PÁGINAS

martes, 31 de marzo de 2015

DOMINICOS DE AVRILLÉ: MIEL Y HIEL EN MENZINGEN

por Amicus Romanus

De la misma boca se vierte la hiel y la miel. Pero no en la misma dirección:
-Hacia Monseñor Williamson y Monseñor Faure, es todo hiel.
-Hacia la Roma conciliar, todo es miel.
El comunicado de Menzingen sobre la consagración del 19 de marzo ofrece un contraste verdaderamente impresionante.
 I.    — ¡Todo hiel!
Los hermanos de José no podían hablarle en paz, tanto lo celaban (Gén. 37, 4). No esperen de Menzingen una sola palabra bondadosa, de reconocimiento, de caridad hacia Mons. Williamson o Mons. Faure, después de sus décadas de servicios buenos y leales.  Menzingen solo piensa en denunciarlos: “La FSSPX denuncia la consagración episcopal del R.P. Faure”. Por lo menos esto es claro. Pero ¿Por qué esta denuncia? ¿En qué es reprensible esta consagración? Esto es mucho más oscuro. Se siente una animosidad muy fuerte, pero no se disciernen muchos argumentos racionales. Y peor aún: ¡ese sabor a hiel! Menzingen parece incapaz de hablar objetivamente de los dos obispos respetando simplemente los hechos. A toda costa deben deformar, manchar las intenciones, manchar la reputación de las personas. La tendencia parece imparable.

