sábado, 2 de noviembre de 2019

COMENTARIO ELEISON Número DCXLII (642) - 02 de noviembre de 2019


Todavía Deslizándose – I
“Hemos borrado a Lefebvre. Morimos contentos”.
Tales líderes no son del Cielo, sino del Infierno.
Ha habido señales para dar esperanzas de que la Fraternidad oficial San Pío X ya no se desliza bajo el poder y control de los eclesiásticos conciliares en Roma, pero tales señales están abrumadas por la evidencia de lo contrario. Por ejemplo, el 12 de septiembre, el nuevo Superior General (SG) que fue elegido para sustituir a Mons. Fellay en julio del año pasado, el P. Davide Pagliarani, hizo pública una entrevista en la que dijo muchas cosas buenas, suficientes para que al menos uno de los lectores de estos “Comentarios” se alegrara de que el deslizamiento de la Congregación fuera en reversa. Desgraciadamente, un informe reciente de la sede de la Fraternidad en Suiza nos hace temer que al P. Pagliarani se le ordene decir cosas tan conservadoras para engañar a todos los Tradicionalistas que no observan sus acciones. Aquí están los antecedentes y el informe.–
La Tradición Católica tiene casas en Francia de tres Órdenes excepcionales de monjes y frailes del pasado de la Iglesia: los Benedictinos en Bellaigue, los Dominicos en Avrillé, los Franciscanos en Morgon. Los tres fueron alentados y ayudados a comenzar en su día por Mons. Lefebvre, pero nunca reclamó autoridad sobre ninguno de ellos, de hecho se negó positivamente a hacerlo, porque no veía que la Fraternidad tuviera la misión de monopolizar la Tradición o de controlar todas las iniciativas Tradicionales. Desde su fundación, las tres casas independientes han florecido, relativamente hablando, y en 2019, como es normal para monjes y frailes, las tres ejercen una influencia especial sobre los Tradicionalistas de todo el mundo, se podría decir.
Sin embargo, con el gran cambio de dirección de la Fraternidad que se hizo público en 2012, las relaciones de estas casas con la Fraternidad se han vuelto problemáticas, porque sus líderes naturalmente han querido que estos religiosos influyentes también cambien de dirección. Hace algunos años, la FSSPX rompió las relaciones con los Dominicos de Avrillé, considerados demasiado independientes, mientras que los Franciscanos han necesitado durante el mismo período de tiempo adoptar una política cuidadosamente equilibrada entre cooperación e independencia. Y en cuanto a los Benedictinos, su joven Superior de Brasil, Dom Placide, fue objeto de una especial presión el pasado mes de agosto por parte de la Fraternidad.
Llamado a Menzingen por el P. Pagliarani, fue reprendido por su falta de cooperación con la Fraternidad, y se le presentó un papel por el cual ¡debía ceder a la Fraternidad todo el control sobre el Monasterio Benedictino! Cuando, para expresarlo cortésmente, rechazó la oferta, se le amenazó con que se le diría a todo el mundo que la FSSPX estaba cortando todas las relaciones con el Monasterio. Dom Placide respondió que correspondía al SG hacer lo que él consideraba mejor, después de lo cual la amenaza cambió. Ahora la amenaza era que a todos los prioratos de la Fraternidad se les ordenaría que no enviaran más vocaciones a Bellaigue. Y esta amenaza se ha cumplido. Dom Placide rechazó la oferta de quedarse a almorzar en Menzingen.
Tenemos derecho a especular sobre tal conversación. Si queremos mantener nuestras esperanzas en el P. Pagliarani en lo personal, podemos especular que él mismo fue dirigido a usar tales tácticas intimidatorias contra el relativamente joven jefe de los Benedictinos. Pero no puede eludir la responsabilidad de al menos consentir en actuar el papel del acosador. Más grave aún, las tácticas intimidatorias sugieren que Roma y Menzingen están conspirando conjuntamente para barrer juntos bajo la Fraternidad todas las agrupaciones Tradicionales actualmente independientes, y luego reestructurar la Fraternidad y reemplazarla por una Prelatura Personal bajo el control total de la Roma Conciliar. Esto tendría dos ventajas para la guerra de Roma contra la Tradición: en primer lugar, la independencia y las últimas huellas de Mons. Lefebvre en la estructura de la Fraternidad que él diseñó desaparecerían, y en segundo lugar, Roma podría entonces estrangular suavemente, junto con la Fraternidad, a todas las agrupaciones e iniciativas Tradicionales de un solo golpe. Tampoco los dirigentes actuales de la Fraternidad desaprobarían la caída en picado, al contrario, porque cuando mueran por el estrangulamiento, al menos tendrían el reconocimiento oficial por el que han luchado durante tanto tiempo.
Así actúan los embaucadores de la Fraternidad. Pero ¿qué hay de sus seguidores, sacerdotes y laicos?
Kyrie eleison.