicho estas cosas para que no os
escandalicéis, es decir,
no tropecéis y seáis vencidos al ver
que la persecución viene a veces de donde menos podía esperarse: de los
buenos, de los más cercanos, de los amigos, de los superiores, de los compañeros
de combate. Jesús nos previene para que
no incurramos en el escándalo de que habla Mt 13, 21 (Mons. Straubinger): lo sembrado en pedregales es el que oye la
palabra y la recibe con gozo, pero no tiene raíz en sí mismo sino por un
tiempo, y cuando viene la tribulación o la persecución por la palabra, pronto
se escandaliza.
Os expulsarán de las sinagogas -o de la
Iglesia mediante excomuniones, como en 1988; o de una determinada congregación- y
viene la hora en que cualquiera que os mate pensará que sirve a Dios. Y os
harán esto porque no conocieron al Padre ni a Mí. Dice Mons.
Straubinger: Rara vez habrá quien haga el
mal por el mal mismo, y de ahí que la especialidad de Satanás, habilísimo
engañador, sea llevarnos al mal con apariencia de bien. Así Caifás condenó a
Jesús, diciendo piadosamente que estaba escandalizado de oírlo blasfemar, y
todos estuvieron de acuerdo con Caifás.
“Todos
los que aspiran a vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecución”, dice San
Pablo (2 Tim 3. 12). No hay duda de que
todos los que quieren vivir conforme a la doctrina de Cristo serán perseguidos
por envidia y malicia. Serán perseguidos por los demonios... por el mundo
corrompido... Se les llenará de injurias, de burlas, de afrentas, de desprecio,
siempre por envidia, ceguedad, injusticia y crueldad. Serán perseguidos en odio
a la verdad, de los buenos ejemplos, del Evangelio, de la religión, del orden,
de la sana doctrina, de la moral (…)...
Serán perseguidos por sí mismos, por la concupiscencia, por el hombre viejo,
que afrentan, que encadenan a pesar suyo, y que someten al espíritu.
No es cosa nueva que las almas piadosas sean perseguidas; esto se verifica desde el principio del mundo. Así Caín persiguió al piadoso Abel, su hermano, y le mató. (…) Abraham fue perseguido por los cananeos. Lot por los sodomitas. Isaac por Ismael. Jacob por Esaú, José por sus hermanos, Moisés por el faraón. Los hebreos primero por los egipcios y más tarde por los filisteos y otras naciones. Saúl persiguió a David; Absalón persiguió a su padre David; Manasés persiguió a Isaías; los judíos persiguieron a Jeremías, a Amós, a Ezequiel y a los demás profetas. Nabucodonosor persigue a Daniel (...) Herodes (el Grande) persigue a los santos Inocentes y (Herodes Antipas) hace decapitar a San Juan Bautista; Jesucristo es perseguido hasta su muerte... Los apóstoles son perseguidos de mil maneras, y se les sentencia muerte por ser discípulos de Jesucristo... ¡Cuántos millares de mártires!... Todos los santos han sido más o menos perseguidos... (P. B. Martín S., ibíd.). Pensemos en los Cristeros perseguidos por los masones, en México, en el siglo pasado. En los católicos perseguidos por los comunistas en España, por la misma época, y en el resto del mundo durante la mayor parte del siglo XX. Pensemos en los millones y millones de niños asesinados en el vientre de sus madres, perseguidos por éstas y por médicos criminales…
Estimados hermanos: somos perseguidos
porque queremos mantenernos enteramente católicos. Tengamos, entonces, siempre
presentes las palabras eternas de Cristo: Mirad
que yo os envío como ovejas en medio de lobos... por mi causa seréis conducidos
ante los gobernadores y los reyes para dar testimonio de mí ante ellos y ante
las naciones (Mt 10 16-18). En el
mundo tendréis grandes tribulaciones, pero tened confianza: yo he vencido al
mundo (Jn 16 33). Sabed que yo estaré
siempre con vosotros, hasta el fin del mundo (Mt 28, 20). Felices los que padecen persecución por la
justicia, porque de ellos es el reino de los cielos (Mt 5, 10). Felices seréis cuando os insulten y os persigan,
y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí. Alegraos y
regocijaos, porque grande será en los cielos vuestra recompensa (Mt 10 11).
El que pierda su vida por mi amor, la
salvará (Lc 9, 24).
jueves, 13 de mayo de 2021
domingo, 9 de mayo de 2021
SERMÓN DEL DOMINGO V DE PASCUA - P. Trincado
“Dijo Jesús a sus discípulos: en verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al padre en mi Nombre, os lo dará. Hasta ahora no habéis pedido nada en mi Nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea pleno.”
Hay, entonces, ciertos defectos de la oración que hacen que no sea
hecha en el Nombre de Cristo. Dice
el Apóstol Santiago: “pedís y no recibís porque pedís mal”
1) Orar en PECADO MORTAL. Dios no oye al que vive como enemigo suyo y como amigo del diablo.
2) Pedir lo que Dios sabe que NO CONVIENE A NUESTRA ALMA. El “Padre Nuestro”, compuesto por Cristo, es un modelo perfecto de oración. La petición de lo que no sabemos si conviene a nuestra salvación debe ser condicionada: "si es tu voluntad", te pido tal cosa.
