PÁGINAS

domingo, 23 de junio de 2024

LA NEO-FSSPX CONTRA EL ARZOBISPO VIGANÒ

La parábola de los dos hijos, Andrei Mironov


Fuente: Sitio oficial de la FSSPX

El Vaticano inicia un procedimiento extrajudicial contra Monseñor Viganò

21 JUNIO 2024

Monseñor Carlo Maria Viganò publicó en Internet la carta del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) que le informa de su citación para comparecer en el Palacio del DDF el 20 de junio, tras la apertura de un proceso penal “extrajudicial” en su contra.

Una breve explicación

¿Qué es un juicio penal extrajudicial? Según el Vademécum del DDF publicado el 5 de junio de 2022, el juicio penal extrajudicial, a veces llamado "juicio administrativo", es una forma de juicio penal que reduce las formalidades previstas en el proceso judicial, con el fin de acelerar el curso de la justicia, sin que por ello se eliminen las garantías procesales requeridas para un juicio justo.

Para los delitos reservados al DDF, corresponde únicamente al DDF, caso por caso, ex officio o a petición del Ordinario, decidir si se procede de esta manera. Al igual que el proceso judicial, el proceso penal extrajudicial puede tener lugar en el DDF – como es el caso de Monseñor Viganò – o confiarse a una autoridad inferior.

Las acusaciones presentadas por el DDF

El auto de citación menciona el cargo que enfrentará durante el juicio. Se destaca el crimen de cisma, debido a afirmaciones públicas de las que surge una negación de los elementos necesarios para mantener la comunión con la Iglesia católica: negación de la legitimidad del Papa Francisco, ruptura de la comunión con él y rechazo del Concilio Vaticano II.

A raíz de esta citación, Monseñor Viganò publicó un comunicado de prensa, disponible en Internet, para responder a estas acusaciones. Se defiende de diversas maneras, invocando las andanzas del actual pontificado, rechazando los errores neomodernistas y creyendo poder comparar su caso con el de monseñor Marcel Lefebvre, también convocado en su época al Palacio del antiguo Santo Oficio.

Hay, sin embargo, un punto que lo diferencia significativamente del fundador de la Fraternidad San Pío X: Monseñor Viganò hace una clara declaración de sedevacantismo en su texto. En otras palabras, según él, el Papa Francisco no es Papa.

¿Cómo explica esto? Debido a un "vicio de consentimiento" del cardenal Jorge Bergoglio, al acceder al poder supremo: considerando el papado como algo distinto de lo que realmente es, el elegido de 2013 aceptó el oficio pontificio sin consentir a ello plenamente, y este error derivó en la nulidad de su aceptación. Su pontificado sería, por tanto, una comparsa. 

Ni Monseñor Lefebvre ni la Fraternidad que él fundó quisieron aventurarse en este punto.

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Lo primero que impacta en este artículo de la Neo-FSSPX, es la frialdad -que parece despectiva- respecto de un prelado que está arriesgando todo en su guerra contra los anticristos romanos. También resulta muy chocante la sutil e implícita defensa que hace la Fraternidad del actual papa, minimizando su acción demoledora y devastadora en este pasaje: "Monseñor Viganò... se defiende de diversas maneras, invocando las andanzas del actual pontificado"... ¿Las "andanzas" del actual pontificado? Según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, esa palabra significa "Vicisitudesperipeciastrances." Es verdaderamente increíble que la FSSPX blanquee de esa manera este monstruoso y horroroso pontificado. 

La Neo-FSSPX se comporta con el Arz. Viganò al modo del hermano del hijo pródigo, como lo prueban estas palabras del P. Gleize, el teólogo favorito de Ménzingen: Él (Mons. Viganò) toma nota de lo que ocurre en la Iglesia, pero para nosotros no es algo nuevo... para nosotros, sacerdotes de la Fraternidad, es conmovedor e ingenuo porque llevamos 50 años en esto. Entonces estamos felices por ello, ¡por supuesto! Pero es como si el menor de la familia finalmente se diera cuenta de que el mundo es malo. Es un neófito muy celoso. Ellos (Mons. Schneider y Mons. Viganò) hablan alto y claro, se lamentan, son a veces más duros que nosotros, ¿pero qué hacen? Mons. Lefebvre dejó algo detrás de sí, no palabras, ni viento. Estas son voces que son bienvenidas en la Iglesia, pero son sólo palabras de marginados (fuente).

