PÁGINAS

sábado, 21 de mayo de 2016

EXTRACTOS DE LA ÚLTIMA ENTREVISTA A MONS. FELLAY



"Creo que entre más avanzamos, más indulgente se vuelve Roma"

"No hemos cambiado nada"

Francisco: "es muy humano." "Para mí él es alguien a quien le gusta ver a todos salvados, ver que todos tienen acceso a Dios, que es como un rescatista que al final desata la cuerda que es la seguridad, para ponerse en una situación peligrosa al tratar de llegar a otras personas, y yo creo que probablemente esto es lo que está haciendo con nosotros." "Y él dijo que ha tenido problemas con algunas personas en la Iglesia por este acercamiento, pero está utilizando este acercamiento para todos los que están en las periferias." "Él ciertamente ve las cosas con las que no estaría de acuerdo con nosotros, cosas que le gustaría vernos cambiar, pero para él, eso no es lo importante. Lo que es importante es amar a Jesús y eso es todo." "Pero no creo que quiera hablar de doctrina. Él habla acerca de salvar almas y encontrar los modos para hacerlo."

Mons. Williamson: "Para mí se ha ido. Desafortunadamente, muy desafortunadamente. Se fue y sólo dio un paso más hacia el abismo. Es una piedra en el agua que no cambia nada, no ayuda en nada. Es un error enorme y, bueno, hay que rezar por él."

