P. Guillaume de Tanoüarn (2010). Fue ordenado en 1989 en Ecône, pero el año 2004 desertó de la FSSPX para unirse al enemigo conciliar. Con el P. Leguérie, fue cofundador del Instituto del Buen Pastor (IBP) en el año 2006.
PRECISIÓN
RESPECTO A LA FSSPX
FUENTE
Hace tres semanas, hablé por 40 minutos a la AFP, quien solamente conservó dos frases: aquellas donde explico que Mons. Fellay tiene un interés personal en la reintegración de la FSSPX.
Hace tres semanas, hablé por 40 minutos a la AFP, quien solamente conservó dos frases: aquellas donde explico que Mons. Fellay tiene un interés personal en la reintegración de la FSSPX.
Lo
mantengo y lo desarrollo: desde el principio, Mons. Fellay está “en la cabina de mando”,
ecónomo general incluso antes de su ordenación, obispo a los 30 años, superior
general durante tanto tiempo que la mayoría de sus sacerdotes no han conocido
otro más que a él. Su mandato actual se termina el año próximo, pero si la
FSSPX se convierte entre tanto en una prelatura personal, ya no tendrá que
preocuparse más por ser reelegido: ella será como su diócesis personal por
todo el tiempo que él viva.
He
aquí lo que puede explicar la evolución de Mons. Fellay sobre la cuestión.
Yo formo parte de aquellos que lo conocieron con otras disposiciones, no haré
una exégesis de ello, pero en el fondo los “amotinados” más recientes son
sancionados por decir hoy lo que la FSSPX decía a principios de siglo. Lo que
Mons. Fellay les reprocha, es el continuar tomando en serio, en 2017, sus
declaraciones de esa época.
Pero, a la inversa, algunos de nosotros fuimos desembarcados por haber pensado un
poco demasiado temprano (y tal vez un poco demasiado alto) que la FSSPX no
debería desarrollar una mentalidad de asedio.
Sin
embargo, Dios escribe derecho con renglones torcidos. Les dije que la
AFP no conservó más que un minuto de cuarenta, he aquí los otros 39: Tarde o
temprano la FSSPX será reintegrada. En los hechos ya lo está, habiéndoles dado
el papa Francisco lo que les faltaba: jurisdicción para las confesiones y para
los matrimonios, la licitud de sus ordenaciones y el poder de juzgar a sus
sacerdotes en 1ª instancia.
Falta
un último “sello” que la Fraternidad aceptará, porque Roma concede todo y no
pide nada a cambio. La FSSPX insiste desde siempre que ella es una obra de la
Iglesia, y he aquí que el papa comparte esta convicción . ¿Qué más se puede
pedir?
Yo
me alegro por la FSSPX, que es el buque insignia del tradicionalismo. Me alegro
sobretodo y todavía más por la Iglesia, que desde hace algunos años se
reapropia de su Tradición, a pequeños pasos… a veces decisivos. La liberación
de la misa tradicional es uno de ellos, y la reintegración de la FSSPX es otro
(más de 600 sacerdotes… 1500 personas contando a los religiosos, las hermanas,
y las comunidades amigas). ¡Roma reintegra su Tradición! Todo está dicho, me
alegro y ustedes también, por supuesto.