PÁGINAS

miércoles, 28 de junio de 2017

CUARENTA AÑOS DE FIDELIDAD A LA TRADICIÓN CATÓLICA

29 de junio
1977 – 2017



40° Aniversario Sacerdotal de Mons. Jean-Michel Faure

Enviado por Mons. Lefebvre como apóstol a nuestras tierras americanas, fue primero Superior del Distrito de Sudamérica (FSSPX), Director del Seminario de la Reja (FSSPX), Superior de Distrito de México (FSSPX), y como expresó Mons. Williamson, fue “brazo derecho de Monseñor Lefebvre en América Hispana durante décadas, el Padre gozaba de una confianza ilimitada por parte del Arzobispo (era el único que tenía acceso a la correspondencia privada de éste) y de hecho, consta que Monseñor Lefebvre quiso consagrarlo Obispo, pero el Padre se negó por humildad. Gracias a esta gran amistad y confianza, el Padre Faure tuvo la gracia de conocer y comprender como pocos a nuestro Fundador”. Por esta fidelidad al buen combate sin componendas con los enemigos de la fe católica, fue perseguido por los liberales que coparon la Fraternidad y traicionaron al Fundador.

Pero Dios le tenía reservada la cruz y la carga que lo honra, el obispado, al ser consagrado por Mons. Williamson.

Fundador de la Sociedad Sacerdotal de los Apóstoles de Jesús y María (SAJM), actualmente además dirige el Seminario internacional San Luis María Grignion de Montfort, en Avrillé, Francia, en continuidad con el camino trazado por su maestro Mons. Marcel Lefebvre.

Dios recompense sus esfuerzos por la Fe católica, ¡muchas gracias Monseñor!

Deo gratias!


Acompañando a Monseñor Lefebvre (siempre a su derecha):





Foto oficial en la FSSPX (el paso de los años):



El día de su consagración episcopal (19 de marzo de 2015):




Fundación de la SAJM (22 de agosto de 2016):



Monseñor firma y sella las primeras incardinaciones en la SAJM.



Su primera ordenación sacerdotal, Dom André Zelaya OSB:


Durante una misa en Saltillo, México:



Al final de un retiro, con sacerdotes y seminaristas (Octubre 2016):



Toma de sotana de seminaristas en el convento dominico de Avrillé 
(11 de febrero de 2017):



Confirmaciones en el convento dominico de Avrillé 
(24 de junio de 2017):



Consagración del Seminario San Luis María Grignion de Montfort (SAJM) al Sagrado Corazón de Jesús

(23 de junio de 2017):




Mons. mira de frente al futuro, abandonado a la Divina Providencia y sin desviarse del camino trazado por Mons. Lefebvre, por San Pío X y todos los Santos y Papas que continuaron el Evangelio de Jesucristo:


lunes, 26 de junio de 2017

P. SIMOULIN: PÉSIMOS ARGUMENTOS EN FAVOR DEL ACUERDO TRAIDOR

 Mons. Fellay y el P. Simoulin

El P. Simoulin, actualmente con sede en el Colegio St. Joseph de Carmes en Francia, es uno de los acuerdistas más notorios de la Neo-FSSPX. Desde que fuera Superior del Distrito de Italia, cuando las negociaciones con Roma empezaron en el 2001, el Padre Simoulin no escondía su deseo de llegar a un acuerdo:
Si mañana la iglesia conciliar, por error o incluso por cálculo, pero siempre por disposición providencial, nos diera el medio, sin que tengamos que renegar de nada, cambiar nada, prometer nada, -sino servir a la Iglesia y a la verdad- servir a la Iglesia católica enterrada bajo de ella para ayudar a revivirla con todas sus fuerzas sobrenaturales (Misa, sacramentos, doctrina, moral disciplina) y desembarazarse poco a poco del espíritu del concilio ¿estaremos verdaderamente obligados a negarnos a entrar en contacto y considerar el arreglo de nuestra situación, bajo pretexto que todos ellos son criminales? …  Me dicen también: que Roma se convierta y luego veremos. Mi respuesta es idéntica; no es católico depender de un milagro. Roma no se convertirá si nadie trabaja en ella, si nadie es reconocido como “interlocutor válido”, en un verdadero debate teológico para regresar la verdad a su trono. (Roma Felix, febrero de 2001)
En junio de 2012, el P. Simoulin afirmó: Yo pienso que si la posibilidad de continuar “legalmente” nuestra acción y nuestra predicación sin trabas y sin compromisos se nos ofrece, sería una falta rechazarla. Si eso es ser “acuerdista”… entonces sí, acepto serlo, y yo me compadezco de los que no lo son…
Este nuevo artículo acuerdista del P. Simoulin ha sido publicado en la última edición de julio de su revista Le Seignadou:

FUENTE (comentarios de Non Possumus en rojo)