Traducción de Non Possumus
Ahora tenemos dos líneas. Voy a distinguir la posición del papa, que es una cosa, y luego la posición de la CDF [Congreg. para la Doctr. de la Fe]. Ellos no tienen el mismo enfoque pero tienen la misma conclusión que es "terminemos con el problema dándole su reconocimiento a la Fraternidad". Pero estoy persuadido que al menos en parte tienen diferentes enfoques, pero finalmente resultará en lo mismo, darle menos importancia al problema que nosotros consideramos importante, que es el concilio, disminuyendo la obligatoriedad del concilio.
Lo que ellos dicen es que el cuestionamiento de la libertad religiosa, de Nostra aetate, la relación con las otras religiones, el ecumenismo, e incluso una gran parte de la reforma litúrgica; no nos separan de la Iglesia. Es decir, se puede cuestionar estas cosas y permanecer católico. También significa que el criterio que nos impondrían para comprobarles que somos católicos ya no serán estos puntos. Y es muy importante para nosotros.
-¿Pero no decía Mons. Lefebvre que no podría haber un intento de plena comunión a menos que Roma se arrepintiera de sus errores? ¿Esto ha cambiado?
No, yo creo que usted tiene dos niveles, hay dos. Una cuestión es la realidad que vivimos: esperamos que la Iglesia sea pura, sea santa, y confesamos que lo es, pero sabemos muy bien que hay mucha gente en la Iglesia, miembros, desde la parte superior hasta la inferior, que no están viviendo de esta manera, y esto no es nuevo, ha pasado en todos los tiempos; y -okey- usted dirá que hay buenos católicos, hay católicos tibios, hay miembros muertos. Todos ellos son miembros de esa Iglesia. Entonces se le debe dar espacio a cierta parte de eventos desafortunados en la Iglesia, los cuales confesamos pues vemos en la Iglesia no la realidad humana sino la realidad sobrenatural con la parte humana. Nosotros permanecemos y nos mantenemos viendo la santidad de la Iglesia, mientras criticamos, atacamos, reprochamos, condenamos los elementos que se opondrían a esta santidad, a la pureza de la doctrina que viene de Nuestro Señor. Y entonces el arzobispo siempre tuvo esta posición, era un obispo de la Iglesia, conocía el estado de la Iglesia, sabía que de la gente a su alrededor no todos eran perfectos. Pero ¿quién es perfecto? Todos tenemos defectos. Esto no impide vivir, pero eso no significa estar de acuerdo con todo. El problema viene cuando estas actitudes provienen de lo más alto, entonces el problema se multiplica allí, lo que es muy grave, y en ese sentido se deben tomar las palabras de Mons. Lefebvre, en este sentido que dice nosotros no vamos a obedecer en estas cosas.
-¿Cuáles son sus motivos principales para estar en plena comunión? La gente dice que usted necesita ordenar más obispos…
En primer lugar, repetida y constantemente hemos dicho que nosotros no estamos fuera de la Iglesia. Mantenemos esto. Nosotros tenemos todos los elementos que son necesarios para lo que antes se entendía por estar en comunión. Desde el concilio han inventado un nuevo sentido para la palabra comunión, hablando de “comunión plena”. “comunión parcial”, lo que es muy confuso. Nosotros solamente reclamamos que tenemos el derecho de ser etiquetados como católicos porque lo somos, nosotros reconocemos las autoridades y porque tenemos todos los elementos necesarios, este es el primer punto.  Pero además yo no estoy buscando esta regularización o regularización canónica como un absoluto para mí. Es un derecho tenerla pero no vamos a comprometer, a dañar la fe, la disciplina de la Iglesia para obtenerla. Nosotros consideramos una injusticia que no nos la den, y afirmar, como dicen, nuestro punto de vista, y eso es todo. Si nos ponen a elegir entre mantener la fe o hacer un compromiso, está claro que no haremos el compromiso.
-Porque esta es la preocupación por ejemplo de Mons. Williamson, él piensa que usted va hacia una tendencia modernista sólo por formar parte de la iglesia conciliar. ¿Qué dice usted? ¿Usted cree que hay un peligro, y qué medidas se pueden tomar para evitar ese peligro?
Yo diría que hay peligros en todas partes. Esta situación, la situación general de la Iglesia, es muy peligroso ahora mismo. Hay peligros en todas partes. Siempre he descrito la situación como estando en la cima de una montaña y se está entre dos abismos, a la derecha y a la izquierda.  Y si se pone el pie demasiado a la izquierda o demasiado a la derecha, se cae. Y yo diría que al demonio no le importa de qué lado se caiga, mientras caiga. Y yo considero que en cuanto a nosotros, es como un milagro que no caímos y pedimos que no lo hagamos. Entonces la perspectiva de Mons. Williamson es completamente equivocada. El piensa, primero, que nosotros queremos comprometernos, que lo queremos a cualquier precio, y él dice que estaremos bajo la influencia de gente liberal, y como ellos serán la autoridad, nosotros necesariamente iremos con la corriente principal. Y otra vez, para nosotros esta no es una opción, nosotros pedimos, solicitamos de Roma las garantías para que podamos continuar del modo como lo hacemos.
