PÁGINAS
sábado, 30 de diciembre de 2023
DECLARACIÓN DE MONS. TOMÁS DE AQUINO OSB SOBRE "FIDUCIA SUPPLICANS"
Sobre la declaración Fiducia Supplicans, por Dom Tomás de Aquino
Sobre la declaración de Fiducia Supplicans
En unión con Mons. Lefebvre y su declaración del 21 de noviembre de 1974, también nosotros nos adherimos con todo nuestro corazón y con toda nuestra alma a la Roma católica, guardiana de la fe católica y de las tradiciones necesarias para la conservación de esta fe, es decir, a la Roma eterna, maestra de sabiduría y verdad.
Por el contrario, afirmó Dom Lefebvre, nos negamos y siempre nos hemos negado seguir a la Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante que se manifestó en el Concilio Vaticano II y, después del Concilio, en todas las reformas que surgieron de él.
Esto ya indica nuestra posición frente a un fruto más de esta Roma de tendencia neomodernista y neoprotestante. ¿Qué bendición es esta? ¿Cómo podemos inducir a los que están en pecado a pensar que Dios puede bendecir su abominable pecado? Una penitencia, una absolución seguida de una verdadera conversión; todo lo que pueda conducir a esto es saludable, ¿pero esto es lo que se constata en esta ambigua e hipócrita bendición? No. Lo que que se constata es el constante empeoramiento del mal y la pérdida de almas.
Hasta que un Papa enteramente fiel a la Tradición no regrese a la cátedra de Pedro, no podremos recibir lo que viene de la Roma actual como si viniera de la Roma eterna. Debemos escuchar y poner en práctica el consejo dejado por Mons. Lefebvre: “Es un deber estricto, para todo sacerdote que quiera permanecer católico, separarse de esta Iglesia Conciliar mientras ella no reencuentre el camino de la Tradición del Magisterio y de la fe católica”. Sí, debemos separarnos espiritualmente del Papa Francisco, aunque lo reconozcamos como Papa, un Papa que no actúa como el Buen Pastor.
Todo lo que hace la Iglesia Conciliar está viciado de los falsos principios de la Nueva Teología condenada por Pío XII pero adoptada por el Vaticano II. Esto se puede ver en todos los Papas conciliares, desde Juan XXIII hasta Francisco.
Nos negamos a beber de esta fuente envenenada que nos ofrece la Iglesia Conciliar, que tanto daño ha causado y ciertamente causará a la Iglesia hasta la llegada de un Papa verdaderamente católico. Que Nuestra Señora, la que venció todas las herejías, consiga para la Iglesia ver pronto a este Papa.
+ Tomás de Aquino, OSB
jueves, 28 de diciembre de 2023
LO ÚLTIMO SOBRE EL GRAVÍSIMO ESCÁNDALO DE "FIDUCIA SUPPLICANS"
miércoles, 27 de diciembre de 2023
sábado, 23 de diciembre de 2023
MONSEÑOR AGUER: "FIDUCIA SUPPLICANS NO DEBE SER OBEDECIDA"
El Dicasterio de la Doctrina de la Fe se ha convertido en Dicasterio de la confusión. Esto es precisamente lo que promueve el argentino cardenal Víctor Manuel Fernández. No sólo la confusión de los fieles, sino también de la opinión mundial.
Ahora da nuevamente ocasión de debate por la publicación de la declaración Fiducia supplicans, sobre la bendición de parejas homosexuales, y de los matrimonios heterosexuales, que viven en una situación irregular. Es escandaloso que esta declaración contradiga lo que dos años atrás afirmó el Dicasterio con la firma del cardenal Luis Ladaria. En aquella declaración se decía que no se puede bendecir una pareja homosexual porque Dios no puede bendecir el pecado. Esa es la verdad. Toda bendición implica una complacencia de Dios en la persona, o el objeto bendecido.
Como no podía ser de otra manera Fiducia Supplicans multiplica las excusas, explicaciones que revelan simplemente una manifiesta acusación. El estilo es el estilo del disimulo propio del Papa Francisco: se dicen las cosas a medias, pero para que se entienda plenamente en contra de la Tradición.
En la introducción se dice que se puede entender la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares, y a las parejas del mismo sexo porque la bendición no puede ir precedida de un análisis moral previo. Un pretexto repetido es que la Iglesia debe ser más “inclusiva”, y el criterio para esa identificación es sociológico, o de psicología social, desarrollado a causa del apriete del mundo: de la moda, y de la imposición de modelos según presuntos “nuevos derechos”. La Iglesia es inclusiva por naturaleza, ya que ha sido formada merced al mandato de Cristo a los Apóstoles: dirigirse a todas las naciones. Y la historia de la Iglesia muestra que desde el comienzo se han incorporado a ella todos los pueblos. Esta declaración constituye un verdadero escándalo que, decorado por pretextos, contrapone la doctrina secular sobre el matrimonio.
Fiducia Supplicans deja ver hacia dónde apuntaba el capítulo ocho de la exhortación Amoris laetitia, donde discretamente se decía que las personas que viven en esas situaciones irregulares a veces pueden recibir los sacramentos. Era un comienzo que ahora se revela en toda su dimensión. Pero esto es una consecuencia del método del Papa Francisco, que es el disimulo. Es así como el actual pontificado en numerosos temas propone una nueva postura que corrige la doctrina de la Iglesia. Y la Tradición inalterable de la misma.
Una conclusión: Fiducia Supplicans no debe ser obedecida. Y es perfectamente correcto negar las bendiciones a los “matrimonios” homosexuales, y a los matrimonios que viven una situación irregular.
+ Héctor Aguer
Arzobispo Emérito de La Plata.