1.   «Contra toda relación»
Primer ejemplo: las relaciones con Roma. Todos saben que Mons. Williamson y Mons. Fellay se oponen sobre este punto. El primero estima (con o sin razón, esa no es la cuestión aquí) que el segundo carece de la fuerza necesaria para oponerse decididamente –cara a cara- a los errores de las autoridades romanas; en lugar de impresionar a sus interlocutores –como Mons. Lefebvre- recordándoles frontalmente las verdades inoportunas, dejándose impresionar por ellos.
Más fundamentalmente, la oposición es sobre la finalidad de las negociaciones. Para Mons. Williamson hay un solo objetivo: que las autoridades romanas abjuren de los errores modernistas y liberales y todo estará resuelto. Mientras que Mons. Fellay sueña con un reconocimiento canónico incluso antes de la conversión de las autoridades.
Todo esto es de notoriedad pública. La cuestión no es saber si es necesario o no discutir con Roma, sino cómo y con qué finalidad llevar a cabo estas discusiones.
Menzingen podía decirlo fácilmente en una palabra: Mons. Fellay y Mons. Williamson divergen en cuanto a las discusiones con Roma. Esto es claro, simple, verdadero, perfectamente objetivo.
¡Pues no! Menzingen no pudo resolverse a decir las cosas tal cual son. La necesidad de manchar la reputación fue demasiado violenta. Desafiando la evidencia, Menzingen declaró que Mons. Williamson y Mons. Faure están “contra toda relación con las autoridades romanas”. Pero ellos han declarado explícitamente lo contrario (todavía la víspera de la consagración), pero eso no cuenta. Aparentemente, ¡Menzingen sabe mejor que ellos lo que piensan!
2.   « No se parecen en nada»
Segundo ejemplo: la comparación entre la consagración de 1988 y la de 2015. Las diferencias y semejanzas se pueden discutir durante mucho tiempo[i]. Por lo menos es indiscutible que la naturaleza del acto es la misma. Hubo un lazo de paternidad (a través de Mons. Williamson, Mons. Lefebvre es ahora el “abuelo en el episcopado” de Mons. Faure). Que el mismo Mons. Lefebvre había contemplado consagrar a Jean-Michel Faure. Que el estado de necesidad en la Iglesia no ha disminuido desde 1988. Finalmente que Mons. Williamson tiene el mismo discurso que Mons. Lefebvre en la época.
Siempre se puede discutir de otras circunstancias de tiempos, de lugares o de manera, pero Menzingen ni siquiera lo intenta. Su comunicado declara simplemente que “la consagración episcopal del Padre Faure no se parece en nada a las consagraciones de 1988”. Lo leyó bien: en nada.
Entre todas las maneras de criticar la consagración de 2015, Menzingen escogió la más expedita, la más extremista, la más insostenible: negar todo en bloque. “No se parece en nada”. Es el negacionismo integral.
3.   « Todas las declaraciones… »
Nos acercamos a la cumbre. Y he aquí finalmente: “todas las declaraciones de Mons. Williamson y del R.P. Faure demuestran hasta la saciedad [original en francés: à l’envi, de manera superabundante],  que ya no reconocen las autoridades romanas”.
Esta es la acusación que mata: ¡sedevacantismo! Acusación categórica, realizada sin la mínima sombra de duda o matiz. Estamos muy lejos de las fórmulas interrogativo-negativas o de las alusiones amortiguadas de Mons. Fellay cuando se trata de emitir reservas sobre el papa Francisco (“Nosotros no comprendemos…”, “Tenemos la impresión…”). Aquí, Menzingen comprende muy bien y tiene la certeza. Esta confesión no fue hecha una vez, por sorpresa o a medias palabras, está en “todas las declaraciones” de los dos malvados obispos. Sí: ¡todas! ¡Fe de Menzingen!
No obstante, Menzingen se da cuenta que podría haber, entre los lectores del comunicado, algunos lectores de Mons. Williamson que pueden sorprenderse un poco. Porque ellos han leído todo lo contrario. No solamente Mons. Williamson reconoce a las autoridades romanas, sino que frecuentemente ha argumentado contra el sedevacantismo (y de manera más convincente que Mons. Fellay, que se contenta con presentarlo como un espantajo).
Los que han leído al P. Faure (notablemente la entrevista antes de su consagración) podrían experimentar la misma sorpresa. E incluso imaginarse que el buen Mons. Fellay miente. O por lo menos, dice cualquier cosa.
Felizmente, la reserva de hiel no se ha agotado. Para prevenirse contra cualquier pregunta embarazosa, es suficiente con acusarlos a ellos, Mons. Williamson y  Mons. Faure, de mentir. ¿Todas sus declaraciones afirman reconocer a las autoridades romanas? ¡No importa! Es simplemente que ellos no piensan lo que dicen. Son sólo palabras al aire, huecas, giros retóricos. Y Menzingen, que sabe mejor que ellos mismos lo que piensan realmente, completa: “Todas las declaraciones […] demuestran hasta la saciedad que ellos ya no reconocen a las autoridades romanas, salvo de modo puramente retórico”.
Esto es lo que llamamos, en buen francés, un juicio de intención. La táctica preferida de los subversivos (comunistas, masones, etc.), pues ella es muy difícil de contrarrestar. ¡Ustedes pueden responder lo que quieran, poco importa, porque hemos puesto como principio que ustedes no piensan realmente lo que dicen! Afirmen por diez veces que ustedes reconocen a las autoridades romanas, tómense el trabajo de refutar los argumentos sedevacantistas: nos contentaremos con responder que su insistencia sobre este punto es sospechosa y confirma, una vez más, que ustedes no reconocen absolutamente a las mencionadas autoridades “salvo de modo puramente retórico”.
Pregunta simple a Mons. Fellay: En conciencia y delante de Dios ¿es verdaderamente cierto que este procedimiento polémico es plenamente conforme con el Evangelio?
II.— ¡Todo miel!
Pero lo más impresionante, es el contraste.
Después de todo, Menzingen podría estar sufriendo de un dolor de muelas o una mala noche cuando redactó su comunicado. Eso podría explicar la hiel.
¿Pero la miel?
Pues, relea atentamente: ¿no es evidente que han descartado de este comunicado cualquier expresión que pudiera constituir la mínima sombra de riesgo de desagradar a la Roma conciliar?
1.    « Estado de necesidad » sin causa identificada.
"La Fraternidad San Pío X reafirma que el estado actual de necesidad en la Iglesia legitima su apostolado en el mundo entero”. –Pero, ¿de dónde proviene este estado de necesidad? Parece flotar en el aire, sin causa ni explicación más que del mal de los tiempos. Menzingen lo menciona como se constataría la lluvia o el sol, y no recuerda ni una sola vez que el mal viene primero del papa y de la Santa Sede que extienden, desde hace 50 años, errores mortales para las almas.
    ¡Chitón! ¡Chitón! ¡Atención! ¡Va usted a ofender a Roma!...
2.   Los obispos limitados a la distribución de los sacramentos.
Monseñor Lefebvre consagró obispos para que ellos pudieran ordenar sacerdotes, esto es cierto, pero también para defender la fe y combatir los errores actuales. Sobretodo los errores modernistas y liberales, difundidos por la jerarquía conciliar.
Aparentemente, esto se terminó. Para Menzingen, los obispos no deben combatir más los errores. El comunicado explica que Mons. Lefebvre consagró los obispos en 1988 “con el único fin de permitir a estos fieles recibir los sacramentos a través del ministerio de los sacerdotes que iban a ser ordenados por estos obispos”.
 el único fin”: el estado de necesidad en la Iglesia se limita a los sacramentos -¿Y la crisis doctrinal? ¿Y los errores de la Roma conciliar, de tendencia neo-modernista y neo-protestante tan frecuentemente denunciada por Mons. Lefebvre?
    ¡Chitón! ¡Chitón! ¡Atención! ¡Va usted a ofender a Roma!...
3.   Errores que vienen quién sabe de dónde.
No obstante, hay errores. Menzingen indica que hay que oponerse a ellos. En su arrebato marcial, el comunicado llega hasta declarar valientemente que la Fraternidad debe oponerse a los errores “sea cual fuere su procedencia”. ¡Ah! Qué bien suena eso de “sea cual fuere su procedencia”! Y justamente, ¿de dónde vienen? ¡No nos dirán nada más!
    ¡Chitón! ¡Chitón! ¡Atención! ¡Va usted a ofender a Roma!...
Acusado por Mons. Williamson de reblandecerse frente a la Roma conciliar, Mons. Fellay hubiera podido aprovechar la ocasión de probar que no es así. Algunas palabras contra la Roma neo-modernista y neo-protestante hubieran sido particularmente adecuadas. Incluso la situación misma parecía exigirlo. ¡Pues no! Ni una sola palabra. Mons. Williamson y Mons. Faure son vilipendiados, pero la Roma modernista no es denunciada de ningún modo.
Y sobre esto, una de dos:
   Sea (sospecha complotista) que el nuevo responsable de la comunicación de Menzingen es un aliado secreto de Mons. Williamson: él trabaja pérfidamente para desacreditar a Mons. Fellay publicando, en su nombre, comunicados de factura liberal (meloso para los enemigos de la fe, amargo para sus defensores).
   Sea que el comunicado exprese realmente la forma de pensar de Mons. Fellay. Y entonces se comprenden las felicitaciones que Mons. Pozzo le dirigió prontamente a la FSSPX por este bello comunicado.
P.S. Consideración accesoria.
Es curioso que Menzingen se exprese siempre como si el estado de necesidad que aflige a la Iglesia, fuera su terreno propio o su propiedad privada. Solamente la FSSPX parece poder invocarlo para justificar su apostolado.
Finalmente, Menzingen parece atribuirse una suprema jurisdicción extraordinaria casi como el papa ejerce la suprema jurisdicción ordinaria. Esta perspectiva explicaría el por qué Menzingen se cree autorizado a “denunciar” la consagración de Mons. Faure: atenta contra su monopolio.
Si no es esto, ¿qué es entonces? ¿Una prelatura personal ya acordada por Roma –secretamente- a Mons. Fellay? 




[i] En cuanto a las diferencias, Menzingen subraya enfáticamente “algunos cientos de periodistas del mundo entero” que estuvieron presentes en 1988. Visiblemente, para Monseñor Fellay esto es muy importante. Necesitamos preguntarle cuántos periodistas –en su opinión- estuvieron presentes durante la primera consagración episcopal la noche del Jueves Santo.

LOS MEDIOS Y LA CONSAGRACIÓN DE MONSEÑOR FAURE.-

DOS SOLITARIOS OBISPOS CATÓLICOS PLANEAN ACRECENTAR DESAFÍO CISMÁTICO A ROMA.