LA CALMA DE LAS VIEJAS TROPAS

Otra vez hablaré de mí un poco, pero tranquilos, será la última vez. En efecto, ¡los “amigos” me dicen que he envejecido! ¡Es verdad que mi edad se ha duplicado desde mi ordenación! Pero como todos envejecemos a un mismo ritmo, ¡no veo el interés de detener el envejecimiento! Podría tal vez tomarlo como un cumplido, pues el vino se mejora con la edad… pero no creo que eso sea lo que estos amigos quieren decir, y yo pienso más bien que ellos estiman que he perdido mi primer vigor: ¡yo ya no digo lo que decía antes, me he ablandado, mi discurso es diferente ahora! Esto sería entonces una buena noticia: ¡yo no repito siempre la misma cosa, entonces no estoy desvariando! Pero entonces ¿he envejecido?
De hecho, yo creo que el reproche subyacente es el mismo que se le hace a veces a Mons. Fellay, ¡que se habría ablandado porque no pasa su tiempo volviendo a decir lo que ya dijo, y condenando todo lo que es condenable! [La verdad es que Mons. Fellay guarda un silencio cómplice ante el peor Papa de toda la historia. Simple: si dice lo que debe, se impide el acuerdo] ¡Le dicen incluso que está aislado o que es minoritario! Él mismo se ha explicado, y simplemente yo añadiría que es normal que él no intervenga siempre ["siempre"... La verdad es que Mons. Fellay casi nunca ha criticado al demoledor Francisco. El 2013 dijo que Francisco era modernista (cosa más que obvia). A los pocos días se retractó parcialmente. Después de eso lo ha alabado reiteradamente], sea porque los cardenales lo han hecho, sea porque nuestros teólogos lo hacen suficientemente. Pienso, entre otros, en el excelente artículo del P. Gleize “Por un acuerdo doctrinal”, y un texto más reciente: La carta sobre los matrimonios: aclaraciones y puntualizaciones. Además, no es necesario ser un sabio para darse cuenta que, desde el 2000, la situación ya no es la misma: La Iglesia permanece “Semper ídem”, pero los papas pasan y seguirán pasando, las personas son diferentes y no es posible tratar con el papa Francisco como con Juan Pablo II, no al cardenal Müller como al cardenal Ratzinger. ¡Esto es tan evidente que no sé por qué pierdo mi tiempo en señalarlo! [La verdad evidente es que mientras todo empeora en la Iglesia, la FSSPX está cada vez más silenciosa y blanda ante los herejes modernistas]
Pero nadie entre nosotros puede esperar de Mons. Fellay que enseñe, aliente o dé ejemplo de insubordinación. [Mons. Lefebvre se insubordinó lícita y santamente ante el papa. ¿Por qué no Mons. Fellay? Porque la nueva prioridad es llegar a un acuerdo con Roma apóstata] No más que Mons. Lefebvre que, en los más fuertes de sus cuestionamientos proclamaba siempre su fidelidad a Roma y su rechazo a romper con ella, fuera cual fuera el papa y cualquiera que fueran sus acciones, sea cual sea el verdadero maestro de este pensamiento modernista que ha penetrado hasta las vísceras de la Iglesia… Nadie entre nosotros puede esperar de Mons. Fellay que no respete el primado de Pedro [este nunca ha sido el punto. La FSSPX jamás cuestionó el primado de Pedro ni incurrió en el error sedevacantista], incluso sí evidentemente, Pedro no anda rectamente conforme la verdad del Evangelio (Gálatas, II, 14).
En cuanto a mí, yo siempre he hablado y escrito cuando estuve en puesto de autoridad, y es suficiente remitirse a ellos para conocer mi forma de pensar sobre Juan XXIII o el Concilio, sobre Juan Pablo II, el nuevo catecismo, Asís y otras novedades conciliares. Los artículos, estudios, intervenciones que he publicado son bastante numerosos y están a disposición de todos y, sobre estas cuestiones, yo no he cambiado. Yo no retiro nada de todo eso pero, no estando ya en posición de autoridad, ahora dejo hablar a aquellos que tienen esta función.
Pero eso no es lo más importante. Volví a leer estos días el folleto realizado por la familia sobre el admirable capitán Jean Botet de Lacaze, muerto en campo de honor el 3 de mayo de 1917. Después del desastre de la operación Nivelle, él quería subir la moral de su entorno: “¿Por qué querer jugar a los estrategas? Nosotros somos los ejecutores. Los estados mayores tienen sin duda concepciones que no difundirán entre la tropa. Su oficio es el de pensar. El nuestro es el de mantener nuestro estómago en buen estado, cultivar algunas ideas generales. Con este equipaje se hace la guerra honestamente. [¿Y qué se hace si el estado mayor busca pactar una paz traidora con el enemigo?] Pues, antes que todo, hay que hacer la guerra, sin la cual es vanamente cruel sumir a nuestras familias en la inquietud. Pero, para hacer bien la guerra, primero es necesario creer en la victoria, incluso haciendo caso omiso de las probabilidades. Si no somos nosotros los que recogemos los laureles, esto no tiene más que una importancia relativa… El país no va a la guerra para que nosotros nos divirtamos con ella… sino para que él pueda llevar a cabo esta guerra, es necesario que nosotros la hagamos con una fe que está en la base de las acciones fructuosas y, también, un acto de humildad previo ignorando nuestros razonamientos y otras previsiones tácticas de ejecutores. Nuestro deber es alimentar a nuestros caballos y poner a punto nuestro equilibrio físico”. [Dicho de otro modo: sigan ciegamente a Mons. Fellay, que él sabe lo que hace. Lo mismo dicen los liberales respecto de los papas liberales: "el papa sabe lo que hace, tiene gracias de estado, ¡es el Vicario de Cristo!"]
