Email enviado hoy, nov.
22, 2018, por el P. Girouard sus feligreses.
Queridos feligreses (…)
Permítanme decir esto:
1- ¿Cómo podría un verdadero amante y soldado de
Cristo Rey querer reunirse con miembros de una organización (la Iglesia
Conciliar) que, como escribió Mons. Lefebvre, lo ha destronado? ¿Cómo puede
alguien con una visión clara de la fe católica, y de la adoración pura debida
al Dios Todopoderoso, participar en discusiones y negociaciones con los
enemigos impenitentes de Dios? ¿Cómo podemos pretender trabajar por la
salvación de las almas, cuando "discutimos" con los responsables impenitentes
de la pérdida de millones de almas (muchos de ellos nuestros propios
parientes)?
2- La Fraternidad ya tenía dos años de discusiones de
este tipo (2009-2011). Los resultados oficiales fueron que éstas expusieron
diferencias doctrinales irreconciliables entre la Iglesia Conciliar y la
Fraternidad. Pero sabemos que Roma no ha cambiado desde 2011,
excepto para peor. También sabemos que no están a punto de cambiar para mejor y
rechazar el Vaticano II y sus "reformas". Por lo tanto, estas nuevas discusiones doctrinales, si es que tienen
que tener algún propósito, deben tratar de llegar a una conclusión diferente a
las de 2009-2011, y esto sólo podría suceder si la Fraternidad está dispuesta a
cambiar sus propias opiniones doctrinales. (En la práctica, el abandono en 2012
de la Declaración de 2006 ya era un cambio de doctrina, un cambio oficial hacia
el liberalismo).
3- A pesar de esta "decepcionante"
conclusión de las discusiones 2009-2011, Roma propuso, el 14 de septiembre de
2011, un "Preámbulo" para un acuerdo. Fue estudiado y rechazado en
una reunión especial de los Superiores Mayores de la FSSPX en Albano en octubre
de 2011. El hecho de que este "Preámbulo" haya sido estudiado y
discutido por los responsables de la Fraternidad, a pesar del fracaso de las
discusiones doctrinales de 2009-2011, y el hecho de que Mons. Williamson haya
sido excluido de la asistencia a la reunión, debido a que se negó a interrumpir
el blog de los Comentarios de Eleison, denunciando estas negociaciones con
Roma, nos muestran que el deseo de una "normalización" ya era fuerte
en muchos corazones...
4- A pesar de este rechazo del "Preámbulo"
romano de octubre de 2011, el entonces Superior General de la Fraternidad
(Mons. Fellay) mantuvo contactos con Roma, y propuso a Roma su propia versión
del Preámbulo el 15 de abril de 2012. Esta "Declaración" a Roma era sólo ligeramente diferente del
Preámbulo Romano de 2011. Mons. Fellay recibió entonces garantías de sus
"amigos" romanos de que su Declaración había sido aceptada por el
Papa, y de que sería convocado a Roma en junio para firmar el acuerdo final. Mons. Fellay y sus colaboradores se embarcaron en
una gira mundial de conferencias, sermones y entrevistas televisivas para
promover la idea de un "reconocimiento" romano.
5- Lo único que impidió un acuerdo formal entre Roma
y la Fraternidad en ese momento fue la filtración, el 10 de mayo de 2012, de
las cartas intercambiadas el 7 y 14 de abril de ese año entre Mons. Fellay y
los otros tres obispos de la FSSPX, que se oponían a su Declaración (que les
había sometido antes de enviársela a Roma el 15 de abril). Esta filtración, y la gira de "promoción"
de Mons. Fellay y sus amigos, habiendo creado una fuerte reacción pública por
parte de muchos sacerdotes de la FSSPX, Roma declaró, el 16 de mayo de 2012,
que los casos de Mons. Fellay y de los tres obispos disidentes tendrían que ser
tratados de forma separada por Roma. Esta fue una
manera de decir que, debido a las disensiones internas al más alto nivel de la
Fraternidad, un acuerdo general entre la Roma conciliar y la Fraternidad no era
posible en ese momento. En otras palabras: Antes de que Roma pudiera
"normalizar" la Fraternidad, ésta tendría que limpiar su propio
desorden y volver con un frente unido.