REUTERS


NOVA FRIBURGO, BRAZIL | BY STEPHEN EISENHAMMER
(Reuters) - Dos renegados obispos católicos planean consagrar una nueva generación de obispos para extender su movimiento ultra-tradicionalista llamado “La Resistencia”, desafiando al Vaticano, dijo uno de ellos en un remoto monasterio en Brasil.
El Obispo francés Jean-Michel Faure, consagrado apenas hace dos semanas por el Obispo negador del holocausto Richard Williamson, dijo que el nuevo grupo rechazaba al Papa Francisco y lo que llamaron su “nueva religión”, y que no entablarían el diálogo con Roma hasta que el Vaticano vuelva atrás.
Williamson y Faure, que fueron excomulgados por la Iglesia Católica Romana cuando el primero consagró obispo al segundo sin la aprobación del Vaticano, son ex-miembros de un grupo disidente más grande que ha sido una espina en el costado de Roma durante años.
Su movimiento disidente es pequeño - Faure no dio una estimación de seguidores - pero el hecho de que planean consagrar obispos es importante porque significa que su cisma puede continuar como una forma rebelde del catolicismo.
 “Seguimos a los papas del pasado, no al actual”, Faure, de 73 años, dijo a los reporteros el sábado en el Monasterio de la Santa Cruz en Nova Friburgo, en la jungla montañosa a 140 km (87 millas) hacia el interior desde Rio de Janeiro.
 “Es muy probable que, en tal vez uno o dos años, tendremos más consagraciones”, dijo, añadiendo que ya había dos candidatos para ser promovidos al rango de obispo.
El monasterio había dicho que Williamson ordenaría un sacerdote allí el fin de semana, pero no fue visto por los reporteros, y el clero dijo que era imposible hablar con él. Faure ordenó al sacerdote.
Preguntado cómo se llamaba el grupo, Faure dijo: “Creo que podemos llamarnos Católicos Romanos primero, en segundo lugar, San Pio X y ahora… la Resistencia”.
SEPARADOS DE LA FSSPX

La Fraternidad San Pio X (FSSPX) es un grupo ultra-tradicionalista más grande que fue excomulgado en 1988, cuando su fundador consagró cuatro nuevos obispos, incluyendo a Williamson, a pesar de las advertencias del Vaticano de no hacerlo.
Rechazó las reformas modernizadoras del concilio Vaticano II de 1962-65, y permanecieron atascados en la vieja Misa en latín del catolicismo después que la Iglesia cambió a una liturgia más simple en lenguajes locales.
El antiguo Papa Benedicto readmitió a los cuatro obispos de la FSSPX al redil católico en 2009, pero la FSSPX pronto expulsó a Williamson por el escándalo por su negación del holocausto.
En contraste con Benedicto, el Papa Francisco pone poca atención a los ultra-tradicionalistas de la FSSPX, que afirman tener un millón de seguidores en todo el mundo y un creciente número de nuevos sacerdotes cuando Roma encara la escasez de sacerdotes. Sus tres obispos restantes no tienen estatus oficial en la Iglesia Católica.
Faure dijo que el grupo de la Resistencia no entablaría diálogo con Roma, como lo ha hecho la FSSPX. “Resistimos a la capitulación, resistimos a la conciliación de la Fraternidad San Pio X con Roma”, dijo.
Faure dijo que no estaba seguro de lo que requeriría Roma para volver a sus antiguas tradiciones, pero un conflicto podría ser un catalizador.
 “Si hay otra Guerra Mundial… tal vez la Iglesia vuelva a ser como era antes”, dijo.
El prior del monasterio, Tomás de Aquino, explicó la división de manera simple: “El Papa es menos católico que nosotros”.
Ante la ley católica, Williamson y Faure están excomulgados de la Iglesia pero siguen siendo obispos consagrados válidamente. Esto significa que ellos pueden ordenar sacerdotes en su grupo cismático y afirmar que son católicos, aunque sin la aprobación del Vaticano.
En contraste, las mujeres que son supuestamente ordenadas sacerdotisas por los obispos católicos disidentes, no están válidamente ordenadas porque la ley católica reserva el sacerdocio a los hombres solamente.
Catholic Herald: Un obispo recientemente consagrado por Mons. Richard Williamson ha dicho que ambos desean crear un movimiento global opuesto al Vaticano, conocido como “La Resistencia”.

domingo, 29 de marzo de 2015

MONS. FAURE: "MENZINGEN YA NO ES FIEL A LA VERDAD"




MONSEÑOR JEAN MICHEL FAURE: MENZINGEN YA NO ES FIEL A LA VERDAD

En un largo artículo aparecido en RIVAROL del jueves 26 de marzo, se evocaba la consagración del sacerdote francés Jean Michel Faure por Mons. Richard Williamson. La ceremonia tuvo lugar el 19 de marzo en el monasterio benedictino Santa Cruz de Nova Friburgo, Brasil, en la región de Rio de Janeiro.

Monseñor Faure, quien por otra parte ha ordenado sacerdote a un monje benedictino el 28 de marzo, quiso responder, pocos días después de su consagración episcopal, a las preguntas que se le plantearon, lo que agradecemos profundamente.

Precisamos, como lo hacemos regularmente para las entrevistas, que las declaraciones de la persona interrogada que se expresa en nuestras columnas con toda libertad para dar a conocer mejor su posición, no comprometen a la redacción del periódico.

RIVAROL: ¿Por qué razones aceptó usted ser consagrado obispo el 19 de marzo en Brasil por Monseñor Richard Williamson?
Monseñor Jean-Michel Faure: Para servir a la Iglesia, por la gloria de Dios, por la salvación de las almas. Un obispo tiene el poder para todo esto, a condición de permanecer fiel. La principal finalidad de esta transmisión es el de conferir la gracia del orden sacerdotal y la gracia del sacramento de confirmación. Mons. Williamson no podía viajar por todo el mundo.

R: ¿Está usted seguro que la FSSPX se incorporará al Vaticano?
Mons. Faure: Cuando estamos frente a dos misterios, la gracia de Dios y el libre arbitrio de los hombres, nada es seguro. Pero hablando humanamente, Mons. Fellay da muchas señales de su voluntad firme de incorporarse a la iglesia conciliar, en particular con la visita de prelados conciliares a los seminaristas y por las recientes declaraciones de Mons. Pozzo luego de la última consagración.