La analogía es clara, es fácil transponer estas reflexiones a la situación en la cual nos encontramos. Para continuar con esta analogía, ¿qué diríamos de un capitán que proclamara a sus tropas que hay un plan de maniobra personal genial, mejor que el del general? [La decisión del capitulo del 2006, que no aceptaba la posibilidad de un acuerdo práctico sin previa conversión de Roma; no era "el plan del capitán", sino el de toda la FSSPX. Pero esa decisión fue violada por los acuerdistas] ¿Y qué diríamos también si lo hiciera de tal manera que el adversario se dé cuenta de este desacuerdo y sepa que el frente no está unido? Incluso si su plan fuera mejor, habría puesto gravemente en peligro la unión de corazones necesaria para los que llevan a cabo el combate, y da las armas a sus adversarios. ¡Merecería simplemente ser pasado por las armas! [La verdad es que los que merecen castigos son los acuerdistas que violan la decisión del 2006, traicionan a Mons. Lefebvre y destruyen la FSSPX. Estos son los causantes de la división en la FSSPX, no los que reaccionan en contra del acuerdo traidor]
Además, yo no sé quién lanza sin cesar estas falsas noticias sobre la inminencia de un acuerdo e incluso anuncia fechas, etc… ¡Hace años que esto sucede, y cada vez, algunos muerden el anzuelo y las reacciones crean confusión y agitación! [El acuerdo siempre parece inminente porque es evidente que, desde el 2012, Mons. Fellay no ha dejado de querer lograr un acuerdo con Roma y porque se avanza claramente hacia él] Esta es la vieja táctica: dividir para reinar. [Lo mismo le dijeron mil veces a Mons. Lefebvre: "usted divide a la Iglesia. Usted trabaja para el demonio"] San Juan nos dice que lo propio del Anticristo es tratar de dividir a Jesús: Omnis spiritus qui solvit Jesum, est antichristus (1Juan, IV, 3). Dividir a Jesús, es romper el lazo que une a los miembros de su Cuerpo místico. Es el trabajo del espíritu del error.
Pero, me dirán, ¡Mons. Lefebvre criticaba la autoridad públicamente! Ciertamente, pero se debe observar que después de su acción en el Concilio, él empezó a actuar en silencio, para dar a la Iglesia el arma capaz de responder a los errores fundando la Fraternidad; y que no fue sino hasta diez años después de Concilio que se empezó a hablar de él: él no habló públicamente hasta después que fue públicamente puesto en la mira y atacado por los obispos franceses, en 1975-1976. La iniciativa del debate pública fue un hecho de las autoridades romanas, y después, me parece que el desafío era diferente. Es demasiado fácil revestirse con una fidelidad a Mons. Lefebvre para hacer lo que él no hizo jamás. ¡No es Mons. Lefebvre quien lo quiere! [Increíble: ahora debemos creer que Mons. Lefebvre no habría dicho nada públicamente contra los herejes romanos si no hubiera sido atacado por éstos... Increíble. Y ahora debemos creer que no conviene criticar públicamente a los demoledores de la Iglesia. Increíble]
Finalmente, les confieso que, en la confusión actual, no estoy impresionado por los cuestionamientos, por más importantes que parezcan, y yo sé que Mons. Fellay es menos minoritario que lo que dicen los cuestionadores de todas clases. ¡Más bien estoy impresionado por la calma de las viejas tropas! Sí, honor a nuestros viejos “mariscales”, ¡aquellos de los primeros años y de los primeros combates que atravesaron toda clase de borrascas y permanecen como testigos fieles del vigor de las gracias iniciales! Yo quisiera citarlos a todos -pienso en aquellos que me precedieron en el seminario, que son casi una treintena- pues ellos obran en el silencio y sin pretender dar lecciones a nuestros superiores. Las crisis no han faltado: 1975, 1977, sedevacantismo, 1988, 2004, etc. o más simplemente o de manera continua: ¡el espíritu de independencia! ¡La fidelidad y el vigor de las viejas tropas son tal vez uno de los argumentos más convincentes para calmar los temores de las jóvenes generaciones! Esto me impresiona mucho más que el ruido que se hace en torno de algunos resistentes, declarados o no. [¿"Viejas tropas en silencio"? Mons. Williamson, de la Resistencia, tiene 77 años y fue ordenado en 1976. Mons. Faure, de la Resistencia, tiene 75 años y fue ordenado en junio 1977. Y el P. Simoulin, acuerdista, tiene 74 años y fue ordenado en diciembre de 1977]
¿Qué estupideces no escuchamos? La más gorda es tal vez la que escuché el otro día de boca de un eclesiástico (¡antiguo entre nosotros!), a saber que los sacerdotes de la Fraternidad ¡se dividen entre resistentes y acuerdistas! ¡Este buen sacerdote se ha convertido en el campeón del arte de la dialéctica! Diga lo que diga, simplemente hay una mayoría de sacerdotes que no son ni acuerdistas ni resistentes, que hacen su trabajo sin ruido y tienen confianza en sus superiores que hacen el suyo [La verdad es que los que están dispuestos a confiar en unos superiores que quieren poner a la FSSPX en las garras de los modernistas, son acuerdistas].
[...]

