PÁGINAS

jueves, 30 de noviembre de 2017

SOBRE LA SALIDA DEL P. MORGAN DE LA FSSPX

El 11 de agosto, Sodalitium Pianum informó sobre la salida del P. Paul Morgan (antiguo Superior del Distrito de Gran Bretaña) de la Fraternidad.
El 12 de agosto, ofrecimos detalles adicionales a la información inicial acerca de la renuncia del P. Morgan.
Hoy se han conocido más detalles conectados con las circunstancias de la salida de la Fraternidad del P. Morgan, que fueron publicados en el foro francés de la Resistencia.
Al parecer, el P. Morgan escribió una carta privada a Mons. Fellay, expresando su desacuerdo/oposición a la nueva política de la FSSPX de someter sus matrimonios a la jurisdicción conciliar.
¿La respuesta de Menzingen?
Le dieron un ultimátum al P. Morgan: ¡O se disculpaba por su carta privada, o sería expulsado de la FSSPX!
Mikael, miembro del foro francés observa la ironía y contradicción inherente a este ultimátum: SSPX.org, después de haber expulsado a uno de sus mejores sacerdotes por su desacuerdo privado, publicó un artículo en el cual lamenta la destitución de un teólogo conciliar por haber hecho una crítica pública al Papa.
Y más al grano: ¿cómo la ilusa FSSPX va corregir a Roma, cuando vemos lo que les sucede a los que intentan hacer correcciones a Ménzingen?
¿Piensa Menzingen que estará exento del mismo tratamiento tiránico de Roma que el mismo que Menzingen aplicó al P. Morgan?
Mientras tanto, tenemos información confiable de que el P. Morgan ha estado activamente ejerciendo su ministerio con los fieles de la Resistencia en Francia, donde planea permanecer.

martes, 28 de noviembre de 2017

MISIÓN DE LA FSSPX "RECIBE BENDICIÓN PERSONAL" DEL DEMOLEDOR FRANCISCO, CONSEGUIDA POR INTERMEDIO DEL P. NÉLY




La imagen corresponde a la pág. 2 del boletín de la FSSPX de Nueva Zelanda, datado el 13 de octubre de 2017.

Traducción: 

"La Misión de Vanuatu recibe bendición personal del Papa. 

Por intermedio del P. Nély, segundo asistente de Monseñor Fellay, nuestra misión recibió una bendición papal personal del Papa Francisco. La bendición papal dice: Su Santidad Francisco concede, con el corazón abierto, la bendición apostólica al Párroco de la comunidad de la Parroquia de Saint Raphael, Vunapisu, South Santo, Vanuatu; implorando abundantes gracias y la protección de la Santísima Virgen María.

El P. Bochkoltz y el jefe de la villa de Vunapisu colocando la bendición papal en la puerta de la capilla de la villa."








VER EL BOLETÍN COMPLETO ACÁ



COMENTARIO ELEISON Número DXLI (541) - 25 de noviembre de 2017

¿Cómo Discernir? – II
¿Cómo puedo luchar contra un enemigo fuerte y peligroso,
Cuándo la primera cosa acerca de él no la conozco?
Después de la primera pregunta de Joseph respecto a la confusión en la Iglesia en general (cf. estos “Comentarios” de la semana pasada), su segunda pregunta es respecto a la Fraternidad San Pio X en particular. Hela aquí:—
Usted escribió la semana pasada que juzgado por sus frutos, el Vaticano II no fue Católico, mientras que Mons. Lefebvre lo fue. Sin embargo, en la Fraternidad San Pio X que él fundó, parece haberse levantado una nueva manera de pensar que uno puede articular en una serie de proposiciones. Por ejemplo –
1 Por mal que se comporten el Papa y los obispos, siguen siendo las autoridades válidas de la Iglesia.
2. El Papa Francisco puede ser un modernista, pero él todavía tiene el poder de traer a la FSSPX de vuelta a la Iglesia.
3 No todos los obispos Conciliares son malos. Ellos pueden tener las reacciones Cristianas, mostrar conciencia de la crisis de la Iglesia, defender la moral en público, llamar por el respeto de Dios en la liturgia, mostrar devoción a la Santísima Virgen María, etc.
4 Un acuerdo con Roma puede ser contemplado mientras seamos “aceptados como somos”.
5 Somos culpables si rechazamos sistemáticamente cualquier acuerdo de cualquier tipo con Roma.
6 Es más útil hablar de la piedad de Mons. Lefebvre que de su oposición al Concilio.
7 Es mejor estar en buenos términos con la FSSPX que estar en malos términos con ella debido a unas opiniones falibles.
8 Los Conciliaristas son indisciplinados y desobedientes. Los miembros de la FSSPX deben ser disciplinados y obedientes.
En conclusión, dada la complejidad de la situación en que los Católicos se encuentran actualmente, ¿pueden los miembros o seguidores de la Fraternidad ser culpados por pensar en consonancia con estas proposiciones?
Respuesta, todo depende de cuánto sepan esos miembros o seguidores. Por ejemplo, los más antiguos miembros de la FSSPX sabían que el Concilio era una nueva religión, y que por lo tanto la oposición de Mons. Lefebvre a éste era una cuestión de fe, intrínsecamente más importante que la piedad, porque ¿cómo puede haber piedad sin la fe? Estos veteranos de la Fraternidad tienen mucha culpa (a menos y hasta que finalmente reaccionen públicamente), porque ellos están permitiendo que lo que Joseph arriba llama “una nueva manera de pensar” tome la Fraternidad del Arzobispo, de manera que los jóvenes de la Fraternidad tienen mucha menos oportunidad de impregnarse de lo malo que hay con las ocho proposiciones citadas. Una nueva generación de sacerdotes de la Fraternidad es tan pía como uno pudiera desear, pero (siempre con excepciones) no tiene idea en cuanto a la crisis que ahora está devastando la Iglesia por más de medio siglo.
1 Verdadero, el Papa y los obispos, de acuerdo a las apariencias, paren ser las autoridades válidas de la Iglesia, pero su comportamiento en cuanto a la Fe es tan malo, que muchos Católicos serios cuestionan tal validez.
2 ¿A cuál Iglesia traería el Papa a la Neo-fraternidad? ¿A la Neo-iglesia? “Ellos me expulsaron de la Neo-iglesia”, decía el Arzobispo “excomulgado” – “¿y qué? Yo nunca pertenecí a ella”.
3 De hecho no todos los obispos Conciliares son malos, pero ellos son casi todos modernistas, lo que significa que muchos de ellos han perdido su fe Católica sin siquiera darse cuenta. El hombre moderno es tan corrupto, que cuando su Fe Católica se hace para adaptarse a su modernidad, ni siquiera se da cuenta de que ya no es Católico.
4 “Aceptados como somos” fue para la FSSPX una cosa en, digamos, 1987. ¡Es completamente otra cosa en 2017!
5 Si tan solo Roma volviera a la verdadera Fe, ya no habría más necesidad de acuerdo.
6 Gracias a Dios también por la piedad del Arzobispo, pero de lejos su cualidad más importante era su fe.
7 ¿“Opiniones falibles”? ¡Existe algo llamado verdad! ¿Alguien de importancia en la Neo-fraternidad ha estudiado realmente los documentos del Vaticano II? ¿Niega que éstos representan una nueva religión?
8 ¿Los miembros de la FSSPX deben ser obedientes a qué? ¿A la nueva religión Conciliar centrada en el hombre?
El problema con todas estas proposiciones es que la SSPX nació en medio de la gran guerra que libra el mundo moderno contra Dios, pero desde la muerte del Arzobispo en 1991, sus líderes han perdido toda la comprensión efectiva sobre quien está librando esa guerra, y cómo y por qué. ¡Joseph, lea “Pascendi”, una y otra vez, hasta que lo haya comprendido completamente!
Kyrie eleison.