El Arz. Viganò y la Neo-FSSPX son como dos navíos que están muy cerca uno de otro, solo que ello se debe a que van "en direcciones opuestas: Viganò está en una rápida trayectoria hacia la Tradición, mientras que la FSSPX está prácticamente comprometida con el conciliarismo mitigado" (cita de este artículo). Como lo que quiere la FSSPX es "el reconocimiento canónico de los modernistas, entonces la conversión de Mons. Viganò a la Tradición será simplemente calificada por Menzingen como inoportuna" (idem), al revés de lo que pasó con Monseñor Lazo en los tiempos en que la Fraternidad se mantenía fiel. Y por eso también el acercamiento de Monseñor Huonder fue visto como algo conveniente y muy oportuno por la cúpula de la Fraternidad. Los casos de Mons. Lazo (antiliberal acogido), Mons. Huonder (liberal "de derecha" acogido) y Mons. Viganò (antiliberal rechazado), prueban palmariamente la desviación de la congregación. 

Pero sigamos: como hemos denunciado reiteradamente en este blog, la Fraternidad normalmente ha optado por ignorar a Mons. Viganò. Esta vez, sin embargo, dado que los hechos son de la mayor gravedad, se imponía decir algo, ¿pero qué? Pues resaltar lo peor (real o supuesto) de él: ¡Atención: Viganò es un sedevacantista! Dando un paso más que el hermano del hijo pródigo, la FSSPX suma su voz a las de los que persiguen a Mons. Viganò cuando lo acusa de ser sedevacantista: "Monseñor Viganò hace una clara declaración de sedevacantismo en su texto. En otras palabras, según él, el Papa Francisco no es Papa. ¿Cómo explica esto? Debido a un "vicio de consentimiento" del cardenal Jorge Bergoglio, al acceder al poder supremo: considerando el papado como algo distinto de lo que realmente es, el elegido de 2013 aceptó el oficio pontificio sin consentir a ello plenamente, y este error derivó en la nulidad de su aceptación. Su pontificado sería, por tanto, una comparsa."  Pero esta acusación de la Fraternidad es falsa. El Arzobispo Viganò no hace eso en su declaración. En cambio, esto es lo que dice: "El defecto de consentimiento de Bergoglio (vitium consensus) al aceptar su elección, se fundamenta precisamente en la evidente alienación de su acción de gobierno y magisterio respecto de lo que cualquier católico de cualquier época espera del Vicario de Cristo y Sucesor del Príncipe de los Apóstoles." Y en la conferencia que explica detalladamente lo del posible vicio del consentimiento en la elección papal (vitium consensus), termina diciendo esto otro (min. 33:50): "Esta situación es humanamente incurable porque... la corrupción de la autoridad no puede ser remediada por quienes están sometidos a ella". O sea, el Arzobispo reconoce que los católicos está sometidos a la autoridad de Bergoglio. ¿Por qué? Porque -lamentablemente- él es el papa. Resulta, entonces, injusto y engañoso el artículo de la Neo-FSSPX. En el peor de los casos, las ideas sobre un posible vicio de consentimiento en la elección papal acercan a Mons. Viganò a la postura sedevacantista, pero es totalmente falso que "Monseñor Viganò hace una clara declaración de sedevacantismo en su texto."

La actitud de la FSSPX hacia el Arz. Viganó, que oscila entre ignorarlo y atacarlo, es una clara consecuencia de la deriva liberal de la congregación. "A principios de los 90, un arzobispo en camino hacia el tradicionalismo integral habría sido la mayor noticia de la Tradición. Habríamos leído sobre ello en cada sitio web y blog de la FSSPX. Habríamos escuchado sermones sobre ello en las capillas de todo el mundo. Habría sido recibido como un tremendo estímulo y un milagro de gracia.  Así fue cuando Monseñor Lazo se convirtió a la Tradición, pero... Viganò es persona non grata en la FSSPX." (del artículo antes citado). 
Queda claro, una vez más, que para la Neo-FSSPX, el valeroso Arzobispo Viganò es un leproso peligroso, pues cualquier acercamiento con ese enemigo de Bergoglio puede echar por tierra las esperanzas de una "normalización". Es un leproso, sí, o -peor que eso- otro incómodo Juan Bautista que es preciso quitar de en medio, o -peor todavía- otro a quien es mejor dejar en manos de los que lo someten a un juicio injusto para crucificarlo... 
Nihil novum sub sole (nada nuevo bajo el sol).