Buenos Aires, sábado 23 de diciembre de 2023
SE VENDIERON PARA HACER EL MAL
Lo que hemos visto estos días, con la publicación del documento vaticano que fomenta la blasfemia de bendecir el pecado nefando que llevó a la destrucción de Sodoma y Gomorra (Jud 7), no es otra cosa que la versión moderna de la apostasía que reinó en Israel previa al alzamiento de los macabeos. También entonces la autoridad se puso al servicio del mal:
El rey les autorizó a adoptar la legislación pagana; y entonces, acomodándose a las costumbres de los gentiles, construyeron en Jerusalén un gimnasio, disimularon la circuncisión, apostataron de la alianza santa, se asociaron a los gentiles y se vendieron para hacer el mal.1 Mac 1,13-15
La diferencia es que aunque los apóstatas salían del pueblo de Dios, el rey era pagano y no parte de la nación santa elegida por el Señor. Hoy el monarca es el que ha sido puesto al frente de ese pueblo, con autoridad para atar y desatar a fin de confirmar en la fe, aunque demuestra tener la pretensión de haber recibido una autoridad absoluta, capaz de convertir en bien (bendecir) lo que Dios ha determinado que es mal.
Resulta absurdo debatir siquiera sobre la maldad del texto concebido y parido por la mente de los siervos de Satanás que quieren adueñarse de las almas de los fieles, del alma de la Iglesia. No caben interpretaciones buenistas. No vale de nada apelar a una supuesta ambigüedad. Esta vez los siervos de las tinieblas han decidido disimular poco, y aunque han adornado su inicuidad con la palabrería propia de los fariseos que se oponen a la gracia de Dios, a la verdadera misericordia, a Cristo crucificado, todo el mundo -salvo los ignorantes o los sectarios- ve cuál es el objetivo perverso de ese texto.
Ante el mal, la gran mayoría de los pastores ha optado por callarse, al menos por el momento. Si su silencio persiste, pasarán a ser parte de los tibios, a los que Cristo vomitará de su boca (Ap 3,16). Los que llevan largo tiempo intentando derribar el muro de la fe y la moral católicas exultan de gozo ante la iniquidad vaticana. Roma está por el momento de su parte, como Caifás estuvo entre los que querían crucificar a Cristo. Pero un número creciente de pastores de almas están mostrando el camino a seguir, negándose a aceptar tanta miseria espiritual, doctrinal y pastoral.
Abren de par en par las puertas del infierno quienes en vez de señalar el camino del arrepentimiento optan por bendecir el pecado. Son asesinos de almas, criminales de la peor especie, aquellos de quienes San Pablo dice que “aunque conocían el veredicto de Dios según el cual los que hacen estas cosas son dignos de muerte, no solo las practican sino que incluso aprueban a los que las hacen” (Rom 1,32).
¿Qué hacer? Lo mismo que los Macabeos:
Pero Matatías respondió en voz alta: «Aunque todos los súbditos del rey le obedezcan apostatando de la religión de sus padres y aunque prefieran cumplir sus órdenes, yo, mis hijos y mis parientes viviremos según la Alianza de nuestros padres. ¡Dios me libre de abandonar la ley y nuestras costumbres! No obedeceremos las órdenes del rey, desviándonos de nuestra religión ni a derecha ni a izquierda».1 Mac 2,19-22
No cabe obedecer a los inicuos. Nada hay que justifique apartarse de la fe católica. Dios se encargará de aquellos que atentan contra la misma, de los criminales espirituales que pretenden llevar a todo el pueblo hacia la apostasía. No ocurre nada que de lo que no se nos haya advertido con anterioridad. Toca pelear la buena batalla de la fe contra los que van a morar en el infierno junto a Satanás y sus ángeles:
Queridos míos, al poner todo mi empeño en escribiros acerca de nuestra común salvación, me he visto en la necesidad de hacerlo animándoos a combatir por la fe transmitida de una vez para siempre a los santos. Pues se han infiltrado ciertos individuos cuya condenación está prescrita desde antiguo, impíos que han convertido en libertinaje la gracia de nuestro Dios y rechazan al único Soberano y Señor Jesucristo.Aunque lo habéis conocido todo de una vez para siempre, quiero recordaros, sin embargo, que el Señor habiendo salvado al pueblo de la tierra de Egipto, después exterminó a los que no creyeron; y que a los ángeles que no se mantuvieron en su rango sino que abandonaron su propia morada los tiene guardados para el juicio del gran Día, atados en las tinieblas con cadenas perpetuas.Jud 3-6
Aquella que aplasta la cabeza de la serpiente, aplastará las cabezas de los siervos del Enemigo de nuestras almas.
María, Destructora de las herejías, ruega por nosotros.
Cristo, ¡ven pronto!
Luis Fernando Pérez Bustamante
viernes, 22 de diciembre de 2023
FUERTE REACCIÓN DEL ARZOBISPO VIGANÒ CONTRA LA EXECRABLE DECLARACIÓN "FIDUCIA SUPPLICANS"
Cuando el diablo trata de persuadirnos a pecar, enfatiza la supuesta bondad de la acción mala que quiere que hagamos, mientras que eclipsa los aspectos que son necesariamente contrarios a los mandamientos de Dios. No nos dice: peca y ofende al Señor que murió por ti en la Cruz, porque sabe que una persona normal no quiere el mal en sí mismo, sino que suele hacer el mal bajo la apariencia del bien.
