sábado, 5 de diciembre de 2015

COMENTARIO ELEISON Número CDXXXVIII (438) - 5 de diciembre de 2015


Novus Ordo Missae – III


Católicos, ¡sean generosos! Reconozcan que Dios pretende
salvar a muchas almas fuera de la “Tradición”.
Si la evidencia en favor de los milagros eucarísticos que habrían tenido lugar en la Iglesia Novus Ordo (ver CE 436 y 437) es tan seria como parece, se sigue que los Católicos deben conformar sus mentes a la mente de Dios y no al revés. Y los Católicos adheridos a la Tradición tienen una especial necesidad de comprender lo que Dios quiso significar con esos milagros, porque ellos no entenderán fácilmente lo que Él haya podido significar pues saben cuan desagradable debe ser para Él la Misa Novus Ordo (NOM) en sí misma.

Por muchos siglos Dios ha realizado milagros semejantes. La razón primaria ha sido siempre fortalecer la fe de los Católicos en una verdad de la Fe que no es fácil de creer, pero está muy cercana al Corazón de Dios. Que en la Misa, luego de la Consagración del pan y del vino, Dios mismo tome el lugar de sus sustancias [de la sustancia del pan y de la sustancia del vino], es un acontecimiento tan fuera del curso normal de la naturaleza, que esta invención del amor de Dios que desea darse a Sí mismo como comida y bebida para su grey, puede ser práctica, pero también parece increíble. Por eso en momentos y lugares debidos, Dios ha operado milagros visibles, bajo una u otra forma, para ayudar a las almas dubitativas a creer. Una razón secundaria para estos milagros, especialmente donde haya tenido lugar alguna u otra profanación de la Sagrada Eucaristía, es recordar a los católicos el tratamiento sagrado y la adoración que siempre se debe a las humildes apariencias detrás de las cuales Dios mismo se esconde.

Ambas de estas razones incumben al presente, pues el NOM ha disminuido severamente el sentido de la Presencia Real, sin siempre anularla (ver CE 437). ¿Quién puede negar que el rito del NOM y su práctica en la Iglesia Novus Ordo, por ejemplo: la comunión de pie y en la mano; han conducido a incontables Católicos al abandono de la fe en la presencia real y a incontables sacerdotes hacia la falta del debido respeto en el manejo de la Sagrada Eucaristía? ¿Quién puede negar que ambos, a falta de fe y de respeto hacia Ella 
[la Sagrada Eucaristía], han  aumentado inmensamente desde que el NOM fue introducido en 1969? Humanamente hablando, lo asombroso puede no estar en que haya habido milagros [at all] en el marco del NOM, sino que no haya habido muchos más. De cualquier manera, Dios sabe qué es lo mejor.

Sin embargo, estos milagros – asumiendo siempre que sean auténticos – también dejan lecciones para los Católicos de la Tradición, quienes se han apartado en mayor o menor medida del marco del Novus Ordo. La lección más obvia es que no todas Misas Novus Ordo son inválidas, ni todas consagraciones episcopales ni todas Ordenaciones sacerdotales; como los “Tradicionalistas” pueden estar tentados a pensar. Esto es así, seguramente, porque si bien desde los años 60 una masa de la grey católica ha devenido demasiado mundana como para merecer mantener el verdadero rito de la Misa; las ovejas, no obstante, todavía aman lo suficiente la Misa como para no perderla del todo. El NOM puede haber sido permitido por Dios para hacer más fácil a los católicos abandonar la fe si ellos querían, pero no para hacer imposible el mantenerla, si ellos querían.

Por consiguiente, el NOM y la Iglesia Novus Ordo como un todo son peligrosos para la fe, y los católicos que han adherido a la Tradición para evitar el peligro están en lo correcto. Pero como han tenido que poner distancia entre ellos y la corriente principal de la Iglesia, se han expuesto al peligro opuesto de un aislamiento conducente a un espíritu sectario y hasta farisaico, desconectado de la realidad. Hay verdaderos sacramentos en el Novus Ordo y verdaderos católicos a los que Dios cuida; y los “Tradicionalistas” deberían estar contentos con que los haya.

Que su relativo aislamiento no los haga pensar que están obligados a negar que quede algo católico en el Novus Ordo. Eso es irreal y el péndulo de la realidad oscilará de vuelta, como con el liderazgo de la FSSPX, que actualmente ya no ve la necesidad de aislarse de la mayoría de la Iglesia. No. La Tradición todavía necesita aislamiento, pero con un espíritu generoso y no aislacionista.


Kyrie eleison.
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Nota del blog: 

Este es el último de una serie de tres Comentarios Eleison acerca de la Misa Nueva (leer los otros dos acá y acá). Monseñor dirá que no se puede negar la posibilidad de que alguna vez ocurra un milagro en una Misa novus ordo, lo que, de suceder, no implicaría, por cierto, una aprobación del rito nuevo por parte de Dios. Antes nos hemos referido a esto:

Las palabras de Monseñor (...):

(...) Minuto 6:46 “Ha habido milagros eucarísticos con la misa Novus Ordo”.

Acá los críticos afirman implícitamente que en ninguna misa moderna puede haber algún milagro. Se trata de una falacia lógica: M. Los milagros son obrados por el poder de Dios para probar la verdad o bondad de algo. m. La misa nueva es mala. C. Luego, no puede darse ningún milagro en una misa nueva. En cuanto a la menor, distingo: que el rito de la misa celebrada conforme al Novus Ordo es algo malo, concedo; que la misa nueva válidamente celebrada, en cuanto se verifica en ella el Sacramento y existe verdadero Sacrificio eucarístico, es algo igualmente malo, niego; quedando con eso destruida la falacia. 
Un eventual milagro en una misa nueva válidamente celebrada confirmaría, por ejemplo, la doctrina católica acerca de presencia real de Cristo en las especies consagradas, no la pretendida bondad del "rito bastardo".
Es más: la profecía es un milagro de orden intelectual. Caifás realmente profetizó, pero de ello no se sigue que Dios haya querido probar la bondad moral de este personaje mediante ese verdadero milagro. 

(...) Del "Breviario sobre la Hermandad San Pío X" (Seminario Holy Cross, 1998):

¿Por qué los católicos deben abstenerse de la Nueva Misa?

a) la crítica al “nuevo rito”(10) no puede ser una crítica a la misa en sí misma, pues ésta es el verdadero sacrificio de Nuestro Señor legado a su Iglesia, sino un examen sobre si se trata de un rito o ceremonial conveniente para encarnar y realizar este augusto sa­crificio. (Nótese que la validez de una misa y la conveniencia de su rito son dos cuestiones diferentes, como resulta evidente en el caso de una misa negra.)
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10 Consideramos equivalentes las expresiones “nuevo rito”, “nueva Misa”, “Misa de Pablo VI”, “Novus Ordo Missae”, etc., en referencia a la reforma litúrgica de 1969. 

La entrada puede leerse completa acá.

Este artículo trata sobre diversos milagros eucarísticos que tuvieron lugar en un contexto gravemente pecaminoso. Es obvio que con esos milagros Dios no ha querido aprobar profanaciones y sacrilegios en contra de la Eucaristía...