3) Pedir PRIMERO
LO MATERIAL y después lo espiritual. Pero dijo Cristo:“Buscad
primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás os será dado por
añadidura”… “No sabéis lo que pedís”, responde Nuestro Señor a una petición de
algunos Apóstoles. Igualmente nosotros solemos pedir salud física, títulos
profesionales, buenos negocios, prosperidad en esta vida, “éxito”... “Una
sola cosa es necesaria”, le dice Cristo a santa Marta. Ninguna de estas
cosas es eso único necesario. ¿Cuál es esa única cosa necesaria? Querer que la voluntad de Dios se cumpla en
nosotros. Si queremos eso llegaremos a Cielo. Dice León XIII, en su Encíclica
"Octobri Mense", sobre el Rosario, de 1891: Ante todo “pedir la salvación
eterna de todos y pedir por la Iglesia. Pueden, después, pedir a Dios los
demás bienes necesarios o útiles
para la vida, con tal que se sometan de antemano a la voluntad de Dios, siempre
justa, y le den asimismo gracias, ya conceda o ya niegue lo que le pidan”.
4) Con falta de HUMILDAD (o de respeto), de CONFIANZA
(o de fe), de PERSEVERANCIA (o firmeza
de ánimo). Sobre la falta de confianza: dice
el Papa que “es cosa indigna e ilícita fijar tiempo y modo en que ha de
ayudarnos Dios, que nada absolutamente nos debe; y que cuando no nos escucha, obra como buen padre
con sus hijos, compadeciéndose de nuestra ignorancia y mirando por nuestro bien.
Sobre la falta de perseverancia,
dice León XIII:“conjuramos, pues,
solícitamente a los cristianos a que no se dejen sorprender por las astucias del antiguo enemigo y a que no
desistan por ningún motivo del celo de la oración; antes bien que perseveren y
persistan sin intermisión”
Además, el Papa dice que a la oración se debe sumar la penitencia: “exhortamos igualmente a todos y cada uno
para que practiquen ambas virtudes, estrechamente unidas entre sí. La oración tiene por efecto sostener el
alma, darle valor, elevarla hacia las cosas divinas; la penitencia tiene por resultado darnos el dominio sobre nosotros
mismos, especialmente sobre nuestro cuerpo, mal inclinado por el pecado
original y enemigo de la razón y de la ley evangélica. Esas virtudes, como es
fácil ver, se sostienen mutuamente
la una a la otra, y concurren igualmente a sustraer y arrancar de las cosas que
perecen al hombre nacido para el cielo, y a elevarlo al trato con Dios. Sucede,
por el contrario, aquel que (por
falta de penitencia) tiene el alma debilitada por el engaño de
los deseos desordenados, halla fastidio
en las dulzuras de las cosas celestiales, y su oración consiste en palabras
frías y lánguidas, indignas de ser escuchada por Dios.” Cristo vino a
sufrir para salvarnos, por eso el cristiano no debe darse gustos a cada momento,
como suele suceder en estos tiempos -por ejemplo- respecto de la comida. Las almas
tibias ven estas cosas como algo totalmente irrelevante: “yo no mato, no robo… y esos
gustos que me doy no me convierten en malo”. Pero impiden que usted sea tan
bueno como Dios quiere que lo sea. Y la falta de espíritu de cristiana penitencia lo pueden llevar a ser malo.
Mayo es el mes de Fátima, aparición en la que la Santísima Virgen insistió mucho acerca del rezo del santo Rosario. León XIII nos exhorta al rezo diario del Rosario,
diciendo en la misma encíclica: “absolutamente
nada se nos concede según la
voluntad de Dios, sino por María.
INFORMACIÓN SOBRE VACUNAS COVID Y SU RELACIÓN CON EL ABORTO
"A menudo se puede escuchar la expresión «la vacuna», tan repetida por los medios de comunicación, como por los científicos o médicos. Sin embargo, no es correcto, puesto que no hay sólo una en ensayos o pruebas, sino que hay hasta 320 en investigación en la actualidad". (Cita de acá).
VER CARTA DEL INSTITUTO CHARLOTTE LOZIER
lunes, 3 de mayo de 2021
VATICANO: ¿REFORMA DEMOCRÁTICA? NO: AUTOCRÁTICA
De conformidad con la enésima disposición promulgada por aquel que colegial y sinodalmente gobierna de modo despótico a golpe de motu proprios, los cardenales de la Santa Iglesia romana podrán ser sometidos a proceso y juzgados por laicos.
Es imposible encontrar explicaciones razonables a las extemporáneas decisiones de Bergoglio, que ya ha infiltrado a no pocos laicos en los dicasterios romanos y en el sínodo de los obispos, o en todo caso a religiosos no ordenados, en nombre de la sinodalidad, la democratización y la paridad de género. Como tampoco sirve de nada invocar el Código de Derecho Canónico, que el Romano Pontífice puede derogar a su antojo. De nada sirve deplorar la subversión jerárquica que permite que un miembro de la Iglesia discente juzgue a un miembro de la Iglesia docente.
Quien crea que las normas y reformas bergoglianas son motivadas por rectos propósitos y tienen por objeto el bien del cuerpo eclesial está en la luna. Si se tiene la honradez intelectual para reconocer que la finalidad de estas innovaciones es la demolición de la Iglesia Católica y la concentración tiránica del poder, se entenderá su plena coherencia y eficacia. Someter a los prelados a un tribunal compuesto de laicos nombrados por el principal inquilino de Santa Marta significa sustraer jurisdicción a los pastores para concentrarla en un individuo bajo la apariencia de democracia, colegialidad y participación de los laicos en el gobierno de la Iglesia. Aquí tenemos una astuta paradoja: Bergoglio impone reformas aparentemente democráticas contrarias a la constitución monárquica de la Iglesia de Cristo con el solo fin de dividir y de arrogarse todo el poder que él mismo afirma querer combatir. Mediante esta jugada, acapara poder para castigar o absolver a quien le dé la gana, garantizándose así la sujeción de los cortesanos y promoviendo una curia de aduladores y corruptos sobornables.
Omne regnum divisum contra se desolabitur: et omnis civitas vel domus divisa contra se, non stabit (Mt. 12, 25).
+ Carlo Maria Viganò
Fuente: Adelante la Fe