PÁGINAS

lunes, 8 de julio de 2013

MONSEÑOR LEFEBVRE: ¡ESTAS PERSONAS QUE OCUPAN ROMA HOY SON ANTICRISTOS!

Esto es lo que Monseñor Lefebvre pensaba de Roma en 1987:



Pienso que cuanto más se avanza, es más abominable. Siempre he rezado mucho para que Nuestro Señor nos muestre el retorno de Roma a la Tradición o, por el contrario, que se agrave el alejamiento de Roma de la Tradición a fin de que esto sea claro.

Así pues actualmente, es de más en más evidente –y esto mucho más que hace un año o dos- que la Jerarquía se aleja de manera ostensible de la Iglesia.

Pienso que podemos hablar de descristianización y que estas personas que ocupan Roma hoy son anticristos.  He dicho anticristos, como lo describe San Juan en su primera Carta: “Ya el Anticristo hace estragos en nuestro tiempo”. El Anticristo, los anticristos, ellos lo son, es absolutamente cierto.
Yo le dije al Cardenal Ratzinger: “Nosotros estamos en todo por Cristo y ellos están contra Cristo. ¿Cómo quiere que podamos entendernos?”

Cuando recordaba este tema con un Cardenal en Roma, -buscando un poco cuál es el leitmotiv que tiene toda esa gente- él me dijo: “Monseñor, es esto…”, haciendo el gesto tan conocido para designar el dinero. Podemos entonces imaginar todo lo que puede suceder. He tenido la ocasión de decirlo a algunos que aún tienen dudas sobre Roma. Estoy íntimamente persuadido de que nosotros no sabemos la mitad de lo que sucede en Roma: y si ya estamos escandalizados por la mitad que conocemos, es necesario pensar en la otra mitad. Si conociéramos todo, estaríamos espantados. Verdaderamente nosotros tenemos tratos con una increíble mafia, ligada ciertamente con la masonería.

Por el momento ellos están en ruptura con sus predecesores. No aceptan más las Encíclicas desde Mirari Vos, hasta Humani Generis del Papa Pio XII. No quieren tomar en consideración estas Encíclicas. No quieren tenerlas en cuenta. Ellos no están ya dentro de la Iglesia Católica.

Extractos de la conferencia en el retiro sacerdotal en Ecône, el 14 de septiembre de 1987.

¿Qué nos diría Monseñor Lefebvre de la Roma actual?