"Fe y moral presuponen historia y política, Separar la Fe de la política es la esencia del catolicismo liberal. Además, los hechos históricos son el origen de la fe católica: si por ejemplo, el nacimiento, la muerte y resurrección de Jesús no son hechos históricos, nuestra fe se desmorona. Jesús nació bajo el emperador Augusto y murió bajo Poncio Pilatos. Así, la "exterminación" nazi es la base de la religión del holocausto que quiere reemplazar el Holocausto de Cristo, el redentor del hombre, por el del pueblo judío.
No se puede restaurar la fe integral
sin restaurar la vida social o política (“Restaurar
todo en Cristo” era la divisa de San Pio X) y sin tener un conocimiento de
la historia basado en los hechos y no en los mitos, sobre todo si éstos son utilizados para introducir un nuevo concepto
de la teología (el holocausto de los judíos) en el lugar de la Tradición
Católica (Holocausto de Cristo).
El holocausto ha sido la punta de lanza de la
nueva doctrina del concilio Vaticano II sobre el deicidio ("Nostra Aetate"),
la reforma de Paulo VI de la oración del Viernes Santo (NOM 1970), la teoría de
“la antigua Alianza que no ha sido revocada” de Juan Pablo II en Mayence
(1981). Además la “teología del silencio de Dios” nació precisamente gracias a
la reflexión sobre el holocausto, tal como fue presentada por los
exterminacionistas. Ciertos teólogos (siguiendo las huellas de Hans Jonas y
John Baptist Metz) niegan la Providencia, la bondad de Dios, y ponen en duda su
existencia misma, argumentando el hecho que Dios permitió el holocausto. El holocausto es para el judaísmo talmúdico
una absoluta meta-historia, un acto sacrificial con valor salvífico.
Después de la destrucción del Templo (70 DC), la exégesis rabínica reemplazó la
fe mosaica en el Mesías personal por la del “mesías colectivo” que es el pueblo
judío. El cristianismo no puede aceptar esta sacralización del holocausto judío
bajo la pena de renegar de su propia fe: el único holocausto es el Sacrificio
de Cristo. Admitir otro holocausto salvífico y meta-histórico al lado del de
Jesús sería un acto de apostasía. La nueva teología judaizante conciliar y
posconciliar siguió desgraciadamente el camino progresista, falta esperar que la Tradición no sea
contaminada a su vez. Es, por
consecuencia, un deber del Pastor advertir a sus fieles.
Yo no creo que sea un pecado expresar una
opinión sobre la validez histórica de la vasta literatura relativa al “revisionismo”
(y no “negacionismo”) de las tesis pro-soviéticas sobre el holocausto
presentadas por Gromiko en 1948. Muchos historiadores, comprendidos algunos
israelitas, dicen que no hay certeza sobre el plan de que el tercer Reich
alemán haya previsto exterminar al pueblo judío en las cámaras de gas.
Ciertamente, hubo deportaciones a los campos de concentración en donde
numerosos judíos fueron asesinados. Ahora, matar a un inocente es un pecado
grave contra el quinto mandamiento.
Monseñor Richard Williamson expresó
claramente durante su entrevista que él no decía nada en contra de la fe y la
moral, solamente expuso su propia opinión que no es contraria la doctrina
católica en su integridad. Si el obispo, en tanto obispo utiliza su autoridad
eclesiástica en cuanto a la fe y la moral, eso no significa que no pueda hablar
en materia de historia o moral social. Además, sobre las posiciones o mejor,
las opiniones de Monseñor Williamson sobre el holocausto dice la FSSPX que no
reflejan las suyas. Yo me pregunto entonces y digo: si en este caso específico es lícito para la Fraternidad hablar de
historia y de política, ¿por qué no puede hacerlo Monseñor Williamson?
Es ingenuo imaginar que es suficiente un
pequeño « mea culpa » para tranquilizar la cólera y el odio del
judaísmo hacia Cristo y su Iglesia. Y de hecho, el gran Rabino de Roma declaró
que las disculpas de Monseñor Fellay son insuficientes e inapropiadas. Una
revisión de las antiguas posiciones teológicas es necesaria, dijo Jules Isaac.
Las que conciernen a la libertad religiosa, al ecumenismo, al deicidio, la
oportunidad de la misa de San Pio V, subrayó el rabino italiano en 2007.
Por consecuencia, Di Segni suplica a
la FSSPX a no simplemente reducir al silencio al obispo « negacionista »
(que de hecho no lo es), sino precisar su opinión sobre la doctrina del
Vaticano II y sus consecuencias respecto a los judíos. El verdadero problema,
según Di Segni, es la posición teológica
de la FSSPX respecto al judaísmo, y hasta que ésta sea claramente rechazada
(o hasta que se acepten las innovaciones, pues la posición de Monseñor Lefebvre
sobre el ecumenismo y el deicidio son muy claras), la cuestión permanece
abierta. No podemos hacernos ilusiones tratando de calmar a un león lanzándole
una albóndiga. Di Segni nos acusa de antisemitismo igualmente que como lo hace
con Monseñor Williamson.