Esta estrategia de engaño se repite invariablemente. Para inducir a una madre a abortar, Satanás no le pide que se complazca con el asesinato del hijo que lleva en su vientre, sino que piense en las consecuencias del embarazo, en el hecho de que perderá su trabajo, o en que es demasiado joven e inexperta para criar y educar a un niño; y casi parece que esa madre, al hacerse asesina mediante el infanticidio, muestra sentido de responsabilidad al querer evitar a la inocente criatura una vida sin amor. Para convencer a un hombre de que cometa adulterio, el espíritu tentador le muestra las supuestas ventajas de encontrar una salida en una relación extramatrimonial, todo ello en beneficio de la paz de la familia. Para instar a un sacerdote a aceptar las desviaciones heréticas de sus superiores, hace hincapié en la obediencia a la autoridad y en la preservación de la comunión eclesial.
Evidentemente, estos engaños sirven para arrastrar a las almas lejos de Dios, para borrar en ellas la gracia, para mancharlas de pecado, para oscurecer su conciencia, de tal manera que la próxima caída sea tanto más casual cuanto más grave sea. En cierto modo, la acción del demonio se expresa como la “ventana de Overton”, haciendo menos horrible la ofensa a Dios, haciéndonos creer que el castigo que nos espera es menos terrible, y más aceptables las consecuencias de nuestra culpa.
El Señor es bueno: perdona a todos, nos susurra, cuidando de alejarnos del pensamiento de la Pasión de Cristo, del hecho de que cada golpe de azote, cada bofetada, cada espina clavada en su cabeza, cada clavo clavado en su carne es fruto de nuestros pecados. Y luego, si caes en la tentación, no es culpa tuya sino de tu fragilidad. Y una vez hundida, pecado tras pecado, en el hábito del mal y del vicio, el alma se deja arrastrar más y más abajo, hasta que la petición del demonio se presenta en todo su horror: Rebélate contra Dios, recházalo, blasfémalo, ódialo porque te ha privado de tu derecho a la felicidad con preceptos opresivos.
Este, bien mirado, es el elemento recurrente en la tentación, desde el pecado de Adán: mostrar el mal bajo falsas apariencias de bien, y el bien como un obstáculo molesto para el cumplimiento de la propia voluntad rebelde.
La Iglesia, que es nuestra Madre, sabe bien lo peligroso que es para un alma cristiana ignorar esta estrategia infernal. Confesores, directores espirituales y predicadores consideraron esencial explicar a los fieles cómo actúa el demonio, para que comprendieran con la inteligencia el fraude del maligno, a fin de poder oponerse a él con la voluntad, ayudados en esto por la asiduidad en la oración y el uso frecuente de los sacramentos. Por otra parte, ¿cómo imaginar a una madre que anima a su hijo a no progresar en el amor de Dios, y que asegura que el Señor le concederá la salvación incondicionalmente? ¿Qué madre asistiría a la ruina de su hijo, sin intentar advertirle e incluso castigarle para que comprenda la gravedad de sus actos y no se haga daño para toda la eternidad?
La delirante Declaración Fiducia supplicans publicada recientemente por la parodia del antiguo Santo Oficio rebautizado como Dicasterio, descorre definitivamente el velo de hipocresía y engaño de la jerarquía bergogliana, mostrando a estos falsos pastores por lo que realmente son: siervos de Satanás y sus más celosos aliados, empezando por el usurpador que se sienta – abominación de la desolación – en el Trono de Pedro. El propio incipit del documento suena, como todos los emitidos por Bergoglio, burlón y engañoso: porque la confianza en el perdón de Dios sin arrepentimiento se llama presunción de salvación sin méritos, y es un pecado contra el Espíritu Santo.
La falsa solicitud pastoral de Bergoglio y sus cortesanos respecto a adúlteros, concubinos y sodomitas debe ser denunciada en primer lugar por los presuntos beneficiarios del documento vaticano, que son las primeras víctimas del sulfuroso fariseísmo conciliar y sinodal. Es su alma inmortal la que se sacrifica al ídolo Woke, porque el día del Juicio Particular descubrirán que han sido engañados y traicionados por quienes en la Tierra ostentan la autoridad de Cristo. La culpa de la que el Señor acusará a estos desgraciados no sólo se referirá a los pecados cometidos, sino también y sobre todo a haber querido creer en una mentira diabólica, en un fraude de falsos pastores -empezando por Bergoglio y Tucho- que la conciencia les había mostrado como tal. Mentira que quieren creer muchos miembros de la Jerarquía, que esperan tarde o temprano poder recibir la misma bendición junto a sus cómplices en el vicio, ratificando ese estilo de vida sacrílego y pecaminoso que ya practican, y con la ostentosa anuencia de Bergoglio.
El hecho de que la declaración de Tucho Fernández aprobada por Bergoglio reitere que la bendición de una pareja irregular no debe parecer una forma de rito nupcial, y que el matrimonio es sólo entre un hombre y una mujer, forma parte de la estrategia de engaño. Porque de lo que se trata no es de si el matrimonio puede ser contraído por dos hombres o dos mujeres, sino de si las personas que viven en estado de pecado grave pueden merecer, como pareja irregular, una bendición impartida por un diácono o un sacerdote, con la única precaución de que no dé la impresión de ser una celebración litúrgica.
La atención del sanedrín vaticano se dirige enteramente a tranquilizar al pueblo cristiano diciéndole que no tienen intención de formalizar nuevas formas de matrimonio, mientras se pasa totalmente por alto el estado de pecado mortal y grave escándalo de quienes recibirían tal bendición, y el peligro de condenación eterna que pesa sobre esas pobres almas. Por no hablar del impacto social que esta declaración tendrá sobre quienes no son católicos, y que gracias a ella se considerarán con derecho a excesos mucho peores. Cabe preguntarse si en esta carrera por legitimar la sodomía -lograda sin llegar a celebrar matrimonios entre sodomitas- hay un conflicto de intereses en quienes la proponen con tanta insistencia: es como si los gobernantes se protegieran con un escudo legal contra la responsabilidad antes de imponer a la población un suero genético experimental sobre cuyos efectos adversos no están ajenos.