domingo, 25 de junio de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXIX (519) - 24 de junio de 2017


Fátima Es Crucial – II
Los eclesiásticos hacen la guerra a Fátima – todo en vano.
Una vez más, Satanás será derrotado.
Los “Comentarios” de la semana pasada sostuvieron que si tan solo la Iglesia y el mundo hubieran acatado el gran mensaje que Nuestra Señora les dio a los tres niños de Fátima, Portugal, en 1917, entonces el mundo pudo haber sido preservado del desastre material de la II Guerra Mundial, y la Iglesia pudo haber evitado el mucho mayor desastre espiritual del Concilio Vaticano Segundo. Pero en 1960, que fue el año que, cuando muy tarde, Nuestra Señora quería que la tercera parte del Secreto dado a los niños en 1917 fuera revelado, en lugar de eso los eclesiásticos lo confinaron, muy probablemente porque condenaba con anticipación el desastroso Concilio que su corazón ansiaba. Y desde entonces, los mismos clérigos Conciliares le han hecho la guerra a Fátima, para que dejara de condenarlos.
Sin embargo, los fieles católicos sabían de la existencia del “tercer Secreto” y querían saber lo que decía. Durante los próximos 40 años algunos pocos detalles de su contenido se filtraron aquí y allá, y, gracias especialmente a la labor del P. Nicolás Gruner, aumentó la presión para su publicación. Es por eso que en el 2000 los eclesiásticos en Roma hicieron un esfuerzo especial para enterrar Fátima de una vez y para siempre. Como cabeza de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Cardenal Ratzinger publicó un texto el cual afirmó era el Tercer Secreto de Fátima. Desgraciadamente, los expertos de Fátima inmediatamente vieron graves diferencias entre el texto del Cardenal y lo que se sabía del verdadero Tercer Secreto, esperado desde 1960. Ellos sospecharon que el verdadero Tercer Secreto todavía estaba confinado dentro del Vaticano.
Lo que confirmó esta sospecha fue el hecho de que, más tarde en ese mismo año 2000, el mismo Cardenal le dijo a su amigo personal (y santo sacerdote), Dr. Ingo Dollinger, que “Lo que publicamos no era el Secreto completo. Actuamos siguiendo órdenes”. Durante muchos años más, el Dr. Dollinger contó la historia de la admisión del Cardenal para que muchos sacerdotes, seminaristas y laicos la escucharan. Más recientemente, él confirmó la historia una vez más, y dio permiso para que fuera publicada el 16 de mayo de 2016. Pero a la verdad acerca del Tercer Secreto no podía permitírsele salir a la luz. Vean onepeterfive.​com/​confirmation-father-dollingers-claim-cardinal-ratzinger-fatima En cuestión de días (mayo 21), el Vaticano emitió una Declaración de Prensa citando a Benedicto XVI, el antiguo Cardenal Ratzinger, como diciendo que él nunca habló con el Dr. Dollinger acerca de Fátima, ¡y que el Tercer Secreto completo se había publicado! Obviamente, la Roma Conciliar hará cualquier cosa para sofocar Fátima, ¡pero Fátima no será sofocada!
En onepeterfive.​com/​chief-exorcist-father-amorth-padre-pio-knew-the-third-secret en Internet, vea los detalles de una entrevista dada en 2011 por el famoso exorcista de Roma (pero no Conciliarista), Padre Gabriel Amorth, que quería que la entrevista se hiciera pública sólo hasta después de su muerte, lo que sucedió el año pasado. El P. Amorth conoció al Padre Pio por 26 años, y el entrevistador le preguntó al P. Amorth si, en una conversación mantenida con el Padre Pio aproximadamente en 1960, el Padre Pio relacionó el Tercer Secreto con la pérdida de la fe en la Iglesia. El Padre Pio contestó con mucho dolor: ¿Sabes Gabriel? Es Satanás que ha sido introducido en el seno de la Iglesia y muy pronto regirá una falsa Iglesia. 
Aún más recientemente, es el valiente Cardenal Burke que está entrando en el combate en nombre de Nuestra Señora de Fátima. Él es uno de los cuatro Cardenales que hace poco tiempo plantearon graves objeciones al documento papal Amoris Laetitia, acerca del matrimonio y la familia. El 19 de mayo en Roma, durante una junta del Foro Romano por la Vida, llamó a los católicos a “trabajar por la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María”. Él admitió que Juan Pablo II hizo una consagración del mundo en 1984, pero “de nuevo escuchamos el llamado de Nuestra Señora de Fátima a consagrar Rusia a su Corazón Inmaculado, de acuerdo a sus instrucciones explícitas”. El Cardenal tiene toda la razón. ¡Que por lo menos a él nunca lo obliguen a tragarse sus palabras!
Kyrie eleison.

sábado, 24 de junio de 2017

SERMÓN EN LA FIESTA DE LA NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA - R.P. TRINCADO



CORAZÓN DE FUEGO


Se dice en el comienzo del cuarto Evangelio: Hubo un hombre enviado de Dios, que tenía por nombre Juan. Este vino en testimonio, para dar testimonio de la Luz, para que todos creyesen por él. No era él la Luz, sino que vino a dar testimonio de la Luz.

Toda la doctrina y obras de San Juan no tuvieron otro fin que preparar en las almas los caminos de Cristo, dice Santo Tomás (Sum. Teol. III, c. 38 a. 3). San Juan Bautista debía dar testimonio de la Luz, no dando de sí la luz, sino siendo un reflejo anticipado de la Luz que es Cristo. Lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, iluminaba irradiando una gran luz porque Dios había puesto en él un corazón de fuego, igual que el del profeta Elías, de quien San Juan Bautista era heredero y fiel continuador. Su alma estaba llena de ese celo ardiente del que dice Cristo: ¡Fuego vine a lanzar sobre la tierra y cómo quiero que arda!

Todo fuego quema e ilumina. Fuego santo y escogido que preparaba en el tiempo la llegada del Fuego Eterno, el Bautista era una antorcha que ardía y alumbraba,dice N. Señor. Para eso vino, para eso existía, para arder e iluminar, para quemarse y para quemar.


FUERTE COMO EL FUEGO

Preguntaba Cristo sobre San Juan Bautista a los judíos: ¿Qué salisteis a ver? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Un hombre débil, inseguro, irresoluto, cambiante? No: un hombre fuerte. Porque es fuerte el fuego y terrible, inflexible, devorador, insaciable y conquistador: todo lo que toca lo convierte en sí mismo. Por eso en este hombre de fuego brilla la más perfecta fortaleza.

La virtud de la fortaleza tiene dos actos: atacar y resistir, siendo la resistencia el principal y más difícil. San Juan resiste la austeridad de la vida en el desierto, soporta inconmovible los ataques de los escribas y fariseos, no se deja arrastrar por los halagos de algunos que lo tenían por Mesías, no cede ante las amenazas de los poderosos. El Bautista no es ninguna caña agitada por el viento. Todo lo contrario: él es el viento que agita y destroza las cañas, los robles, las rocas y las montañas; es un viento abrasador, una llamarada, un incendio.


