PÁGINAS

viernes, 3 de febrero de 2017

NUEVAS INFORMACIONES SOBRE LA TRAICIÓN Y SUICIDIO DE LA FSSPX - 1 - ENTREVISTA A MONS. POZZO PUBLICADA EL 2 DE FEBRERO

FUENTE

La revista española Vida Nueva publicó ayer 2 de febrero dos entrevistas: una a Mons. Pozzo y otra a Mons. Fellay. 

La primera aclara que, respecto del Vaticano II, la FSSPX finalmente aceptará la trampa de la "hermenéutica de la continuidad". Conforme a esta triquiñuela falaz, el concilio se vuelve aceptable si se lo interpreta (loca y/o deshonesta contorsión intelectual mediante) según la Tradición de la Iglesia, lo que equivale a reconocer que el Vaticano II en sí mismo no es malo, sino que lo malo es la incorrecta interpretación de sus textos (!!!).

En esta entrada publicamos la entrevista a Mons. Pozzo, y en la siguiente, la entrevista a Mons. Fellay.

Para aumentar el tamaño de las siguiente imágenes a fin de poder leer el texto, el lector puede seguir estos pasos: a) seleccionar "abrir imagen en una pestaña nueva" con el botón derecho del mouse. b) aumentar el tamaño de la imagen pulsando el botón izquierdo del mouse. También se puede leer, al final, el texto transcrito.







“Tengo confianza. Estamos yendo en la dirección justa con los lefebvrianos". El arzobispo Guido Pozzo es el secretario de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, encargada de negociar la vuelta a la comunión de la FSSPX. Un diálogo que ve como una oportunidad para todos los católicos: "Puede ayudar a precisar y aclarar la correcta interpretación, para evitar equívocos, errores o ambigüedades, de algunas enseñanzas conciliares".

La FSSPX ha abierto un nuevo seminario en Virginia y muestra una gran vitalidad. ¿Lo ve Roma como algo positivo?
El incremento de las vocaciones al sacerdocio en este y los otros seminarios de la FSSPX es el signo de una vitalidad consolidada.
También en los institutos de Ecclesia Dei, que siguen las tradiciones disciplinarias y litúrgicas antiguas, se registra cada año un constante aumento de las vocaciones. Es una bendición para toda la Iglesia, aunque, en el caso de la FSSPX, el no haber alcanzado todavía la plena comunión es una herida que espera ser sanada. El reconocimiento canónico de un instituto clerical no es un acto notarial ni puramente formal, sino un elemento constitutivo intrínseco de su eclesialidad.

Fellay dice que el acuerdo para una prelatura personal está "casi preparado".

Hay un profundo examen de algunos aspectos del texto de la figura jurídica de la prelatura personal. Terminado este, se presentará al Santo Padre un borrador de las constituciones.

No obstante, la condición necesaria para el reconocimiento canónico es la adhesión a los contenidos de la Declaración Doctrinal que la Santa Sede ha presentado a la FSSPX.

¿Qué se les puede pedir sobre la interpretación del Concilio?

Los encuentros de estos años han llevado a una clarificación decisiva: el Vaticano II debe ser comprendido y leído en el contexto de la tradición de la Iglesia y de su constante magisterio.

No es un "metaconcilio" ni un "superdogma", sino un momento dentro de la historia de la fe. La autoridad magisterial de la Iglesia no puede detenerse en 1962. Tampoco el magisterio está por encima de la Palabra, escrita o transmitida, ni el progreso, en la mejor comprensión de los misterios de la fe, debe tener lugar siempre "en la misma doctrina, en el mismo sentido y en la misma interpretación" de las enseñanzas de la Iglesia y transmitidas de la tradición perenne, según lo definido por el Vaticano I y retomado en la Dei Verbum, del Vaticano II. Aceptado por la FSSPX, este es el punto central de la discusión.  Las enseñanzas del Concilio tienen un diverso grado de autoridad, al que corresponde un diverso grado de adhesión. Podrían ser objeto de examen, después de la reconciliación plena, las reservas sobre cuestiones que no son propias de la materia de la fe, sino de temas que se refieren a la aplicación pastoral de orientaciones y enseñanzas conciliares como la relación entre la Iglesia y el Estado, el ecumenismo, el diálogo interreligioso o algunos aspectos de la reforma litúrgica y su aplicación. Debe regir el criterio de Benedicto XVI en su discurso a la Curia de 2005, según el cual hay que distinguir los principios doctrinales enseñados en el magisterio constante de la Iglesia (permanentes e irrevocables) de sus aplicaciones históricas, que dependen en gran parte de las contingencias de los tiempos.