No cabe duda: es un duro despertar para los llamados conservadores, que se encuentran descaradamente burlados por el prefecto Tucho, quien se preocupa de que la bendición de una pareja no parezca un matrimonio, pero no tiene nada que decir sobre la pecaminosidad intrínseca del concubinato público y la sodomía. Lo importante es que los moderados -defensores del Vaticano II- puedan darse por satisfechos con esa apostilla jesuítica (en este caso: que esas bendiciones espontáneas y no rituales no son un matrimonio) que tendría que salvar la doctrina sobre el papado mientras empuja a las almas a la condenación.
Para los sacerdotes que no accedan a bendecir a estos desgraciados, se preparan dos vías: la primera, ser expulsados de la parroquia o de la diócesis ad nutum Pontificis; la segunda, resignarse a trocar su derecho a disentir a cambio del reconocimiento del derecho de otros cofrades a aprobar; algo ya visto en el ámbito litúrgico con Summorum Pontificum. En resumen, la operación de Bergoglio es un desahogo de la Fe, donde se puede encontrar de todo, desde los ritos de la Semana Santa anterior a 1955 hasta las “Eucaristías” LGBT, siempre que no se cuestione nada de su “pontificado”.
A esto se añade el escándalo para los católicos, que, ante los horrores de la secta de Santa Marta, se ven tentados a abrazar el cisma o a abandonar la Iglesia. Y de nuevo: ¿con qué amargura y sentimiento de desilusión mirarán a Roma aquellas personas que, conscientes de su situación de irregularidad objetiva, han buscado y buscan con todas sus fuerzas y con la gracia de Dios no pecar y vivir conforme a los Mandamientos? ¿Cómo se sentirán esas personas que piden una voz paterna que les exhorte a continuar por el camino de la santidad, y no el reconocimiento ideológico de sus vicios que saben incompatibles con la moral natural?
Preguntémonos: ¿qué quiere conseguir Bergoglio? Nada bueno, nada verdadero, nada santo. No quiere que las almas se salven; no proclama el Evangelio oportunamente, importunando para llamar a las almas a Cristo; no les muestra al Salvador flagelado y ensangrentado para espolearlas a cambiar de vida. No. Bergoglio quiere su condenación como un tributo infernal a Satanás y un desafío descarado a Dios.
Pero hay un propósito más inmediato y sencillo de conseguir: provocar a los católicos para que se aparten de su Iglesia y le dejen vía libre para convertirla en la concubina del Nuevo Orden Mundial. Las mujeres sacerdotes, las bendiciones a homosexuales, los escándalos sexuales y financieros, el negocio de la inmigración, las campañas de vacunación forzosa, la ideología de género, el ecologismo neomalthusiano, la gestión tiránica del poder son las herramientas con las que escandalizar a los fieles, asquear a los que no creen, desacreditar a la Iglesia y al papado. Pase lo que pase, Bergoglio ya ha conseguido su objetivo, que es la premisa para asegurarse el consentimiento de herejes y fornicarios que le reconozcan como Papa, expulsando cualquier voz crítica.
Si este documento, junto con otros pronunciamientos más o menos oficiales, tuviera realmente como finalidad el bien de los adúlteros, concubinarios y sodomitas, debería haberles señalado el heroísmo del testimonio cristiano, recordarles la abnegación que Nuestro Señor pide a cada uno de nosotros y enseñarles a poner su confianza en la gracia de Dios para superar las pruebas y vivir en conformidad con Su Voluntad. Por el contrario, les anima, les bendice como irregulares, como si no lo fueran; pero al mismo tiempo les priva del matrimonio, y de este modo admite que son irregulares. Bergoglio no les pide que cambien de vida, sino que autoriza una farsa grotesca en la que dos hombres o dos mujeres podrán presentarse ante un ministro de Dios para ser bendecidos, junto con sus familiares y amigos, y luego celebrar esta unión pecaminosa con un banquete con corte de la tarta y regalos. Pero no es una boda, que quede claro…
Me pregunto qué va a impedir que esta bendición se imparta no a una pareja, sino a varias personas en nombre del poliamor, o a menores en nombre de la libertad sexual que la élite globalista está introduciendo a través de la ONU y otras organizaciones internacionales subversivas. ¿Bastará con señalar que la Iglesia no aprueba las uniones polígamas ni la pederastia para que se bendiga a polígamos y pederastas? ¿Y por qué no extender este truco a los que practican la zoofilia? Siempre sería en nombre de la acogida, de la integración, de la inclusividad.
La misma falsificación diabólica está teniendo lugar para las mujeres sacerdotes. Si, por una parte, el Sínodo sobre la sinodalidad no abordó la ordenación de las mujeres, por otra, ya se está planificando una forma de “ministerio no ordenado” que les permitiría presidir celebraciones espurias con el pretexto de que ya no hay sacerdotes ni diáconos. También en este caso, los fieles ven en el altar a una mujer con alba leyendo el Evangelio, predicando, distribuyendo la Comunión, igual que haría un sacerdote, pero sin serlo. Se hace con la nota a pie de página vaticana de que es un ministerio que no cuestiona el sacerdocio católico.
El distintivo de la Iglesia conciliar y sinodal, de esta secta de rebeldes y pervertidos, es la falsedad y la hipocresía. Su propósito es intrínsecamente malo, porque arrebata el honor de Dios, expone a las almas al peligro de condenación, les impide hacer el bien y las incita a hacer el mal. Los que continúan siguiendo la doctrina y los preceptos de la Iglesia católica en la iglesia bergogliana, están fuera de lugar y tarde o temprano acabarán separándose de ella o claudicando.
