PÁGINAS

martes, 2 de febrero de 2021

RESPUESTA DEL ARZOBISPO VIGANÒ A UN SACERDOTE ESCRUPULOSO


 ..."como nadie querría asaltar los sacros palacios para expulsar a su indigno inquilino, hay con todo formas legítimas y proporcionadas de ejercer una auténtica oposición, incluido presionarlo para que dimita del cargo. Precisamente para defender el Papado y la sagrada autoridad que el pontífice recibe del Sumo y Eterno Sacerdote, es necesario apartar del cargo a quien lo humilla, socava y abusa de él. Me atrevería a añadir que también la renuncia arbitraria al ejercicio de la autoridad sagrada del Romano Pontífice es una gravísima ofensa al Papado, y de ello deberíamos considerar más culpable a Benedicto XVI que a Bergoglio."

"Si bien se mira, precisamente para defender la comunión jerárquica con el Romano Pontífice se hace necesario desobedecerle, denunciar sus errores y pedirle que dimita. Y pedirle a Dios que se lo lleve con Él cuanto antes, si de ello puede resultar en un bien para la Iglesia."

"Nuestra obediencia no tiene nada que ver con el servilismo cobarde ni con la insubordinación; al contrario, nos permite suspender todo juicio sobre quien sea o no sea papa y seguir comportándonos como buenos católicos aunque el Papa nos desprecie, insulte o excomulgue. Porque la paradoja no está en la desobediencia de los buenos a la autoridad del Papa, sino en el absurdo de tener que desobedecer a una persona que es al mismo tiempo papa y heresiarca, Atanasio y Arrio, luz de iure y tinieblas de facto. La paradoja está en que para seguir en comunión con la Sede Apostólica tenemos que apartarnos de aquel que debería representarla y vernos burocráticamente excomulgados por quien se encuentra en estado objetivo de cisma consigo mismo."


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