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sábado, 9 de noviembre de 2019

COMENTARIO ELEISON Número DCXLIII (643) 09 de noviembre de 2019

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Eleison por su Excelencia Richard Williamson

Todavía Deslizándose – II

¿Quién le dio a Roma el palo para golpearnos?
¡Cómo deben reírse de cómo pueden tratarnos!
En caso de que los lectores piensen que la conversación de septiembre que se informó aquí la semana pasada entre Dom Placide de Bellaigue en Francia y las autoridades de la Fraternidad San Pío X en Suiza es insuficiente para probar que la Fraternidad todavía se está apartando de la defensa de la verdadera Fe, he aquí otro informe que nos lleva a la misma conclusión: más o menos en el momento en el que el Superior General de la Fraternidad (SG) dio su entrevista tranquilizadora el día 12 de septiembre, nombró a una Comisión de tres personas para que se dirigieran a Roma para reanudar la discusión teológica con los conciliares Romanos la cual tuvo lugar desde el año 2009 hasta el año 2011 sin ningún resultado. ¿Y qué tres representantes de la Fraternidad eligió para las discusiones? Nada menos que Mons. Fellay y los Padres Pfluger y Nély, el triunvirato gobernante de la Fraternidad de 2006 a 2018, cuando los tres fueron destituidos en el Capítulo General electivo de julio de 2018. De nuevo es necesario un poco de contexto.
En el anterior Capítulo General electivo de 2006, los 40 principales sacerdotes de la Fraternidad se mantuvieron fieles, menos fieles que en 1994 (como admitió Mons. Fellay una vez) pero sin embargo fieles, al principio del sentido común católico de Mons. Lefebvre, según el cual, en el choque entre la Fraternidad y Roma, estaban en juego cuestiones tan importantes de la fe que ningún acuerdo meramente práctico, sin un acuerdo doctrinal, podría resolver. Ahora, para el año 2006, Mons. Fellay ya hacía tiempo que había dejado de tomar en serio la doctrina. Para él, como para el Papa Benedicto XVI, para todos los modernistas y para la masa de los habitantes del mundo de hoy, la verdad de Dios es menos importante que la unidad de los hombres, pero sabía que en el seno de la Fraternidad muchos miembros seguían siguiendo al Arzobispo en su respeto por la verdad de Dios, por lo que el SG siguió pidiéndole al Papa Benedicto XVI que mantuviera conversaciones doctrinales para que la Fraternidad y Roma pudieran estar unidas.
La petición fue intrínsecamente insensata desde el principio, porque las doctrinas de la Tradición Católica y del Vaticano II no pueden estar más unidas que las doctrinas de 2+2=4 y 2+2=5. Pero tanto el Papa como el SG aparentemente esperaban que los dos bandos se conformaran con 2+2= cuatro y medio, porque para ambos la unidad era más valiosa que la verdad. Así, “discusiones doctrinales” tuvieron lugar entre cuatro representantes de cada lado, de 2009 a 2011. Sin embargo, en 2009, Mons. Fellay había tenido que nombrar a cuatro representantes de la Fraternidad que se tomaban en serio la verdad católica, mientras que los romanos se mantuvieron firmes en su apego a las anti-verdades del Vaticano II, de modo que las discusiones no llegaron a ninguna parte. La unidad no pudo entonces prevalecer sobre la Verdad.
Pero en el Capítulo General interino (no electivo) de la Fraternidad de 2012, la opinión había cambiado entre los 40 principales sacerdotes de la Fraternidad, de modo que el principio de doctrina del Arzobispo fue abandonado en primer lugar, y la Fraternidad aceptó oficialmente que la unidad debía ser lo primero. Sin embargo, un movimiento de resistencia de sacerdotes de la Fraternidad surgió inmediatamente, amenazando la unidad de ésta. Así que cuando en el Capítulo electivo de 2018 los 40 sacerdotes todavía amaban lo suficiente la Verdad como para destituir a Mons. Fellay y a sus dos Asistentes, el nuevo SG retomó la idea de las discusiones doctrinales con los conciliares romanos, una idea intrínsecamente insensata, pero siempre tan atrayente como lo es tener un pastel y poder tomarlo apetitosamente. Bajó a Roma, y tanto los romanos como el SG deben haber estado soñando con cuatro y medio, así que parece que las “discusiones doctrinales” han vuelto a la mesa.
Pero mientras que en 2009 Mons. Fellay tuvo que elegir a los defensores de la Verdad para representar a la Fraternidad, ¡el nuevo SG parece haber elegido a los mismos tres funcionarios de la Fraternidad que presidieron el Capítulo de 2012 en el que se antepuso la unidad a la Verdad! Entonces, ¿quién engaña a quién? Si el nuevo SG se engaña a sí mismo de que es posible una unidad no doctrinal, ¡ay de la Fraternidad, ahora y en el futuro previsible! Si no se está engañando a sí mismo, ¿está actuando bajo la presión de Roma o de Menzingen fellayizado, o de ambos? Es lo mismo, porque Mons. Fellay hizo todo lo que pudo para poner a Menzingen y a la Fraternidad bajo el poder de Roma. Es Roma, por lo tanto, la que toma las decisiones y frota la nariz de la Fraternidad en su propia suciedad.
Kyrie eleison.