sábado, 25 de noviembre de 2017

ESTATUTOS DE LA SAJM







Fuente: SITIO OFICIAL DE LA SAJM (el texto que publicamos acá es la traducción del original en francés)



ESTATUTOS DE LA SOCIEDAD SACERDOTAL DE LOS APÓSTOLES DE JESÚS Y MARÍA


PREFACIO


Después de varios meses de estudio, estamos en condiciones de promulgar los estatutos definitivos de la SAJM.

Los estatutos de la SAJM pretenden conservar intacto el espíritu de los estatutos dados por Monseñor Lefebvre a la FSSPX. También pretenden conservar la letra de esos estatutos en la medida de lo posible y atendiendo a las circunstancias presentes.

Así, ciertas partes de los estatutos de la FSSPX han debido ser suprimidas por resultar anacrónicas, como las relativas a determinadas coordinaciones con el clero diocesano (Cap. III, n° 5; Cap. IV, n° 1 y n° 2).

También nos hemos visto en la necesidad de agregar algunas normas tendientes a proteger a la nueva congregación del peligro de desviación hacia izquierda o derecha, como la que prohíbe absolutamente un acuerdo con la Roma liberal y modernista (Cap. II, n° 5), o como las normas sobre destitución del Superior General (Cap. V, n°11). Hay que tener en cuenta que si en los estatutos de la FSSPX hubieran existido disposiciones como éstas, posiblemente se podría haber evitado que la Fraternidad incurriera en la grave desviación de la que hoy somos testigos. 

Dado que no existen en los estatutos de la FSSPX, hemos debido agregar reglas sobre reforma de los estatutos (Cap. IX). 

Finalmente, los estatutos contienen diversas disposiciones transitorias, cuya necesidad se deriva de las circunstancias propias de una congregación que está en proceso de formación y que no puede depender de unas autoridades romanas que se esfuerzan por destruir la Iglesia.

La Iglesia Católica es jerárquica y monárquica por institución divina. Esto no podrá cambiar jamás, por profunda que sean las crisis por las que ella atreviese en la historia. Por eso, esas dos propiedades deben ser conservadas en todas las congregaciones verdaderamente católicas, sin caer en la tentación de atenuarlas por temor a que, abusando de ellas, los superiores desvíen a las congregaciones, como vemos que sucede hoy en la FSSPX. No es lícito innovar a este respecto, ni menos al modo de los liberales, esto es, debilitando el principio de autoridad.

Que estos estatutos ayuden a los miembros a ser fieles discípulos de Jesús y María. En S. Jn. XVII, 17, Nuestro Señor dirige esta súplica a su Padre por sus discípulos: « Sanctifica eos in Veritate. Sermo tuus Veritas est ». Él nos enseña que la caridad viene del conocimiento de la Fe verdadera: la vida eterna, sobrenatural, comienza aquí abajo por el conocimiento del Padre y del Hijo -obra del Espíritu Santo- que se vuelve vida divina en el alma de los creyentes que vienen a ser “partícipes de la naturaleza divina” (II Pe I, 4). 

« Euntes ergo docete omnes gentes » (Mt XXVII, 19)


+Christian Jean Michel Faure

Avrillé, 21 de noviembre de 2017, en la fiesta de la Presentación de la Sma. Virgen María.

jueves, 23 de noviembre de 2017

NUEVA CARTA DE MONS. FELLAY A LOS AMIGOS Y BENEFACTORES: LA AMBIGÜEDAD DE SIEMPRE





CARTA A LOS AMIGOS Y BIENHECHORES N° 88

Fuente (comentarios de NP en color rojo)

Queridos Amigos y Bienhechores:

En este mes de octubre de 2017, han coincidido tres aniversarios que determinaron el curso de la historia de los hombres y de la Iglesia: la rebelión de Lutero, la revolución bolchevique y el milagro de Fátima.

