PÁGINAS

viernes, 31 de mayo de 2013

COMUNICADO DE PRENSA DE LA FSSPX DE ITALIA

SYLLABUS






(Traducción de Página Católica)

Tras el funeral de don Gallo, que fue presidido por el cardenal Bagnasco, la Fraternidad San Pío X denuncia el grave escándalo causado por la intervención de Vladimir Guadagno (alias Luxuria), y por el hecho de que el cardenal le ha administrado la Comunión, como si su público comportamiento y su actividad parlamentaria no fueran escandalosas y contrarias a la moral.

De la misma forma se ha actuado con otros representantes de movimientos que sostienen posturas contrarias a las enseñanzas de la Iglesia.

Según la doctrina católica y la lógica del Evangelio, los pecadores públicos deben arrepentirse y reparar públicamente antes de acercarse al sacramento de la Eucaristía.

Respecto a las posiciones defendidas por don Gallo, no denunciadas por la autoridad eclesiástica y en cierta forma avaladas por la presencia del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana en el funeral, se recuerda que:

1.    La Ley de Dios condena la práctica homosexual, y la Iglesia enseña que ella constituye un pecado contra natura que clama al cielo.
2.    Don Gallo ha ayudado a las mujeres a abortar. Ahora bien, el aborto es un crimen por el que se mata a una persona inocente, y que está penado por la Iglesia con la excomunión. La cual afecta, no sólo a quienes lo practican, sino a todos los que colaboran eficazmente para su consecución.
3.    El uso de las drogas llamadas blandas, alentado por don Gallo, no sólo constituye a menudo el primer paso hacia otras sustancias estupefacientes, sino que es contrario al Quinto Mandamiento que nos ordena cuidar nuestro cuerpo como un regalo de Dios.
4.    El Comunismo, explícitamente sostenido por don Gallo, ha sido condenado por el Magisterio como "intrínsecamente perverso".

Estos comportamientos manifiestan, de manera cada vez más evidente, la grave crisis que atraviesa la iglesia, y la traición por parte de miembros importantes de la jerarquía de los principios más elementales de la moral católica.

Don Pierpaolo Petrucci

Superior del Distrito Italia


Comentario Syllabus:

Lógicamente, el escándalo fue tan grande que se hacía esperar al menos una reacción de parte de la FSSPX. Debemos felicitar al Padre Petrucci por haber reaccionado, pues hay que salir sin titubear a enfrentar a los enemigos de Dios y de la Iglesia, y si muchísimos laicos lo hacen desde distintos foros y espacios de información y opinión, con toda la indignación que el caso suscita, no pueden los pastores de los fieles quedarse atrás y permanecer callados.

Ahora bien, nos parece bastante suavecito por no decir poco realista a esta altura de la situación, hablar de “la grave crisis que atraviesa la Iglesia”, cuando más que crisis se trata lisa y llanamente de una impresionante falsificación de la Iglesia, de una corrupción farisaica que se extiende desde el Papa hasta la feligresía como nunca se ha visto y que hermana esta iglesia conciliar con la sinagoga (“sepulcro blanqueado”) en los tiempos de Nuestro Señor.

Por otra parte, con ese aparato conciliar donde hasta hace muy poco tiempo Monseñor Fellay veía signos primaverales y amigos tradicionalistas, con ese cuerpo corrupto derivado del Vaticano II cuya crítica no había que exagerar (como más de una vez afirmó Mons. Fellay), con esos herejes pretendía que conviviéramos Mons. Fellay y sus asistentes, y estuvo a punto de suceder cuando Mons. Fellay viajó a Roma con el propósito de firmar el acuerdo para poner a la FSSPX bajo el poder del Papa modernista. Mientras tanto, estos escándalos o parecidos han venido ocurriendo desde hace años sin que el Papa “restaurador” hiciera limpieza alguna o denunciara públicamente estas cosas. La pregunta entonces es: ¿Irá el P. Petrucci a combatir a fondo este problema, o simplemente se quedará en alguna ocasional y necesaria crítica cuando los escándalos sean imposibles de disimular en la iglesia conciliar, pero sin denunciar las trampas que constantemente acechan a los tradicionalistas por parte de los que quieren entenderse o ponerse en manos de los enemigos?

Por último, si como bien recuerda el Padre Petrucci, “los pecadores públicos deben arrepentirse y reparar públicamente antes de acercarse al sacramento de la Eucaristía”, ¿por qué ha “excomulgado” y tratado como se merecen estos desdichados y escandalosos degenerados transexuales  a los fieles de la tradición de Italia que hacen el blog Non Possumus? ¿Acaso eran escandalosos pecadores públicos o simplemente disidentes de un Superior general que buscaba y busca colocar a la Tradición católica bajo el control de las autoridades conciliares, unas autoridades que reciben con los brazos abiertos a tales pecadores públicos que ahora Usted condena?

Estimado Padre Petrucci, ¿puede Usted darse cuenta de su contradicción?