PÁGINAS

jueves, 30 de junio de 2016

¿Y AHORA QUÉ?


La agencia de noticias Associated Press (AP) ha dicho ayer: "A statement from the schismatic Society of St Pius X suggested that a new attempt at reconciliation with Rome had stalled, or that the society itself was divided over next steps and decided at least to take a hard line against Francis." Traducción: Un comunicado de la Sociedad cismática de San Pío X sugirió que un nuevo intento de reconciliación con Roma se había estancado, o que la propia sociedad estaba dividida sobre los próximos pasos y decidió al menos tomar una línea dura contra Francisco (leer artículo completo en The Guardian).

AP da en el clavo cuando dice que "la propia sociedad estaba dividida sobre los próximos pasos". Muchos que no dan en el clavo, están perplejos con el comunicado. Muy variadas y hasta opuestas son las interpretaciones que se están haciendo de él, y muchos se equivocan por hacerse preguntas cómo estas: ¿qué le pasó a Mons. Fellay? ¿Por qué Mons. Fellay habla así ahora? ¿Por qué este cambio en la FSSPX?

Sabemos que hay diferencias relevantes entre los tres Obispos de la FSSPX, en lo que respecta a una posible normalización de la congregación por parte de Roma. Esta disparidad de pareceres explica suficientemente el comunicado de ayer. Hay que comprender que los Obispos pesan muchísimo más en una reunión de superiores como la finalizada ayer, que en un capítulo general de la Fraternidad. En el capítulo, Mons. Tissier y Mons. de Galarreta tienen derecho a un voto cada uno. Dos votos entre una mayoría aplastante de fellecistas-acuerdistas. No hay que perder de vista que Mons. Fellay es el superior de congregación que más tiempo ha permanecido en el cargo en todo el mundo, y que por eso casi todos los capitulares son tales por haber sido nombrados en sus cargos por el mismo Mons. Fellay. El capítulo está, pues, en el puño del Superior General. 

Si el comunicado de ayer (seguramente lleno de cortes y de agregados) representa un cierto paso atrás de la FSSPX en el actual proceso de regularización de la congregación por parte del Vaticano, ello se debe a que ese texto, aunque ha sido firmado sólo por Mons. Fellay, es, en realidad, la obra conjunta de tres redactores no concordes en diversos puntos: los tres Obispos de la Fraternidad. Se trata de un texto consensuado y de mínimos comunes. De ahí también el hecho de que el comunicado, en general, resulte opuesto a la política de silencio del Superior General ante los constantes y gravísimos escándalos de Francisco; estrategia ordenada, evidentemente, al mismo objetivo: la regularización de la FSSPX. 

¿Y AHORA QUÉ?

Desde Argentina nos dicen lo siguiente: (Francisco) "sabe que para ahogar del todo a la Fraternidad los tiene que tener al alcance de la mano, o sea, adentro. Como Don Corleone, les hará "una oferta que no puedan rechazar". Es decir, el reconocimiento unilateral de un plumazo para que se acaben las idas y vueltas interminables de Felé. Y una vez adentro los aplastará. En Argentina lo conocemos bien a Bergoglio."

Otro que da en el clavo. El Papa Francisco puede terminar en cualquier momento con el actual estancamiento de las tratativas entre la FSSPX y Roma, mediante un golpe de mano como el del reconocimiento del Estado argentino a la Fraternidad (abril de 2015) o el de la concesión de jurisdicción ordinaria a los Sacerdotes de la FSSPX (septiembre de 2015). Hay, entonces, precedentes. Y ese nuevo y definitivo golpe de mano consistiría en decretar el reconocimiento unilateral de la FSSPX. Ante eso, Mons. Fellay diría ¿Acaso podemos rechazar un reconocimiento que nos regulariza sin pedirnos nada a cambio? "Si el Papa expresa una voluntad legítima respecto a nosotros que es buena, que no da una orden en contra de los mandamientos de Dios ¿tenemos el derecho de desatenderlo, de dar un manotazo a esta voluntad?" (carta del Consejo General, 14-4-12). ¿Y qué sucedería luego de la aceptación del reconocimiento? Una minoría de Sacerdotes descontentos que "ven los peligros, los complots, las dificultades, pero no ven la asistencia de la Gracia y del Espíritu Santo" (ibid.), saldrían de la FSSPX, con lo cual Francisco y Mons. Fellay se desharían de una buena vez de esos elementos "problemáticos"... Camino despejado, traición consumada, caso cerrado.