R.: ¿Qué responde usted a quienes le reprochan de no haber esperado por lo menos a un acuerdo público en debida forma de la FSSPX, para proceder a un acto tan cargado de consecuencias?
Mons. Faure: Menzingen arrastra un buen número de buenos sacerdotes hacia esta adhesión a Roma, obligando, por ejemplo, a los seminarios de la FSSPX a recibir -y por lo tanto a aceptar en principio- las visitas de estos prelados conciliares y ecumenistas.
R. : Menzingen condenó, incluso antes que el Vaticano, su consagración, además de hacerlo mucho más firmemente. ¿Qué reacción le inspira esto?
Mons. Faure: Menzingen tiene miedo. Pierde toda su autoridad porque ya no es fiel a la verdad.

R. :El Instituto Mater Boni Consilli (IMBC) publicó el 20 de marzo un comunicado en el cual denuncia su consagración como sacrílega, ilícita y cismática pues fue realizada reconociendo públicamente a Francisco I como Vicario de Cristo, desobedeciéndole con una consagración sin mandato pontifical y destinada a combatir su magisterio. ¿Qué responde usted a esta argumentación?
Mons. Faure: En la verdadera Iglesia Católica, la Fe prima sobre la autoridad, porque en el fondo, la autoridad está solamente para servir a la verdad. Ahora bien, el papa Francisco posee la autoridad papal, nadie más es ni puede ser Papa mientras él viva o renuncie; pero él no pone su autoridad al servicio de la verdad, de la verdadera Fe y por lo tanto no estamos obligados ante Dios de obedecerle antes que a Dios.

R. : ¿Qué responde usted a la acusación de haber recurrido a un “mandato romano apócrifo”, lo que es juzgado como una falta grave?
Mons. Faure: Un mandato romano “apócrifo” se impone cuando la Fe está en grave peligro.

R. : La sumisión al papa es un dogma de fe para los católicos. Bonifacio VIII en su bula infalible Unam sanctam afirma : “Nosotros declaramos y definimos que es necesario para toda criatura humana estar sometida al Pontífice romano para salvarse”. En estas condiciones, ¿cómo puede usted combatir fuertemente al ocupante de la sede de Pedro y reconocerlo al mismo tiempo como la autoridad legítima, el vicario de Cristo que tiene el poder de las llaves y la infalibilidad doctrinal?
Mons. Faure: La sumisión y la obediencia al papa no son incondicionales, sino condicionales : a condición que ellas sirvan a Dios sirviendo a la Fe. Separar la obediencia de la Fe, es hacerla servir a los hombres más que a Dios.

R.: Cómo podemos decir que un concilio ecuménico (como pretende serlo el Vaticano II) es falible y puede enseñar el error y la herejía cuando usted dice que fue promulgado por un verdadero Papa sabiendo que un concilio ecuménico promulgado por el papa es necesariamente infalible (magisterio extraordinario)?
Mons. Faure : Los mismos papas conciliares han proclamado que con los decretos del concilio Vaticano II ellos no querían comprometer su Magisterio infalible. Por lo tanto, falta una de las cuatro condiciones para que éste haya sido comprometido (la voluntad del papa de atar -obligar- a toda la Iglesia).

R. : ¿Cómo podemos decir que la nueva misa y los nuevos sacramentos son un veneno para la fe y afirmar paralelamente que ellos fueron promulgados legalmente por la Santa Iglesia y el Vicario de Jesucristo?
Mons. Faure: Monseñor Lefebvre afirmó simplemente que la nueva misa no cumplía una de las condiciones esenciales de una ley válida: ella está contra el bien común. El mismo argumento radical de buen sentido se aplica a todas estas aparentes “leyes” que destruyen la Iglesia.

R.: ¿No teme usted que esta enésima división entre los tradicionalistas desaliente a muchos bautizados y los aleje totalmente de la fe y de la práctica religiosa?
Mons. Faure: En absoluto. Como un amigo me ha dicho: “esta consagración ha roto el torniquete de Menzingen y permite a los buenos católicos en todo el mundo respirar”. ¿Por que? Porque se restaura una autoridad católica que está unida a la verdad católica.

R.:¿Puede decirnos más sobre sus proyectos en Francia, acerca de la apertura de un seminario cerca del convento de Avrillé?
Mons. Faure: El proyecto está avanzando.

R. : ¿Qué le responde a aquellos que dicen que usted está demasiado viejo (74 años en agosto de 2015) para convertirse en obispo, cuando los obispos se retiran hoy a la edad de 75 años?
Mons. Faure: Obligar a los obispos a renunciar a los 75 años es una tontería revolucionaria para impedir a los viejos hacer valer su experiencia. Ciertamente la verdad católica tiene necesidad de nuevos campeones jóvenes, pero esperándolos, contentémonos con los veteranos de Mons. Lefebvre que lo han comprendido mejor que un gran número de jóvenes.