Una discusión más profunda de estos temas podría ser útil para una mayor precisión y clarificación, para evitar malentendidos o ambigüedades que, por desgracia, están bastante difundidas. Apunto esto de Bernard Fellay: "Para la FSSPX, hay algunos puntos ambiguos en ciertos documentos conciliares. Podemos solo exponer los problemas, pero no somos quienes debemos aclararlos. Es Roma la que tiene la autoridad". Es importante evitar ser rígidos o mantener posturas de máximos, por un lado, y conservar la apertura y la disponibilidad a la discusión, por otro.

¿La aceptación del Concilio es una condición esencial?

Es un falso problema preguntarse si un católico puede aceptar o no el Concilio. Un buen católico no puede rechazarlo, por ser una asamblea universal de obispos reunidos en torno al Papa. El verdadero problema es la interpretación de los documentos conciliares. Como dijo Benedicto XVI, hay dos hermenéuticas en el Vaticano II, una en la línea de la renovación en la continuidad con la tradición y otra en la línea de la ruptura con la tradición. La interpretación correcta es la primera, pero existe un problema en la interpretación de ciertas formulaciones.

Un diálogo con la FSSPX puede ayudar a precisar cada vez mejor la correcta interpretación, para evitar equívocos, errores o ambigüedades que están presentes en un cierto modo de comprender e interpretar algunas enseñanzas conciliares. Esto Benedicto XVI lo definió como el "Concilio virtual", creado por el poder mediático y por la teología neomodernista. La distinción entre "Concilio real" y "Concilio virtual" es fundamental.

Magisterio constante

¿Qué requisitos son, en definitiva, los fundamentales?

Como para cualquier otro católico, la adhesión a la profesión de fe, el vínculo de los sacramentos y la comunión jerárquica con el Papa. Un punto específico tendría que ver, como digo, con la correcta relación entre la tradición y el magisterio de la Iglesia y el hecho de que el Concilio debe ser leído a la luz de la tradición perenne y del magisterio constante de la Iglesia.

¿Existe una hoja de ruta?

No hay plazos. Como en una vuelta ciclista, hay etapas antes de la meta. También aquí hay etapas y no se deben anticipar las últimas. Ya hemos realizado pasos notables, contribuyendo a crear un clima favorable en las relaciones humanas y eclesiales. Estamos procediendo con paciencia y gradualidad en la buena dirección.

¿Qué influjo tuvo el encuentro entre Fellay y el Papa en abril?

Fue provechoso para crear un clima más familiar y superar actitudes de desconfianza que tal vez prevalecieron en el pasado, sin esconder las posiciones diferentes respecto a ciertas cuestiones. La acogida al otro tiene su influencia a la hora de afrontar con serenidad problemas de orden doctrinal.

¿Ayuda la decisión del Papa de que los fieles puedan confesarse con sus sacerdotes?

Así es. La decisión de prolongar esta facultad más allá del Jubileo es un gesto de benevolencia, un estímulo a la FSSPX para que reconozca que solo en la plena comunión podrá encontrar su colocación eclesial.

¿Cómo son estos encuentros?

Muy serenos y cordiales. Ahora son, además, en un tono menos formal. En la primera parte de los diálogos, entre 2009 y 2011, los coloquios eran en Doctrina de la Fe y resultaban más formales. Había un orden del día preciso sobre temas de carácter doctrinal. Ahora, se intenta ampliar la discusión y comunicarnos las impresiones que cada uno tiene sobre la vida de la Iglesia.

¿Es optimista?

Tengo confianza. No soy optimista ni pesimista, sino realista. Por lo recorrido, tengo confianza, estamos yendo en la dirección justa. Siempre he sido un tomista, y creo en la capacidad de la razón iluminada por la fe para llegar a la verdad objetiva de las cosas. No soy un subjetivista. Para mí, lo más importante es lo objetivo.

¿Dificulta el diálogo con la FSSPX la postura de Francisco sobre el ecumenismo y el diálogo interreligioso?

Cuanto mayor sea la claridad entre el verdadero ecumenismo y diálogo interreligioso, separado del confuso y ambiguo ecumenismo y diálogo interreligioso, menores serán las reservas de la FSSPX.