La Iglesia católica es la única arca a través de la cual el Señor ha ordenado la salvación y santificación de la humanidad. Dondequiera que lo que parece ser la Iglesia actúa y trabaja para la condenación de la humanidad, no es la Iglesia, sino más bien su falsificación blasfema. Lo mismo sucede con el papado, que la providencia quiso como vínculo de caridad en la verdad, y no como instrumento para dividir, escandalizar y condenar a las almas.
Exhorto a todos los que han recibido la dignidad cardenalicia, a mis hermanos en el episcopado, a los sacerdotes, a los clérigos y a los fieles, a que se opongan con la mayor firmeza a esta loca carrera hacia el abismo a la que una secta de apóstatas renegados quiere forzarnos. Imploro a los obispos y ministros de Dios -por las santísimas llagas de Nuestro Señor Jesucristo- no sólo que alcen su voz para defender la enseñanza inmutable de la Iglesia y condenar las desviaciones y herejías, bajo cualquier apariencia que aparezcan; sino también que adviertan a los fieles e impidan estas bendiciones sacrílegas en sus diócesis. El Señor nos juzgará basándose en su santa ley, y no en las seducciones farisaicas de quienes sirven al enemigo.
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
REACCIONA EL EPISCOPADO POLACO - 500 SACERDOTES DE INGLATERRA EN CONTRA - OTRAS REACCIONES
Cofradía británica de 500 sacerdotes se oponen a Fiducia supplicans en carta pública
El obispo emérito de Baní pide a todas las conferencias episcopales del mundo que se planten contra las bendiciones a parejas homosexuales «Este documento solamente pretende dar un paso más de lo que es la agenda» y señala que los impulsores de este texto «quieren llegar mucho más lejos todavía porque la finalidad de todo esto es eliminar la homosexualidad como pecado. Quieren que se elimine y que se reforme el catecismo y que se elimine la homosexualidad como pecado y se cambie la doctrina».
jueves, 21 de diciembre de 2023
CARD. MÜLLER: BENDECIR PAREJAS HOMOSEXUALES ES UN "ACTO SACRÍLEGO Y BLASFEMO"
Müller advierte a los sacerdotes de que cometerán sacrilegio si bendicen parejas homosexuales
miércoles, 20 de diciembre de 2023
PETICIÓN A TODOS LOS OBISPOS DEL MUNDO
LifeSiteNews está promoviendo una petición que será enviada a todos los Obispos del mundo para que no autoricen las bendiciones de parejas homosexuales en sus diócesis.
Nos parece una buena iniciativa.
Este es el texto de la petición:
PETICIÓN A TODOS LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA
Le instamos a prohibir la “bendición” de uniones pecaminosas en su diócesis y defendiendo así el Depósito de la Fe, incluida la clara condena de Dios contra la inmoralidad sexual.
Si usted sigue las instrucciones del Papa Francisco y del Cardenal Víctor Manuel Fernández sobre este asunto, su consentimiento y el de cualquier sacerdote cómplice, amontonaría condenación sobre su propia alma y sobre aquellos que cometen actos sexuales objetivamente pecaminosos.
Los ministros del Altísimo no deben convertirse en cómplices del pecado, ni dar la escandalosa impresión de que Dios bendice el pecado.
Las obras de misericordia espiritual incluyen corregir a los pecadores y enseñar a los ignorantes, por lo que le imploramos que no sólo redoble el llamado al arrepentimiento en su diócesis, sino también en el Vaticano, en la medida que los líderes de la Iglesia caen en estos errores gravísimos.
Por favor, no abandone el rebaño por miedo a los lobos.
Que Dios lo acompañe.
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Para firmar, este es el link (al entrar, ver arriba a la derecha): https://lifepetitions.com/petition/sin
martes, 19 de diciembre de 2023
CASI NULA REACCIÓN
"En Kazajstán, Mons. Thomas Peta, arzobispo de Santa María de Astana, junto con su obispo auxiliar Mons. Athanasius Schneider, ha publicado una declaración en la que prohíbe que en su archidiócesis se realicen bendiciones de parejas en situación matrimonial irregular o del mismo sexo. Según informa The Catholic Herald, el arzobispo considera que la declaración Fiducia supplicans es una «gran decepción» y que convierte a la Iglesia, al menos en la práctica, en «propagandista de la ideología de género globalista e impía».
Asimismo, indican que esas bendiciones son «un grave abuso del Santísimo Nombre de Dios, ya que ese Nombre se invoca sobre una unión objetivamente pecaminosa de adulterio o actividad homosexual», porque lo que que »contradicen de forma directa y grave la revelación divina y la doctrina y la práctica ininterrumpidas de dos milenios de la Iglesia Católica». En consecuencia, los dos obispos, «con sincero amor fraterno y el debido respeto», imitan la corrección que San Pablo hizo de San Pedro en Antioquía advirtiendo al Papa que «no está actuando con rectitud según el Evangelio» (Gal 2,14). Por ello, piden al Papa Francisco que «revoque el permiso para bendecir parejas en situación irregular y del mismo sexo».
Mons. Joseph Strickland, obispo emérito de Tyler (Texas) que fue retirado de su cargo el pasado mes de noviembre por el Papa Francisco, dio un paso más y pidió a sus «hermanos obispos que nos unamos con una voz fuerte y alegría en el Señor en estos últimos días de Adviento para decir no a este documento». Asimismo, en unas declaraciones a LifeSite News, indicó que el documento no debía «incorporarse a la vida de la Iglesia» y sugirió que se pidiera al Papa «una clarificación de la verdadera doctrina de nuestra fe católica», ya que, a diferencia de lo que solía suceder en el pasado, no era probable que el Papa convocase un concilio para abordar la «confusión».
