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domingo, 5 de noviembre de 2017

COMENTARIO ELEISON N° DXXXVIII (538) - 4 de noviembre de 2017

Comentarios Eleison por su Excelencia Richard Williamson

El Islam Real

“La realidad está ahí afuera – ¡ESCUCHADME!”
“¡Ni hablar! ¡El Islam es dulce, más dulce no podría ser!”
Cuando Bretaña tuvo un Imperio, sus administradores estuvieron en contacto directo con pueblos, razas y religiones en todo el mundo, y ellos eran capaces de hablar por experiencia. Hoy en día, en general, los gobernantes de Bretaña tienen solo su liberalismo y su ideología irreal, lo cual es el por qué muy pocos de ellos saben de lo que hablan. Por el contrario, el P. Henry Boulad es un viejo sacerdote Jesuita de la vieja escuela, nacido hace 86 años en Alejandría, Egipto, de una antigua familia Cristiana Siria del rito Melquita, antiguo Profesor de Teología en el Cairo, Superior de los Jesuitas en Alejandría y de los Jesuitas en Egipto con, obviamente, una experiencia directa de toda la vida del Islam y de los musulmanes. Los ataques terroristas la pasada primavera en dos Iglesias Cristianas en Egipto lo impulsaron a dar una entrevista en Francia y a escribir un libro del cual las siguientes observaciones se adaptan. ¡Ciertamente él sabe de lo que habla!
“Yo acuso al Islam pero no a los individuos musulmanes, que son las primeras víctimas del Islam. He decidido denunciar la fuente del terrorismo: la principal fuente del radicalismo islámico en el mundo es la Universidad de al-Azhar en El Cairo, Egipto, donde se enseña la letal ideología como la doctrina oficial del Islam. Yo acuso a la Universidad de al-Azhar en el Cairo, supuesta incarnación del Islam moderado, de crear un espíritu de fanatismo, intolerancia y odio en miles de estudiantes y clérigos musulmanes que vienen de todo el mundo a recibir formación en sus institutos. Por estos medios se convierte así en una de las principales fuentes de terrorismo en el mundo.
Yo acuso al mismo Islam y no solamente el “extremismo Islámico”, porque el Islam es por naturaleza tanto político como radical. Hace 25 años yo escribí que el islamismo es el Islam al descubierto, con toda su lógica y su rigor. Planea una soci edad destinada a establecer un califato mundial basado en la ley Sharia, que es la única ley legítima, pues viene de Dios. Es un plan que abarca a todo el mundo, incluyéndolo todo, y completamente totalitario. Yo acuso de mentirosos a aquellos que pretenden que las atrocidades cometidas por los musulmanes “no tienen nada que ver con el Islam”. Sin embargo, es en el nombre del Corán y de sus claros mandatos que estos crímenes son perpetrados. El solo hecho de que la llamada a la oración y la incitación a asesinar a los no musulmanes estén precedidos por el mismo grito Alá-ou Akbar (Dios es grande) es altamente significativo.
Yo acuso a los eruditos musulmanes del siglo X de haber promulgado decretos – convertidos en irreversibles – que condujeron al Islam al callejón sin salida de hoy en día. El primero de estos decretos consistió en dar primacía a los versículos de La Medina, portadores de violencia y de intolerancia, en detrimento de los versíc ulos de La Meca invitando a la paz y a la concordia. Para hacer este decreto irreversible, se promulgaron otros dos decretos: el que declara el Corán palabra increada de Alá, y por consiguiente inmutable; y el que prohíbe todo intento posterior de interpretación, declarando que “la puerta del ijtihad (reflexión) está definitivamente cerrada”. La sacralización de estos decretos ha fosilizado el pensamiento musulmán y ha contribuido a mantener los países islámicos en un estado de atraso y de estancamiento crónicos.
Yo acuso al Decreto “Nostra Aetate” del Vaticano II de lanzar un diálogo interreligioso destinado a ser abierto, acogedor y comprensivo con los musulmanes, porque por 50 años, no hemos dado un paso adelante y ahora estamos detenidos por completo. El diálogo con un jeque de al-Azhar terminó con su proclamación de que “todos los Cristianos van al Infierno”. Nada se mueve, tal como nada se ha movido en los 11 siglos pasados . Diálogo sí, pero quiero un diálogo basado en la verdad. La caridad sin la verdad no llega a ninguna parte.
Yo acuso a la Iglesia Católica de perseguir un diálogo con el Islam basado en la complacencia, los compromisos y la duplicidad. Después de más de cincuenta años de iniciativas unilaterales, tales monólogos están hoy en punto muerto. Al ceder a lo “políticamente correcto” y bajo pretexto de no ofender al interlocutor musulmán en nombre de “vivir juntos”, se evitan cuidadosamente las cuestiones espinosas y vitales. Todo verdadero diálogo comienza con la verdad. He pedido una reunión con el Papa Francisco. No hubo respuesta.
Kyrie eleison.