6- Entonces Roma, como se había prometido, convocó a
Mons. Fellay a Roma. Rápidamente acató, y estuvo allí el 13 de junio. Pero allí
se le dio a firmar una nueva versión de su Declaración del 15 de abril que
tenía un párrafo adicional que pedía la plena aceptación del Vaticano II. De este modo, Roma permitió a Mons. Fellay salvar el
honor en el seno de la Fraternidad, dándole una razón oficial para rechazar la
última propuesta de Roma, y así volver a parecer "tradicional". Mons.
Fellay declaró entonces que todos los contactos con Roma habían cesado y que la
Fraternidad estaba "de vuelta al punto de partida" (13 de junio de
2012).
7- A pesar de este "valiente" rechazo de la
propuesta de Roma de junio por parte de Mons. Fellay, el siguiente Capítulo
General (julio de 2012) hizo un cambio de 180 grados en la política de la
Fraternidad, y declaró oficialmente que la Declaración del Capítulo General de
2006 ("no hay acuerdo práctico sin acuerdo doctrinal", es decir, no
hay acuerdo con Roma no convertida) era en adelante nula y sin efecto, y que un
reconocimiento de la Roma no convertida podía aceptarse ahora, a condición de
que Roma cumpliera con las tres "condiciones necesarias" para
proteger la "identidad" y la "misión" de la Fraternidad.
(Más adelante sobre esto).
8- Más aún, el Capítulo General de 2012, gracias a la
intervención del P. Pagliarani (¡sí, el nuevo Superior General!), no condenó a
Mons. Fellay por su propuesta del 15 de abril a Roma. Además, emitió una
Declaración final de unidad, diciendo expresamente que la Fraternidad, después
de algunos momentos difíciles, había recuperado su unidad. El Superior General y sus Asistentes procedieron más
tarde a expulsar oficialmente o a trasladar a lugares remotos a todos aquellos
que expresaron públicamente su oposición al abandono de la política de 2006, es
decir, a Mons. Williamson y a algunos sacerdotes (entre los cuales se encuentra
su humilde servidor). Así, sólo unos meses después de que Roma enviara el
mensaje de que los Superiores de la FSSPX necesitaban "limpiar el desorden
de la Fraternidad" y presentar un "frente unido", ¡sus deseos
fueron cumplidos!
9- Esto condujo a más reuniones con funcionarios
romanos, e incluso con el Papa Francisco, y a la adopción en septiembre de 2014
por parte de Mons. Pozzo y Mons. Fellay de una resolución para "regularizar"
la situación de la FSSPX, y llevarla a la "plena comunión" "paso
a paso". Declararon también que una "regularización" podría
llegar antes de que se aclararan todos los puntos de divergencia, y que estas
"cuestiones difíciles" podrían ser tratadas, en un ambiente de
"caridad fraterna", después de la "normalización".
10- A esto le siguieron las "concesiones"
de Roma que "regularizaron" la administración de los sacramentos de
la Fraternidad: Penitencia (provisional en 2014, y luego permanente en 2015); Orden
Sagrado (2016); y Matrimonio (2017). Estas "concesiones" llevaron a
la Fraternidad, al menos para la administración de estos tres sacramentos, bajo
la regla del Código de Derecho Canónico de 1983 (que, como dijo J-P II en su
Prefacio, convierte en leyes las enseñanzas del Vaticano II). Estas
"concesiones" fueron aceptadas con gratitud y oficialmente por el
Consejo General de la Fraternidad (Mons. Fellay y sus dos Asistentes).
Todo lo que precede es para demostrar que las
discusiones doctrinales de 2009-2011 han llevado a un punto en el que, de no
haber sido por la filtración en mayo de 2012 de las cartas intercambiadas por
los cuatro obispos, la Fraternidad habría sido "reconocida" por la
Roma no convertida en la primavera de 2012, y se le habría dado un estatuto de
Prelatura Personal. Y aunque este plan no se logró en junio de 2012, sin
embargo condujo a cambios radicales en las orientaciones de la Fraternidad y en
los miembros, ¡sólo unos meses después!
