lunes, 1 de enero de 2018

BOLETÍN DEL MONASTERIO DE LA SANTA CRUZ - DICIEMBRE DE 2017

Muy estimados amigos y benefactores,
Entre los aniversarios que marcaron este año 2017 hay uno, muy modesto, que atañe a nuestra comunidad de la Santa Cruz: los treinta años de la fundación de nuestro monasterio.
El 3 de mayo de 1987, con la presencia de Mons. De Castro Mayer, de sus sacerdotes y de amigos de Rio, de Campos y de otras ciudades de Brasil, nuestro monasterio fue fundado oficialmente con una misa solemne.
Este año de 1987 fue también el del anuncio de las consagraciones; anuncio que Mons. Lefebvre hizo en las ordenaciones en Ecône y que provocó la reacción de Roma, con todo lo que se siguió. Nuestro monasterio estuvo involucrado de cerca con estos acontecimientos que culminaron con las consagraciones de 1988. Mons. De Castro Mayer partió para Ecône acompañado de tres de sus sacerdotes y del prior de Santa Cruz. El acto heroico de fe, de prudencia y de caridad realizado por Mons. Lefebvre el 30 de junio de 1988 fue seguido de una tempestad en nuestro monasterio. Dom Gérard prefirió separarse de Mons. Lefebvre en esta ocasión al aceptar la oferta que Roma le hizo de “regularizar” nuestra situación. “Roma da todo y no pide nada, ¿cómo podría negarme?” Esto era falso. Roma pedía el ralliement de Barroux y el de Santa Cruz. Por la gracia de Dios, Santa Cruz no siguió a Dom Gérard en su “operación suicidio”, y siguió a Mons. Lefebvre en su “operación supervivencia”, expresiones empleadas en su sermón del 30 de junio de 1988.
Hoy nos parece revivir esos mismos acontecimientos. Esta vez, son los dirigentes de la Fraternidad San Pio X que tienen el lugar de Dom Gérard. En 1988 este último no quiso escuchar las advertencias de Mons. Lefebvre, quien le decía: “Tenga cuidado con la serpiente romana”. Palabras ciertamente muy fuertes, pero desgraciadamente muy verdaderas. Dom Gérard no hizo caso (1). Actualmente es Mons. Fellay quien hace lo mismo.
“Sólo los santos creen en el mal”, decía Corção. San Pio X creyó. Es por eso que escribió la Pascendi. Mons. Lefebvre también. Es por eso que consagró cuatro obispos en 1988 sin el acuerdo de Juan Pablo II. Sigamos a estos maestros. El amor al bien va de la mano con el odio al mal. “Dilexisti justitiam et odisti iniquitatem” (Heb. I, 9). Que la Tradición no sea víctima de una nueva “operación suicidio”, sino que sepa esperar la hora de Dios donde un Papa verdaderamente católico hará reinar la Tradición en Roma.
+ Tomás de Aquino OSB


(1) Estas palabras, Monseñor las escribió en una carta enviada a Dom Gérard, que me las enseñó. Las conservo en la memoria.