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jueves, 5 de abril de 2018

EL PAPA FRANCISCO Y EL DESTINO ETERNO DE LAS ALMAS - POR EL PROF. R. DE MATTEI




El Jueves Santo, apareció en el diario italiano La Repubblica una entrevista al papa Francisco. Su ya acostumbrado interlocutor, Eugenio Scalfari, le preguntó: «Santidad, usted nunca me ha hablado de las almas que mueren en pecado y van al infierno para pagar por la eternidad. Me ha hablado, en cambio, de las almas buenas admitidas a la contemplación de Dios. ¿Y las almas malas? ¿Dónde son castigadas?»

A lo que el papa Francisco responde con estas palabras: «No son castigadas. Los que se arrepienten obtienen el perdón de Dios y se unen a las almas de los que lo contemplan, pero los que no se arrepienten y no pueden por tanto ser perdonados, desaparecen. No existe un infierno; existe la desaparición de las almas pecadoras.»

Estas palabras, tal como suenan, constituyen herejía. Ya empezaba a difundirse el rumor, cuando la Sala de Prensa vaticana intervino con un comunicado en que se lee: «El Santo Padre ha recibido recientemente al fundador del diario La Repubblica en un encuentro privado con ocasión de la Semana Santa, pero sin dar ninguna entrevista. Lo que publica hoy en el artículo su autor es el resultado de su reconstrucción, en la que no se reproducen las palabras exactas pronunciadas por el Papa. Por tanto, ninguna cita del mencionado artículo puede considerarse una transcripción fiel de las palabras del Santo Padre.»

Así pues, no se ha tratado de una entrevista, sino de una conversación privada que el Papa sabía muy bien que se convertiría en entrevista, porque ya había sucedido lo mismo en las cuatro entrevistas previas de Scalfari. Y si, a pesar de la polémica suscitada por las entrevistas precedentes con el periodista de La Repubblica, sigue considerándolo su interlocutor preferido, eso quiere decir que el Sumo Pontífice pretende ejercer por medio de esos coloquios una especie de magisterio mediático con consecuencias inevitables.

Ninguna frase –dice la Santa Sede–  debe considerarse una transcripción fiel, pero no se ha desmentido ningún contenido de la entrevista, de modo que no tenemos forma de saber si en algún momento se ha distorsionado el pensamiento bergogliano. En sus cinco años de pontificado, Francisco no ha hablado una sola vez del infierno como pena eterna para las almas que mueren en pecado. Para dejar claro su pensamiento, el Papa, o la Santa Sede, deberían reafirmar públicamente la doctrina católica en todos los puntos de la entrevista en que ésta ha sido negada.

Desgraciadamente, no lo han hecho, y da la impresión de que lo afirmado por La Repubblica no sea un bulo periodístico, sino una iniciativa deliberada destinada a aumentar la confusión entre los fieles

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