Hace quinientos años, el 31 de octubre de 1517, Martín Lutero empezó su rebelión contra la Iglesia católica. Hace también cien años, el 7 de noviembre, estalló la revolución en Rusia, que, según el calendario juliano, recibió el nombre de «revolución de Octubre».

Y hace también cien años, unos días antes, el 13 de octubre, el Corazón Inmaculado selló con un milagro espectacular su mensaje, anunciando los grandes acontecimientos futuros de la Iglesia y del mundo, de los cuales algunos ya forman parte del pasado, como la Segunda Guerra Mundial, y otros aún no han llegado, como el triunfo del Corazón Inmaculado y la conversión de Rusia.

La reforma que lanzó Lutero apareció en un primer momento como un acontecimiento religioso. Y, desde luego, el heresiarca alemán trastocó en sus fundamentos a la católica, atacando el papado, la gracia, la Santa Misa, el sacerdocio, la Sagrada Eucaristía… La fe y los medios que Dios ha otorgado a los hombres para que alcancen su salvación eterna fueron rechazados o profundamente falsificados.

Pero dados los vínculos innegables entre el orden sobrenatural de la Iglesia y de la gracia, por una parte, y el orden temporal de los gobiernos humanos y de la sociedad civil, por otra, muy pronto la rebelión contra la Iglesia se extendió a la sociedad humana, dividiendo a Europa hasta el día de hoy, abriendo siglos de persecución contra la Iglesia en los países reformados, y marcando a toda Europa con terribles guerras, de las cuales la más dolorosa fue la guerra de los Treinta Años. Realmente nuestra incomprensión es total cuando actualmente estamos viendo que algunos prelados católicos celebran e incluso festejan este acontecimiento tan triste y tan espantoso para la cristiandad. [“algunos prelados católicos”, empezando por el primero de todos: el Papa. ¿Por qué Mons. Fellay no lo nombra? ¿De qué tiene miedo el Superior general?]

La rebelión de Lutero estriba sobre un principio que constituye como la base del pensamiento moderno y que gobierna a toda la sociedad contemporánea, que pretende ser liberal o socialo-comunista. Este principio apunta a liberar a los hombres de la dependencia de Dios y del orden establecido por Él, tanto a nivel natural como a nivel sobrenatural.

No obstante, en lo más profundo de la naturaleza del hombre se encuentra la realidad ontológica de una dependencia total con relación a su Creador, dependencia total porque no existe ningún ámbito del que pueda sustraerse al ser humano. La propia noción de creación lo indica claramente. Y desde el punto de vista de la criatura, esta dependencia objetiva genera inmediatamente el deber de sumisión igualmente absoluto hacia su Creador, que es Dios. Esta sumisión se extiende a muchas más cosas de las que al hombre le parecen su expresión más común: obediencia a los mandamientos de Dios y obediencia moral, pues se extiende también al orden de la inteligencia, es decir, a nuestro conocimiento. Se trata de la sumisión de nuestra razón a la realidad que se nos impone, de tal manera que la definición exacta de la verdad es «la adhesión de la inteligencia a la realidad», o sea, a la realidad objetiva. El ámbito de la fe sigue el mismo camino, aunque ahí la razón de esta sumisión sea diferente. Cuando nuestra razón natural se somete a la luz de la evidencia, la luz sobrenatural se somete a la autoridad de Dios, Verdad que se revela sin engañarse ni engañarnos, como decimos en el acto de fe.

Mediante el principio del libre examen, Lutero hizo explotar en pedazos esta sumisión. Y desde entonces, la gran palabra que resuena en el universo es este grito: «libertad»; pero que, de hecho, es la rebelión contra Dios y contra el orden de las cosas querido por Dios. Esta libertad moderna adula al alma caída luego del pecado original, y constituye la tentación de la época actual y es una ilusión. Es un sueño quimérico, el mismo que inspiraba el pecado del arcángel Lucifer, y tras él, de todo pecado. Esta supuesta liberación acaba mal, y, finalmente, no tiene nada que ver con la auténtica libertad, pues el hombre no ha sido creado libre para rebelarse contra Dios, su último fin y su bien supremo, sino para que él mismo elija los medios que lo conducen a Dios y para hacer que de este modo se le vuelva meritorio el alcanzar la bienaventuranza eterna que Dios omnipotente quiere compartir con sus criaturas.

¡Qué pocos son los hombres de hoy que, al estar sumergidos en esta atmósfera liberal, comprendan esas verdades fundamentales! [Monseñor: si usted realmente entendiera qué es el liberalismo, no pretendería ponerse usted mismo y a la FSSPX bajo el poder de los liberales]

Los excesos inevitables del liberalismo, llevado hasta el extremo de su lógica, ya se trate de la anarquía o de la tiranía del poder material, lo mismo que los del socialo-comunismo, cuyos horribles desbordamientos han marcado trágicamente el siglo XX, para por lo menos doscientos cincuenta millones de muertos, no parecen hacer reflexionar a nuestros contemporáneos. [Ni a Mons. Fellay parece hacerle reflexionar la aún mayor maldad del “Vaticano II con sus miles de millones de víctimas espirituales” (Declaración de los Obispos de la Resistencia en el Centenario de Fátima)]

La revolución rusa parte de esta rebelión contra el yugo del poder temporal, pero su origen no es ruso, sino que lo encontramos en la Europa del oeste. Karl Marx era alemán, y, según algunos historiadores, Rusia fue el terreno de aplicación de los principios elaborados por el alemán Marx, con el soporte financiero de los ámbitos de negocios occidentales. [¿Una expresión eufemística para evitar decir “judíos”? ¿Mons. Fellay teme a los judíos? Pero hay un Obispo ordenado por Mons. Lefebvre no tiene miedo a los judíos, y por eso -y por rechazar el acuerdo traidor- Mons. Fellay lo expulsó de la Fraternidad] No obstante, la revolución atacó muy rápidamente a la religión. Y el comunismo siempre ha visto en la Iglesia Católica, más que en ninguna otra cosa, un enemigo que ha jurado destruir, si fuera posible. Del comunismo han venido la mayor parte de las persecuciones contra la Iglesia, que aún duran, como en China, en Corea del norte o en Vietnam.