Monseñor José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante, no hizo referencia al documento y prefirió recomendar en su cuenta de Twitter unas declaraciones que había realizado en YouTube el pasado mes de octubre. En esas declaraciones, frente a la pregunta de si la Iglesia podría bendecir uniones homosexuales o situaciones matrimoniales irregulares, había afirmado que «Dios […] no bendice, ni puede bendecir el pecado» y, por lo tanto, las uniones homosexuales «no pueden recibir esa bendición», al igual que otras situaciones no matrimoniales, como el adulterio. En efecto, «Dios no puede bendecir un camino que vaya en la dirección equivocada, que es que entonces es como si nos estuviese mintiendo, como si no nos estuviese verdaderamente amando, como si no desease para nosotros el bien. Dios no puede bendecir una relación que va en la dirección equivocada»."
Leer artículo completo en Infocatólica.
Esas son las reacciones episcopales hasta ahora: cuatro entre aproximadamente 5.300 obispos.
lunes, 18 de diciembre de 2023
HORROROSO: EL VATICANO AUTORIZA LAS "BENDICIONES PASTORALES" DE PAREJAS DE SODOMITAS Y SIMILARES
jueves, 14 de diciembre de 2023
EL DOGMA CLIMÁTICO por Pedro Llera
La Tierra no gime, Su Santidad. Los burros rebuznan, los búhos ululan, los pajarillos cantan y los necios profieren sandeces. Pero la Tierra no gime, ni ladra, ni llora, ni habla ni sufre. Déjese de metáforas personificadoras, porque rozan la idolatría y dan la sensación de que nuestro planeta fuera un dios al que adorar y rendir sacrificios. Por ejemplo, los niños abortados; los ancianos y enfermos eliminados por la eutanasia.
Cada vez que alguien me quiere salvar, pongo el trasero contra la pared. Salvador no hay más que uno: Jesucristo. Y Cristo no predicó contra el cambio climático ni ofreció un mundo terrenal utópico, un nuevo paraíso terrenal: nos ofreció la vida eterna, la bienaventuranza de los santos en el cielo. Y para ellos predicó la conversión, el Reino de Dios; y que la felicidad y la libertad se consiguen obedeciendo la voluntad de Dios y cumpliendo sus Mandamientos. Y para que pudiéramos cumplir los mandamientos y salvarnos, nos dejó los sacramentos. El primero de todos, el bautismo, que nos hace hijos adoptivos de Dios en Jesucristo. Y después la confesión de los pecados y la Santa Misa. La felicidad y la libertad se alcanzan comulgando en gracia de Dios: esa es la unión del alma con Dios, que anticipa la bienaventuranza en el cielo.
Todas las almas de los hombres son inmortales. Pero las de los justos, además de inmortales, son divinas. Los justos, los humildes; los pobres que saben que sin Dios no pueden hacer nada y que sus vidas están en manos de su Creador y Señor; los que tienen hambre y sed de justicia; los que lloran a causa de tanto pecado, de tanta oscuridad, de tanto mal… Los guerreros de Dios, los hijos de María, vivirán y triunfarán, aunque mueran.
El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Este mundo desparecerá, cuando Dios quiera.
Acabar con las guerras y la devastación ambiental solo se podrá conseguir cuando todos los pueblos se arrodillen ante Cristo. Es el pecado quien provoca las guerras. Todo mal viene del pecado. Y el único que quita el pecado del mundo es Cristo. ¿Por qué no se lo dice el Santo Padre con claridad y por caridad a los mahometanos, a los budistas, a los hinduistas, a los animistas y a todos los que viven en el error y en la idolatría.
Maldita la falta que hace una conversión ecológica. Hace falta una conversión a Cristo.
Leer artículo completo en Infocatólica.
sábado, 9 de diciembre de 2023
¡GRAN NOTICIA: EL ARZOBISPO VIGANÒ FUNDA UN SEMINARIO TRADICIONALISTA EN ITALIA!
Una casa tradicional de formación clerical
Queridos amigos y bienhechores:
El 2 de diciembre, el presidente de Exsurge Domine ofreció hospitalidad en Torrita di Siena para la celebración de la Primer sábado del mes, seguido de una recepción a amigos y simpatizantes. Fue una oportunidad para conocerse en persona - o encontrarse de nuevo - y dejar que ustedes conozcan la decisión de emprender el establecimiento del Collegium Traditionis, la casa de formación clerical para acoger a jóvenes vocaciones tradicionales y acompañarlos con discernimiento hacia el sacerdocio: los invito a leer mi homilía para una imagen más completa. Huelga decir que esta proyecto ambicioso responde a una necesidad pastoral evidente de los fieles - especialmente en Italia - y a mi deber, como Sucesor de los Apóstoles, de asegurar un puerto doctrinal y moralmente seguro para nuevas y santas vocaciones: sólo con una visión a largo plazo, proyectada hacia el futuro de nuestros hijos, seremos capaces de sentar las bases para el renacimiento de una sociedad genuinamente cristiana. Sin operarios, lo sabéis bien, la Viña del Señor no llevará fruto.