R.: Surgió una polémica respecto al entierro de su padre en Argentina. Los sitios de internet hispanos lo acusan de ser marrano, los eclesiásticos que en esa época eran sacerdotes -como Mons. Morello, director del seminario de La Reja al momento de los hechos- afirman que a la muerte de su padre en Argentina, su familia procedió a rituales judaicos y que este escándalo sería una de las principales razones (pero no la única) de la salida ulterior de 25 seminaristas y de 8 sacerdotes del seminario de La Reja?
Mons. Faure : El 3 de marzo de 1986, el cuerpo de mi padre fue llevado a mi casa para ser velado. Fue puesto sobre mi cama y no sobre el suelo, como lo pretenden falsamente las calumnias de los sedevacantistas. ¡Que den el nombre de sus testigos! Personalmente puedo nombrar al Padre Canale (FSSPX) que celebró la misa de requiem, al P. Ricardo Olmedo (FSSPX), a los profesores del seminario que conocieron los hechos, los seminaristas que hoy son sacerdotes, al P. Schmidberger (FSSPX) que estuvo en la misa y en el cementerio, y también a los miembros de la familia Masuda, que fueron grandes benefactores del seminario desde sus comienzos y quienes estuvieron en el velorio toda la noche. Ellos posteriormente recibieron en su casa de campo los veinticinco seminaristas que salieron del seminario en la ocasión de la rebelión sedevacantista de 1989. Mi padre está enterrado en el pequeño cementerio del seminario y su tumba es muy visible. Los seminaristas y numerosos sacerdotes y fieles asistieron a la misa. No hubo, en este episodio, nada anormal y nada hay que ocultar, sino que encontramos en esto un ejemplo de la lógica sedevacantista para poder decir que Mons. Faure es judío: yo nací en Argelia ; hay muchos judíos en Argelia ; luego, yo debo ser judío. Pero como los musulmanes son todavía más numerosos, ¿no seré yo un musulmán marrano? Contra las calumnias y las invenciones ridículas, yo dispongo en Francia de un árbol genealógico bien hecho que haré público cuando regrese.
Respecto a la crisis del seminario de Buenos Aires, debo decir que yo llegué a México el 24 de septiembre de 1985, cinco días después del terrible terremoto, después de haber sido nombrado superior de distrito de México; pero esa crisis tuvo lugar en 1989 en el marco de la rebelión sedevacantista contra Monseñor Lefebvre. El director (NDLR el Padre Morello, hoy Mons. Morello), un profesor (NDLR el Padre Medina) y algunos sacerdotes de esta tendencia, influyeron sobre la mitad de los seminaristas de La Reja, los que, en 1989, esperaban la visita del P. Schmidberger para salir en masa del seminario e irse a un “seminario” construido por un grupo de laicos mexicanos. Fracaso total: un pequeño grupo de entre ellos se dirigieron a un monasterio abandonado cerca de Córdoba, en Argentina, y enseguida a las cercanías de Luján, y finalmente a El Bolson (Sur de Argentina). Por lo tanto, es evidentemente falso que el seudo escándalo del entierro de mi padre, que tuvo lugar tres años antes, haya provocado la salida inmediata de estos 25 seminaristas. Mons. Tissier relató estos hechos en la biografía de Mons. Lefebvre (pág. 546, 2a edición corregida, editorial Clovis, 2002).

R. : ¿No teme usted ser tomado en sandwich, si usted me permite, Monseñor, esta expresión familiar, entre la FSSPX a la “izquierda” y los sedevacantistas a la “derecha”, ambos, por razones diferentes, acusándolo de ser cismático y de entrar en una lógica sectaria y no católica?
Mgr Faure: ¡En el nombre del Cielo ! ¿Existe una Verdad por encima de todos los hombres sí o no? Si existe, coscorrón para los liberales y coscorrón para los sedevacantistas. Para esta verdad, gozosamente tendremos el papel de sandwich. El sacerdote es un hombre comido, dijo el Cura de Ars.

R. : Usted se dice de la Tradición. Pero ¿quién es el intérprete auténtico y el garante de la Tradición sino el Papa, sino el Magisterio? ¿Cómo puede usted salir entonces de este callejón sin salida?
Mons. Faure: Lea el Evangelio de San Juan. Allí encontramos una veintena de citas según las cuales Jesús, en cuanto hombre, expresa su sumisión absoluta a la voluntad de su Padre, que está por encima de Él, y que es absoluta. Esta verdad y esta voluntad, Él la ha transmitido (tradidit), y he aquí el origen y la infalibilidad de la Tradición, que está también por encima de los papas, a fortiori, habiendo estado por encima de Jesús (en cuanto hombre). He aquí lo que pierden de vista todos los conciliaristas, pero que Mons. Lefebvre jamás perdió de vista: bien comprendida, la Tradición es la medida de los Papas, y no los Papas la medida de la Tradición. Ella permanece como siempre ha estado, independientemente de sus eventuales tonterías.

Toda la razón de ser y la fuerza de esta consagración del 19 de marzo, es su fidelidad a esta Tradición. Que Dios nos conserve fiel a ella, por la Santísima Virgen María.


LA NEO-FSSPX SE CONDENA A SÍ MISMA

Consagración episcopal

 De un obispo católico / De un obispo modernista

     Mons. Jean-Michel Faure   /  Mons. Víctor «Tucho» Fernández 






¿Para qué lado se inclina la Neo-FSSPX?

¿A quién condena y con quién busca entenderse?

¿A quiénes rechaza y con quiénes dialoga?


He aquí el pensamiento actual de la Neo-FSSPX, expresado en su comunicado oficial y en sus defensores en diversos sitios y blogs de Internet:


“La Fraternidad San Pío X deplora que este espíritu de oposición resulte en esta consagración episcopal”.

“La Fraternidad San Pío X denuncia la consagración episcopal del R. P. Faure”

“Es el espíritu cismático -de no sumisión al Romano Pontífice- lo que motiva esta ordenación”

“El Padre Faure se ha excomulgado automáticamente (al igual que Mons. Williamson). Carecen de la jurisdicción ordinaria y de la de suplencia. Sus actos del poder de orden son por lo tanto ilícitos.”

“La FSSPX está dispuesta a llegar a un acuerdo con Roma siempre que no se hagan concesiones para la Fe. Mons. Williamson en cambio descarta todo acuerdo con Roma y por ello su actitud cismática de hoy no es más que su consecuencia”.

“Un acto cismatico que amerita la excomunion automática de consagrante y consagrado”.

 “…ahora será más claro: por un lado la FSSPX dentro de la Iglesia, por otro los de la resistencia, fuera de la Iglesia. Ya no nos podrán meter en la misma bolsa de gatos, llamandonos lefebvrianos”.

“Una propuesta de Roma reconociendo a la Tradición tal cual es y que no implique una concesión para la Fe debe ser obedecida aunque "Roma" no se "convierta" en su totalidad. De lo contrario desconocemos su autoridad para mandar cosas legítimas”.

“Que el asistente de la FSSPX prefiera exponer la doctrina en positivo y no en negativo es bueno. Es un hecho palmario. Prefiero que el sermón se integre con el Evangelio del día y no que me recuerden el Syllabus que lo sé de memoria”.