Todo esto se anunció en Fátima, donde nuestra Señora pidió actos muy sencillos a las autoridades religiosas y a todos los cristianos, para conjurar las desgracias que amenazan con abatirse sobre la tierra: la devoción a su Corazón Inmaculado, los cinco primeros sábados de mes en reparación de los ultrajes hechos a la Madre de Dios, y la consagración de Rusia. [Noten los lectores la evolución -¿o doble lenguaje?- del pensamiento de Mons. Fellay sobre Fátima, si comparan lo que dice en esta carta con lo que dijo en otras ocasiones]

Llama la atención la aparente desproporción de los medios que propone el Cielo para remediar a los males de la humanidad, frente al destino dramático de las naciones en este momento de la historia de la humanidad. Pero Dios omnipotente, infinitamente por encima de la agitación humana, no necesita en modo alguno los medios humanos. Una sola palabra le basta para crear el universo, regenerarlo y salvarlo. Pero tal cosa no se ha de realizar sino a través de los hombres que reconozcan finalmente su soberanía. «La guerra va a terminar, pero si se no deja de ofender a Dios, en el pontificado de Pío XI empezará otra guerra peor». «Si se escuchan mis ruegos, Rusia se convertirá y vendrá la paz; si no, difundirá sus errores a través del mundo, provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia». La paz del mundo –y de la Iglesia– está vinculada a la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado de María. Según un testimonio indudable que me han referido personalmente, sor Lucía, poco antes de morir, le dijo a un sacerdote que «la consagración de Rusia SE REALIZARÁ, pero será algo muy difícil».

Llegará el triunfo del Corazón Inmaculado de María, cosa de la cual no tenemos ninguna duda, pero por el momento la lucha está causando estragos, y ahora incluso al interior Iglesia. Los pilares de nuestra fe que parecían inquebrantables están temblando desde sus cimientos; algunos obispos y cardenales superan incluso a su nuevo maestro, Lutero, de cuya rebelión celebran este año el aniversario. [¿Por qué Mons. Fellay omite una vez más la mención clara y directa del demoledor Francisco? ¿Por qué no menciona ni una sola vez en esta carta el fatídico Vaticano II?] Y son muy pocos los que defienden la verdad revelada. La Voz de la que todo depende la Iglesia que está en la tierra [si esa “Voz” es Francisco, ¿por qué teme escribir ese nombre? ¿Qué puede perder Mons. Fellay si critica viril, clara y directamente a este Papa nefasto? Adivinen…], calla resueltamente [¡Falsísimo! Si Francisco callara, haría menos mal que el que causa con sus constantes palabras y acciones increíblemente escandalosas], dejando que las tinieblas de la confusión doctrinal y moral invadan la Ciudad de Dios [no es, entonces, sólo o principalmente por sus silencios u omisiones que el Papa Francisco trabaja en la destrucción de la Iglesia. Por otro lado, ha sido Mons. Fellay el que, en estos años, ha colaborado a la demolición de la Iglesia y a la destrucción de la obra de Mons. Lefebvre, mediante los silencios con los que ha intentado congraciarse con Roma apóstata].

El 29 de junio de 1972 Pablo VI ya había observado que «el humo de Satanás se [había] introducido por alguna rendija en el templo de Dios». Hoy ya no se trata sólo de una fumarola, sino del espeso humo de una erupción volcánica. Como ya afirmaba San Pío X: «Es indudable que quien considere todo esto tendrá que admitir de plano que esta perversión de las almas es como una muestra, como el prólogo de los males que debemos esperar en el fin de los tiempos; o incluso pensará que ya habita en este mundo “el hijo de la perdición” de quien habla el Apóstol» (encíclica E Supremi Apostolatus del 4 de octubre de 1903). ¿Qué decir, pues, cien años más tarde, viendo que la Iglesia se va disgregando poco a poco? Se nos hiela la sangre [El miedo hiela la sangre. No hay en Mons. Fellay una santa ira que haga hervir su sangre ante los escándalos del abominable Francisco] cuando oímos a esta misma Voz que, hablando de la justificación, durante la conferencia de prensa en el avión de regreso de Armenia, el 26 de junio de 2016, dice que Lutero no se había equivocado sobre este punto: «Creo que las intenciones de Martín Lutero no eran erróneas: era un reformador. (…) Y hoy, luteranos y católicos, junto con todos los protestantes, estamos de acuerdo sobre la doctrina de la justificación: sobre este punto tan importante, él (Lutero) no se había equivocado» [Nosotros podríamos decir que “se nos hiela la sangre cuando oímos a esta misma voz”, supuestamente tradicionalista, decir cosas como estas: "El papa Francisco tiene una fe profunda". "Es prudente". "Quiere poner orden". "En sus sermones, vemos que tiene la fe”. "Nuestro querido Santo Padre... no se puede poner en una u otra categoría pues se equivocarían, es tan impredecible...  Le dieron el libro de la vida del Arzobispo, el grande, el gordo, ¡Él lo leyó dos veces! No se hace eso si no se tiene interés. Entonces estaba interesado en su vida. Y debo decir: yo creo que [nos] tiene simpatía... Yo diría que está de nuestro lado" (entre otras entradas, ver acá y acá)]

Por ello, para la Fraternidad San Pío X y para ustedes, queridos fieles, nuestra línea de conducta no es sino la de continuar lo que siempre ha hecho la Iglesia, pase lo que pase. El camino de la verdad que en todos los tiempos ha hecho santos seguirá siendo siempre el camino seguro del Cielo, el de los Evangelios, a imitación de nuestro Señor y nuestra Señora. Tomamos los medios indicados por el Cielo, con la certeza de que no podemos hacer nada mejor. Nuestra cruzada del Rosario terminó oficialmente el pasado 22 de agosto, pero les suplicamos y pedimos a ustedes encarecidamente que mantengan las buenas costumbres que ya han adquirido: la oración del Rosario y los pequeños sacrificios, que son tan agradables a Dios y que tienen poder para de salvar a las almas eternamente, ¡siempre y cuando vayan acompañados con un granito de amor a Dios!