FUERA DIPLOMACIAS, AMBIGÜEDADES, HIPOCRESÍAS, SIMULACIONES

A los que venían a pedir su bautismo los recibía con estas palabras: Raza de víboras, ¿quién os ha enseñado a huir de la ira que os amenaza? Palabras de fuego. Dice S. Juan Crisóstomo que al pueblo hablaba varonil y fervorosamente, de un modo atrevido al rey, y con franqueza a sus discípulos. San Juan Bautista, directo como el fuego, detestaba la mundana diplomacia, el lenguaje ambiguo, odiaba la  hipocresía, la simulación, el secretismoVuestras palabras sean sí sí, no no, porque lo que de eso pasa viene del maligno, dice Cristo. No conocía los respetos humanos y no se callaba delante de ningún hombre si había obligación de decir una verdad.


NINGÚN ACUERDO, NINGUNA TRAICIÓN

Por eso San Juan reprochaba públicamente a Herodes su adulterio. Y Herodes, como sabemos, lo encarceló, aunque le tenía respeto y lo oía con gusto. Es más: dice S. Tomás (Catena Aurea, Glosa), que Herodes le temía, lo respetaba y lo protegía para que no lo matara Herodías. Siendo así, para evitar la muerte, podría haber hecho San Juan Bautista algún tipo de acuerdo con Herodes. Pero no: esta fiel antorcha de Dios jamás hizo pacto o acuerdo alguno con la oscuridad. Habiendo recibido de Dios la misión de alumbrar, alumbró hasta que Dios quiso, hasta el fin, hasta consumirse del todo, hasta el martirio.


¡USQUE AD MORTEM!

San Juan, el fuerte, no se deja vencer por las simpatías pasajeras y la veleidosa benevolencia de Herodes, que sí era una caña agitada por los vientos de muchos pecados; sino que insiste en reprender pública, frontal, directa, inequívoca y reiteradamente al rey, pecador público. No te es lícito tener por mujer a la que lo es de tu hermano. “Non licet”. Eso que tú haces no es lícito, eso que haces está mal, eso es un pecado, eso ofende a Dios. El resto es historia conocida: amando por sobre todas las cosas la unión del alma con Dios en la Verdad, terminó dividido en dos, esto es, decapitado.


EL CELO DE TU CASA ME DEVORA

El celo de tu casa me devora. El fuego transforma en fuego al que lo toca. La chispa divina que es la gracia puede causar un incendio en cuanto se la deja actuar, quitado el impedimento del pecado. Por eso San Pablo demostró la misma santa audacia ante la indebida simulación del Papa San Pedro, a quien dijo esas mismas palabras: “non licet”: no te es lícito.


MONS. LEFEBVRE: OTRO CORAZÓN DE FUEGO

Estimados fieles: veinte siglos después, siendo legítimo heredero de ese fuego, hasta entonces siempre conservado en la Iglesia de Cristo, otro corazón lleno de santa ira lanzó nuevamente el grito de “non licet”, esta vez en contra del concilio que osó bautizar los principios masónico-liberales. Y Mons. Lefebvre ha legado a la Tradición, a su vez, ese mismo fuegoY nuestro sagrado y primer deber es conservar ardiendo el fuego del combate por la fe hasta el fin, es decir, hasta la muerte de cada uno de nosotros o hasta que Roma apóstata vuelva a la fe católica.


SANTA VIOLENCIA Y PACIFISMO COBARDE

El Reino de los Cielos sufre violencia y sólo los violentos lo arrebatan, dice N. Señor, hablando del Bautista. Los católicos jamás debemos dejarnos arrastrar por la corriente de ese pacifismo cobarde, tan característicos de los liberales, pacifismo satánico que aspira a componendas adúlteras y acuerdos traidores con los modernistas, herejes destructores de la Iglesia. Dice San Pablo: No os unáis bajo un yugo desigual con los infieles, pues ¿qué tienen de común la justicia y la iniquidad? ¿O qué sociedad puede existir entre la luz y las tinieblas? ¿O qué acuerdo puede haber ente Cristo y Belial? (2 Cor 6 14-15). ¡No una el hombre lo que Dios separó!


IPSA CONTERET

Que la Santísima Virgen, destructora de todas las herejías (un día también de la actual); conserve en nuestros corazones el fuego que ardió en los pechos de San Juan Bautista y de Mons. Lefebvre, y que con su bendito pie aplaste pronto la cabeza del demonio liberal y modernista.

SIGUE LA PERSECUCIÓN EN LA FSSPX DE FRANCIA


P. Rousseau
FUENTE

En el "El Apóstol" [Boletín del Priorato de Fabrègues. Nota de NP] que saldrá en julio y que se puede encontrar ya en La Porte Latine, el P. Rousseau escribe: 
“…Antes de terminar estas palabras, les informo, muy estimados fieles, mi próxima partida del Priorato. Fueron dos años de buen ministerio parroquial y escolar entre ustedes. Les agradezco por las pruebas de confianza y amistad que me concedieron hasta este día. Ustedes recuerdan las circunstancias delicadas en las cuales llegué, a finales de abril de 2015. Con la gracia de Dios, el barco no se hundió. Ahora… acabo de recibir una nueva misión: será en Bailly, cerca de Versalles. Su próximo prior será el P. Mavel [ordenado el año 2012. Nota de NP]. Él llega de las Antillas…”
Esto es lo que el Padre dice en público. Pero sabemos que el Padre explicó a los fieles que esto era la consecuencia de haber leído la carta de los Decanos.
Y para imponer su subversión, Ménzingen nombra jóvenes sacerdotes que no serán capaces de oponerse a sus maniobras.