¿Acaso estas declaraciones no podrían estar hechas por los mismos conciliares? Las mismas cosas de que acusaron a Mons. Lefebvre se usan para acusar a Mons. Williamson y Mons. Faure. Ese deseo que vemos de ingresar a la estructura de la iglesia conciliar, porque la FSSPX se siente fuera de regla, ya se había dejado en claro cuando Mons. Fellay dijo, en su boletín interno a los sacerdotes, que había que cambiar la posición con respecto a la Iglesia oficial (ya no hablaba de iglesia conciliar o modernista), y también al decir: “Serán las circunstancias concretas las que nos muestren cuando será el tiempo de "dar el paso" hacia la Iglesia oficial” (Cor Unum, nº 101, marzo 2012). Por supuesto, esas “circunstancias concretas” no eran las que había dicho Mons. Lefebvre: el regreso de Roma a la fe católica.

Vemos también que se ha impuesto esta idea: La FSSPX está dispuesta a llegar a un acuerdo con Roma siempre que no se hagan concesiones para la Fe”, es decir que lo único que importa es la Fraternidad. No interesa que Roma sí haga concesiones en materia de fe. Lo cual muestra también el grado de ingenuidad de parte de quienes hablan así, puesto que el diablo usa la iglesia conciliar para acabar con la verdad católica. Y es el mismo diablo quien ha suscitado ese deseo –bajo la excusa de hacer un bien- de la unión entre dos cosas que deben estar separadas, como son la verdad y el error. Ese regreso deseado es el que ha motivado los interminables diálogos y conversaciones desde hace años, los cuales han desangrado la congregación. Es el gran objetivo, incluso Mons. de Galarreta lo dejó claro en una entrevista al decir que puesto que no era realista esperar la conversión de Roma, entonces había que procurar que Roma, siendo tal cual es (es decir, apóstata y hereje) acepte a la FSSPX tal cual es. Se toman de una frase de Mons. Lefebvre que después fue repudiada por el mismo comportamiento y palabras del Arzobispo, que habló al final claramente de imponer él las condiciones a estos romanos a los que incluso tildó de “anticristos”.

Comprobamos al fin que se ha impuesto la idea de dialogar o negociar con Roma, cuando allí lo que hay que hacer es combatir, pues son enemigos de Cristo y su doctrina católica (aunque sean papas, cardenales y obispos; recordemos el anatema de Gál. 1,9; o también Mateo 7. 15-16). Pero ya no se identifica al enemigo como enemigo, entonces es lógico que no se lo combata y aún que se espere algo bueno de él. Aunque más no sea una “estampilla” de aprobación que diga “reconciliación plena”.

“Uno de los medios de conservar la fe, una de las primeras marcas de unidad, es la huida de los herejes” dijo Dom Guéranger.  Sin embargo la Neo-FSSPX se deshizo de sus hombres más antiliberales para ir al diálogo en busca de su “estampilla”. Y ahora repudian este acto católico -en el mismo orden de los realizados por San Atanasio, San Eusebio de Samosata y Monseñor Lefebvre- porque, claro, es beligerante contra los modernistas, no es una actitud diplomática, que es la única que para la Neo-FSSPX hay que tener. ¿No se la pasa hablando Francisco del diálogo y la cultura del encuentro? Por eso la Neo-FSSPX no quiere ser confundida y declara no tener nullam partem con esta consagración episcopal. ¡Incluso primereó como le gusta a Francisco!

Desde luego, como Menzingen quiere ser parte de Roma pero sin dejar de ser de la Tradición (o al menos de parecerlo), entonces muestran alternativamente dos caras: a veces complaciente con los modernistas romanos, a veces retomando la crítica al Vaticano II. Es un símil de los conservadores dentro de Roma, que defienden a la vez la Misa tradicional y el Novus Ordo, o que resisten a Francisco y elogian a Benedicto XVI.  Francisco es modernista, pero… -aparece el pero de los liberales- lo es en la práctica, no en la teoría. Y así en todo. Es la incapacidad para decir las cosas claramente, el eterno titubeo, la rastrera actitud de querer lograr algo sin jugarse del todo por ello. En suma, la prudencia de la carne.

La verdad, en cambio, es intransigente con el error y lo afirma claramente: “El Evangelio no debe ser acomodado al siglo so pretexto de adaptación. La verdad no es condescendiente sino intransigente. El mismo Señor nos previene contra los falsos Cristos (Mat. 24, 24), los lobos con piel de oveja (Mat. 15), etc., y también San Pablo contra los falsos apóstoles de Cristo (II Cor. 11, 13) y los falsos doctores con apariencia de piedad (II Tim. 3, 1-5). Es de admirar la libertad de espíritu que el Apóstol nos impone al decirnos que ni un ángel debería movernos de la fe que él enseñó a cada uno con sus palabras inspiradas. Véase II Cor. 11, 14, 13, 5 y nota. Cfr. 2, 4 ss. (Comentario de Mons. Straubinger a Gál. 1,9).

En este contexto de doble mensaje y ambigüedad de la Neo-FSSPX, se inscribe el SILENCIO apabullante de los sacerdotes y fieles a los que ya nada escandaliza ni mueve a reaccionar. Se ha perdido el amor a la verdad, por eso siempre hay una buena excusa para no hablar, para no protestar, para no declarar alto la verdad. Se teme ser sancionado, se teme ser mal visto, se teme perder los sacramentos, se teme ser señalado, se teme perder la comodidad, en fin, se teme. Y como si fuera una congregación de buenas beatas se promueve la devotería con abundancia de devociones y peregrinaciones, para disimular así la falta de decisión para cumplir con sus deberes de proclamar la verdad (como ejemplo, recientemente la visita del P. Trejo y comitiva a la Basílica de San José de Flores en Bs. As., “la” iglesia identificada con Jorge Bergoglio, donde incluso todos los 19 de marzo el hoy Francisco iba a celebrar la misa).  