Al final de este año en que celebramos el centenario de las apariciones de Fátima, no olvidemos las enseñanzas y las peticiones de María, siempre Virgen y Madre de Dios. Según sus propias palabras, su Corazón será nuestro refugio y el camino que nos lleve a Dios. Vivimos con esta esperanza, sin desalentarnos por los acontecimientos terribles que nos rodean, muy conscientes de que todos nosotros podemos y debemos hacer mucho bien a nuestros contemporáneos al conservar fielmente los tesoros de la Tradición.

Les agradezco a ustedes por su generosidad incansable. Que Dios les retribuya con gracias y los bendiga, a la espera del triunfo del Corazón Inmaculado de María.

Menzingen, 21 de noviembre de 2017, festividad de la Presentación de la Santísima Virgen

+ Bernard Fellay,
Superior General

miércoles, 22 de noviembre de 2017

DECLARACIÓN DE LOS OBISPOS DE LA RESISTENCIA EN EL CENTENARIO DE LAS APARICIONES DE NUESTRA SEÑORA EN FÁTIMA



[Español-English] 

El año 2017, tanto la Iglesia como el mundo están inmersos en una crisis sin precedentes en toda la historia humana, una crisis reconocida por mucha gente, pero bien comprendida por muy pocos, porque la Iglesia Católica, que es la luz del mundo, ha estado en tinieblas desde el Concilio Vaticano Segundo (1962-1965).
La crisis se se origina hace por lo menos 500 años, cuando Martín Lutero dividió la Cristiandad con su falsa “Reforma”, haciendo posible la organización, doscientos años más tarde, de la Masonería y de la falsa religión del Liberalismo, que se disparó en la Revolución Francesa de 1789, diseñada, por su Libertad, Igualdad y Fraternidad, para derribar el trono y el altar, y por sus “derechos humanos”, para suplantar los derechos de Dios. Tan exitoso fue el Protestantismo y el Liberalismo en remodelar las mentes de los hombres, que, a pesar de la admirable acción de retaguardia de la Iglesia durante el siglo XIX, en 1917, otros 200 años más tarde, estalló en Rusia la Revolución Comunista que se esforzó por abolir a Dios completamente, y todo rastro de Él sobre la tierra.
Sin embargo, sólo unos meses antes de en Rusia se diera este gigantesco paso hacia el Nuevo Orden Mundial sin Dios, destinado a apoderarse del mundo entero por los mismos enemigos de Dios que promovieron el Protestantismo y fabricaron la Masonería; Él intervino. A través de Su Madre, que se apareció aquí en Fátima a tres niños pastores, Dios prometió a su única Iglesia, la Iglesia Católica, un remedio por el cual sus hombres de Iglesia, en cualquier tiempo que escogieran desde ese momento, podrían hacer retroceder la apostasía mundial y obtener un período de paz para toda la humanidad antes del fin del mundo.
El doble remedio presentado por la Madre de Dios a través de la hermana Lucía de Fátima en la década de 1920, era muy simple. Todo lo que el Papa Católico tenía que hacer era convocar a los obispos para que, unidos a él, consagraran Rusia (no el mundo) al Corazón Inmaculado de María. Y todo lo que los sacerdotes católicos y los laicos tenían que hacer, era, cada primer sábado de mes, confesarse, recibir la Comunión, recitar cinco de los quince Misterios del Santo Rosario, y meditar por 15 minutos sobre cualquiera de los quince Misterios. Ciertamente tales acciones no son mucho pedir a los católicos, pero desde la década de 1920, la crisis en la Iglesia y en el mundo ha empeorado desde que Nuestra Señora se apareció a los niños en Fátima.
Así que en el mundo estalló, en 1939, la Segunda Guerra Mundial con sus 66 millones de víctimas, y en la Iglesia -mucho peor- comenzó, en 1962, el Concilio Vaticano II con sus miles de millones de víctimas espirituales, llegando desde la confusión esquizofrénica a la pura pérdida de esta Fe, que es la única que puede salvar a las almas en la eternidad. Para oponerse a estos desastres, en 1970 un verdadero gran hombre de Dios, Mons. Lefebvre, fundó una congregación católica clásica para formar verdaderos sacerdotes; pero, desde hace varios años, sus propios sucesores a la cabeza de su Sociedad de San Pío X, han estado haciendo repetidos intentos para someter a todos los sacerdotes de la Sociedad al control de los conciliares. ¡Qué triste ejemplo de la corrupción del hombre moderno por el liberalismo!
Sin duda, muchos Cardenales, obispos, sacerdotes y laicos católicos, provenientes de todos los ámbitos de la Iglesia Católica, aunque confundidos por culpa de las autoridades criminales de la Iglesia conciliar, tienen alguna noción de que Nuestra Señora de Fátima tenía razón, de que Mons. Lefebvre tenía razón, y de que el Vaticano II estaba equivocado; pero millones de católicos están demasiado paralizados por la falsa obediencia como para sentirse capaces de actuar. Sin embargo, los cuatro obispos católicos signatarios se declaran dispuestos a ayudar lo mejor que puedan a estos católicos para mantener la fe, y, en particular, para alentarlos a prestar atención a Nuestra Señora de Fátima, practicando la devoción de los primeros sábados, y luchando por la consagración de Rusia al Corazón Inmaculado.
Sólo así la Iglesia el mundo pueden apartarse de su desastroso camino actual. Sólo así puede su Amado y Divino Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, estará de nuevo en su legítimo puesto de cabeza de TODAS LAS NACIONES.
Fátima, Fiesta de la Realeza Universal de Nuestro Señor Jesucristo, 2017.