ADDENDUM (25 de junio de 2017)
El Foro de la Resistencia en Francia da a conocer hoy una carta del P. Rousseau a algunos fieles a quienes les explica la razón de su traslado:
De: “Dominique Rousseau” <…>
Enviado: Viernes 23 de junio de 2017 08:37:24
Asunto: mi traslado
Estimados fieles,
Luego del anuncio de mi traslado, les escribo de nuevo para dar una precisión.
Después de haber hablado más largamente con el P. Scarcella, resulta que mis cofrades no pidieron mi traslado, sino que le dieron cuentas al P. Bouchacourt respecto a mi mentalidad sobre la Carta de los decanos, del pasado 7 de mayo.
Por lo tanto, fue el Superior de distrito quien tomó la decisión de transferirme a Versalles, no debiendo “imputar” a mis cofrades por esta sanción.
Les pido me perdonen por el juicio erróneo que pude hacer sobre mis cofrades.
Deseándoles una santa fiesta del Sagrado Corazón,
P. Rousseau

PS : le envío este email a los fieles a quienes les hablé recientemente sobre mi partida. 

jueves, 22 de junio de 2017

ARTÍCULO ANTIACUERDISTA DEL P. D'ABBADIE FSSPX

FUENTE (énfasis en negrita añadido por NP)

P. d'Abbadie FSSPX, Sacerdote del distrito de Francia
Desgraciadamente no es raro escuchar en nuestro medio que una separación demasiado larga de las autoridades conciliares terminaría por hacernos romper la unidad adoptando un espíritu cismático. Algunos recordatorios de la doctrina cristiana a este respecto no serán superfluos, con el fin de que nuestro juicio no sea dictado por nuestros sentimientos, sino más bien por la fe que ilumina nuestra razón.
Si abrimos un catecismo de san Pío X, constatamos que la definición de la Iglesia requiere la unión de los bautizados en una misma fe, una misma santificación (los sacramentos), una misma jerarquía (gobierno). Este orden (fe-santificación-jerarquía) no está dada al azar: es primordial. Porque si la Iglesia es una sociedad (que como toda sociedad comporta un gobierno), ella pertenece sin embargo al orden sobrenatural: este gobierno que asegura la unidad de los miembros no puede ejercerse fuera de la profesión de una misma fe, “que es el lazo radical y absolutamente primordial de la unidad social de la Iglesia” (1). El principio de la unidad de la Iglesia es por lo tanto la fe, enseñada por el Magisterio. De este modo, la jerarquía tiene la función de mantener a los miembros en la obediencia a esta misma fe (indispensable para la salvación). La jerarquía no puede entonces ir en contra de la fe, pues su función está subordinada a ella.
¿Qué es esta fe? Es una adhesión de nuestra inteligencia a las verdades que Dios nos pide creer, precisamente porque es Él quien nos compromete a ello con toda su autoridad: nosotros creemos en la autoridad de Dios, que no puede “ni engañarse ni engañarnos”. Estas verdades nos son transmitidas por el Magisterio de la Iglesia, divinamente asistida en su tarea de enseñanza: “El Espíritu Santo no ha sido prometido a los sucesores de Pedro para que den a conocer bajo su revelación una nueva doctrina, sino para que con su asistencia ellos conserven santamente y expongan fielmente la Revelación transmitida por los Apóstoles, es decir, el depósito de la fe” (2).
La fe, revelada por Dios y que compromete toda su autoridad, transmitida por el Magisterio asistido de Dios, no debe ser confundido con la opinión, que no tiene por autoridad más que la propia inteligencia o nuestro capricho arbitrario, ¡lo que es bastante frágil! No podemos poner los dos en el mismo plano.
Si nosotros rechazamos el concilio Vaticano II, es justamente porque se aleja de la doctrina de siempre hasta contradecirla, bajo el pretexto de “reinterpretarla”, a fin de ponerla al gusto de hoy. Nuestra oposición se debe a nuestra adhesión a la fe. Ahora bien, la Roma actual quisiera reducir esta adhesión a una simple opinión que nosotros ciertamente podríamos defender, pero a título de opinión: se trataría de “cuestiones abiertas” (siendo que el Magisterio de siempre ya se pronunció sobre estas cuestiones). Aquí encontramos una táctica revolucionaria denunciada por Jean Ousset (3), que consiste en atacar la verdad (que excluye al error), antes de dejarle poco a poco un derecho de ciudadanía, pero a condición de que esté al rango de una simple opinión que no excluya la opinión contraria: la verdad puesta al mismo nivel que el error.
Relativizar la fe de este modo es destruirla, y es por el hecho mismo destruir el fundamento mismo de la unidad de la Iglesia y de su gobierno: “una unidad de gobierno, sin la unidad de fe, sería por lo tanto una unidad puramente legal y legalista, contraria a la misma naturaleza de la Iglesia. Una unidad más aparente que real. Tal es la unidad ecuménica soñada por Paulo VI, Juan Pablo II y sus sucesores. Esta sería también la unidad de la “plena comunión” que la Santa Sede ofrece desde hace mucho tiempo a los herederos de Mons. Lefebvre” (4).
Nuestra verdadera unión a la Iglesia requiere por lo tanto la profesión intacta de la fe, incluso si ésta es contradicha por las autoridades actuales, y provoca nuestra marginación: “esta unidad [de fe], que es la unidad misma de la Iglesia, debe conservar la primacía sobre todos los arreglos seudocanónicos” (5). Es relativizando la fe que perderemos la verdadera unidad (y es esto lo que se llama cisma) y comprometeremos nuestra salvación.
Estos principios permitieron al fundador de la Fraternidad conservar, en medio de la tormenta conciliar, una línea claramente católica, que expresó así la víspera de las consagraciones: “¡El lazo oficial con la Roma modernista no es nada al lado de la preservación de la fe!” (6).
***


1. ¿Unidad o legalidad? Por el P. Gleize, Courrier de Rome (CR) n° 599, mayo de 2017, pág. 4.