Queremos terminar recordando este lenguaje, cada vez más desusado en las filas de la Tradición: “Hay que precaverse ante el fastidio y la fatiga por la visión de los incesantes combates que señalan el paso de la Iglesia a través de los siglos y jamás debemos olvidar que la Esposa del Salvador debe llevar y justificar en este mundo su glorioso nombre de militante. Combates contra la idolatría, combates contra la herejía, combates por su libertad: todo su pasado y todo su porvenir se encuentra ahí. Sus hijos deben acostumbrarse a la guerra. Si sueñan con una Iglesia tranquila quedarán decepcionados. El siglo de Constantino vio cómo se daba la paz a la Iglesia y sin embargo ninguna otra época fue más agitada, hasta el punto de que los santos doctores tenían nostalgia de los tiempos de los Decios y los Dioclecianos. Las raras y breves épocas en las que la autoridad de la Iglesia fue más respetada no quedaron exentas de tempestades, y en los días de Carlomagno, como en los de Inocencio III, las oleadas del error agitaron la barca de San Pedro. Hoy muchos tienen dificultades para aceptar esta condición. La polémica les escandaliza. El ruido de la menor controversia los inquieta. Pareciera que la religión va a venirse abajo si se discute sobre ella. Nuestros padres no fueron así y nosotros, sus indignos hijos, mereceríamos que ellos renegaran de nosotros si permanecemos en esta flojedad” (Dom Prosper Guéranger, Jesús-Christ, roi de l’histoire).

LA NEO-FSSPX NO DESCARTA LLEGAR A LA “PLENA COMUNIÓN” CON ROMA, SÓLO PIDE A ÉSTA QUE NO LA APURE







Nuestros comentarios en rojo.

Con ocasión de la consagración del Padre Jean-Michel Faure hecha por Mons. Richard Williamson el pasado 19 de marzo de 2015 en el Monasterio de Santa Cruz, en Nova Friburgo (Brasil), la agencia romana I.Media, interrogó a Mons. Guido Pozzo, Secretario de la Comisión Ecclesia Dei.  Este último aprovechó para hacer un comentario sobre las relaciones entre la Fraternidad San Pío X y Roma, declarando que más allá de las dificultades doctrinales que subsisten, los problemas son “internos en la Fraternidad”.  Según el prelado romano, citado por I.Media, el Papa espera que la Fraternidad San Pío X decida entrar (en la Iglesia, ndlr) y nosotros estamos siempre en disposición, con un proyecto canónico que es ya conocido”, a saber, la creación de una prelatura personal.  “Hay que esperar un poco a que las cosas se esclarezcan al interior y que Mons. Fellay pueda obtener un consensus suficientemente grande antes de cumplir este gesto” – somos nosotros los que subrayamos esta afirmación. (Está claro que ante el gesto de separarse de todo acto ofensivo contra Roma modernista, como fue la consagración episcopal, Roma tomó nota y públicamente le lanzó una nueva presión a la FSSPX. El inequívoco gesto de “unión con Roma en la condena” de la consagración episcopal no podía tener otra lectura de los romanos. Pero, ¿por qué no recordar lo que piensa Mons. Fellay?: Pero es cierto que la situación de nuestra Fraternidad en la Iglesia no es normal. Somos católicos y debemos ser reconocidos como tales, por las autoridades de la Iglesia”, carta a un fiel de Polonia, 29 de noviembre de 2013. O: La estampilla de Roma es importante”, sermón de ordenaciones, 20 de diciembre 2014. O:Desgraciadamente, en el contexto actual de la Fraternidad, la nueva declaración no pasará. Reconozco no saber qué pensar. Creí comprender que usted estaba dispuesto a dar largas a la resolución de los desacuerdos todavía en curso sobre ciertos puntos del Concilio y de la reforma litúrgica, un poco como en el Concilio de Florencia se pasó por alto la cuestión del divorcio por causa de adulterio con los griegos para llegar a pesar de todo a la unión, y yo me comprometí en esta perspectiva a pesar de la oposición bastante fuerte en los rangos de la Fraternidad y al precio de trastornos importantes. Y tengo toda la intención de continuar haciendo todos mis esfuerzos para proseguir por este camino con el fin de llegar a las clarificaciones necesarias.” Carta al Papa Benedicto XVI, 17 de junio de 2012. Allí se ve que lo que le faltaba a Mons. Fellay era el consenso suficientemente amplio dentro de la congregación, el cual no obstante estaba dispuesto a lograr a pesar de las oposiciones que pudiera tener)
En la Casa General de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, se interrogan sobre la intención de Mons. Pozzo en su última frase que no corresponde a la realidad: ¿Es su visión de la situación? ¿Un deseo personal? o ¿la voluntad de introducir una división dentro de la Fraternidad? (¿Hay unanimidad de opiniones en la FSSPX? ¿No se dividió? ¿No hay miembros de la FSSPX en la Resistencia? ¿Están seguros?)
Mons. Fellay ha respondido en varias ocasiones a la Comisión Ecclesia Dei oralmente y por escrito, que son esencialmente las “dificultades doctrinales” – a saber, la petición hecha por Roma de aceptar el Concilio Vaticano II y las reformas que han seguido dentro de una “hermenéutica de continuidad” que hace imposible hasta el día de hoy el reconocimiento canónico bajo la forma de una prelatura personal. (Sin embargo en la carta a Benedicto XVI antes citada mostraba que estaba dispuesto a aceptar que esas dificultades doctrinales fueran dejadas a un lado con tal de ser incorporados a la iglesia conciliar. Y para eso redactó una declaración doctrinal lo más diplomática y conciliar posible, aunque la oposición interna –como el mismo Mons. Fellay admitió- no permitió que fuera más allá para lograr el acuerdo. E incluso minimizó los graves errores del Vaticano II en más de una oportunidad, notoriamente en la carta privada a los 3 obispos de la FSSPX).
Los recientes encuentros informales entre los miembros de la Fraternidad San Pío X y algunos obispos, pedida por la Comisión Ecclesia Dei (es decir, la FSSPX se somete a las directivas y condiciones de Roma), permiten hacer conocer mejor a la Fraternidad y sus obras, pero sobretodo sus posiciones doctrinales.  De hecho, esos encuentros manifiestan cada vez más claramente las divergencias doctrinales. (¿No lo habían manifestado ya suficientemente claro las conversaciones doctrinales durante un año y medio con una comisión romana? ¿No fue suficiente conversación?) Y los interlocutores romanos de la Fraternidad están obligados a reconocer que muchas preguntas continúan “abiertas”, dicho de otra forma, que las dificultades doctrinales están lejos de ser resueltas. (Si tenemos en cuenta que el GREC empezó en 1998, van 17 años de conversaciones e intercambios que no han dado ningún resultado del lado de Roma, y sí del lado de la FSSPX: una disminución en la confesión de la fe, la división de la congregación, expulsiones, censuras, corrupción. ¿Cuántos años más se precisan para que, viendo que Roma no se mueve un milímetro de su posición, la FSSPX termine por diluirse por completo y desaparecer, con o sin acuerdo firmado?)
También el Superior General, mantiene la necesidad de presentar a las autoridades romanas las posiciones de la Fraternidad en su integridad (¿como lo hizo en la declaración doctrinal diplomática del 2012?), y de no variar sobre esas posiciones que no son, en el fondo, sino la de todos los Papas antes del Vaticano II (¿eso incluye su declaración de que acepta el 95% del Vaticano II, que no hay que exagerar sus errores, de la legitimidad de la misa nueva, que el problema está en la interpretación del concilio, etc.?).