+ Jean-Michel Faure
+ Dom Tomás de Aquino
+ Richard Williamson
+ Gerardo Zendejas


lunes, 20 de noviembre de 2017

COMENTARIO ELEISON Número DXL (540) - 18 de noviembre de 2017

¿Cómo Discernir? – I
Cuando es buena la intención de los hombres, ¿cómo distinguir el bien del mal?
Observando dónde los frutos verdaderamente buenos están.
Un joven inteligente plantea una buena pregunta acerca de la crisis en la Iglesia, y otra buena pregunta acerca de la crisis en la Fraternidad San Pio X. He aquí cómo Joseph enmarca su primera pregunta:—
Por un lado la crisis Conciliar fue una en una serie de crisis que afligen a la Iglesia, como el Protestantismo, Liberalismo y las Revoluciones, con dos Guerras Mundiales, y por lo tanto unos errores se abrieron paso en el Concilio, los cuales fueron condenados por la Iglesia antes del Vaticano II. Y después del Concilio sus novedades fueron aplaudidas por los enemigos clásicos de la Iglesia, como los Masones y los Socialistas, mientras que el espíritu misionero de la Iglesia fue claramente extinguido. Por el otro lado, las ideas del Concilio son obra de hombres de Iglesia altamente inteligentes y supuestamente católicos, y no se puede decir todo el tiempo que el Papa no es Papa, o que la mayoría de los Obispos modernistas son consagrados inválidamente. Por lo tanto ¿se puede decir que la crisis Conciliar involucra áreas de sombra que aún dificultan ver claro? Y si no podemos llegar a conclusiones definitivas, ¿podemos estar seguros que estamos manteniendo la verdadera Fe?
La mejor respuesta viene de Nuestro Señor mismo, hablando en el Sermón de la Montaña (Mat. VII), “Por sus frutos los conoceréis”. Obviamente Nuestro Señor sabía que habría constantes ataques a Su Iglesia con repetidos intentos del Demonio de sembrar confusión en las mentes de Sus seguidores. Es verdad que la confusión que siguió al Vaticano II no es diferente en cuanto a su tipo de otras crisis previas en la historia de la Iglesia, pero si por la defección de los hombres de Iglesia en el Vaticano II la confusión actual es sin precedentes en cuanto a su grado – nunca antes la masa de pastores Católicos han estado tan perdidos, y por lo tanto tampoco el rebaño Católico.
Sin embargo, para encontrar la salida a la confusión, el mismo principio infalible todavía se aplica: las acciones hablan más fuerte que las palabras, y los frutos de las acciones del hombre son la guía más segura para saber quién es, y lo que realmente se propone. Especialmente en el caso del modernismo un hombre puede estarse engañando a sí mismo en cuanto a lo que quiere o se propone, porque nadie está más profundamente separado de la realidad como un modernista. “El fin del mundo estará caracterizado por el hombre que hace el mal pensando que hace el bien”, dijo el P. Frederick Faber a mediados del siglo 19. En el siglo 21 estamos en el mal final de este largo proceso de siglos de la humanidad engañándose a sí misma para apartarse de Dios. Entonces ¿dejaría a Dios a su rebaño sin defensa contra estos inusitados lobos en piel de oveja como son los modernistas? No, porque juzgar por los frutos es algo que todos pueden hacer, con un mínimo de sentido común y voluntad recta.
Por lo tanto, Joseph, usted observa que las autoridades de la Iglesia actual son hombres altamente inteligentes y supuestamente Católicos, y usted bastante razonablemente asume que ellos son las autoridades válidas de la Iglesia, porque incluso si usted sabe que sus frutos son tan poco Católicos como para hacer que muchos Católicos disputen tal validez, no obstante ¿ quién más está allí que esté autorizado para hablar y actuar por la Iglesia Universal? Pero al mismo tiempo usted observa que sus ideas están alineadas con graves errores anticatólicos del pasado, y que ellos son ahora aplaudidos por los clásicos enemigos de la Iglesia, como los masones. Argumentos de un lado y del otro. Dudas y sombras. ¿Cómo se resuelve la confusión?
Respuesta, por su propia detenida observación de que el espíritu misionero ha desaparecido de la Iglesia desde el Vaticano II. Aquí están los frutos. El Concilio pre dicó el ecumenismo ( Unitatis Redintegratio ), la libertad religiosa ( Dignitatis Humanae ) y la aceptabilidad relativa de las falsas religiones como el Hinduismo, Islam y Judaísmo ( Nostra Aetate ) –¿cómo podría no colapsar el espíritu misionero Católico después del Concilio? Y no se han vaciado y cerrado también incontables monasterios, seminarios, conventos, diócesis y parroquias desde el Vaticano II? ¿Se abrieron nuevos en cualquier lugar? Sí, en todo el mundo bajo el liderazgo del Obispo Católico quien desde el principio repudió abiertamente el Concilio y todas sus obras, Mons. Lefebvre. Aquí estaban los mismos buenos frutos de los mismos principios Católicos, aplicados fielmente en desafío al Concilio Vaticano II. Joseph, usted no necesita buscar más.
Kyrie eleison.

viernes, 17 de noviembre de 2017

CARTA ABIERTA [FICTICIA] A MONS. FELLAY



"Su Excelencia está en estado de complicidad abierta con nuestros enemigos, porque Su Excelencia no los percibe como tales, sino como amigos".