-¿Han sido ya ofrecidas garantías que usted puede aceptar o todavía no?
Creo que entre más avanzamos, más indulgente se vuelve Roma. Es por eso que ahora hemos empezado a hablar acerca de acercarnos más porque Roma poco a poco está dando, garantizando, lo que nosotros vemos como una necesitad, y lo que ellos también empiezan a ver como una necesidad. No es toda Roma, es una parte, la más conservadora y que están completamente horrorizados por lo que está sucediendo en la Iglesia.
-Pero dada la confusión en la Iglesia ahora y el descontento entre los conservadores, ¿ustedes se ven como viniendo al rescate de la Iglesia de cierta manera?
Algunos en Roma nos lo dicen, no usan la palabra rescate sino ayuda. Y definitivamente, incluso en el documento propuesto se habla de esto, y entonces no somos nosotros los que inventamos. Es realmente porque la situación de la Iglesia es catastrófica. Y yo digo que finalmente ahora en esta catástrofe que aumenta, hay voces que empiezan a hablar y también gente que se nos acerca y trata de considerar nuestra posición como ya no tan mala.
-Algunos dicen que si ustedes entran en comunión plena sería una misericordia de Dios, como si ésta se mostrara a aquellos que están muy molestos e inquietos por toda la situación. Sería una misericordia de Dios traerlos a ustedes de vuelta.
Yo estoy persuadido que Dios no ha abandonado su Iglesia. Hay pruebas, pero Él siempre está allí. Es difícil dar con anticipación tales nombres o etiquetas, para mí el hecho de que no se nos ha condenado en esta situación, lo que es realmente paradójico porque es así como somos, no hemos cambiado nada, nosotros continuamos denunciando lo que está sucediendo, y a pesar de esto se ve este movimiento a favor dentro de Roma… para mí sí, yo veo la mano de Dios. Y si eso sucede -aún no estoy seguro- definitivamente sería un buen signo de la Misericordia de Dios, sí, para todos.
-Usted dijo que le gustaba este papa en muchos aspectos, ¿es verdad que este papa le gusta en algún aspecto?
Este Santo Padre es completamente atípico y el problema que tenemos al abordarlo es tratar de ponerlo en una categoría. Uno de los mayores problemas es que la manera normal de juzgar a alguien es tomar sus acciones y concluir que actúa de este modo porque así piensa. Y si se trata de hacerlo con este papa, uno se queda desconcertado porque un día él hace algo y al día siguiente hace casi lo contrario, o dice. Entonces este es uno de los puntos más confusos del papa actual y yo creo que debemos entender que no se puede abordar en este nivel. Ha dicho varias veces que él considera la doctrina más bien como un obstáculo al tratar con la gente, para él lo que importa es la gente, es la persona, entonces él trata de ver a la persona y entonces él es muy humano. Ahora ¿cuál es su motivo? Para mí él es alguien a quien le gusta ver a todos salvados, ver que todos tienen acceso a Dios, que es como un rescatista que al final desata la cuerda que es la seguridad, para ponerse en una situación peligrosa al tratar de llegar a otras personas, y yo creo que probablemente esto es lo que está haciendo con nosotros. Para el modernista ciertamente ha desamarrado la seguridad de la cuerda para llegar a nosotros. Y él dijo que ha tenido problemas con algunas personas en la Iglesia por este acercamiento, pero está utilizando este acercamiento para todos los que están en las periferias.
Él ciertamente ve las cosas con las que no estaría de acuerdo con nosotros, cosas que le gustaría vernos cambiar, pero para él, eso no es lo importante. Lo que es importante es amar a Jesús y eso es todo.
-Si ustedes son reconocidos canónicamente, ¿podrán seguir siendo críticos como ustedes deben serlo? ¿tendrán una garantía?
Desde hace dos años hay otras voces. Esto es una garantía práctica. Es decir, no seremos los únicos. Si fuéramos los únicos podría haber preocupación pero ahora mismo hay muchas otras voces que empiezan a expresarse, creo que se está convirtiendo en hábito. Entonces es algo garantizado. La autoridad está casi perdiendo terreno porque la situación es muy severa, entonces pienso que debemos estar contentos por cualquier voz que empiece a corregir la situación.