Para los liberales de la Neo-FSSPX se trata todo de un gran juego. Ya en el 2006 (Revista Iesus Christus N° 104) se mostraba la imagen de Mons. Fellay con el tablero de ajedrez y su eterna sonrisa. La partida continúa. Hoy, un periodista liberal de la Neo-FSSPX acusa a Roma de “embarrar la cancha”, esto es, de no jugar limpio el partido. Claro, se trata de un juego, simplemente. El nombre se lo ponemos nosotros: “Traición”.



Sobre este tema, el 20 de marzo, el universitario francés Luc Perrin (Vaya. Magnífico: Citan a uno de los participantes del GREC, que no tenía otro objetivo que la “necesaria reconciliación” no de Roma con la Tradición sino de la FSSPX con esta Roma “regularizando su situación”. Este laico admirador de los ratzingerianos afirmó cierta vez que las consagraciones episcopales de 1988 fueron cismáticas) compartía sus reflexiones sobre el fórum católico, afirmando que no servía de nada “hacer como si todo estuviera de maravilla” (¿no hacen eso puertas adentro de la FSSPX con el branding publicitario y las inmensas sonrisas?).  Con realismo, él escribía: “uno reencuentra (en Mons. Pozzo) el mismo discurso incambiable desde las ilusiones de un acuerdo rápido que mantenía entonces, en el año 2000, el ardoroso Card. Castrillón Hoyos.  Juan Pablo II entre 1978-1979 estaba también convencido que la plena comunión estaba a la mano: conocemos la continuación pero en Roma parece que el optimismo teilhardiano o plácido al estilo Juan XXIII en 1962 continúa de moda. (¿No era Mons. Fellay el que era optimista y se mostraba ansioso?, por ejemplo como cuando dijo en esta entrevista:
Monseñor, ¿Valoraría Ud. que el último acto significativo del pontificado de Benedicto pudiera ser la reintegración de la Fraternidad San Pío X?
Por un momento pensé que lo sería. Con la renuncia, Benedicto XVI quizás haría un gesto final en calidad de Papa a favor de nosotros. Dicho lo cual, se me presenta muy difícil imaginar como podría hacerlo. Probablemente tengamos que esperar al próximo papa”. Entrevista de Nouvelles de France a Mons. Fellay, febrero 2013)
“No hay que desesperar ni a Billancourt ni a los diferentes prelados de la Comisión Ecclesia Dei – lejos de mí esta idea – es bueno ver que un responsable romano tiene una fe suficientemente sólida para resistir así a la usura del tiempo que pasa, pero … tampoco es muy útil vivir en su propio mundo, flotando por encima del domo de San Pedro, rodeado de angelitos sonrientes  tocando la lira, ese coro celeste cantando un in paradisum: ‘ el acuerdo, el acuerdo, el acuerdo pronto, el acuerdo está ahí’
 Si ya las diferentes tonterías cometidas en Roma en este largo asunto fueran señaladas, esto nos pondría los pies sobre la tierra (este miembro del GREC lo que hace es criticar a Roma por intentar apurar las cosas, por no obrar con el suficiente tacto y paciencia para alcanzar al fin la “reconciliación plena”).  Una corta lista por su eminencia el Card. Müller y por Mons. Pozzo: a) del optimismo plácido, desconfiarás aun guardando la esperanza sobrenatural de las promesas de la unidad in veritate; b) de una discusión rápida no te desviarás y el tiempo no contarás: ¿por qué no retomar las discusiones interrumpidas por Roma en 2011 de forma brusca e intemperante? (¡Más discusiones para el acuerdo!)  O al menos este recomienzo; c) tú construirás la plena comunión (de la FSSPX, por supuesto, no habla de la plena comunión de los romanos que deben abjurar del modernismo y  convertirse en católicos) paso a paso: más que una solución canónica, ya hecha y no necesariamente muy buena – la prelatura personal tiene muchas fallas – hoy, resolver ciertos problemas prácticos (no doctrinales) , paso a paso, me parece más realista (porque) la fragilidad del motu proprio Summorum Pontificum después de la elección del Papa Francisco, quien aun confirmándolo lo haya seriamente despuntado con los Franciscanos de la Inmaculada y el desgaste por pequeñas frases que no pueden más que suscitar inquietudes”.
A propósito de “esos problemas prácticos” (¿no decían más arriba que se trataba de dificultades doctrinales?) que podrían ser resueltos por gestos completos, recordamos que, en la peregrinación a Roma de las Dominicas de enseñanza de Fanjeaux, – del 9 al 14 de febrero de 2015 -, 200 religiosas, 950 alumnos acompañados de una centena de profesores y familiares no pudieron conseguir una iglesia para la celebración de la misa tradicional para uno de sus capellanes… porque pertenecían a la Fraternidad San Pío X.  Las palabras lenitivas son volátiles, los hechos concretos son mucho más elocuentes. (Sí: la FSSPX pide que le dejen celebrar la Misa tradicional en Roma. No pide que Roma abandone la Misa nueva y adopte la Tradición entera. La FSSPX pide un gestito. Por cierto y hablando de hechos: la FSSPX sí pudo celebrar la misa en la Basílica de San Pedro, el 9 de agosto de 2014. Eso es un hecho)