2. Vaticano I, constitución dogmática Pastor æternus, DS 3070.

3. Jean Ousset, Para que Él reine, pág. 93 y siguientes.

4. CR, pág. 4.

5. Ibid.

6. Marcel Lefebvre, Una Vida, por Mons. Tissier de Mallerais, pág. 589.

miércoles, 21 de junio de 2017

LA ACADEMIA PONTIFICIA PARA LA VIDA EN LAS GARRAS DE FRANCISCO


AHORA, ADEMÁS DE UN ABORTISTA, CUENTA CON UN PARTIDARIO DE LA EUTANASIA.

LEER NOTICIA ACÁ


UN COMENTARIO PUESTO EN INFOCATÓLICA A ESA NOTICIA: "Estos nuevos miembros quieren matar a todos: a los bebés, a los ancianos, a los enfermos. ¡Dios mío, ven en nuestro auxilio. Señor, date prisa en socorrernos!"

martes, 20 de junio de 2017

MÁS NOVEDADES DE LA PERSECUCIÓN DE LA NEO-FSSPX CONTRA LOS VERDADEROS LEFEBVRISTAS


Mons. Fellay: dureza con los hijos fieles de Mons. Lefebvre y blandura con los modernistas



El P. Thierry Gaudray, Prior de Lille y uno de los 7 decanos que alzaron sus voces contra el acuerdo entre Roma y la FSSPX respecto de los matrimonios, ha sido notificado de su trasladado a la escuela de las Dominicanas de Kernabat des Côtes - De Armor, en donde será capellán.


PERSECUCIÓN DE LA NEO-FSSPX CONTRA LOS OPOSITORES AL ACUERDO: EL P. ALDALUR ES CENSURADO

Nota:“El Trinitario” es el boletín mensual del priorato de Etcharry [Francia].
Para el mes de junio, el P. Aldalur (uno de los 7 decanos) publicó un estudio sobre la prelatura personal que debía ser expuesto en tres números [del boletín].
Desgraciadamente, la semana pasada se ausentó tres días para predicar un retiro de preparación para la comunión solemne a los alumnos; y una persona (de la comunidad o del cuerpo de profesores) aprovechó esta ausencia para enviar a Suresnes [la casa de Distrito] el contenido de este estudio.
Cuando el Padre regresó al priorato, El Trinitario del mes de junio, que fue publicado pero no distribuido, había sido censurado y los fieles de Etcharry leyeron, en su lugar, el texto “Tal como somos” del P. Bouchacourt. Los boletines originales desaparecieron…

lunes, 19 de junio de 2017

¿"TAL COMO SOMOS" O "TAL COMO SOMOS AHORA"? POR UN SACERDOTE DE LA FSSPX



"Se podrá decir todo lo que se quiera: el 18 de enero de 2002 en Campos no hubo solamente un reconocimiento unilateral de Campos por Roma, como algunos pretenden, sino que hubo una contrapartida: la complicidad del silencio. Y por otra parte, ¿cómo puede ser de otra manera?" (Mons. Fellay... en otros tiempos).