-Algunos sugieren que usted quisiera pedir al papa que la cabeza de la FSSPX fuera hecho cardenal, por ejemplo.
No. Es al papa a quien le toca elegir sus consejeros, porque los cardenales son sus consejeros. Para mí, nosotros tenemos un trabajo, nuestro trabajo es permanecer en nuestro lugar, hacer nuestro trabajo en nuestro lugar, no soñar. No creo que siendo cardenal algo vaya a cambiar. El puesto que obtengamos es nuestro trabajo y debemos cumplirlo y eso es todo.
-Sobre los problemas que ustedes tienen con el concilio, ¿usted seguirá insistiendo que éste sea corregido?
Roma ha dicho que es forzoso que las discusiones sobre el concilio continúen. Entonces definitivamente sí, nosotros mantenemos la urgencia de hacer correcciones y en parte, ellos empiezan a reconocer esa urgencia.
-¿Qué pasará si usted no ve ningún movimiento en cuanto a estas correcciones?
Seremos pacientes. Llegarán.
-¿Qué tan confiados están los fieles en la Fraternidad? ¿Y qué confianza tiene usted de que los fieles en la Fraternidad están detrás de usted? Porque, por ejemplo Amoris laetitia, capítulo 8: debo imaginar a bastantes fieles angustiados detrás de esto.
Nadie está detrás de esto.
-¿Pero esto no los hace todavía más escépticos y reticentes en llegar a la plena comunión al ser regularizados?
Creo que si no tienen el panorama completo, pensarían que es una locura hacer un acuerdo ahora. Será bastante trabajo, tomará tiempo ser capaz de llevar a los fieles a darse cuenta esta nueva cara en la historia de la Iglesia, esta nueva realidad. Nosotros estamos en la realidad, tenemos que asirnos de ella lo más preciso posible, con toda la exactitud posible para manejarla correctamente. Decir solamente que no nos movemos porque las cosas están mal no es de ninguna manera lo que Dios está pidiendo a sus Apóstoles.
-Otro problema, ayer, con las mujeres diáconos ¿Puedo preguntarle lo que piensa al respecto?; ya que vuelve todavía más difícil llevar a sus fieles junto a usted.
Es sólo una cosa más, no cambia el problema fundamental, sólo está añadiendo un elemento más a la tragedia que la Iglesia está viviendo, que es llevar confusión, jugando con las palabras. Aplicándolo a la actualidad, las cosas que sucedieron en el pasado pero no de la misma manera, el nombre que encontramos en la Sagrada Escritura, San Pablo hablando de las diaconisas, pero no era un ministerio sacramental, por lo que no tiene nada que ver con eso,  sólo tiene que ver con el servicio, la ayuda. En ese tiempo era similar, había una similitud con el servicio que se les pedía a los diáconos pero eran dos niveles diferentes porque el diácono tiene poder en los sacramentos mientras que las diaconisas en ese tiempo no lo tenían en lo absoluto. Entonces está mezclando dos cosas y trayendo más confusión. Y por supuesto tocando un punto muy, muy delicado, sabemos que los modernistas quieren una nueva situación teniendo mujeres sacerdotes y obispos y esto es interesante porque Roma lo etiquetó como un pecado contra la fe pretender esto. Si alguien lo hace está fuera de la Iglesia y pierde la fe.
-¿Usted piensa que hay un motivo ulterior detrás de esta clase de proposición?
No necesariamente en el papa. Porque no tiene una estrategia ideológica, él ve con otra perspectiva. Pero hay gente que lo tiene. Y lo usarán en esa dirección, esto está muy claro.
-¿Usted cree que el papa lo escucha cuando lo necesita?
Ciertamente lo hace. Pero no creo que quiera hablar de doctrina. Él habla acerca de salvar almas y encontrar los modos para hacerlo.
-La doctrina ocupa el segundo lugar.
En esta perspectiva, al tratar con los problemas, sí. Estoy bastante persuadido.
-¿Está usted preocupado de que lo quiera llevar –algunos lo piensan- simplemente a neutralizarlo muy lentamente?
Esa no es su perspectiva. Yo diría lo contrario. Él sería alguien que vería ventajas en tener controversia… Entonces yo lo vería queriendo que nosotros seamos controversiales para provocar y crear una nueva situación, la cual, tal vez, en una manera Hegeliana, traería una mejor situación. Por supuesto, nosotros estamos en contra de este enfoque dialéctico, pero podría ser ese. No estoy seguro.
-Acerca de Mons. Williamson, ¿qué piensa usted de su reciente consagración episcopal en lo que algunos llaman el movimiento resistencia? ¿Es una preocupación para usted?
No. Para mí se ha ido. Desafortunadamente, muy desafortunadamente. Se fue y sólo dio un paso más hacia el abismo. Es una piedra en el agua que no cambia nada, no ayuda en nada. Es un error enorme y, bueno, hay que rezar por él.