Si Jesucristo no hubiera pronunciado sermones
inapropiados (« ustedes tienen como padre al diablo » Juan VIII, 48),
no hubiera muerto en la Cruz y no hubiera hecho la Voluntad del Padre. San
Pablo recomienda “predicar a tiempo y a destiempo”. Santo Tomás de Aquino en su
Suma Teológica escribió que “debemos
predicar la verdad a los judíos sin tener miedo de ofenderlos, como Jesús lo
hizo: sin temor de contrariarlos, enseñando públicamente la Verdad que ellos
detestan” (S. Tomás, III, q. 42, a. 2). Los Apóstoles estaban “felices de
ser víctimas de persecución” por parte del Sanedrín, porque ellos predicaban a
Cristo Crucificado por los sumos sacerdotes: ellos no temieron el descrédito,
ellos incluso lo amaron.
Yo espero que esto no conduzca a
nuevas fracturas. Tal vez una mayor firmeza doctrinal y una verdadera caridad
fraterna hubieran salvado lo que una
cierta dureza de corazón y una debilidad teológica, histórica y política
parecen haber comprometido. El responsable no es Monseñor Williamson: el Padre
Garrigou-Lagrange dijo que “los
liberales son amplios en doctrina porque no creen firmemente, y despiadados en
la práctica porque no aman verdaderamente”.
Que Dios nos dé el valor –en estos tiempos tristes de apostasía
universal- para mantener la fe en el Holocausto de Cristo, el único verdadero
Salvador del hombre."
Don Curzio Nitoglia
28 Enero 2009
Esto lo escribió Don Nitoglia en
enero de 2009. Desde entonces, muchas cosas sucedieron en la FSSPX. Expulsaron
a Monseñor Williamson por su opinión sobre el Holocuento, como lo reveló
públicamente en una entrevista el Padre Petrucci (ver acá).
Además, no solamente retiraron todas las
páginas en internet que hablaban sobre la doctrina católica respecto de los
judíos, sino que el día 31 de ese mismo mes y año, Monseñor Fellay recibió al
periodista Gérard Leclerc quien nos da el siguiente testimonio (publicado en La
Porte Latine):
“El nos dirá, fuera de la entrevista, su conmoción, pues cuando pensaba
que la acción del Papa traería un clima de paz, fue bruscamente impulsado hacia
algo aterrador. Ser asociado así al crimen más
grande, ser denunciado por el mundo
entero como culpable de complicidad o de mentira, eso sobrepasa lo soportable”.
“Esto no podía más que hacer reflexionar seriamente a Bernard Fellay y los suyos. (…)
Ellos han revisado los juicios que la Iglesia romana ha emitido antes y durante
la guerra a propósito del antisemitismo y de la persecución de los Judíos.
Ellos encontraron la declaración del Santo Oficio condenando el antisemitismo
de manera precisa, encontraron también las declaraciones del Papa Pio XI,
afirmando que “Espiritualmente, nosotros somos semitas”. Para la cita,
Monseñor Fellay es inexacto por el momento, pero su deformación es bella: “Nosotros somos semitas de corazón”.
Y eso no es todo. Hemos estado
señalando en este blog las declaraciones públicas de Monseñor Fellay y el Padre
Schmidberger relativas a los judíos y su cacareado “antisemitismo”:
MONSEÑOR
FELLAY: “Los judíos son
nuestros hermanos mayores” http://rorate-caeli.blogspot.com/2009/02/fellay-jews-are.html
MONSEÑOR
FELLAY: “El antisemitismo no
tiene lugar en nuestras filas” http://rorate-caeli.blogspot.com/2009/02/fellay-jews-are.html
PADRE
SCHMIDBERGER: “La banalización
del genocidio de los judíos por el régimen Nazi y su horror son inaceptables
para nosotros”.
PADRE
SCHMIDBERGER: “Nuestro Señor
Jesucristo en su naturaleza humana es Judío, su Santa Madre es judía, todos los
apóstoles son judíos. Por tal razón, ningún cristiano honorable puede ser
antisemita”.
PADRE
SCHMIDBERGER: “La afirmación de que los judíos de hoy carguen la culpa de sus
padres”, solo se refiere a “aquéllos judíos que se alegran de la muerte de
Jesucristo”.
MONSEÑOR FELLAY: “Decir que todos los judíos son
responsables de la muerte de Nuestro Señor, no es la enseñanza de la Iglesia,
por lo que esto es un error.”
http://www.catholicnews.com/data/stories/cns/1201985.htm
http://www.catholicnews.com/data/stories/cns/1201985.htm
FSSPX
ITALIA: “Por la presente,
reiteramos nuestro rechazo a todas las formas de anti-semitismo y odio racial,
pero también al odio en todas sus formas”.
Pues ahora Francisco,
utilizando casi las mismas expresiones, exclamó: "Lo he dicho algunas veces y me agrada repetirlo ahora. Es una
contradicción que un cristiano sea antisemita: sus raíces son hebreas. ¡Un
cristiano no puede ser antisemita! ¡Que el antisemitismo sea desterrado del
corazón y de la vida de todo hombre y de toda mujer!", subrayó. http://www.aciprensa.com/noticias/papa-francisco-que-el-antisemitismo-sea-desterrado-del-corazon-de-todo-hombre-y-de-toda-mujer-51196/#.UoBUbnCsiSo
Los "judíos son nuestros hermanos más grandes, los
mayores". (…) “oremos a Dios para que la memoria del pasado nos
ayude a ser siempre vigilantes contra todas las formas de odio y la
intolerancia”