FUENTE
Habiendo leído la carta subversiva de Mons. Fellay en el Cor Unum de junio de 2017, notamos que no hubo ni una sola voz de oposición por parte de los más de 600 sacerdotes de la FSSPX en todo el mundo. Tan reciente como seis años atrás, esta carta habría causado tal tormenta dentro de la Fraternidad, que la supervivencia de Mons. Fellay en el próximo Capítulo General hubiera sido puesta en peligro.
Pero hoy en día, ni una sola palabra.
¡Esos días pareces distantes!
Por lo tanto, Sodalitium Pianum tomó la carga de crear una respuesta ficticia que hubiera debido provenir del clero de la FSSPX en mejores días.

Carta abierta a Mons. Fellay de todos los Sacerdotes y Obispos de la FSSPX
Junio de 2017

Excelencia Reverendísima,
Usted comprenderá que estamos escandalizados por la reciente carta que nos envió en el número de junio de 2017 del Cor Unum, la cual es subversiva respecto de la seguridad de nuestro apostolado y de nuestra fidelidad a la Fe Católica.
Su carta comienza notando “algunos problemas que han surgido en nuestra Fraternidad en los meses recientes”, pero al reconocer esto, usted no ve la causa sino solamente el efecto (es decir, los “problemas” de los cuales usted mismo es la causa). Aparentemente, usted administra una aspirina para suavizar los síntomas, en lugar de dirigirse a la enfermedad que los produce.
Al recordarnos que los estatutos reservan las relaciones con Roma al Superior General, vemos en ello una medida de control diseñada para extinguir cualquier oposición al ralliement. Nosotros recordamos que antes del ralliement se volviera público, los sacerdotes de la Fraternidad escribían y hablaban regularmente del asunto de las relaciones con Roma, sin oposición de Menzingen o de las casas de Distrito en su mayoría. Obviamente, usted no quiere una voz contraria que señale su traición, así que recurre a esta regla. Pero ya que la virtud moral de la obediencia está subordinada a la virtud teologal de la fe, nosotros tranquilamente ignoramos su evocación a esta regla, y ejecutamos nuestro deber de pastorear a los fieles recordándoles desde los púlpitos, desde los boletines, desde las conferencias y artículos, por qué firmar un acuerdo con la Roma no convertida, pondrá en peligro sus almas.
¿Qué locura lo ha poseído, que Su Excelencia ha perdido de vista el claro y actual peligro para la Fe en Roma? Solamente un loco estaría persuadido (como su carta espera que nosotros estemos), que hay un nuevo clima en Roma, el cual de algún modo quiere a la Tradición (¿incluso si la persigue?).
En relación con las recientes cartas de nuestros cofrades en Francia, estamos bastante perplejos -y furiosos- de que nos recuerde la declaración del Capítulo General del 2006 que “previó entre los motivos de expulsión de la Fraternidad la rebelión y la difusión pública de un desacuerdo con la autoridad”. El P. Rioult “sacó a la luz” sus negociaciones secretas con Roma, y el acuerdo de “proceder por etapas hacia el acuerdo práctico” con los modernistas, y no podemos más que preguntarnos si esta norma del 2006 al cual usted se refiere, fue tal vez una de estas “preparaciones” (diseñadas para suavizar la oposición llegado el tiempo en que usted mostraría sus verdaderas intenciones subversivas).
Pero por la admonición de Su Excelencia, nosotros tomamos su advertencia seriamente, y reconocemos que aquellos que poseen la fortaleza de oponerse a esta reorientación traidora están muy probablemente expuestos al peligro de expulsión: Su Excelencia ha recurrido rápidamente a esta táctica (de la cual se alegró el P. Pfluger, tomándola como una “purificación” de la FSSPX, en su conferencia en Flavigny para los Hermanos). Comprendemos perfectamente que debe liberar a nuestra Fraternidad de oposiciones antes de que Roma acepte su firma. Esto es de sentido común.
¡Pero el cielo no permita que seamos cobardes bajo la apariencia de prudentes u obedientes, mientras nuestras ovejas son guiadas por ustedes al matadero romano!
Usted nos dice que solamente estamos imaginando que defendemos a la Tradición. Sin embargo, ¡cuán exactamentev nuestras observaciones con respecto al ralliement coincidieron con las de Su Excelencia, en la Carta n°63!
¡Talleyrand!
Usted pretende que es nuestra oposición la que debilita a la Fraternidad al fracturar su unidad, en lugar de la reorientación que usted ha dado a ella en preparación a la Prelatura. ¡Repugnante deshonestidad! ¿No fue Su Excelencia quien le explicó a Benedicto XVI (modernista) que usted estaba dispuesto a soportar una fuerte oposición y división en aras de llegar a un acuerdo práctico, cuando usted inquirió una explicación por el rechazo de Roma en el último minuto de la Declaración que usted firmó?
USTED es la causa de la desunión en la Fraternidad, como consecuencia de haber abandonado la vía prudente de Monseñor Lefebvre (y todos sabemos cómo terminará).
No ha pasado desapercibido, sin embargo, este enfoque que Su Excelencia tiene acerca de la unidad por sobre la doctrina (un sello distintivo de la iglesia conciliar en la cual usted ya está disolviendo nuestra Fraternidad). Pero esto no nos sorprende: El obispo que usted expulsó para facilitar su traición, ya había observado que “la crisis de la FSSPX se asemeja en todos los aspectos a la crisis en la Iglesia después del Vaticano II”. Una respuesta por separado podría rastrear todas las similitudes, ¿pero con qué finalidad? Su Excelencia ya ha declarado a Roma su determinación para seguir adelante, a pesar de la ruptura que eso cause en la Fraternidad.
Y con todo, ¿usted se atreve a darnos lecciones sobre alterar la unidad en nuestra Fraternidad?
Su Excelencia nos perdonará entonces, pero sonreímos ante su hipócrita afirmación de que “no se puede utilizar un medio malo e ilícito sin causar un daño al bien común”, lo cual más bien tiende a condenar a Su Excelencia y no a nosotros.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

VOZ DE FÁTIMA, VOZ DE DIOS N ° 37


4 de noviembre de 2017
" Vox túrturis auditorías se muelen en nostra"       
(Cant. II, 12)

En la fiesta de Cristo Rey, el 29 de octubre de este año, entre 150 y 200 peregrinos asistieron a la misa de monseñor Williamson en Fátima. Al final de ella, los cuatro obispos de la Resistencia consagramos a Rusia al Inmaculado Corazón de María, haciendo lo que está a nuestro alcance para atender a los pedidos de Nuestra Señora.