A estas alturas, ya se habrán enterado de la decisión unilateral de las Monjas de Pienza de no continuar en el camino que tenían y abandonar el proyecto de la Aldea Monástica que Exsurge Domine les había ofrecido generosamente. Sin referirme a los fundamentos de la decisión de la Comunidad Benedictina, quisiera reiterar - como el Presidente ya ha tenido la oportunidad de comunicar - que lo que se ha hecho hasta ahora gracias a su apoyo, no será interrumpido, sino que simplemente se adaptará al nuevo destino de las propiedades y edificios: ya no se tratará de un cenobio para monjas, sino de un seminario y de un lugar de retiro para los que se sienten llamados al servicio de Dios. Creo también que este cambio ha permitido la realización de algo más urgente y ciertamente deseado por la Divina Providencia. Por supuesto, no puedo evitar sentir lástima por los ataques contra Exsurge Domine; pero ustedes saben mejor que yo que cualquier trabajo que tiene un propósito sobrenatural se hace un objetivo del diablo. Así que no nos sorprenda si incluso nuestros esfuerzos - por más prudentes y conscientes que puedan ser - se hacen objeto de críticas ingratas y calumnias: esto más bien nos permitirá comprometernos con mayor confianza en la ayuda del Señor.
Este nuevo número del Boletín Exsurge Domine es publicado en una ocasión especial y simbólica: la Fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Y es bajo su patrocinio que ponemos nuestro apostolado, nuestra actividad, nuestro compromiso, pero también vuestras familias, sus intenciones y preocupaciones. A Ella, nuestra Reina y Señora, nos encomendamos, y encomendamos a nuestros seres queridos y a todos ustedes, cuyas oraciones y ayuda material han hecho posible lo que se ha obrado hasta ahora. Confío en que podemos contar con su ayuda y la de tantos generosos para apoyar todo lo que queda por hacer.
Con profunda gratitud, os deseo a todos que paséis el Adviento en espíritu de preparación para la Natividad de Nuestro Señor, y que en este camino de espera y oración seáis acompañados por la maternal protección de la Virgen Inmaculada.
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
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Adeamus cum fiducia
Homilía
del Arz. Viganò para
la Misa votiva del Inmaculado Corazón de María Santísima
(Extracto. Menciones de Mons. Lefebvre resaltadas mediante negrita añadida por NP)
Adeamus
cum fiducia ad thronum gratiæ, ut misericordiam consequamur, et
gratiam inveniamus in auxilio opportuno. Heb
4, 16
Queridos
hermanos y amigos, en este primer sábado de diciembre, el introito
de la Misa Votiva en honor del Inmaculado Corazón de María es una
invitación a dirigirnos a la Mediadora de todas las Gracias, a la
que
es Todopoderosa
por gracia, mientras que el mundo y la Iglesia están asediados
por un ataque que parece conducir todo a la apostasía general.
La devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a la Inmaculado Corazón de María es un poderoso refugio para nosotros, especialmente cuando la Passio Christi continúa en la Passio Ecclesiæ. Es en horas de oscuridad y apostasía, cuando todo parece perdido, que el Corazón traspasado del Salvador se abre en la inmolación del amor al alma arrepentida, y el Corazón de la Virgen, traspasado por la espada, late al unísono con el de Su Hijo.
El nuestro es un mundo sin amor, porque carece de Dios. Un mundo en el que Dios ha sido desterrado sociedad y, por horrible que parezca, en la que la mismos enemigos que hacen estragos en el mundo secular también quisiera expulsarlo de la Iglesia, volviéndola en una secta masónica subordinada al Nuevo Orden Mundial.
La Civitas Dei parece lejano recuerdo de una época pasada, mientras que la Civitas diaboli es establecida en casi todas las naciones que alguna vez fueron cristianas. Pero olvidamos que la Civitas Dei no es una utopía que engañó a nuestros padres, sino más bien la necesaria realización de las palabras del Apóstol: Oportet autem illum regnare, donec ponat omnes inimicos sub pedibus ejus. Es necesario que Nuestro Señor reine hasta Ha puesto a todos sus enemigos bajo sus pies (1 Co 15:25). Por lo tanto, hay enemigos –y hoy sabemos bien quiénes son – destinados a ser humillados por el Rey de reyes, y su destino está sellado. Es sólo cuestión de tiempo.
Los enemigos hoy se han unido - consilium fecerunt in unum (Sal 70, 10) - en un alianza infernal entre el estado profundo y la iglesia profunda, para acelerar su delirante plan de dominación. Un proyecto que es exactamente lo contrario del regnum veritatis et vitæ; regnum sanctitatis et gratiæ; regnum justitiæ, amoris et pacis del prefacio de la fiesta de Cristo Rey.
El reino del Anticristo es un reino de mentiras y muerte, un reino de perversión y condenación, de injusticia, odio y guerra. Y si en la economía de la Redención todo lo que viene de Dios nos es dado libremente y el fruto de su generosa magnificencia, donde reina Satanás todo se puede monetizar, todo se compra se vende, todo tiene un precio.
La restauración de la Realeza Divina de Nuestro Señor no se puede lograr, sin embargo, sin antes restaurar el sacerdocio católico, del que dependen el Santo Sacrificio de la Misa, la Santa Eucaristía y la gracia sacramental por la cual almas son santificadas. Y así como un cuerpo no puede subsistir sin corazón, así también la Iglesia Católica no puede vivir sin el sacerdocio, a través del cual el Sacrificio eucarístico, corazón palpitante del Cuerpo Místico, se perpetúa en nuestros altares.
Como prueba de esta realidad sobrenatural, podemos ver la lamentable estado en que se encuentra hoy la Iglesia, víctima de la distorsión del sacerdocio y la falsificación de la Misa: el desastroso colapso de vocaciones sacerdotales y religiosas, por un lado, y por otro, la deformación de los jóvenes en la pocos seminarios sobrevivientes, que ahora están corruptos en lo doctrinal y moral.