FUENTE (extracto)
En su último editorial de la revista Fideliter aparecido en La Porte Latine, el P. Bouchacourt retoma la famosa frase de Mons. Lefebvre pronunciada en su sermón del 29 de junio de 1980: “Roma debe tratarnos tal como somos…”.
Sobre este tema, demos la palabra a un miembro de la FSSPX.
Christian LASSALE
————————————-
FSSPX: “¿Tal como somos”? (“¿O tal como  somos ahora”?)
Tal vez han escuchado ustedes este rumor que circula actualmente, y que quisiera que Roma nos reconozca “tal como somos”. Esto es lo que Mons. Lefebvre intentó pedir, pero los hechos demostraron que Roma no entendía eso de la misma manera… Otra expresión es equivalente a la primera: es el “reconocimiento unilateral”. Pero una vez más, Roma allí no se equivoca. Lean lo que encontré en la Carta a los amigos y benefactores n° 63 de enero de 2003 de Monseñor Fellay. Lo lamento, es respecto a Campos, pero su caso se parece demasiado al nuestro…
Se podrá decir todo lo que se quiera: el 18 de enero de 2002 en Campos no hubo solamente un reconocimiento unilateral de Campos por Roma, como algunos pretenden, sino que hubo una contrapartida: la complicidad del silencio. Y por otra parte, ¿cómo puede ser de otra manera?
Para explicar esta última frase, debemos regresar un poco en el texto. A catorce años de distancia, la situación no ha cambiado en lo absoluto. Juzguen ustedes mismos:
Nosotros constatamos en las oficinas vaticanas un cierto cuestionamiento de la manera en que han ido las cosas estos últimos decenios, una voluntad en algunos de corregir esta deriva.
Dicho esto por todos los Burke y Schneider de ayer y de hoy.
pero sigue siendo evidente que los principios que gobiernan la Roma actual continúan siendo los de la actualización del concilio tal como lo hemos experimentado durante los últimos cuarenta años. En los documentos oficiales y la línea general, no vemos un cuestionamiento de fondo de estos principios; por el contrario, nos repiten que el movimiento iniciado por el Vaticano II sería irreversible, lo que nos obliga a preguntarnos de dónde proviene el cambio de actitud respecto a nosotros. La respuesta se encuentra en primer lugar, sin excluir otras explicaciones, en la visión pluralista y ecuménica que prevalecen ahora en el mundo de la catolicidad. Esta visión ha terminado por mezclar a todo el mundo sin requerirles ninguna conversión, como lo dijo el Card. Kasper respecto a los ortodoxos e incluso de los judíos. Es cada vez más evidente que en esta perspectiva, habrá también un pequeño lugar para la Tradición, pero… esta visión no podemos aceptarla, así como el maestro de escuela no podría aceptar el pluralismo en matemáticas.
Lean de nuevo el sermón de Puy de 2016, o también la entrevista a Terres de mission (29 de enero de 2017), donde Mons. Fellay explica la actitud de Roma hacia la Fraternidad como “una preocupación del Santo Padre por los excluidos de todo tipo”. Entiéndase los divorciados vueltos a “casar”, etc.
Pero continuemos.
Un día llegará, estamos absolutamente seguros, en que Roma regresará a SU Tradición, restaurándola en su lugar de honor, y nosotros anhelamos con todo nuestro corazón ese día bendito. Pero por el momento no estamos tan avanzados, y toda ilusión sería mortal para nuestra sociedad. Podemos constatarlo al examinar la evolución de los acontecimientos en CamposCampos, por medio de su líder, Mons. Rifán, afirma a los cuatro vientos que nada ha cambiado, que los sacerdotes de la Administración apostólica siguen siendo tan tradicionales como antes, que es la esencia de lo que les fue acordado, y la razón de su adhesión a la proposición romana: la ratificación de la posición tradicional.
Y un poco más abajo, esta frase que me hace pensar tanto en el nuevo sitio de informaciones de la Fraternidad:
Esta actitud de duplicidad implícita se ha vuelto la norma en la nueva situación en la que se encuentran: se subrayan los puntos del pontificado actual que parecen favorables, se omiten bajo un silencio reverencial lo que está mal
Y es aquí que aparece la frase citada en el encabezado:
Se podrá decir todo lo que se quiera: el 18 de enero de 2002 en Campos no hubo solamente un reconocimiento unilateral de Campos por Roma, como algunos pretenden, sino que hubo una contrapartida: la complicidad del silencio. Y por otra parte, ¿cómo puede ser de otra manera? Es evidente que ahora Campos tiene algo que perder y que temen perder ese algo, y que el camino del compromiso el que eligieron es para no perderlo. “Nosotros los brasileños somos hombres de paz. Ustedes los franceses siempre pelean”. Para tener paz con Roma, hay que dejar de combatir. Ya no se mira la situación global de la Iglesia, se sienten satisfechos con el gesto romano hacia un pequeño grupo de 25 sacerdotes para decir que la situación de necesidad ya no existe en la Iglesia, pues con el otorgamiento de un obispo tradicional, una nueva situación de derecho ha sido creada… Por un árbol se olvidan del bosque.
Lo siguiente también se aplica muy bien a nuestra situación:
Así, poco a poco, el combate se atenúa y se termina por acomodarse a la situación. En Campos todo lo que es positivamente tradicional es conservado, ciertamente, por lo que los fieles no ven el cambio, salvo los más sagaces, que observan la tendencia a hablar más y más respetuosamente de las declaraciones y acontecimientos romanos actuales, omitiendo las advertencias de antes sobre las desviaciones de hoy; el gran peligro es entonces el terminar por acomodarse a la situación y ya no tratar de remediarla. Para nosotros, antes de lanzarnos, queremos la certeza de la voluntad de Roma de sostener la Tradición, las señales de una conversión… Para resumir, debemos afirmar que Campos, a pesar de que digan lo contrario, lentamente, bajo la conducción de su nuevo obispo están siendo moldeados al espíritu conciliar. Roma no pide más por el momento.
Pero usted exagera, me dirán… ¡Nuestra situación no está en este punto! ¡Nosotros somos fuertes! (¿y humildes?)
Ahora lean lo que sigue:
Se objetará tal vez que nuestros argumentos son muy débiles, sutiles y no tienen peso ante la oferta romana de regularizar nuestra situación. Respondemos que la consideración abstracta, in abstracto, de la proposición de la Administración apostólica es tan magnífica como el plano de una hermosa mansión propuesta por un arquitecto. La verdadera cuestión y el verdadero problema no se sitúan en lo concreto: ¿En qué terreno será construida la mansión? ¿Sobre las arenas movedizas del Vaticano II o sobre esta piedra de la Tradición que se remonta al primero de los Apóstoles? Para asegurar nuestro porvenir, estamos obligados a pedir a la Roma de hoy la claridad sobre su adhesión a la Roma de ayer. Cuando las autoridades hayan claramente reafirmado en los hechos y hayan vuelto efectivamente al "Nihil novi nisi quod traditum est", entonces “nosotros” no constituiremos un problema. Y le suplicamos a Dios que apresure ese día donde toda la Iglesia florecerá, habiendo redescubierto el secreto de su fuerza pasada, liberada de esta mentalidad de la que Paulo VI dijo “que es de naturaleza no católica. Puede que prevalezca. Ella no será jamás la Iglesia. Es necesario que quede un pequeño rebaño, por más ínfimo que sea”.
En este estado de espíritu, es por lo menos temerario hablar de “el sello” (cf. Entrevista del 29 de enero a Terres de mission), y en todo caso es deshonesto decir que “todo puede pasar” (entrevista al P. Nély en Présent). A menos que hayamos cambiado… Roma no teme tratarnos como somos “tal como somos”… hoy en día.
Un sacerdote de la Fraternidad San Pío X