[Una breve nota al margen sobre las “condiciones
necesarias” del Capítulo General de 2012 para un acuerdo con la Iglesia
Conciliar: Estas "condiciones" de la Neo-FSSPX ¡recuerdan el lenguaje
utilizado en todos los acuerdos firmados por otras Congregaciones tradicionales
con la Iglesia Conciliar! En efecto,
todos estos acuerdos proclaman que Roma promete proteger la "gracia y el
carisma especiales" del Instituto. Ahora, sólo piense un poco, ¡y verá
cómo ese lenguaje es muy revelador! En efecto, si Roma declara que ser católico
es una "gracia y carisma especial" de un Instituto religioso que
necesita una aprobación y una protección especial de Roma, esto implica que
Roma no considera que ser católico sea "corriente" y
"normal" en la Iglesia conciliar. Y es que la Iglesia Conciliar es
oficialmente ecuménica desde el final del Concilio (1965). En otras palabras,
cuando la Iglesia Conciliar "reconoce" un Instituto Tradicional,
éste: 1-Declara implícitamente que la misma Iglesia Conciliar es distinta de la
Iglesia Católica; 2-Acepta la Tradición en el espíritu del ecumenismo, es
decir, la de "Unidad en la Diversidad"].
Volvamos al 22 de noviembre de 2018: Ahora bien,
¿qué podemos esperar razonablemente de la petición del P. Pagliarani de reabrir
las "discusiones doctrinales" con Roma? ¡Obviamente, nada bueno!
De hecho, durante las discusiones doctrinales de
2009-2011, la Fraternidad todavía se guiaba oficialmente por la Declaración del
Capítulo General de 2006 mencionada anteriormente (#7). Además, durante estas
discusiones, la Fraternidad tenía 3 de 4 obispos que se oponían a un acuerdo
"práctico" con la Roma no convertida. La Fraternidad podía entonces
contar en su seno a un buen número de sacerdotes incondicionalmente
antiliberales que no tenían miedo de "ladrar públicamente a los lobos con
piel de oveja".
Pero, en 2018, la Fraternidad comenzará una nueva
ronda de discusiones doctrinales con la Roma conciliar sobre una base mucho más
débil. Porque, desde 2012, ¡la Fraternidad ha cambiado profundamente!
En efecto, desde 2012, la Fraternidad: 1) Ha aceptado
el principio de un acuerdo con una Iglesia conciliar que seguiría siendo
conciliar; 2) Ha expulsado a todos sus miembros que eran manifiestamente
antiliberales, y los Obispos Galarreta y Tissier han cambiado de opinión y se
han unido a Mons. Fellay; 3) Aceptando las tres "concesiones" romanas
de 2015, 2016 y 2017, ya se ha puesto bajo el Código de Derecho Canónico de
1983 y de las autoridades modernistas; 4) El Capítulo General de 2018 ha
fallado, una vez más, en condenar la Declaración de Mons. Fellay del 15 de
abril de 2012, que tuvo la aprobación inicial del Papa Benedicto XVI. 5) El
mismo Capítulo General de 2018 ha elegido a su cabeza a cinco Superiores
Mayores que han estado buscando activamente una "regularización" de
la Iglesia Conciliar. 6) También ha adoptado una frase ambigua que podría ser
interpretada como dando al nuevo Superior General plena y absoluta autoridad
para firmar unilateralmente un acuerdo con la Iglesia Conciliar, es decir, sin
la necesidad de la aprobación de un nuevo Capítulo General. (Obviamente, tal
ambigüedad en los propios documentos oficiales de la Fraternidad no augura nada
bueno para la claridad de las próximas discusiones con Roma).
Por lo tanto, si las discusiones de 2009-2011
llevaron a una Fraternidad fuerte al borde de un acuerdo formal con la Iglesia
Conciliar, tenemos razones para temer que las discusiones de 2018 lleven a una Fraternidad
débil a acordar formalmente hacer una regularización "total" de lo
que hasta ahora ha sido una regularización "parcial", es decir, pasar
de una "Comunión" parcial a una "Comunión" completa. Esto
sólo podría traer un desastre en este mundo y en el más allá.
Los Superiores, miembros y fieles de la Neo-Fraternidad
deben recordar la advertencia dada por Nuestro Señor en el Libro del
Apocalipsis: "Salid de ella (es decir, de la Gran Babilonia sentada en las
siete colinas = Roma prostituida), pueblo mío: para que no seáis partícipes de
sus pecados, y no participar en sus plagas". (Apoc 18:4).
P. Girouard