Desde la gran reforma del Concilio de Trento habíamos sido testigos de un renacimiento de los religiosos y el clero, ayudado esto por una sabia disciplina que forjó santos. Desde la llamada "reforma conciliar", hemos visto iglesias, seminarios, conventos y escuelas católicas vacíos. Además del afán de complacer al mundo, de seguir modas, y no parecer reaccionario; la Iglesia postconciliar se ha reducido a la insignificancia después de haber privado a los fieles y al clero del patrimonio inestimable que ha demostrado ser válido y eficaz a lo largo de los siglos. Es difícil no ver en el Concilio Vaticano II una contradicción con dos mil años de fe.
La obra providencial del arzobispo Marcel Lefebvre, a partir del período inmediatamente siguiente al concilio, tenía el mérito indiscutible de denunciar el alejamiento de la inmutable lex credendi por una parte, y por otra parte, de comprender la amenaza a la que el sacerdocio fue expuesto con la introducción de la reforma liturgia y, con ella, los inquietantes cambios en el rito Orden.
Los sacerdotes de la nueva Iglesia se convirtieron en "presidentes de la asamblea" y su papel ministerial fue silenciado progresivamente y olvidado, precisamente porque ya no había que ser un alter Christus que sacrifica la Inmaculada Hostia en el altar del Padre Eterno, sino más bien un mero delegado del pueblo que preside una comida fraternal alrededor de una mesa. Para esto ya no había necesidad de un sumo sacerdote, un rey, un profeta.
Es por esto que el Reino de Cristo debe ser restaurado ante todo en el seno de la Iglesia, reconociendo que desde hace sesenta años la Jerarquía modernista ha metódicamente borrado y negado toda referencia a la doctrina de la realeza social de Cristo, reafirmada sólo unas décadas antes -en 1925- por Pío XI.
Por otro lado, los Innovadores podrían haber conseguido muy poco si no hubieran tomado medidas para eliminar este obstáculo a la laicización de la sociedad y, paradójicamente, de la propia Iglesia. A estas alturas es evidente: Cristo Rey y Sacerdote es el escollo del neomodernismo, la piedra de tropiezo del neomodernismo conciliar y, más aún, de los últimos diez años del "pontificado bergogliano".
Italia, bendita de Dios que providencialmente quiso que la Sede del Papado se ubicara en Roma, ahora sigue la ruina de otras naciones católicas que se han convertido en apóstatas y rebeldes contra Cristo. Por esta razón, creo que ha llegado el momento de dar un nuevo impulso a Exsurge Domine, la Asociación que fundé hace unos meses.
La Aldea Monástica de la Ermita de Palanzana en Viterbo, inicialmente destinada a ayudar a las benedictinas de Pienza, se convertirá, si Dios quiere, en una casa de formación para el clero con el nombre de Collegium Traditionis, con profesores y guías espirituales de segura ortodoxia y sólida espiritualidad, bajo mi supervisión.
Este paso sigue de alguna manera la iniciativa del venerable Arzobispo Lefebvre, pero difiere de ella en su sabor italiano y romano, y también en la consideración del diferente contexto eclesial actual en comparación con la situación de los años setenta. Tendremos, por tanto, vocaciones y ordenaciones para Italia, para restaurar el sacerdocio católico en la patria de San Ambrosio y San Carlos Borromeo, San Roberto Belarmino, de San Pío V y San Pío X, y de todos los Santos a los que honra nuestra querida Italia.
Soy muy consciente del reto que este proyecto representa, pero confío igualmente en que, cuando la intención es la correcta, el Señor no dejará de bendecir nuestro compromiso al servicio de la Iglesia y de proteger a Exsurge Domine de los ataques de los que sin duda será objeto.
Esta obra de caridad servirá ante todo a Italia, al pueblo italiano, dada la total ausencia de un seminario tradicional en este país. Vuestros hijos y los hijos de sus hijos merecen no sólo crecer y educarse en una familia cristiana, sino también tener Ministros de Dios que no traicionen su vocación, y que continúen, incluso en tiempos de apostasía, haciendo lo que Cristo mandó a los Apóstoles y a sus Sucesores, permaneciendo fiel a lo que la Santa Iglesia siempre ha enseñado.
Pero para que esto sea posible, se necesitan sacerdotes buenos y santos que no estén sometidos al chantaje de tener que aceptar los errores del Vaticano II o las desviaciones de Bergoglio para ejercer su ministerio.
Instaurare omnia in Christo (Ef 1,10) significa precisamente restaurar todas las cosas en Cristo, entendiendo que la Cruz es el trono desde el que reina el Rey Divino, y que la Iglesia, su Cuerpo Místico, debe redescubrir también su propia identidad y misión subiendo también al Gólgota.
Vivamos así para que el Niño Rey, a quien pronto adoraremos con los pastores y los Reyes Magos, nos ilumine en este valle de lágrimas, haga arder nuestros corazones y enfervorice nuestras voluntades; a fin de que, a su regreso triunfal como Rex tremendæ majestatis, cada uno de nosotros sea llamado a su diestra.
Que la cercana fiesta de la Inmaculada Concepción nos impulse a confiar en la Santísima Virgen, la única que ha vencido todas las herejías y que en su humildad -modelo para todos nosotros- mereció ser capaz de aplastar la cabeza de la antigua serpiente.
A la Inmaculada Concepción, nuestra Madre, Señora y Reina, encomiendo de manera muy especial a la Asociación Exsurge Domine y a todos los que la apoyan. Pidámosle que responda a nuestra súplica y nos haga dignos de las promesas de Cristo.
Que así sea.
+ Carlo Maria Viganò, Arzobispo
2 de diciembre de 2023
Último día del año litúrgico y primer sábado de mes.
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Fuente: Boletín nº 4/2023 de Exurge Dómine
DEO GRATIAS !