Consagrar a Rusia al Inmaculado Corazón es pedir la gracia del retorno, al seno de la Iglesia, de esta nación que se separó de ella por el cisma. Si Nuestra Señora dijo que en Portugal se conservará siempre el dogma de la fe, esta consagración debe tener el efecto de reconducir a Rusia al dogma de la fe. En efecto, el cisma, al alejar a una nación de la Iglesia, la aleja también del Magisterio y, por tanto, de la fe.

Que este pequeño esfuerzo hecho en pro de la conversión de Rusia nos merezca la gracia de guardar el dogma de la fe en nuestras almas y de colaborar para el triunfo de la Iglesia, no sólo sobre el cisma del oriente, sino también y sobre todo, sobre el liberalismo y el modernismo que se oponen al reinado de Cristo Rey sobre todos los pueblos.

+ Tomás de Aquino OSB

U.I.O.G.D.

domingo, 12 de noviembre de 2017

COMENTARIO ELEISON N° DXXXIX (539) - 11 de noviembre de 2017

Comentarios Eleison por su Excelencia Richard Williamson

Menzingen Manda

¿La Providencia ha mantenido a la Fraternidad a salvo hasta ahora?
¡Al bloquear ya muchos intentos de unirse con Roma!
De ninguna manera todos los lectores de estos “Comentarios” están a favor de la crítica de las palabras y los hechos del Cuartel General a Menzingen de la Neofraternidad San Pio X. Sin embargo, hay muchos que ven que tal y como Mons. Lefebvre estaba, por el bien de la Iglesia Católica, totalmente justificado para tomar su fructífera posición en contra del derrumbamiento por el Concilio Vaticano II, así uno está totalmente justificado, por la misma salvación de las almas, a criticar en público el deslizamiento de esta Neofraternidad en los brazos de los oficiales de la Roma conciliar. El número de junio del boletín interno de Menzingen para los sacerdotes de la Fraternidad, “Cor Unum”, publicó otra justificación implacable de este deslizamiento. Menzingen es obstinado. Menzingen debe ser corregido en público.
Sigue en bastardilla un resumen fiel de algunos de los argumentos principales, que pueden ser verificados (en francés) en el sitio web Résistance catholique francophone: Cor Unum juin 2017
Monseñor Lefebvre hizo que las relaciones con Roma estén reservadas solamente al Superior General (SG). Esto fue porque él sabía que no podía confiar en que sus propios sacerdotes entendieran la extrema necesidad de la prudencia para tratar con los oficiales Romanos. El actual SG demuestra la razón que tenía.
El Capítulo general de 2006 previó entre los motivos de expulsión de la Fraternidad la rebelión y la difusión pública de un desacuerdo con la autoridad: "Que esta advertencia sea tomada en serio". Fue de esta manera que Paulo VI “expulsó” a Mons. Lefebvre. ¿Sabe Menzingen a quién está imitando? ¿Y los sacerdotes que votaron en 2006, previeron a dónde iba a conducir su autorización para tales expulsiones?
No importa qué tan buenos sean los argumentos en desacuerdo, el desacuerdo público siempre daña el bien común. ¿Dañó Mons. Lefebvre el bien común de la (verdadera) Iglesia por sus dos décadas de desacuerdo? ¡La Verdad es la suprema medida de la autoridad, especialmente en la Iglesia Católica, y no al contrario!
Mons. Lefebvre salvó a la Iglesia al formar sacerdotes de acuerdo a la Tradición Católica. No exactamente. Formar buenos sacerdotes fue su manera de salvar la Fe Católica. Pero ahora los sacerdotes están siendo formados para avenirse con los Romanos Conciliares, lo que los expone a no salvar ni a la Fe ni a la Iglesia.
El Arzobispo siempre reconoció, y quiso que los sacerdotes de la Fraternidad reconocieran, a las autoridades de la Iglesia instituidas, tanto antes como después de que consagrara cuatro obispos en 1988. Sí, pero en 1988, después de que los Romanos demostraron, de una vez por todas, que ellos no cuidarían de la Fe, su actitud hacia ellos cambió radicalmente: “Hasta ahora, diplomacia, pero a partir de ahora la doctrina”, decía, como bien sabe Menzingen, pero Menzingen simplemente no ve la importancia de la doctrina como la veía Mons. Lefebvre.
Exactamente. Los que disienten de Menzingen están convirtiendo en asuntos de Fe unas cuestiones de prudencia. No. Someter a Católicos creyentes a los Romanos Conciliares – mal creyentes hasta no creyentes – es directamente una cuestión de Fe.
¿Pero cómo pueden tales Romanos convertirse si los Católicos creyentes de la Fraternidad se niegan a tener contacto con ellos? ¿Al contrario, cómo pueden los Católicos conservar la Fe si se someten a los modernistas contagiosos, sobre todo si estos son inconcientemente peligrosos?
Pero no todo en la Iglesia oficial de hoy es Conciliar. Esto incluye a conservadores, a quienes agradamos. Pero los conservadores no tienen poder. Todo el poder en Roma está en las manos de los Masones, quienes son enemigos acérrimos e implacables de la Tradició n Católica, de la Iglesia de Nuestro Señor, de Nuestro Señor mismo y de Dios. Y todo en la Iglesia oficial [*] está siendo finalmente tomado en la dirección Conciliar, especialmente por el Papa Francisco.
Kyrie eleison.
_________________________

[*]: La expresión Iglesia oficial designa aquello que en la Iglesia Católica está en "plena comunión" con Roma.